Camino del Port de Rious las Maladetas.
13-07-2004.
Tiempo efectivo 08:30 h.
Sol.
Fácil.
Travesía.
Mapa de la Boca Sur del Túnel de Viella al Coll de Guellicrestada procedente de Prames. Vía en rojo.
La noche es larga y hay que pasarla de todas las posturas
imaginables sobre los asientos del coche pero a pesar de ello suena el
despertador a las siete menos cuarto y comenzamos de esta forma el martes día
13 de Julio de 2004.
Mapa del Coll de Guellicrestada al Refugio de Saboredo procedente de Prames. Vía en rojo.
Unas maniobras similares a las del día anterior pero con más
costumbre nos ponen en disposición de montar en el coche, subir los
aproximadamente 3
kilómetros de carretera y llegando a la entrada del
túnel salirnos a nuestra derecha para aparcar en el aparcamiento próximo a las
oficinas de la obra y al Hospital de Viella. Allí se va a quedar el coche hasta
el domingo próximo si todo va bien. Estamos a 1630 metros de altitud.
Son las siete y media cuando pasamos por delante de la puerta del
refugio y tomamos un camino que asciende en medio del praderío orientándose
hacia el este al encuentro del Barranco de la Escaleta.
Tras algunas dudas a causa de las balizas alcanzamos el barranco y
el camino se hace nítido por la orilla derecha del mismo para arriba, entre
hayas que poco a poco serán sustituidas por pinos que nacen sobre la pradera
alpina salpicada de granito.
Subiendo al Port de Rious.
El horizonte este se encuentra cancelado por un circo de potentes
paredes y enseguida se despejará la duda al respecto de cómo superarlo: hay un
camino de tiralíneas. Se trata del que entra en el valle por la pista en la que
nosotros hemos pasado las dos noches, que cruza la pedrera del circo de sur a
norte con un trazado olímpico y se pierde ilógicamente yendo a parar a una zona
de lajas graníticas bastante verticales; cuando nosotros, que hemos subido por
el fondo del valle, hacemos lazadas hacia el norte dejando claramente a nuestra
derecha el lugar donde se pierde el otro camino.
Ascendemos la pared por su parte norte con marcado camino y continuamos en fuerte ascenso hasta que se
disipan nuestras dudas cuando el camino se abre a nuestra izquierda hacia el
Estany Redón. Allí nos vamos por nuestra derecha continuando el fuerte ascenso,
ya al sol de la mañana, hasta que la pendiente se arrellane un poco virando
paulatinamente al este hasta alcanzar el plano y salpicado de verde Port de
Rius a 2355 metros
de altitud, situado entre los picos Redón y Conanglós. Son las nueve y media de
la mañana.
Rodeando el Estany de Rious.
Prácticamente en horizontal
y en dirección nordeste dejamos a nuestra derecha un pequeño estany y enseguida comenzamos a rodear por el norte
el Estany de Rius, una cubeta lacustre absolutamente irregular y de
considerables proporciones, instalada en un lugar definitivamente encantador.
Hacemos alguna fotografía sobre un paisaje inequívocamente alpino
como solamente el granito es capaz de generarlo y casi al final del estany nos
paramos a almorzar y a deleitar nuestros ojos. Son las diez de la mañana.
Quince minutos después, hemos almorzado mejor de lo que es nuestra
costumbre ya que llevamos comida abundante a pesar de lo que no resultan
pesadas nuestras mochilas, continuamos el camino descendiendo por la orilla
derecha del Barranco de Rius, entre restos de obras y con camino hecho
exprofesamente a tramos, llevando siempre en la orilla izquierda la potente Arista de Betrén con sus
consistentes y verticales paredones.
La Sierra de Rious camino de la Restanca.
Bajamos considerablemente siempre por la orilla derecha del
barranco hasta que situados en la cabecera del valle que se ensancha
confluyendo con la pista que sube por el valle desde Artiés, comenzamos a
faldear primero y seguidamente a ascender un pequeño resalte cubierto de
vegetación arbustiva fundamentalmente; a
la que le va a suceder de inmediato un nuevo descenso para atravesar un
barranco que baja del sur e iniciar, sin solución de continuidad, un ascenso de
algo más de 100 metros
de desnivel, por un escalón granítico muy vertical y sobre el que un
tortuosísimo camino describe una colección completa de pequeños giros y
recovecos.
El resalte nos mete en sudores cuando son las once y media de la
mañana. Pero coronado el resalte, enseguida aparece a nuestros ojos el Estany
de La Restanca y el refugio de su orilla norte.
Hay que bajar todavía una cincuentena de metros, cosa que hacemos
buscando la vía de salida de la cubeta lacustre, para alcanzar la pared de la
presa. Al otro lado se encuentra el Refugio de La Restanca situado a 2010 metros de altitud.
Hay otro más viejo pero no lo localizamos.
Estany de la Restanca de camino a Guellicrestada.
Son las doce menos cuarto. El día está absolutamente espléndido,
hay personal por los alrededores del refugio pero lo nuestro pasa por confirmar
la continuación del camino en el refugio, echar un buen trago de agua y un
cuarto de hora después salir por el sur del refugio y tomar una empinada ladera
surcada por abundantes escorrentías y, en dirección este-sudeste, ganar altura
para introducirnos en el corredor por el que baja el desagüe del Estany de Cap
de Port.
Queremos hacer dos etapas juntas y por esa razón hemos desistido
de pasar por el Estany Mar, ya que nos obligaba a ampliar el recorrido y por
idéntica razón hemos elegido la continuación por el Puerto de Güellicrestada,
que aunque nos obliga a pasar más alto, el camino es mucho más corto que por el
Puente de Ressec.
En el estany con el Puerto de Guellicrestada al fondo.
El ascenso es continuado pero solamente son 220 metros de desnivel
por lo que el tema se liquida relativamente pronto. Además un grupo tan fogoso
como inexperto, nos ameniza el ascenso: vienen como una moto y nos pasan en el
rellano donde se asienta el estany.
Bordeamos por el norte en horizontal y nos introducimos de inmediato en el corredor que en dirección sudeste conduce al Puerto de Güellicretada en plena ladera sur del Montardó.
Las piedras, el calor y la pendiente se van a encargar de pasar la
correspondiente factura a nuestros compañeros de ascenso mientras que nosotros,
tras el parón para la foto de rigor y esas cosas, nos vamos para arriba con una
marcha más.
Cap de Port de Guellicrestada desde el Port de Guellicrestada.
El Puerto de Güellicrestada es frontera entre la Comarca del Pallas y La Vall d’Arán y está situado a 2475 metros de altitud.
Se trata de una pequeña brecha de la que se ha de descender suave y brevemente
hasta alcanzar un poste indicador sobre el praderío situado al norte del Estany
de Monges, lugar en el que los jóvenes dan por concluida la marcha.
Nosotros atravesamos la cabecera del circo lacustre e iniciamos un
suave ascenso hacia un collado situado al este y a una altitud de 2540.
Estany de Mangades y la Vertiente Oeste del Port de Caldes.
Alcanzado el pequeño collado hemos de descender del mismo a través
de un empinadísimo corredor a la orilla de un nevero residual. Abajo nos espera
un caos de bloque tras los que encontramos los Estanis de Mangades al sur y el
de Port de Caldes al norte.
Pasamos entre ellos y junto al segundo nos paramos a comer un
poco, es la una y media del mediodía y el paisaje merece ser contemplado.
Estany de Monges y Agujas de Travesany.
Media hora después siguiendo fundamentalmente al este continuamos
nuestro camino en ascenso entre pequeños neveros residuales.
Nuestro objetivo es el Port de Caldes al que llegamos tras un
final de fuerte ascenso. Estamos a 2550 metros de altitud y allí encontramos a una
pareja con la que charlamos un ratillo. Luego iniciamos el descenso en
dirección este y empezamos a encontrar gente a montón.
Pasamos junto al Estany Cap de Rencules y junto a su desagüe
continuamos para abajo hasta encontrarnos con el barranco que se ha engrosado
considerablemente y proseguimos en descenso por su margen izquierda.
Estany Mengades, detrás Besiberris.
El valle se amplía, se arrellana y se llena de verdura entre
bloques graníticos. Nosotros junto al barranco alcanzamos el lugar en el que
confluye la variante del GR11. que hemos desestimado y poco después avistamos
el Estany Mayor de Colomers, en cuya orilla noroeste se encuentra el refugio en
el que vamos a dar por concluida nuestra jornada.
Por fuerte pendiente de granito pulimentado por el glaciar
alcanzamos el Refugio de Colomers situado a 2086 metros de altitud
cuando son las tres y media de la tarde.
El refugio está, según nos dice uno de los guardas lleno a
rebosar. Cuando ve nuestras licencias federativas llama al jefe que nos
confirmará lo mismo y lleno de atenciones se apresta a ayudarnos sugiriéndonos
diversas alternativas.
Charlamos un rato, le decimos que venimos desde el Hospital de
Viella y que vamos sin material de vivac. Termina por sugerirnos primero, es
hora de moverse todavía según él, el Refugio de Saboredo y finalmente nos
reserva plaza por teléfono tras comprobar esa posibilidad.
Este “hotelero”, ms que “guarda”, con una pista que llega hasta
casi el refugio debe tener un negocio montado de la leche con el refugio lleno
a reventar todo el verano. Nos ha debido de ver en condiciones y se nos ha
quitado de en medio. Lo que no sé es qué hubiera pasado si llegamos reventados,
con muy mal tiempo o muy tarde. Nos ha dicho que para una emergencia se haría
lo que fuera. ¡Menos mal!
De cualquier manera, se confirma una vez más mi apreciación de que
los montañeros de nuestra especie cada vez tenemos menos que hacer en los
refugios. Aquí hay que reservar y consumir pues el negocio es el negocio y
hacer montaña es accesorio. ¿Para qué pagamos más de 100 euros anuales a la Federación Aragonesa
de Montaña? ¿Para recibir el Heraldo de Aragón los jueves del verano?
Nos indica el camino y con cierta sensación de estar revolcándonos
en una basura que no es la nuestra, nos echamos la mochila al hombro y nos
vamos. Son las cuatro de la tarde.
En días como hoy es dónde se templa la resistencia. Es
relativamente sencillo hacer un ascenso más o menos duro y largo para rematar
con un descenso que te lleve a casa o al lugar de descanso. Hacer ese ascenso
seguido de su descenso correspondiente, para inmediatamente después encadenar
otro ascenso en medio del calor del mediodía, que se ha de rematar con otro
descenso, es otra cosa. Encadenar el tercer ascenso fuera de todo programa
cuando de alguna manera tu cerebro daba por bien liquidada la comida y la
gasolina de tu cuerpo es una arriesgada vuelta de tuerca más, pero a nosotros
todavía nos queda alguna vuelta de más y eso, hay que suponer que lo ha debido
ver el guarda. Yo le he dicho que veníamos ligeros haciendo las etapas de dos
en dos pero que no queríamos en modo alguno liquidarnos hoy la travesía.
Estany Major de Colomers iniciando el camino a Saboredo.
Bajamos unos metros para alcanzar la pared de la presa del Estany
Mayor de Colomers, la atravesamos en dirección este y siguiendo en la misma dirección
ascendemos una pequeña loma dejando a nuestra izquierda un suave promontorio y
cuando aparece al norte un pequeño valle lateral abandonamos las balizas
rojiblancas y al personal y nos introducimos en un pequeño corredor en
dirección nordeste, para alcanzar en su fondo el lecho de unas pequeñas lagunas
casi colmatadas.
Continuamos en la misma dirección siguiendo citas por un terreno
suavemente ondulado hasta atravesar un casi seco barranco por el que desagua el
Estany Llarg e inmediatamente comenzamos a contornear por abajo la arista
oeste-noroeste de la Tuca
de Sendrosa.
Hay el Coll Sendrosa.
La ladera está densamente vestida de rododendro que no ha
florecido prácticamente todavía y a pesar de que la orografía nos permitiría ir
ganando altura sobre la ladera para alcanzar el corredor algo más arriba, no lo
hacemos ante el posible riesgo de ascender y quedarnos cortados. Por lo tanto
faldeamos en suave ascenso hasta alcanzar el centro del amplio corredor que en
dirección este oeste nos ha de llevar al Collado de Sendrosa.
Con un sol de auténtica justicia afrontamos el ascenso de los 350 metros que nos
quedan de los 450 que hemos de subir en total pasando primero el tramo de
pradera alpina, luego el pedregal granítico sólidamente instalado y por último
las lazadas del camino, al principio sobre praderío para luego introducirse
en materiales más sueltos ya que las
pratenses tienen poca densidad.
A las cinco y cuarto alcanzamos el suave Collado de Sendrosa situado entre la Tuca de Sendrosa y la Tuca de Pigader a 2446 metros de altitud.
Entrando al Circo Lacustre de Saboredo.
Hemos subido bien, echamos un trago de agua y comenzamos el
descenso girando a media ladera en dirección sur. Tenemos que rodear la Tuca de Sendrosa desde su
arista norte en la que se encuentra el collado hasta el sudeste del pico, lugar
en el que se localiza la parte inferior de la zona lacustre del Circo de
Saboredo.
Faldeamos con cuidado de no perder demasiada altura puesto que el
refugio se encuentra a 2310
metros de altitud y lo buscamos en la orilla oeste del
circo junto a un estany de considerables dimensiones. Vamos, que no debe tener
pérdida.
Poco después avistamos unas instalaciones con pinta de refugio
ocasional y ligeramente elevado sobre la parte este del circo. Se ve de lejos
pero nosotros lo buscamos en el lugar que lo sitúa el mapa.
No localizando nada donde buscamos, decidimos bajar al fondo de la
cubeta lacustre, atravesar por medio de los Estanis de Saboredo y remontar
suavemente hasta alcanzar lo que en
realidad es el Refugio de Saboredo. Son las seis de la tarde.
Refugio de Saboredo.
Nos reciben una de las dos guardas con un “¡Ah, ya estáis aquí!
Pues habéis llegado pronto, hace un momento que han llamado.
Charlamos un poco con ellas ya que la cocina está anexa al
comedor.
Se trata de un pequeño refugio, sin aseos, con algún añadido
exterior que le confiere aspecto de
barracones de obras, y no faltan materiales correspondientes a ellas, desde
luego.
La tarde se va nublando muy suavemente pero nos da lo mismo.
Nosotros hemos liquidado nuestra segunda etapa con propina: hemos subido 1836 metros , bajado 1156 metros , hemos
recorrido aproximadamente 22
kilómetros y hemos empleado el mismo tiempo que ayer,
diez horas y media. Estamos bien.
Nos aseamos un poco en una charca próxima y contemplamos la subida
de las nieblas mientras reponemos líquido impíamente.
Sobre las siete y media nos hacemos la cena en una mesita del
pequeño comedor y cenamos tranquilamente junto a un grupo de americanos con los
que charlamos un poco puesto que resultan francamente agradables y con los que
intercambiamos algunas cosillas que ellos desconocen.
A las nueve nos vamos a la piltra puesto que mentalmente queremos
descansar aunque físicamente no estemos agotados ni mucho menos.
Esquema Etapa 2.
El personal tarda en acostarse pues estaremos alrededor de docena
y media de personas pero al final lo hará, suponemos, puesto que nosotros
estamos para otros menesteres mucho más interesantes.
Puedes ver la Continuación.
Puedes ver la Continuación.
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