Aspe desde el karst de su cara sur.
Fin Pista de Aisa, Refugio Saleras,
Embudo, Cara Sur, Lapiaz de Aspe, y
Arista Oeste.
19-07-2015.
Salida 08 h. Llegada 14 h.
Mixto.
Fácil.
Clara Abadía, Raúl López, Juan Castejón,
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Aspe procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Al
Aspe subimos por primera vez en Junio del 88. En aquella época nosotros no
disponíamos prácticamente de información pero alguien nos había dicho que se
iba por Aisa a buscar el embudo y que luego había un tubo que tenía nieve y
hielo durante casi toda la temporada. Parece ser que nuestro informante era un tanto sensacionalista y a fe que
consiguió que nos rondara por la cabeza frecuentemente ese “embudo” por el que
debían bajar en tropel todas las dificultades imaginables y ese “peligrosísimo
tubo” en el que abría que pelear con el hielo para no bajarlo calamitosamente
arrastro.
Luego
subiríamos y despeñaríamos desde la cima a nuestra prestigiosa colección de
monstruos pero esos recuerdos nos han acompañado siempre. Quizás sea por ello que
suelo ser aficionado a quitar importancia y sobre todo no magnificar la
dificultad en la montaña. No conduce a nada exagerar la dificultad cosa que
algunos practican para acumular currículo, y en cualquier caso, cuando llega se
solventa y a otra cosa.
Hoy
19 de Julio de 2015, veinticinco años después, volveremos a Aspe por el sur
como en aquella ocasión después de haber pasado por la Norte y por la Arista
del Murciélago.
La Sur del Macizo de Aspe desde Saleras.
Hay
algo de nubosidad de poco desarrollo cuando a las ocho de la mañana nos llegamos
a la portera que cierra el paso en la Pista de Aisa a 1490 metros de altitud.
Nos irá bien ya que irá disipándose poco a poco y nos facilitará una ascensión
sin los rigores del sol.
Hacía
tiempo que no veníamos por aquí y encontramos que han metido las máquinas y
practicado un tramo de pista que han encementado parcialmente para llegar a las
inmediaciones del Refugio de Saleras.
El
Estarrún baja muy mermado y tras adelantar a un auténtico ejército de poco más
que adolescentes que llevan unos mochilones de travesía descomunales, cruzamos
el barranco y tomamos el camino que en dirección casi norte nos va a permitir
acercarnos a las paredes, siempre orientados por el visible embudo que permite
el paso del praderío inferior a la pedriza de la cara sur del pico; bueno, creo
que esas pedrizas pertenecen a la Llena de la Garganta más que al Aspe.
Praderío casi otoñal bajo el Embudo de Aspe.
Fotografiamos
al contraluz de la mañana Lecherines y Rigüelo y dejando por debajo de nosotros
el abrevadero al que no hemos ido ya que hemos atajado directamente, pasamos el
Estrangulamiento del Embudo y nos introducimos en la inclinada pedriza, Juan y
Raúl marcialmente de frente y nosotros siguiendo el camino que mitiga la
pendiente alargándose un tanto hacia el nordeste.
Pedrizas por encima del Embudo de Aspe.
Ganamos
altura rápidamente y entramos en el lapiaz calizo por el que superando unos
metros a base de lazadas cortas alcanzamos el inicio del Rellano Kárstico de la
Sur de Aspe, lugar desde el que se vuelve a ver la zona somital vestida de
calizas ocres del pico al que nos dirigimos.
Entrando al Rellano del Lapiaz de la Sur de Aspe.
El rellano kárstico está lleno de hitos por
todas partes que marcan diferentes alternativas de progresión en el mismo.
Nosotros elegimos una travesía por la
parte oeste del karst entre un escalón elevado que seguiremos parcialmente y
los neveros que se alojan en la parte central del mismo que es una zona
hundida.
Aspe desde el lapiaz con su corredor sur sin nieve.
La
zona kárstica se alarga a la vez que va
ganando altura y terminamos saliendo de la zona de calizas claras por la parte
alta del escalón que llevábamos a nuestra izquierda.
Calizas de dos colores en la Sur de Aspe.
Luego
proseguimos en ascenso a través de una zona de placas calizas ocres entre las
que hay establecidos algunos retazos de pratenses que en persistente ascenso
nos acercan a la arista.
Sobre el Paso de la Garganta de Aspe.
Alcanzamos
la arista oeste del pico en el Paso de la Garganta de Aspe situada a 2430
metros de altitud. Contemplamos y fotografiamos el recién nacido Barranco de
Aspe y girando al este proseguimos un ascenso que no recordamos en nada.
Arista Somital Oeste de Aspe.
El
camino transcurre por las inmediaciones de la arista siempre fácil que nos
permite ascender alrededor de 150 metros que hacemos al contraluz de la mañana
mientras contemplamos la espléndida Cara Este de la Llena de la Garganta bañada
de sol.
Salida del Corredor Nordeste de Aspe.
Poco
después en un pequeño collado situado tras una protuberancia que pasamos a toda
cresta y situado a 2580 metros de altitud, contemplamos la salida del Corredor
Nordeste del Aspe que nosotros hemos subido con nieve y que hoy lo sube un
pequeño grupo con el que coincidimos.
En la Cima de Aspe.
El
camino prosigue por las inmediaciones de la arista o a toda arista que en todo momento es fácil y que enseguida
nos deposita en la amable Cima del Pico de Aspe
situado a 2640 metros de altitud. Son las diez y media.
Llegada de la Vía del Nurciélago al Aspe.
Corre
una ligera brisa con un sol que está ganando la batalla a la nubosidad y tras
hacer algunas fotos buscamos un poco de abrigo en la parte este de la cima por
la Llegada de la Vía del Murciélago y nos sentamos a almorzar.
Barranco de Aspe y hayedo de Sansanet desde Aspe.
El
Aspe es un pico con unas excelentes vistas. Se pueden contemplar desde los
recónditos Sesques o Anie hasta la inmediata Llena de la Garganta que eclipsa a
la del Bozo. También Arrious, Pallas, Balaitus,
Cambales, Gabietos, Infiernos, incluso medio tapado Vignemale. Pero la
imagen que más me agrada es su horizonte este es la de los torreones somitales
de la Vía del Murciélago, la Punta de la Garganta, el Sombrero, Lecherines y
los Mallos de Lecherines y Rigüelo, Detrás Moleta, Ip, Collarada, Bucuesa,
Anayet… ¡Qué maravilla!
Sombrero, Lecherines, Mallos de Lecherines y Rigüelo con Collarada.
Despachamos
un almuerzo medio comida en el que no falta ni la tortilla de patatas que le
sale a Clara divina, ni la longaniza de jabalí que ha traído Juanillo y que
Margarita hace con un sabor inigualable, ni el cafetito con leche que trasegamos
con dulces varios y frutos secos y que resultará una delicia pantagruélica en
la que echamos una hora y sin llorar.
Dejamos atrás el Casquete Somital de Aspe.
Alrededor
de las once y media hacemos unas fotos más y nos vamos para abajo siguiendo
cualquiera de los caminillos que jalonan la tan transitada cara sur. Nos
cruzaremos, hoy domingo con más de cincuenta montañeros y algunos perros
también montañeros.
La este de la Llena de la Garganta.
Alcanzamos
el rellano kárstico de calizas claras cada cual por donde mejor le parece y
casi al final nos cruzamos con una pareja que reconoce a Raúl, quizás también a
mí. Se trata de Renter el mayor de los hermanos con el que charlamos un
rato de montaña y de recuerdos comunes
pues coincidimos los tres en la escuela por la misma época.
La Oeste de Aspe.
Luego
ellos prosiguen para arriba y nosotros tras dejar atrás el rellano kárstico nos
entretenemos un rato cogiendo un poco de té de roca que ya se está empezando a
pasar.
Lecherines y Rigüelo.
Por debajo del abrevadero nos
encontramos con el grupo de la mañana que está acalorando y nos hacemos cruces
pues no sabemos que han podido hacer en casi seis horas puesto que habrán
recorrido poco más de un par de kilómetros y no más de 200 metros de desnivel.
¡Quizás ejercicios espirituales…!
Belladona con flores y frutos en Saleras.
A las dos llegamos al coche. La
jornada ha resultado breve y se ha saldado con un desnivel positivo de 1150
metros.
Nos espera la carretera pues Raúl y
Clara tienen que estar pronto en Huesca.
Una sorpresa Mariano encontrarte, tantos años después, por estos lares. Pasaste a mi lado y no te reconocí (cuestión de barbas, canas y los años en resumidas cuentas) pero si a Raúl, y siempre hace ilusión después de muchos años encontrar a los paisanos cuando estás tan lejos de casa. Guardo tu blog y seguiré atentamente tus andanzas por nuestro maravilloso Pirineo, más viendo lo buen conocedor que eres del mismo.
ResponderEliminarRespecto a la ruta de ayer, tras la cima del Aspe y una vez de vuelta al tajo bajando el Collado, entendimos (aunque no atendimos) tus recomendaciones y metimos la pata hasta el cuezo (nos fuimos por la izquierda en vez de bajar por el nevero y acabamos primero haciendo el cabra para descolgarnos para después ir dando saltos de roca en roca jugándonos la crisma por el peso de las mochilas y el cansancio de una noche de vivac, horas de caminata y un sol sin clemencia. ¡En tan mala hora!. Para finalizar el track nos hizo estar al menos durante 1 hora buscando pasos accesibles en la zona de la Zapatilla para al final acabar bajando por la senda habitual dónde está la cueva de los Contrabandistas. Pero la jornada… el fin de semana mereció la pena: el valle de los Sarrios desde su inicio, Bisaurin y Aspe compensaros de sobras la paliza de los 370 km que nos separan.
Un saludo. Pedro Renter.
¡Hola Pedro!
ResponderEliminarSi, una agradable sorpresa.
Suelo hablar con todo el mundo en el mointe, ayudo si puedo y como vi que el perro tenía sed os comenté el único lugar que ví para coger agua y que bebiera el animal.
El tiempo pasa para todos y nos cambia y cambiamos por lo que no es fácil reconocer después de tanto tiempo. Raúl no ha cambiado demasiado o así me lo parece a mí. No se ha dejado barba, no va rapado ni lleva tatuajes... está casi como aquel chaval que conocimos.
Tenía claro que la mejor opción para vosotros era la del corredor nordeste, el de arriba. No me atreví a insistir porque había que rodear un poco la Tuca Blanca por el sur y remontar unos metros pero os depositaba en la Rinconada de Candanchú.
Bajar por el Barranco de Aspe que siempre es una tentación, antes de remontar un poco para coger la Cantalera, tiene el inconveniente por una parte de que el barranco tiene pasos largos para hacer con peso y luego del barranco a Candanchú es algo tedioso además de que también hay que remontar desde el Hayedo al Collado Causiat.
La opción de la Cantalera hay que conocerla pues esa zona es algo perdedora. Tiene un pequeño remonte inicial para abandonar el Barranco de Aspe y luego hay que pasar por debajo de el Puntal de Labata, el de las placas que suelen soltar aludes todos los años, par llegar a la Cueva de los Contrabandistas.
Bueno, lo pasado pasado está, hay que equivocarse en la montaña y disfrutar para luego recordar agradablemente.
Lo mejor del día fue la charrada con vosotros.
¡Que vaya bueno!
Mariano.