Glaciar de Morión y Cara Sur de la Testa de Ruitor.
Cola
del Embalse de Beauregard, Cap Crova, Refugio Scavarda, Glaciar de Morion, Cara
Sur de la Testa
de Ruptor, Testa de Ruitor, Arista Este de Ruitor, Glaciar de Ruitor y Refugio
Deffeyes.
09-08-2005.
08:30
h.
Sol.
Batante difícil
Travesía.
Agua
según temporada y no en cualquier parte del recorrido, aunque hay algunos
puntos de aprovisionamiento en ambas vertientes de la Testa de Ruitor.
El
camino siempre prueba al caminante y en la montaña es regla. Hay que controlar
todos los movimientos incluso cuando se va en grupo, en solitario es ley de
oro.
Se
debe cuidar esmeradamente la integridad personal y especialmente la de los pies
que son sometídos día tras día a unas prestaciones inigualables.
Cambiar
de botas, de calcetines… cuidados preventivos…cada uno tiene sus estrategias.
Pero si a pesar de todo nuestros pies sucumben, solamente nos queda la
resistencia sobre la que se ha de cimentar el éxito en la consecución del
objetivo.
Mapa del Refugio Bezi a Testa de Ruitor procedente de Didier Richard. Vía en verde.
Mapa de Testa de Ruitor a Refugio a Deffeyes procedente de Didier Richard. Vía en verde.
Así que suena el despertador a las seis de la mañana y lo escuchamos
con ganas de liquidar una noche que ha resultado regularcilla y comenzar
nuestro 9 de Agosto que es martes, lo que no tiene ninguna significación
especial.
Las tareas normales de la mañana resultan un poco más largas debido a
que hay que quitarse las ropas extras con las que hemos dormido y hay que
hacerlo con cuidado si no queremos llevarnos una tonelada del polvo de la obra
con nosotros.
Recogemos todo lo que hemos utilizado, dejamos el lugar como si no
hubiera estado allí nadie y a las siete menos cuarto de la mañana comenzamos
nuestra jornada, a 1785
metros de altitud,
tomando la carretera hacia el puente para seguir por la carretera que va
en dirección nor-nordeste a Valgrisanche.
La mañana está francamente fresca y agradecemos el ascenso que nos
templa un poco nada más pasar por Surier.
No habría sido nada fácil encontrar un lugar plano para montar la
tienda en esta zona a no ser que pegados a la carretera. Acaso en la capilla
que hay unos metros al norte de Surier, rodeada de una pequeña explanada verde,
hubiera sido posible acampar pero el lugar además de estar absolutamente
desabrigado ofrece pocas ventajas más.
Lago Beuregard y epilobium.
Enseguida ganamos altura con relación al Lac de Beauregard y dejamos a
nuestra izquierda la carretera que marcha hacia el Gran Alpage y al enorme
valle que se orienta un poco al oeste de nuestra ruta.
La carretera se arrellana para descender ligeramente a continuación en
una zona en la que están haciendo defensas contra aludes.
Vamos en dirección nordeste y en el norte, por encima de la carretera,
se recorta un contrafuerte que nos llena de dudas pues no sabemos si hemos de
atravesarlo o no para alcanzar la zona de Crova.
Finalmente cuando consideramos que la carretera que sube de Valgrisanche
puede ser alcanzada en diagonal sin necesidad de ir hasta el desvío, tomamos un
poco transitado camino que asciende fuertemente sobre la ladera y que tras
atravesar un crecido prado bastante inclinado, nos deposita en una especie de
albergue al que llega una pista.
Tomamos la pista que asciende suavemente y en dirección norte pues
suponemos que nos ha de conducir a la Cabaña Crova pero tenemos dudas sobre todo cuando
las lazadas de la pista nos alejan de la dirección que queremos llevar.
Finalmente, algo arriba ya, localizamos a un pastor que está cuidando
un rebaño de vacas en unos prados al inicio del rellano en el que culmina la
ladera que hemos ascendido.
Soltamos las mochilas y nos vamos con Juan a preguntarle.
No conoce ni el Refugio ni la Cabaña “ Capanna” di Crova pero nos dice que a
esa zona se le llama Crova y nos señala colgado en la arista algo blanco que ya
hemos visto antes y que es, ni más ni menos que el Refugio Scavarda y por allí
precisamente tenemos que pasar.
Mont Pela, Alpe di Crova con Refugio Escavarda.
Volvemos a las mochilas y a través de la pradera alpina nos vamos
directamente hacia unas construcciones y un aparcamiento con coches donde
suponemos se encuentra el Refugio.
Al fin hemos cruzado la carretera que sube desde Valgrisanche y
estamos orientados. Son las nueve menos cuarto y nos encontramos sobre los 2400 metros de altitud
en un lugar en el que hay obras además de unas viejas instalaciones
subterráneas debidas a algún ingeniero o militar atrevido. Terminaremos por no
saber si lo de Cap Crova significaba Capanna Crova o Capitano Crova. Lo mejor
de todo es que desde las instalaciones parte un transitado camino que es el que
nos interesa.
El camino está trilladísimo por un colectivo de jóvenes pertenecientes
a una ONG que está reconstruyendo desde sus ruinas el Refugio Scavarda para
explotarlo como fuente de recursos por la organización. Encontramos a algunos
que bajan el resalte para recoger cargas en las instalaciones inferiores.
Pasamos junto a una cabaña que utilizan junto a unas grandes tiendas como
comedores y dormitorios y proseguimos atravesando el rellano siguiente en
dirección norte. Nuestro objetivo es un potente espolón rocoso muy erguido que
baja por la vertical del emplazamiento del refugio.
Para ello el camino se irá decididamente al oeste del espolón para atacar
por la pared lateral oeste del mismo y nosotros nos vamos por él en compañía de
algunos voluntarios que van para arriba hasta un depósito intermedio. Desde
allí subiremos con un cooperante sudamericano que nos pone al corriente de la
situación.
El camino en la pared oeste del espolón es ciertamente erguido y
asciende impíamente. A nosotros no nos supone gran dificultad pero entramos en
calor y termina por hacérsenos largo el camino dilatándose la llegada al
refugio.
El altímetro canta la altitud buscada y el camino describe una
travesía horizontal hacia el este para terminar depositándonos en el
desconyuntado emplazamiento del Refugio Scavarda. Estamos a 2912 metros de altitud
y son las diez y cuarto.
Están forrando de piedra el refugio
y nos acercamos a charlar con los jóvenes que están en pleno desayuno.
Nos ofrecen té que nosotros
rechazamos pero terminamos por aceptar cortesmente y les decimos que si tienen
agua ya que el Lac de Morión está un pelín alejado de nuestra ruta y
probablemente no sea fácil conseguir agua a partir de aquí.
Nos dicen que bebían directamente
del lago pero que tuvieron diarreas porque había contrabando en el agua. Así
que creemos entender que le dan algún tratamiento antes de consumirla y
consecuentemente nos despedimos sin más y nos vamos para continuar con el
camino hacia el Glaciar de Morion.
Gñaciar de Morión.
No estaremos ni siquiera a 50 metros cuando una
chica nos llama y viene a nuestro encuentro con una botella de agua, vuelvo a
su encuentro para rellenar mi botella pero insiste en que me la quede pues
ellos la tienen sobrada por lo que yo le doy cumplidas gracias.
Unos metros más adelante,
aprovechando un abrigo al sol paramos a almorzar un poco y a descansar otro
poco puesto que ya llevamos una buena subida y nos queda negocio todavía.
Sobre las once, hemos repartido el
agua en nuestras botellas y nos ponemos en marcha en dirección norte para
alcanzar en horizontal un espolón rocoso que arranca un poco al sur de la Testa de Ruitor.
Enseguida perdemos las citas que
suponemos se incorporan al descompuesto espolón rocoso, pero solamente es una
suposición, ya no volveremos a verlas y es que, no se deben ir al espolón sino
que lo hacen en horizontal para atravesar el Glaciar de Morión por su parte
inferior y alcanzar así de forma económica el Collado de Ruitor.
Nosotros atravesamos el espolóm y
tomamos la descompuesta morrena derecha del Glaciar de Morion, lugar en el que
nos encontramos con el montañero al que hemos preguntado en la carretera antes
de iniciar el ascenso por libre. Ha venido solo a ver el tema, no lleva mochila
ni crampones y se da la vuelta desde allí.
El Glaciar de Morion es, en este
momento, una lengua glaciar alargada y situada al sudeste de la Arista nordeste de Ruitor.
Se encuentra libre de nieve de la temporada y nos invita a ponernos los
crampones ya que, de momento, vamos a atravesar la sección más al sur y próxima
al espolón rocoso.
Atravesamos en diagonal ascendente
pero antes de abandonar el hielo proseguimos de frente para arriba puesto que
es mucho mejor que abordar la descompuesta pared sur de la Testa de Ruitor. Alguien ha
sugerido hacer el pico y aunque no conocemos las vías de acceso vamos al
asunto.
Ascendemos por la orilla izquierda
de la lengua glaciar hasta que nos incorporamos a la masa glaciar principal ya
bastante arriba, cuando el espolón se aproxima a la cima del pico.
Especulamos acerca de diversas
incorporaciones a la pared sur del pico no muy claras pues se trata de una
pared metamórfica muy descompuesta y vertical y terminamos ascendiendo todo el
glaciar hasta alcanzar la arista sur del pico al que llega el espolón rocoso.
Unos metros erguidos sobre glaciar
con nieve de la temporada nos conducen a un collado en plena arista. El glaciar
en la parte oeste está muy erguido y la arista intratable para nosotros; así
que, hay que volver sobre nuestros pasos e incorporarnos a la pared por otro
lugar.
Rosa y yo volvemos sobre nuestros
pasos abreviando mientras que Juan se queda un poco.
Desandamos un buen trecho y dejando
la huella que hemos hecho ascendemos el glaciar hacia la base de la pared.
El Cervino.
Nos quedan 150 metros de pared
metamórfica, vertical y descompuesta, de esas de las que la gente suele huir
pero en las que nosotros evolucionamos bastante bien y jamás soslayamos aunque
sabemos que son peligrosas.
Son paredes en las que hay que echar
mano de toda la sabiduría montañera que se posee, emplear toda la paciencia y
el cuidado de que se es capaz para
realizar una escalada fina e
impecable. Esas paredes requieren ser calculadores como un gato, astutos
como un zorro, y perspicaces y
especuladores como un lince. En esas paredes te sientes vivo aunque de cuando
en cuando te falte un poco el aire y te sobre adrenalina.
Glaciar de Morión y Lac de Beuregard.
Y allí estamos. Ni siquiera perdemos
tiempo en quitarnos los crampones; es más, creo que no nos vendrán mal del todo
ya que hay muchas terrazas llenas materiales terrosos. Vira por aquí, repisa
por allá, travesía por más allá, vamos haciendo nuestra propia y original vía y progresando en la pared.
Juan ha entrado cerca del collado, ha atravesado de manera similar la
pared, ha ido un poco más rápido que nosotros ya que ha ido solo y no ha tenido
ni que esperar ni cuidar con no apedrear
a nadie, además de que al principio se ha quitado los crampones. Nos
encontramos sin buscarnos y proseguimos un poco por libre cada uno hacia
arriba.
Subiendo la sur de la Testa de Ruitor.
La pared me recuerda al corredor del Cervino que tuvimos que ascender
cuando nos salimos de la vía para recuperar la arista de Hornli. Salimos de
aquel corredor y saldremos de esta pared aunque se nos lleve un buen rato, un
poco en travesía hacia nuestra izquierda tras quitarnos por fin los crampones.
Es la una y media del mediodía cuando alcanzamos la cima de la Testa de Ruitor a 3486 metros de altitud.
Se trata del punto alto de nuestra Alta Ruta.
En la Cima de la Testa de Ruitor y la Arista al Colle de Ruitor.
Glaciar de Morión y Refugio Escavarda.
Con Montblanc en la Testa de Ruitor.
Bajando la Este de Ruitor.
A las dos y cuarto iniciamos el descenso por la Arista Este de Ruitor
se trata una vía sencillísima cubierta de grandes bloques metamórficos que se
baja por cualquier parte hasta que próximos al Collado de Ruitor, situado a 3373 metros de altitud
y en el que hay una cabaña de madera completamente destrozada; para abandonar
la arista e introducirnos por el flanco norte en el Glaciar de Ruitor.
Montblanc desde el Glaciar de Ruitor.
Zona Superior del Glacviar de Ruitor.
Seguimos la huella y sorteamos algunos puentes que no nos ofrecen
demasiadas dificultades para finalmente abandonar el glaciar e introducirnos en
la morrena lateral derecha del mismo en la que encontramos las citas que nos
marcan el camino.
Luego nos apartamos un poco del lecho ocupado por el hielo para
descender fuertemente por una depresión de la morrena y seguimos para abajo
llevando a nuestra izquierda el enorme Glaciar de Ruitor que ha formado una
potente cascada en su zona intermedia bajo el lugar en el que se asoman las
moles rocosas de Las Vedettes.
Zona Intermedia del Glaciar de Ruitor y las Vedettes.
El camino gira imperceptiblemente al oeste y se alarga, o así al menos
nos lo parece. Hemos dejado a nuestra derecha el Col de Planaval y nos
aproximamos a la zona terminal del glaciar.
Lac Marginal de Ruitor.
Los glaciares en su retirada suelen ir pariendo lagos que dejan
desperdigados por el valle y en este caso asistiremos al desfile de un
interesante conjunto de lagos de origen glaciar: el Marginal, el Superior, el
Gris, el Verde, el de Ruitor y el d’en Bas justamente debajo el Refugio Deffeyes.
Tras el Lac del Glaciar de Ruitor las Agujas de Assali.
Lacs Gris Y Verde de Ruitor.
Lac de Abajo junto al Refugio Deffeyes.
Finalmente hemos de remontar ligeramente sobre un lomo de verdura para
alcanzar el emplazamiento del refugio, como mandan los cánones y para agradar
especialmente a mi esposísima. Son las cinco menos cuarto.
Llegando al Refugio Deffeyes Montblanc ya está más cerca.
Es un pelín tarde, pero como la idem está muy soleada hacemos colada
tras ducharnos con agua fría que no lo está tanto. Rosa marcha al Barranco de
Uselletes y yo la hago en el pilón al
lado del refugio.
Luego bebemos y descansamos
sobre una enorme roca en la parte trasera del refugio donde tenemos tendida la
colada. Es un lugar ventilado que nos vendrá de cine para que se seque casi
completamente incluidos los calcetines recios de lana.
En el refugio hay personal pero no demasiado. Así, un poco antes de la
acostumbrada hora de nuestra cena hacemos la pasta dentro del pilón pues fuera
corre un pelín de viento y cenamos tranquilamente en el comedor a la vez que el
resto del personal. No hay problemas de sitio.
Después de visto lo visto, y teniendo en cuenta que los franceses van
a disponer de un enorme puente alrededor del próximo fin de semana, decidimos
pedir al guarda del refugio que nos reserve para el jueves en la Cabaña d’Orny, cosa que
hará gentilmente. Nos cobra 1,2 euros y así salimos de incertidumbres y
acabamos con un posible problema.
El guarda es un profesional no exento de una cierta amabilidad a pesar
de su aspecto. Le preguntamos por el Vivac Bella Comba y nos dice que ya no
existe y que los mapas del IGC. están sin actualizar, así que menos mal que
teníamos dos opciones aquí.
A las ocho y media nos subimos a la habitación, esta vez nos toca en
planta baja, con lo que Rosa no tendrá que hacer escalada nocturna.
Charlamos un rato después de hacer la cama con sábanas pero estamos
más bien dispuestos a liquidar la jornada por la vía rápida. Hoy ha sido otro
día intenso, el segundo, en el que hemos ascendido 1801 metros , hemos
bajado 1092 metros
y hemos recorrido alrededor de 22’5 kilómetros con el extra de la pared sur de la Testa de Ruitor. Hemos
tenido que caminar durante ocho horas y media efectivas, una más de lo
calculado y no ha salido muy mal el asunto.
Mañana será otro día intenso, el tercero de la serie pero no lo
tenemos demasiado claro. Hay muchísima carretera y ya veremos qué se hace con
ella. De momento, aspiramos a descansarnos al máximo por si acaso y por ello no
serán mucho más de las nueve y media cuando caemos en brazos de Morfeo.
Para ver más fotos.
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