Jean Arlaud desde el Laquete del Pluviómetro.
Refugio
del Portillón de Oo, Collado del Pluviómetro, Puerto de Oo, travesía
este-oeste, Collado de Gourgs Blancs, Ibones de Guías, Refugio de Estós y
Puente de San Jaime.
20-07-2009.
Salida 07 h. Llegada 15 h.
Sol.
Algo difícil.
Ascensión.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Jean Arlaud procedente de Prames. Vía en amarillo.
Aquel
día de Octubre del 89, renunciamos a su ascensión en el Collado de Gourgs
Blancs y allí se quedó plantado y bien plantado. Volvemos sucesivamente a la zona
del Portillón por diversos lugares, momentos y circunstancias; vamos haciendo
picos y… hoy 20 de Julio de 2009, casi veinte años después, le va a tocar por
fin. Es el último de los tresmiles principales del Pirineo y no por casualidad,
pues lo he reservado intencionadamente para cerrar una corona de 124 picos. Y
claro, habrá que hacerlo de alguna manera elegante y, por evidentes razones, ha
de ser la travesía este-oeste.
Abandonamos
el Refugio Jean Arlaud o del Portillón cuando son las siete y media de una
mañana espléndida. Parece ser que en esta ocasión nos quiere recompensar el
cielo del casi inefable mal tiempo de la vertiente francesa de los Pirineos.
No
tenemos prisas. Estamos a 2571
metros de altitud y partimos, un poco por libre en
dirección oeste para ascender la ladera sudeste de la Tusse de Mont Arque. Unos
resaltes lisos de granito por aquí, alguna cita por allá pues las hay a granel,
un tramo de caminillo, algún nevero residual con buena nieve, unos bloques por
allá… nos colocamos en el pequeño collado entre la Tusse y el Picacho del
Pluviómetro.
En el Collado del Pluviómetro.
Comprobamos
que el Lac Helado del Portillón lleva una rebaja salvaje al igual que el del
Portillón y ascendemos un tramo de arista corto para faldear por el sur el
horrendo pluviómetro y alcanzar el Collado del Pluviómetro a 2880 metros de altitud
cuando son las ocho y media.
Allí
está nuestro Jean Arlaud. La pared de su cara este es inconfundible: es una de
esas llamas que ha iluminado nuestro camino por la montaña lo largo de los
años. A mí siempre me ha recordado a la llama de una vela y además, con mucha
frecuencia, ha ocupado su lugar preponderante en mi cerebro.
La Pared Este del Jean Arlaud.
El
Pequeño Lac Helado del Pluviómetro esta sencillamente celestial y a juego con
el pico y la mañana. Hacemos fotos.
Luego
bajamos el largo nevero con cuidado y con los piolets en la mano hasta el fondo
del circo y comenzamos a remontar la pedrera bajo el Puerto de Oo.
Ni
siquiera atravesamos la pedrera para terminar ascendiéndola bajo los paredones
del pico sino que la afrontamos directamente hacia las placas de la zona este.
Tras
unos tramos incómodos por descompuestos y meteorizados alcanzamos las placas
claras de granito que bastante tumbadas nos permiten ascender con comodidad y
alcanzar el Puerto de Oo situado a 2908 metros de altitud.
La vira herbosa ópticamente acostada.
Son
las nueve y media cuando contemplamos y fotografiamos la pared y la vía que
vamos a ascender.
Atravesamos
el collado en dirección oeste sorteando algunos enormes bloques y ganamos
suavemente altura para alcanzar la inclinada terraza herbosa que divide la
pared.
Alcanzada
la terraza casi por el centro de la misma, la ascendemos en travesía hacia el
norte, nuestra derecha, con el objeto de alcanzar la entrada de la gran vira
herbosa que divide en dos mitades la zona intermedia de la pared.
En el Puerto de Oo.
La
vira no arranca de la terraza herbosa y la busco hacia el extremo norte de la
terraza. Entre tanto mis socios toman un pequeño diedro en la base de la pared
y se introducen en una vira paralela a la que buscamos.
Enseguida
me doy la vuelta, me encaramo a la pared justamente bajo el arranque de la gran
vira herbosa y los veo progresar por otra vira ligeramente al norte. Les
alcanzo, les medio convezco de lo que he visto y volvemos mediante un travesía
en suave descenso para alcanzar el arranque de la vira correcta.
Ascenderemos
alrededor de 40 metros
de altura con cierta tendencia hacia el sur por la gran vira herbosa que es
algo estrecha, está transitada y perfectamente escalonada y es muy erguida.
Solamente se acuesta ligeramente al final de la misma a la vez que se abre y se
pierde en la placa del bloque desprendido.
Cerca de la Cima de jean Arlaud.
Se
puede proseguir junto a la fisura del bloque desprendido, a nuestra derecha o
norte, la roca es lisa pero muy buena y
en la cabecera del bloque ausente hay una cita, pero nosotros nos vamos, un
poco al sur o nuestra izquierda, por la placa rugosa y suficientemente tumbada
hacia el sur dejando la placa lisa del bloque desprendido a nuestra derecha.
Unas grietas que cuartean la pared permiten un fácil ascenso que proseguimos en
principio hacia la arista sur donde hay instalado un sistema de bloques.
Encontramos
alguna cita cuando ya la progresión es fácil en una pared ya algo defendida del
vacío.
Ni
siquiera nos vamos a la arista sino que progresamos un poco por las
inmediaciones con cortas travesías hacia el centro de la pared haciendo una vía
bastante directa a la cima.
Son
las diez de la mañana cuando alcanzamos la cima del Pico Jean Arlaud situado a 3065 metros de altitud.
La pared ha resultado mucho más fácil de lo esperado, como casi siempre, pero cada
cual ha de convivir con los demonios titulares de su cerebro ya que no somos de
plástico.
Posets detrás de Guías.
La Este de Gourgs Blancs.
Hacemos
fotos, nos hacemos una los tres con trípode de fortuna y nos sentamos al sol
para almorzar.
Gourdon, Espijeoles y Cresta de los Belloc.
Media
hora después iniciamos el descenso de la arista oeste. Tiene alguna cita y
trazas de camino en la parte superior en la que hemos de destrepar un resalte
de un par de metros largos.
Tuse de Mont Arque delante de Gran Qairat, Lezat. Crabioules y Arista de Literola.
Petit y Gran Qairat desde Jean Arlaud.
Descendemos
por una arista amplia en la que aparecerán sucesivamente un par de resaltes más
bastante fáciles y con muy buen granito oscurecido a la basta capa de líquenes
negros.
Por
debajo del último resalte un pequeño descansillo es la cabecera del diedro de
entrada a la pared somital. Tiene 5 metros de los que los tres de arriba son
verticales pero al diedro le sobran apoyos de inmejorable calidad, la parte
baja está muy tumbada y conduce a la
Brecha de Gourgs Blancs custodiada por el gendarme
característico y situada ligeramente por encima de los 3000 metros de altitud.
Hemos empleado en bajar un cuarto de hora.
Descendiendo el diedro de entrada desde el Collado de Gourgs Blancs.
Estamos
en el lugar que habíamos dejado plantado el pico hacía veinte años. Aquel día
fue tremendo: había 4 dedos irregulares de nieve caída días atrás, nosotros
veníamos de encadenar desde el Guías hasta el Gourgs Blancs con desvío incorporado
hasta la cima del Saint Saud, habíamos tenido que subir y bajar por las canales
de la Sur de
Gorgs Blancs como posesos, respiramos tranquilos cuando alcanzamos la Cruz de Jean Arlaud y cuando
tras un sencillísimo descenso de la arista este rodeamos el gendarme del
collado y nos enfrentamos al arranque de la arista oeste del Jean Arlaud, puedo
jurar que yo no vi nada, no tuve fuerza moral para ver la continuidad del
diedro de entrada y retomo mis memorias de aquel 13 de Octubre del 89:
“… no hay camino hacia el sur,
mucho menos hacia el norte y hay que marchar corredor abajo. Una creciente
nubosidad va rellenando el Valle de Estós. Son las dos y media del mediodía.
El
corredor no tiene buen aspecto, su cabecera es fácil y se abre en dos ramas, la
oeste bastante escalonada se corta casi de inmediato por lo que,
obligatoriamente hemos de continuar por la rama este próxima a la pared del
Pico de Oo, es nuestra única alternativa ya que no hemos visto posibilidad de
ascender al pico y tratar de bajar por el este, y de volver al laberinto de la
sur de Gourgs Blancs ni pensarlo.
Cabezuditos
que somos, decidimos jugárnosla: preferimos atajo desconocido a la desagradable
vuelta conocida. Bajo delante con cuidado buscando repisas escalonadas y
rellenas de nieve amparada en ellas, lo demás es una sucesión de lajas de
granito claro, lisas, muy inclinadas y con marcado buzamiento hacia la pared
oeste del Pico de Oo.
Algunos
pasos son de auténtica acrobacia: consisten en lanzar el cuerpo con los brazos
extendidos en busca de alcanzar alguna fisura en la que apoyar las manos para
dejar caer luego el cuerpo y con los pies limpiar la nieve de alguna repisa y
otra vez vuelta a empezar de camino hacia el fondo del corredor en el que
comienza la pared oeste del Pico de Oo. Aquí la inclinación hacia el fondo se
hace más acusada y perder un pie nos precipitaría corredor abajo contra la
pared. Hay un nevero debajo del corredor pero todavía no sabemos si el corredor
llega hasta abajo o se corta, lo que sería
la sorpresa fin de fiesta.
Repetimos
escenas similares a las de la Brecha de Latour y será la segunda vez en mi
corta vida de montañero que arrastre el culo a pesar de que lo vaya empapando
las escorrentías del corredor.
Unos
arriesgados pasos de adherencia sobre granito mojado y con breves zonas de
arenilla unidos a otros más fáciles con oposición de brazos y piernas y mucha
suerte, pues el corredor no está cortado, nos depositan en el nevero con un
buen salto y respiramos, los 100
metros de corredor se nos han llevado una hora.”
Iniciando el descenso del Corredor Sur del Jean Arlaud.
El corredor resultará tan Pelión como lo recordábamos.
En
esta ocasión está limpio y seco aunque lleno de basura y nos exige extremar la
atención y el cuidado por lo que sigue sin ser agradable su descenso. Nos
cuesta casi media hora bajarlo.
En el nevero de salida.
Sorteamos
el corredor por la rimalla izquierda y tomamos la pedrera en dirección sur hacia los Ibones de Guías.
Allí se queda el Corredor Sur del jean Arlaud.
Alcanzado
el lecho lacustre tomamos la orilla izquierda del barranco de Guías y nos vamos
hacia abajo en dirección sur.
Ibones de Guías.
Descendemos
un resalte siguiendo manchas de hierba alternadas con placas de granito pulido
por el glaciar y alcanzamos un vallecillo arrellanado tras el que surge el
siguiente resalte. No recordamos nada del camino.
Resalte bajo los Ibones de Guías y asfódelos.
Poco
más abajo confluimos con una de las ramas del barranco y bajamos junto a ella
un sucesivo resalte recubierto parcialmente de verdura en flor. Comienza el
festival floral del Valle de Estós.
Alcanzamos
un rellano con abundantes cadáveres de pino negro, huella inequívoca de
potentes aludes y enseguida, en la captación de agua para el refugio nos
sentamos a comer y a remojarnos los pinrreles.
Luego
bajamos hasta el Refugio de Estós, lo curioseamos un poco y después tomamos el
transitado camino que en dirección sudeste nos ha de llevar valle abajo en
medio de un delicioso jardín en el que nos llama la atención unas bellísimas
desconocidas, creo que Astrantias.
Aguja de Bardamina y el Pinaré debajo de Estós.
Relajadamente
nos vamos para abajo primero por camino y luego por pista, pasamos junto a las
Cabañas de Turmo y Santa Ana, nos deleitamos con las irisadas aguas del
diminuto Embalse de Estós y a las cuatro alcanzamos la carretera a 1300 metros de altitud.
Una pareja, mapa en mano me pregunta por la entrada a Aiguallut.
Malvas de Amizcle.
Deliciosos añiles en el Embalse de Estós.
Les digo que esto es la entrada
del Valle de Estós, pero que si me llevan los llevo.
Tenía
que hacer dedo o coger el autobús si paraba para recuperar el coche que
habíamos dejado aparcado en la entrada de Literola y no tenía demasiadas ganas
tras los 500 metros
subidos y los 1820
metros bajados. La suerte, una vez más, resulta clemente
con el montañero
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Si quieres puedes ir al Comienzo.
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