La Pared de Santillán.
Canto Cochino, Pedriza Anterior, Gran Cañada, Prado del
Yelmo, Collado de la
Dehesilla , Laberinto, Pedriza Anterior, Collado de los
Pollos, Barranco de los Pollos y Refugio Giner.
09-08-2008.
Salida 07 h. Llegada 15 h.
Distancia recorrida sin concretar.
Tiempo efectivo 06:45 h.
Sol.
Poco difícil.
Agua en el barranco, en la Fuente de la
Gran Cañada , en el prado del yelmo ya
estaba seca y en el barranco de los Pollos que no se seca nunca.
Recorrido circular.
Mapa de la Pedriza procedente de publicidad. Vía en rojo.
Dicen
que la Pedriza
es el circo más bonito de la
Sierra de Guadarrama y nosotros queríamos comprobar que ese
imperio de granito era semejante beldad. ¿Se puede dudar, o no?
Cuando
queremos darnos cuenta en nuestra vuelta de Peñalara estamos abajo y hace un
calor sencillamente tremendo y no se nos ocurre otra cosa que entrar al Centro
de Visitantes del Parque de la Cuenca Alta
del Manzanares o sea, de la Pedriza.
Son
las cinco y media y damos una vuelta por las instalaciones hasta que,
delicadamente nos echan pues es hora de cerrar.
Por
tanto y con un "calorazo" de la leche entramos por el control y
alcanzamos el Aparcamiento de Canto Cochino con la intención de situarnos para
la actividad del día siguiente.
Hay
mucho pinar y arbolado diverso a la orilla del Manzanares que pasa junto a la
parte baja del aparcamiento primero. Hay un recorrido recomendado con este
calor que recorre el curso del río. Hay un aparcamiento un poco más arriba y
otro, el último, un pelín más arriba al que no dejan pasar puesto que está
lleno.
Pasamos
y comprobamos que está lleno por dos razones principalmente: hay mesas con
bancos en una zona próxima para el picnic y que poco más arriba la gente va a
bañarse a unas pozas del río.
Tomamos
unas cervezas con aceitunas mientras especulamos con nuestro futuro.
No
se puede acampar. Si salimos para afuera a acampar hay que volver temprano y
suponemos que no habrá problemas de entrada ya que lo haríamos pronto, antes de
que se llene y restrinjan la entrada. Aquí se está bien. La tarde es cálida y
la noche puede ser perfecta para vivaquear. No creemos que esté prohibido
vivaquear. Tiene que llegar un momento en que cese el movimiento de una pequeña
multitud que está iniciando el fin de semana en la sierra. Hay gente que marcha
con mochilas y esterillas para arriba.
En
contra de Rosa tomamos la decisión de vivaquear y allí mismo. Busco un sitio
con suelo cubierto de pinaza lo limpio de ramillas y hago una cita para
identificarlo cuando vayamos a ocuparlo ya de noche.
A
las ocho y media cenamos en una de las mesas del picnic. Luego esperamos a la
que la gente marche aunque se hace de noche y todavía hay una reducida movida;
por tanto, cogemos nuestros bártulos y amparados en la sombras de la noche del
pinar extendemos las esterillas y los
sacos y nos acostamos con una temperatura maravillosa.
La noche del 8
al 9 de Agosto de 2008 la vivaqueamos unos metros detrás de las mesas del
picnic. El bien crecido y limpio pinar nos proporciona una agradable semioscuridad y el suelo de
pinarra la comodidad suficiente para recordar con indulgencia y cariño hasta el
de Pralognan la Vanoisse. Los
pinos duermen de pie y un lento y agradable amanecer nos lleva al imperioso reclamo de un nuevo día de
montaña a las siete menos cuarto.
Recogemos, desayunamos
y a las siete y media nos ponemos en marcha tras bajar al aparcamiento primero
y dejar el coche a la sombra del mediodía.
Tratamos de
hacer una travesía integral de todo el Circo de la Pedriza sin demasiadas
ambiciones puesto que no conocemos y la orientación puede complicar el tema. De
cualquier forma vamos a conocer fundamentalmente.
Cruzamos el
Manzanares por el puente del aparcamiento y tomamos, de los tres caminos el que
marcha llano hacia el este para atravesar un segundo puente. La senda está
transitada, progresa en ascenso en medio de matorral variado pero enseguida se
abre en ramas varias más o menos definidas. Tenemos que ir eligiendo pero vamos
ascendiendo hasta que llega un momento en el que alcanzamos la primera
alineación de bloques con las primeras paredes y terminamos por perder el
camino con lo que iniciamos nuestro propio camino a través de bloques
graníticos que vamos pasando en ascenso con alguna vuelta que otra.
Arroyo de la Majadilla en la Pedriza Anterior.
La alternativa
consiste en ganar altura sobre la masa granítica para alcanzar la parte
superior y desde allí reorientar nuestro camino según podamos o convenga.
Una Tortuga.
Espectaculares gramíneas.
Trepamos
bloques y lajas de granito atravesamos pasillos, subimos algún corredor todo
ello empleando las manos y con un esfuerzo generoso, el granito lo exige.
En lo alto del
risco vemos una posible opción de bajar hacia el norte al objeto de tomar un
camino que se orienta hacia la Gran Cañada.
Estamos en la Pedriza Anterior.
Embalse de Santillana en Manzanares el Real.
El descenso es
entretenido pero encontramos paso y al
contraluz de la mañana también el camino de la Gran Cañada. Las cabras que nos
contemplan no deben estar demasiado
acostumbradas a ver el personal por esta zona.
Un
medianamente transitado camino nos conduce en dirección este hasta el rellano y
allí, girando un poco hacia el nordeste, abandona el rellano y nos lleva a la Fuente de la Gran Cañada.
Creemos que se
trata de un camino hacia la fuente y nada más porque nos reorientamos hacia el
fondo de la Gran Cañada
y alcanzando el camino de nuevo proseguimos hacia el este.
Collado de la Pedriza en la Gran Cañada desde la fuente.
Suponemos que
hemos alcanzado el Collado de la
Pedriza sobre los 1350 metros de altitud
y cuando esperábamos que girara hacia el norte, el camino se prolonga hacia el
este en suave descenso con intención de sacarnos del circo.
Por lo visto,
decidimos dar la vuelta sobre nuestros pasos hasta las proximidades de la
fuente, lugar en el que encontramos a un montañero que nos dice que la fuente
está, precisamente, en el camino hacia la zona del Yelmo.
El Beso.
La fuente ya
la conocemos y llegado a ella comprobamos que el camino prosigue para arriba
atravesando la zona de matorral al sur de la zona del Pan de Kilo.
El Yelmo.
El matorral va
desapareciendo conforme aflora el granito y caminamos contemplando las
formaciones rocosas próximas a una característica peña que aparece al frente y
que reconocemos. Se trata de la
Peña del Yelmo a la que llegamos por el sur, con lo que
contemplamos su cara más conocida y conformada por unas placas especialmente
lisas y bastante inclinadas que se elevan sobre la Pradera del Yelmo
alrededor de 150 metros .
La Pradera del Yelmo.
Detalle.
Recorremos la
pradera en dirección nordeste y en las inmediaciones de la fuente que ya no
mana por el caño nos detenemos para almorzar. Son las diez y cuarto y parece
que hemos recuperado el camino pretendido.
La Ventana.
El Dromedario.
Un cuarto de
hora después proseguimos en dirección nordeste y en suave ascenso contemplando
diversas formaciones geológicas en forma de enormes huevos, una gran ventana
natural y un dromedario que nos mira.
Estamos en la
zona del Acebo y vamos a girar al noroeste para ir al encuentro del
Collado de la Dehesilla.
El Collado de la Dehesilla.
El descenso
hacia el collado está bastante transitado y se desarrolla por una ladera
cubierta completamente por un manto encantador de gayuba. Alcanzar el collado
se lleva su tiempo aunque quizás sea más mental que real.
Cortina de gayuba en el Collado de la Dehesilla.
En el collado,
lugar por el que pasa el GR.10. Hay un grupo descansando. El camino balizado
sale en dirección norte hacia la parte posterior del circo y no como
pensábamos. Está bien indicado y eso va a tener su peso en oro. Son las once de
la mañana.
En el Collado del Laberinto.
La
continuación es un empinado, tortuoso y abrasador camino que nos eleva entre pinos, carrasquillas y arbustos de
similar catadura hasta lo alto del
risco. El paraje se conoce como Mataelvicial y nos mete en sudores sin
contemplaciones. Son veinte minutos
intensos los que nos llevan a un desfiladero entre fastuosas torres de
granito, a cuya sombra se respira maravillosamente bien.
La
continuación va a resultar de lo más bonito y espectacular del circo. El
camino, perfectamente balizado discurre entre enormes torres y bloques de
granito de preciosas formas y las mismas especies vegetales pero más
desarrolladas. Es un jardín especial que se orienta hacia el oeste
introduciéndonos en el Laberinto, lugar en el que no se sabe si hay que mirar
más para abajo o para arriba.
La Chimenea de Hadas.
Enseguida
alcanzamos la visión de una torre espectacular. Se trata del Capuchino y es una
perfecta y encantadora chimenea de hadas. La fotografiamos por el este y luego
de pasar a través de la Ventana Natural
en la que hay que quitarse la mochila, también por el oeste.
Y cuando salimos
por la ventana, cambia nuestra suerte. Nos alcanza un montañero de nuestra edad
y de nuestro pelaje que llega sudoroso.
Entablamos
conversación inmediatamente.
-¿Vienes a
ritmo eh?
Si, he salido
un poco tarde…
-Este repecho
se las traía.
Parece ser que
conoce la zona y yo me dejo caer con que hoy llevamos un día un tanto
complicadillo pues no sabemos muy bien que terminaremos por hacer de nuestros
propósitos consistentes en hacer el circo para conocerlo un poco.
-Yo voy a
hacer la travesía integral, si queréis…
La Bota.
Jose, de
Arganda, se conoce la Pedriza
como la palma de su mano y a partir de allí es un disfrute total, olvidándonos
de orientaciones, embarques y pérdidas de tiempo innecesarios que solamente
conducen al aborrecimiento y la frustración.
Salimos del Laberinto
y entre masas de pinos de repoblación alcanzamos la elegante y altiva Pared de
Santillán.
Un poco
definido camino muy bien balizado nos conduce en suave descenso hacia el
Collado de la Ventana.
El Perrillo.
La salida del
collado es artificiosa y nos conduce de brecha en brecha sobre corredores que
desembocan en el circo que estamos rodeando. Estamos en plena Pedriza
posterior.
Juan se da una
vuelta por libre perdiendo unos metros y teniendo que recuperarlos por el
barranco siguiente. Le espero y una vez reunidos todos proseguimos en un camino
bastante sinuoso y accidentado entre bloques, agujas y torres que repiten
imágenes ya vistas. Hasta, incluso vemos un perro de cabeza pétrea, antes hemos
visto la bota pero me pareció que me vendría un poco grande.
Collado de Matasanos.
Estamos
pasando la parte más elevada del circo, alrededor de los 2000 metros de altitud
y un suave descenso nos conduce al Collado de Matasanos en la parte norte del
circo.
La Cuerda Larga.
Comenzamos a
gira al sudoeste rodeando las Torres de los Gavilanes y en nuestro horizonte
noroeste, fuera del circo, aparece la Cuerda
Larga a cuyos pies nace el Manzanares que se engordará con
los varios arroyos de la
Pedriza.
Cabeza de Hombre.
Ya en
descenso alcanzamos el Collado del
Miradero o de los Pollos. No vamos a continuar el cresterío por la Cerda de la Milanera , no aporta nada
y hace una solanera tremenda. Jose nos introduce al interior del circo por un
camino que se desarrolla a través del pinar.
Destrepe bajo el Prado de los Pollos.
Pasamos el Prado
de los Pollos ya en dirección sur, por la orilla derecha del barranco y bajamos
suavemente al encuentro del mismo. Es el
único lugar de la Pedriza
en donde no falta el agua durante todo el año.
En el descenso
hemos de incluir un fuerte destrepe de una zona de bloques enormes que nos
obligan a trabajar un poco más de lo que ha sido habitual en el día, hasta hay
un paso equipado con dos clavos.
Se nos hace largo luego incluso a la sombra de
los pinos pero es que la hora anunciada se ha alargado un poco más de lo
previsto.
Son las tres
de la tarde y parece ser que la jornada está echada. El camino está
completamente balizado pero nuestro error ha sido no saberlo e iniciarlo por
libre.
El Barranco de los Pollos no se seca nunca.
Bebemos con
ganas a pesar de que llevábamos agua. Esta está más fresca.
Charlamos
hasta del proyecto de Jose en Ordesa, descansamos en este lugar tan encantador
después de toda la jornada y a las cuatro proseguimos para abajo.
Nos hemos
saltado el tramo de Las Milanera y el Collado del Cabrón con el Cancho de los
Muertos pero ni importa.
Refugio Giner.
Siempre ya
junto al barranco lo cruzamos repetidamente y visitamos una recóndita poza en
la que nuestro anfitrión nos enseña truchas. Poco después alcanzamos el Refugio
Giner que hemos ido viendo sucesivamente desde arriba. Rosa y Juan suben a
verlo mientras nosotros les esperamos a la sombra.
Luego por
transitadísimo y polvoriento camino, siempre por la orilla derecha del barranco
de la Dehesilla
al que ha ido a tributar sus aguas los de los Pollos, Ventana y Milanera, vemos
la Peña Sirio
y contemplamos el perfil norte del cordal por el que hemos deambulado a la
mañana. Terminamos alcanzando el centro ocupacional del Parque lugar en el que
cerramos nuestro bucle en la
Pedriza.
En el Puente
sobre el Manzanares nos despedimos. Terminamos así una jornada de
reconocimiento, finalmente de manera satisfactoria, a pesar los comienzos.
No es muy
fácil determinar el desnivel realizado a lo largo de la jornada, pero que
estimo alrededor de los 1200
metros como mínimo. Son las cinco y media de la tarde.
Luego
disfrutamos de un fastuoso remojón en el río, comemos un poco y secamos nuestras
pertenencias aunque sea parcialmente. Después limpiaré ligeramente el coche que
está lleno de polvo y de mosquitos y a las siete salimos de la sombra de
nuestro aparcamiento para marcharnos a las Torres de Madrid que hemos ido
viendo a lo largo del día en medio de la neblina de la distancia y de la
polución.
Llegamos a
Madrid enseguida, las torres nos guían y allí está nuestro destino. Luego en el
Piso de Biola, nos bañamos, comenzamos a ver los Juegos Olímpicos de Pekín con la Medalla de Oro de Samuel
Sánchez, compramos algo para añadir a la cena que nos ha comprado Biola,
cenamos y salimos a dar una vuelta para encontrarnos con Biola que llega de una
despedida de solteros.
Al día
siguiente visitaremos la exposición de Bodies después de pasar por el CNIO.
Comeremos en un restaurante cualquiera y a las tres para casa, quedan 400 kilómetros por
hacer.
A las ocho y
media en Sabi.
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