A
mediados de enero del presente año, una cadena de televisión catalana emite la película
documental, largamente censurada, Ciutat Morta
dirigida por Xavier Artigas y Xapo
Ortega 2013. Se puede descargar de la red, you tube.
El
documental relata una serie de desafortunados sucesos que arrancan con una macrofiesta
no autorizada que se celebra en Barcelona a principios de 2006 y a la que
llegan efectivos de la policía urbana con intención de disolverla.
Uno de
los efectivos de la policía recibe un golpe por algo arrojado desde la parte
alta del local con consecuencias graves e irreversibles.
La
policía detiene a tres jóvenes, no responsables de la agresión como se
comprobará a posteriori y en la comisaría a un par de jóvenes que se encuentran accidentalmente allí
también y que son inculpados por la misma causa.
La
continuación está salpicada de
falsedades, declaraciones y pruebas amañadas que culminan con penas de
cárcel para los jóvenes inculpados,
especialmente por parte de una pareja de policías que terminarán
condenados por las irregularidades
cometidas durante el auto; proceso que tiene como
consecuencia directa el suicidio de uno de los jóvenes inculpado por
estar en la comisaría en el día de los hechos.
El
documental plantea terribles acusaciones
sobre la policía urbana de Barcelona y el Ayuntamiento que de alguna
manera ampara el comportamiento
delictivo de unos agentes dispuestos a trasgredir cualquier ética profesional.
Es un
drama terrorífico al que resulta difícil acercarse tanto para contemplar la
desgracia del desafortunado policía como
a la muerte de la infortunada muchacha e incluso la punible actuación tanto de
autoridades municipales responsables
como la de los corruptos policías.
Pero la
nausea se hace incontenible en cuanto
que por debajo o por encima de estos hechos aparece las malignas intenciones
municipales para conseguir un fácil desahucio de propiedades particulares
con el sacratísimo objetivo de remodelar el barrio en plena efervescencia del
ladrillo en 2006, supuestamente para revitalizar una zona que sería ocupada por
gentes dispuestas a pagar a buen precio semejante pelotazo urbanístico, que
dejaría pingües beneficios a una casta de políticos y gentes diversas sin
escrúpulos, pues la corrupción de este país no parece tener límites.
Las
autoridades no se han querellado con los autores del documental ni con la
cadena emisora. Deben estar ocupados en poner a buen recaudo réditos obtenidos
de manera similar en un país en el que aquel que no roba, engaña o delinque, sin siquiera sonrojarse es poco menos que imbécil. Las personas de a
pie que tenemos memoria y años seguimos
repudiando las políticas de terror y torturas de mitades del pasado siglo practicadas
en este país y revividas nefastamente en la actualidad.
Homenaje a Patricia Heras procedente de Google.
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