Desde el Roc Batallet Boldís Sobirá y en Coll de Lleret.
Tavascán,
Boldís Subirá, Coll Tudela, Areu y Pla de la Selva.
16-07-2004.
Tiempo efectivo 08:15 h.
Mixto.
Muy fácil.
Travesía.
Mapa de Tabascán al Pla de la Selva procedente de Prames. Vía en rojo.
A las seis de la mañana mi
despertador nos mete en el viernes día 16 de Julio de 2004.
A las siete menos cuarto hemos
desayunado, enmochilado todo y partimos para arriba en dirección sur.
La mañana es de sebo y el repecho
nos mete en calores desde el principio puesto que yo me he bajado en un trote a
tirar la basura a Tavascán mientras Rosa iniciaba el camino.
Bajando a Tavascán el Valle de Boldís Sobirá, tajo para la jornada siguiente.
Subimos por una empinadísima senda
hasta la caseta de la conducción del agua al pueblo y luego continuamos para
arriba por un camino entre abedules. Subimos a buen ritmo, pasamos algunos
inclinados prados, bosquecillos de abedules y nos metemos entre pecho y espalda
por encima de 400 metros
de desnivel. Ganamos la misma altura del camino de ayer.
Luego, una senda, también similar al
camino de ayer, comienza a faldear por la inclinada pendiente, tan pronto para
arriba como para abajo atravesando corredores, en alguno de los cuales
encontramos agua. Proseguimos de esta manera faldeando a media ladera una
inclinadísima pendiente vestida de pradera alpina, girando un poco al este y en
ligero descenso.
Contorneamos con el camino un
profundo barranco y tras dejar bajo nosotros el caserío de Boldís Jussá, nos
acercamos, haciéndosenos ya largo, al pueblo de Boldís Subirá a 1480 metros de altitud.
Son las nueve menos cuarto y hemos empleado un par de horas en la tarea.
A la otra parte del pueblo
encontramos una pista que suavemente va para arriba en dirección este. Nos
tropezamos con un inexperto gazapo que maniobra en la pista frente a nosotros y
poco más arriba pasamos el Barranco de San Miguel en el que la pista gira casi
al oeste y continúa su suave ascenso en largas lazadas.
Hemos cogido agua en el barranco y
proseguimos por la pista todavía a la sombra en un paraje llamado Roc Batallet.
Cuando giramos de nuevo para tomar dirección este nos llega el sol que se cuela
entre los pinos. Pero nosotros a tren estamos dispuestos a beneficiarnos la
pista con la marcha de resistencia y el turbo a tope.
Luego la pista se alarga bastante
más de lo esperado y nos hace suponer que se va a plantar en el collado al que
vamos. Por tanto, a media pista sobre los 1750 metros de altitud
y cuando son las nueve y media nos paramos a almorzar en un sol y sombra desde
donde contemplamos nuestros anteriores pasos altos.
Casi se nos hace un fresco que
agradecemos, pero no vamos a dar tiempo para que sea consistente puesto que un
cuarto de hora después seguimos pista arriba.
Al final la pista llega a la loma
oeste de Tudela y da unas cortas lazadas sobre la misma antes de convertirse en
un camino.
El camino transita una ladera de
mediana pendiente si se va hacia el sudeste pero nosotros perdemos las balizas
y nos vamos un poco más al este con un repecho un poco más fuerte.
En el Coll Tudela.
Desde casi arriba localizamos las
trazas del camino a nuestra derecha y
por consiguiente iniciamos un largo faldeo primero en suavísimo ascenso
sorteando las matas de enebro rastrero y luego prácticamente de llano por la
pradera alpina del amplio Collado de Tudela situado a 2243 metros del
altitud, al que llegamos tras confluir con el camino que habíamos abandonado
unos minutos antes.
Son las once y cuarto cuando echamos
un buen trago en el plano y herboso collado a la sombra de un pino negro antes
de introducirnos valle abajo.
La ladera este de la Sierra de Costuix desciende
brutalmente. El camino que la recorre baja primero un tanto al sur para luego
eternizarse en un sinfín de lazadas practicadas sobre un terreno muy inclinado
en el que el pino negro dará paso paulatinamente al silvestre.
El descenso resulta incomodo sobre
tierras rojas algo erosionadas y obliga continuamente a rodear para pasar sobre
pinos que caídos cierran el camino.
De nuevo sentimos el azote del calor
valle abajo y más cuando alcanzamos un amplio rellano en el que se asienta la Borda Costuix
situada a 1715 metros
de altitud.
No encontramos ni rastro de la
fuente que debe haber por allí y tomando una pista que nace en un camino que
vallado atraviesa por medio de un prado continuamos para abajo.
Inmediatamente y en un lugar en el
que la pista para un barranco está la fuente. Echamos un buen trago, cogemos un
poco de agua y continuamos sin más dilación.
La soleada pista, primero al sudeste
y luego al nordeste, transitando un espolón en el que quedan restos de un
potente incendio, va bajando hacia el siguiente valle por el que discurre el
Río Noguera de Vall Ferrera.
Areu.
Cuando ya tenemos el pueblo de Areu
a la vista aunque habrá que bajar todavía lo suyo, las abejas nos dan un
pequeño susto: están transportando las colmenas de su emplazamiento a un camión
refrigerado y nosotros sin saber nada acertamos a pasar junto al camión en
medio de la faena. Nos advierten a gritos y tras sacudirnos alguna abeja que ya
estaba a nuestro alrededor proseguimos sin más contratiempo.
Contemplamos el riego por aspersión de los prados de hierba
utilizando el agua entubada en el barranco poco más arriba y nos encontramos ya
casi en el pueblo. Pero la
pista se
alarga y rebasa el pueblo un poco hacia el norte antes de confluir con la pista
principal del valle.
En la confluencia de pistas a 1250 metros de altitud
nosotros tenemos que ir al norte valle arriba pero el pueblo está medio
kilómetro valle abajo. Por tanto, decidimos dejar las mochilas y marchar para
comprar pan y echar una cerveza antes de emprender valle para arriba.
Antes de llegar al pueblo
encontramos un cámping junto a la carretera y nos metemos dentro cuando es la
una y cuarto. Hay bar, nos venden pan, echamos una enorme caña con limón,
descansamos un poco a la sombra y charlamos con el dueño.
Nos dice que el panadero sube por la
tarde, por lo que deducimos que no debe haber muchas tiendas. El camping parece
estar flojo y él estar dispuesto a lo que sea necesario.
Sobre las dos de la tarde
recuperamos las mochilas y poco después, pista arriba y junto a un barranco que
baja por la ladera derecha del valle, paramos a comer a la sombra.
El paso de la pista sobre el
barranco obliga a detenerse a los coches por lo que el hecho me sugiere la idea
de que puede ser un lugar estupendo para hacer dedo a la bajada ya que no hay
transporte público en el valle.
A las tres menos diez nos ponemos en
marcha, pista arriba, en dirección norte.
El cielo se ha ido cubriendo con
nubes de desarrollo y a Rosa le parece que hay peligro de tormenta. Yo creo que
el tema irá para largo aunque en la montaña no se sabe casi nunca.
El barranco en la Vall Ferrera.
Poco más arriba la pista cambia de
orilla y prosigue por la izquierda del Río Noguera de Vall Ferrera.
Medio kilómetro más adelante el GR.
se va a la derecha de la pista y por un camino muy transitado ganamos altura
hasta alcanzar un barranco que baja por la ladera norte de Monteixo. Bajo el
camino desaparece el pinar convertido en prado de montaña en el que hay un par
de bordas.
Se queda Rosa echando un trago de
agua mientras yo me alargo a echar una ojeada. La segunda está abierta y nos
puede solucionar una tarde noche de tormentas.
Cogemos las mochilas y continuamos
un poco para arriba al encuentro del Plan de La Selva marcado ya por el
altímetro.
No aparece y decido descargarme la
mochila y marchar un poco para arriba entre la pista y el GR.
Unos metros más adelante aparece el
Plan de la Selva
situado a 1680 metros
de altitud. Un cartel lo indica.
A Rosa le digo que el plan no está
junto al río, que no tiene agua, que por toda instalación tiene una mesa de
pícnic con bancos adosados, que hay una borda cerrada, un abrigo para estar un
par de personas sentadas pasando un chaparrón y, eso sí, dos vacas.
Decido un tanto con la oposición de
mi chica bajar un poco hasta las proximidades del agua y del posible cobijo en
caso de lluvia.
Son las cinco y media y se nos ha
ido una hora desde que hemos parado junto al barranquillo.
Próximos al prado y en una zona
encima del camino vamos a plantar la tienda. Si no llueve pasaremos la noche
allí y si llueve nos podemos meter en la borda.
Al poco rato de plantar la tienda
comienza a llover un poco, luego lo hace un poco más y mi esposa se pone nerviosa
por un par de truenos y algún relámpago que acompaña a la pequeña tormenta. Al
final nos vamos hasta la borda y se acaba el contencioso.
Cruzar el prado con hierba alta sin
segar nos ha supuesto un remojón considerable de rodillas para abajo, de tal
forma que cuando un rato después para de llover, me pondré la capa y el pantalón de agua y me
iré al barranco a por agua, no quiero que la mojadura vaya a mayores.
Barremos un poco la parte superior
de la borda que entarimada no está de mucho uso puesto que tiene el hogar
derrumbado. A pesar de ello, hay una mesa y un par de bancos que nos van a ser
más que suficientes para nosotros.
No son siquiera las siete y media
cuando nos disponemos a cenar. Lo hacemos copiosamente ya que la comida la
tenemos abundante y hay que liquidarla. Unicamente vamos un poco más justos de
pan, pero hay suficiente.
Sobre las nueve tendemos los sacos y
las esterillas sobre la tarima y nos ponemos en horizontal aunque sea
plenamente de día y la tormenta haya pasado ya.
Esquema Etapa 5.
Tenemos tiempo suficiente para
recapitular sobre la jornada del día: han sido1678 metros subidos, 1118 metros bajados y 22,5 kilómetros
recorridos en nueve horas y tres cuartos.
Las tablas resultan más duras que los prados en los que hemos
acampado y se nota, pero nosotros tenemos la costumbre de hacer lo que toca
cuando corresponde y ahora corresponde dormir y descansar para mañana estar en
condiciones de rematar nuestra travesía.
Puedes ver la Continuación.
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