9 ago 2008

19-08. LA INTEGRAL DE LA PEDRIZA. 9-8-2008.

La Pared de Santillán.

Canto Cochino, Pedriza Anterior, Gran Cañada, Prado del Yelmo, Collado de la Dehesilla, Laberinto, Pedriza Anterior, Collado de los Pollos, Barranco de los Pollos y Refugio Giner.

09-08-2008.

Salida 07 h. Llegada 15 h.

Desnivel acumulado 1200 m.

Distancia recorrida sin concretar.
Tiempo efectivo 06:45 h.

Sol.

Poco difícil.

Agua en el barranco, en la Fuente de la Gran Cañada, en el prado del yelmo ya estaba seca y en el barranco de los Pollos que no se seca nunca.

Recorrido circular.

 Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de la Pedriza procedente de publicidad. Vía en rojo.


            Dicen que la Pedriza es el circo más bonito de la Sierra de Guadarrama y nosotros queríamos comprobar que ese imperio de granito era semejante beldad. ¿Se puede dudar, o no?

            Cuando queremos darnos cuenta en nuestra vuelta de Peñalara estamos abajo y hace un calor sencillamente tremendo y no se nos ocurre otra cosa que entrar al Centro de Visitantes del Parque de la Cuenca Alta del Manzanares o sea, de la Pedriza.

            Son las cinco y media y damos una vuelta por las instalaciones hasta que, delicadamente nos echan pues es hora de cerrar.

            Por tanto y con un "calorazo" de la leche entramos por el control y alcanzamos el Aparcamiento de Canto Cochino con la intención de situarnos para la actividad del día siguiente.

            Hay mucho pinar y arbolado diverso a la orilla del Manzanares que pasa junto a la parte baja del aparcamiento primero. Hay un recorrido recomendado con este calor que recorre el curso del río. Hay un aparcamiento un poco más arriba y otro, el último, un pelín más arriba al que no dejan pasar puesto que está lleno.

            Pasamos y comprobamos que está lleno por dos razones principalmente: hay mesas con bancos en una zona próxima para el picnic y que poco más arriba la gente va a bañarse a unas pozas del río.

            Tomamos unas cervezas con aceitunas mientras especulamos con nuestro futuro.

            No se puede acampar. Si salimos para afuera a acampar hay que volver temprano y suponemos que no habrá problemas de entrada ya que lo haríamos pronto, antes de que se llene y restrinjan la entrada. Aquí se está bien. La tarde es cálida y la noche puede ser perfecta para vivaquear. No creemos que esté prohibido vivaquear. Tiene que llegar un momento en que cese el movimiento de una pequeña multitud que está iniciando el fin de semana en la sierra. Hay gente que marcha con mochilas y esterillas para arriba.


            En contra de Rosa tomamos la decisión de vivaquear y allí mismo. Busco un sitio con suelo cubierto de pinaza lo limpio de ramillas y hago una cita para identificarlo cuando vayamos a ocuparlo ya de noche.

            A las ocho y media cenamos en una de las mesas del picnic. Luego esperamos a la que la gente marche aunque se hace de noche y todavía hay una reducida movida; por tanto, cogemos nuestros bártulos y amparados en la sombras de la noche del pinar  extendemos las esterillas y los sacos y nos acostamos con una temperatura maravillosa.

La noche del 8 al 9 de Agosto de 2008 la vivaqueamos unos metros detrás de las mesas del picnic. El bien crecido y limpio pinar nos proporciona  una agradable semioscuridad y el suelo de pinarra la comodidad suficiente para recordar con indulgencia y cariño hasta el de Pralognan la Vanoisse. Los pinos duermen de pie y un lento y agradable amanecer nos lleva  al imperioso reclamo de un nuevo día de montaña a las siete menos cuarto.

Recogemos, desayunamos y a las siete y media nos ponemos en marcha tras bajar al aparcamiento primero y dejar el coche a la sombra del mediodía.

Tratamos de hacer una travesía integral de todo el Circo de la Pedriza sin demasiadas ambiciones puesto que no conocemos y la orientación puede complicar el tema. De cualquier forma vamos a conocer fundamentalmente.

Cruzamos el Manzanares por el puente del aparcamiento y tomamos, de los tres caminos el que marcha llano hacia el este para atravesar un segundo puente. La senda está transitada, progresa en ascenso en medio de matorral variado pero enseguida se abre en ramas varias más o menos definidas. Tenemos que ir eligiendo pero vamos ascendiendo hasta que llega un momento en el que alcanzamos la primera alineación de bloques con las primeras paredes y terminamos por perder el camino con lo que iniciamos nuestro propio camino a través de bloques graníticos que vamos pasando en ascenso con alguna vuelta que otra.

Arroyo de la Majadilla en la Pedriza Anterior.

La alternativa consiste en ganar altura sobre la masa granítica para alcanzar la parte superior y desde allí reorientar nuestro camino según podamos o convenga.

Una Tortuga.

Espectaculares gramíneas.

Trepamos bloques y lajas de granito atravesamos pasillos, subimos algún corredor todo ello empleando las manos y con un esfuerzo generoso, el granito lo exige.

En lo alto del risco vemos una posible opción de bajar hacia el norte al objeto de tomar un camino que se orienta hacia la Gran Cañada. Estamos en la Pedriza Anterior.

Embalse de Santillana en Manzanares el Real.
El descenso es entretenido pero encontramos paso  y al contraluz de la mañana también el camino de la Gran Cañada. Las cabras que nos contemplan no deben  estar demasiado acostumbradas a ver el personal por esta zona.


Un medianamente transitado camino nos conduce en dirección este hasta el rellano y allí, girando un poco hacia el nordeste, abandona el rellano y nos lleva a la Fuente de la Gran Cañada.

Creemos que se trata de un camino hacia la fuente y nada más porque nos reorientamos hacia el fondo de la Gran Cañada y alcanzando el camino de nuevo proseguimos hacia el este.
Collado de la Pedriza en la Gran Cañada desde la fuente.

Suponemos que hemos alcanzado el Collado de la Pedriza  sobre los 1350 metros de altitud y cuando esperábamos que girara hacia el norte, el camino se prolonga hacia el este en suave descenso con intención de sacarnos del circo.

Por lo visto, decidimos dar la vuelta sobre nuestros pasos hasta las proximidades de la fuente, lugar en el que encontramos a un montañero que nos dice que la fuente está, precisamente, en el camino hacia la zona del Yelmo.
El Beso.

La fuente ya la conocemos y llegado a ella comprobamos que el camino prosigue para arriba atravesando la zona de matorral al sur de la zona del Pan de Kilo.
El Yelmo.

El matorral va desapareciendo conforme aflora el granito y caminamos contemplando las formaciones rocosas próximas a una característica peña que aparece al frente y que reconocemos. Se trata de la Peña del Yelmo a la que llegamos por el sur, con lo que contemplamos su cara más conocida y conformada por unas placas especialmente lisas y bastante inclinadas que se elevan sobre la Pradera del Yelmo alrededor de 150 metros.

La Pradera del Yelmo.

Detalle.

Recorremos la pradera en dirección nordeste y en las inmediaciones de la fuente que ya no mana por el caño nos detenemos para almorzar. Son las diez y cuarto y parece que hemos recuperado el camino pretendido.

La Ventana.

El Dromedario.

Un cuarto de hora después proseguimos en dirección nordeste y en suave ascenso contemplando diversas formaciones geológicas en forma de enormes huevos, una gran ventana natural y un dromedario que nos mira.

Estamos en la zona del Acebo y vamos a girar al noroeste para ir al encuentro del Collado  de la Dehesilla.

El Collado de la Dehesilla.

El descenso hacia el collado está bastante transitado y se desarrolla por una ladera cubierta completamente por un manto encantador de gayuba. Alcanzar el collado se lleva su tiempo aunque quizás sea más mental que real.

Cortina de gayuba en el Collado de la Dehesilla.

En el collado, lugar por el que pasa el GR.10. Hay un grupo descansando. El camino balizado sale en dirección norte hacia la parte posterior del circo y no como pensábamos. Está bien indicado y eso va a tener su peso en oro. Son las once de la mañana.

En el Collado del Laberinto.

La continuación es un empinado, tortuoso y abrasador camino que nos eleva  entre pinos, carrasquillas y arbustos de similar catadura  hasta lo alto del risco. El paraje se conoce como Mataelvicial y nos mete en sudores sin contemplaciones. Son veinte minutos  intensos los que nos llevan a un desfiladero entre fastuosas torres de granito, a cuya sombra se respira maravillosamente bien.

La continuación va a resultar de lo más bonito y espectacular del circo. El camino, perfectamente balizado discurre entre enormes torres y bloques de granito de preciosas formas y las mismas especies vegetales pero más desarrolladas. Es un jardín especial que se orienta hacia el oeste introduciéndonos en el Laberinto, lugar en el que no se sabe si hay que mirar más para abajo o para arriba.
La Chimenea de Hadas.

Enseguida alcanzamos la visión de una torre espectacular. Se trata del Capuchino y es una perfecta y encantadora chimenea de hadas. La fotografiamos por el este y luego de pasar a través de la Ventana Natural en la que hay que quitarse la mochila, también por el oeste.

Y cuando salimos por la ventana, cambia nuestra suerte. Nos alcanza un montañero de nuestra edad y de nuestro pelaje que llega sudoroso.

Entablamos conversación inmediatamente.

-¿Vienes a ritmo eh?

Si, he salido un poco tarde…

-Este repecho se las traía.

Parece ser que conoce la zona y yo me dejo caer con que hoy llevamos un día un tanto complicadillo pues no sabemos muy bien que terminaremos por hacer de nuestros propósitos consistentes en hacer el circo para conocerlo un poco.

-Yo voy a hacer la travesía integral, si queréis…

La Bota.
Jose, de Arganda, se conoce la Pedriza como la palma de su mano y a partir de allí es un disfrute total, olvidándonos de orientaciones, embarques y pérdidas de tiempo innecesarios que solamente conducen al aborrecimiento y la frustración.

Salimos del Laberinto y entre masas de pinos de repoblación alcanzamos la elegante y altiva Pared de Santillán.

Un poco definido camino muy bien balizado nos conduce en suave descenso hacia el Collado de la Ventana.

El Perrillo.

La salida del collado es artificiosa y nos conduce de brecha en brecha sobre corredores que desembocan en el circo que estamos rodeando. Estamos en plena Pedriza posterior.

Juan se da una vuelta por libre perdiendo unos metros y teniendo que recuperarlos por el barranco siguiente. Le espero y una vez reunidos todos proseguimos en un camino bastante sinuoso y accidentado entre bloques, agujas y torres que repiten imágenes ya vistas. Hasta, incluso vemos un perro de cabeza pétrea, antes hemos visto la bota pero me pareció que me vendría un poco grande.

Collado de Matasanos.

Estamos pasando la parte más elevada del circo, alrededor de los 2000 metros de altitud y un suave descenso nos conduce al Collado de Matasanos en la parte norte del circo.

La Cuerda Larga.

Comenzamos a gira al sudoeste rodeando las Torres de los Gavilanes y en nuestro horizonte noroeste, fuera del circo, aparece la Cuerda Larga a cuyos pies nace el Manzanares que se engordará con los varios arroyos de la Pedriza.

Cabeza de Hombre.

Ya en descenso  alcanzamos el Collado del Miradero o de los Pollos. No vamos a continuar el cresterío por la Cerda de la Milanera, no aporta nada y hace una solanera tremenda. Jose nos introduce al interior del circo por un camino que se desarrolla a través del pinar.

Destrepe bajo el Prado de los Pollos.

Pasamos el Prado de los Pollos ya en dirección sur, por la orilla derecha del barranco y bajamos suavemente  al encuentro del mismo. Es el único lugar de la Pedriza en donde no falta el agua durante todo el año.

En el descenso hemos de incluir un fuerte destrepe de una zona de bloques enormes que nos obligan a trabajar un poco más de lo que ha sido habitual en el día, hasta hay un paso equipado con dos clavos.

 Se nos hace largo luego incluso a la sombra de los pinos pero es que la hora anunciada se ha alargado un poco más de lo previsto.

Son las tres de la tarde y parece ser que la jornada está echada. El camino está completamente balizado pero nuestro error ha sido no saberlo e iniciarlo por libre.

El Barranco de los Pollos no se seca nunca.

Bebemos con ganas a pesar de que llevábamos agua. Esta está más fresca.

Charlamos hasta del proyecto de Jose en Ordesa, descansamos en este lugar tan encantador después de toda la jornada y a las cuatro proseguimos para abajo.

Nos hemos saltado el tramo de Las Milanera y el Collado del Cabrón con el Cancho de los Muertos pero ni importa.

Refugio Giner.

Siempre ya junto al barranco lo cruzamos repetidamente y visitamos una recóndita poza en la que nuestro anfitrión nos enseña truchas. Poco después alcanzamos el Refugio Giner que hemos ido viendo sucesivamente desde arriba. Rosa y Juan suben a verlo mientras nosotros les esperamos a la sombra.

Luego por transitadísimo y polvoriento camino, siempre por la orilla derecha del barranco de la Dehesilla al que ha ido a tributar sus aguas los de los Pollos, Ventana y Milanera, vemos la Peña Sirio y contemplamos el perfil norte del cordal por el que hemos deambulado a la mañana. Terminamos alcanzando el centro ocupacional del Parque lugar en el que cerramos nuestro bucle en la Pedriza.

En el Puente sobre el Manzanares nos despedimos. Terminamos así una jornada de reconocimiento, finalmente de manera satisfactoria, a pesar los comienzos.

No es muy fácil determinar el desnivel realizado a lo largo de la jornada, pero que estimo alrededor de los 1200 metros como mínimo. Son las cinco y media de la tarde.

Luego disfrutamos de un fastuoso remojón en el río, comemos un poco y secamos nuestras pertenencias aunque sea parcialmente. Después limpiaré ligeramente el coche que está lleno de polvo y de mosquitos y a las siete salimos de la sombra de nuestro aparcamiento para marcharnos a las Torres de Madrid que hemos ido viendo a lo largo del día en medio de la neblina de la distancia y de la polución.

Llegamos a Madrid enseguida, las torres nos guían y allí está nuestro destino. Luego en el Piso de Biola, nos bañamos, comenzamos a ver los Juegos Olímpicos de Pekín con la Medalla de Oro de Samuel Sánchez, compramos algo para añadir a la cena que nos ha comprado Biola, cenamos y salimos a dar una vuelta para encontrarnos con Biola que llega de una despedida de solteros.

Al día siguiente visitaremos la exposición de Bodies después de pasar por el CNIO. Comeremos en un restaurante cualquiera y a las tres para casa, quedan 400 kilómetros por hacer.

A las ocho y media en Sabi.

   




             

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