Oturia llegando a la Ermita de Santa Orosia.
Pista de Santa Orosia, Mallata Javierre
y Cara Sudoeste. Descenso a la Punta del Mallo y Ermita de Santa Orosia.
20-01-2015.
Salida 10 h. Llegada 14 h.
Sol.
Muy fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y
Mariano Javierre.
Mapa de Oturia procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Cuando
has subido a un monte un considerable número de veces, no puedes dejar de
pensar de alguna manera que, la nueva subida será así o asá aunque la
experiencia te dice que, con relativa frecuencia, puede ser diferente incluso
única.
El 2015 es año de poca nieve de
momento y muchas ganas. Sabemos que las borrascas que entran de norte suelen
dejar muy poca nieve y cuando vemos Oturia vestida de blanco siempre piensas lo
mismo. A media tarde luce al sol un manto blanco que nos tienta y también
engaña a Juan y quedamos.
La
mañana del 20 de Enero es fría pero nada especial. Así se ha anunciado y
simplemente se cumple. La Pista de Santa Orosia está absolutamente limpia hasta
más arriba de la Portera; luego entrando al rellano del puerto una débil capa
la cubre por lo que se puede llegar a la Ermita con cualquier coche. Nosotros,
en el cruce del Barranco de Santa Orosia damos la vuelta y aparcamos, creemos
que con cuidado podremos llegar hasta aquí a la vuelta.
Son
las nueve y media de la mañana cuando comenzamos a foquear por la orilla de la pista comprobando de
inmediato que la nieve no se ha transformado prácticamente nada y aflora la
grava bajo los esquís.
Entrando al Pinar de Santa Orosia.
En
veinte minutos nos ponemos en la Ermita de Santa Orosia, abandonamos la pista y
proseguimos hacia el pinar.
Oturia entre pinos cargados de nieve.
Los
pinos están cargados de nieve y el espesor rondará los 10 centímetros pues ha
nevado menos de lo que suponíamos. La
mañana sigue siendo fría y se enfrían nuestras manos pues el débil solecillo
que nos acompaña no tiene ningún poder calorífico.
Oturia desde la Parte Alta de la Mallata de Javierre.
Ascendiendo
suavemente alcanzamos la parte alta de la Mallata de Javierre hasta
enfrentarnos a la Loma Sudoeste, lugar habitual por el que solemos iniciar el
ascenso de la ladera cimera.
Sudoeste de Oturia.
Iniciamos
nuestra acostumbrada y larga diagonal al este mientras que la ladera se empina
paulatinamente y enseguida advierto que si bien podremos subir tranquilamente
hasta la cima, el descenso puede ser complicado.
Remontando a pie la Pala Somital de Oturia.
No
hemos llegado más que a media ladera cuando decidimos quitarnos los esquís y
dejarlos aquí ya que el descenso es una auténtica temeridad; la nieve no se ha
transformado y afloran piedras ya lo que significa que el paso de los esquís
sería de piedra en piedra.
Mallos de Lercherines y Collarada desde la Sudoeste de Oturia.
Subimos
hasta la cima a 1925 metros de altitud comprobando el acierto de nuestra
decisión pues el viento ha dejado muy poca nieve- Hacemos unas fotos, echamos
un cafetito caliente y nos volvemos para abajo en busca de los esquís.
Cotiella desde la Oturia.
Val Ancha, Oroel y bandera de hielo en el Vértice de Oturia.
La Norte de Oturia hacia Sabocos.
Demasiadas piedras en la Noroeste de Oturia.
Con
los esquís en la mano todavía bajaremos los últimos metros que hemos subido con
las focas hasta que creemos que hemos
alcanzado una zona segura para esquiar.
Al final nos podemos montar en los esquís.
No
será así porque un par de trallazos nada más empezar a deslizarme nos obligan a
quitar de nuevo los esquís y bajar hasta alcanzar el nivel del praderío y ya sin
piedras descender cómodamente hasta la Mallata Javierre.
En
los abrevaderos decidimos acercarnos hasta la Punta del Mallo. Se trata de una
trayectoria larga y prácticamente llana que se remata en un casi imperceptible
ascenso y que haré sin poner las pieles aunque pierda más tiempo que mis
socios.
Son
las doce y media cuando llegamos a la Punta del Mallo a 1653 metros de altitud.
Las antenas sueltan hielo a discreción.
Esquiando entre pinos hacia la Ermita de Santa Orosia.
Seguidamente
nos bajamos hasta la Ermita de Santa Orosia deslizando suavemente primero por
las inmediaciones de la pista y luego por entre los pinos.
En
el atrio de la ermita se está medianamente bien pues el sol escasamente nos
templa el mediodía.
Alrededor
de la una y media nos calzamos de nuevo
los esquís y deslizando con mucho cuidado por la orilla de la pista nos
llegamos al coche aparcado a 1500 metros de altitud. Hemos pasado una mañana
bastante light en la que apenas habremos movido 450 metros de desnivel sin
sudar, no hemos esquiado nada prácticamente y la imaginada nieve polvo que,
supuestamente nos podría deleitar el
descenso se ha convertido en inesquiable. ¡Cosas que pasan!
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