Aparcamiento de la Besurta, Refugio de la Renclusa, Glaciar de la Maladeta, Corredor al Collado de la Rimaya y Arista Oeste.
18-05-2022.
Salida 06:30 h. Llegada 13:30 h.
Sol.
Bastante fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mi chica está empeñada en ir a Benasque para terminar esta temporada de esquimo, yo la he dado por finiquitada ya pues las condiciones de la nieve debido a las altas temperaturas de esta primavera son fatales. Juan también lo sabe, pero por complacer a mi chica entre otras cosas y regalarse un bombardeo pues allá que vamos.
Todo
está bastante en contra pero no pasa nada, dos horas y tres cuartos de furgo
nos dejan en la Besurta. Son las nueve, cenamos con luz y nos empiltramos pues
vamos a madrugar como nunca lo habíamos hecho para esquiar.
El 18 de Mayo de 2022 lo comenzamos a las seis menos cuarto de la mañana y con la
sensación de estar en Alpes pues desde las cuatro de la mañana el personal ya
ha dado la vara.
Son
las seis y media de la mañana cuando iniciamos el porteo a 1900 metros de
altitud. La mañana recién nacida está estupenda cuando tomamos el Camino de la
Renclusa mientras comentamos que hay algo menos de nieve que en anteriores
ocasiones.
La
pala de llegada a la Renclusa tiene manchas de nieve pero no son foqueables por
separadas así que nos llegamos al refugio donde nos comenta uno de los guardas
que el descenso por Aigualluts tiene hora y media de porteo. Consecuentemente,
se nos desinfla un poco el globo de hacer el Aneto pues nos apetecía el
descenso por allí.
Seguimos
porteando tras el refugio pues hay demasiados cortes en la nieve. Unos que van
delante se han enzarzado en las paredes próximas a la Punta de la Renclusa pero
entre bolos y pendiente preferimos un faldeo hacia el oeste en busca de campos
de nieve más amplios y continuos.
Finalmente
calzamos los esquís cuando vemos unas huellas y las seguimos. Tendremos que
descalzar de nuevo y portear otra vez un dorso sin nieve hasta comenzar el
foqueo continuo sobre los 2250 metros de altitud y tras cincuenta minutos de
trabajos forzados.
A
partir de allí zeteamos al gusto en dirección sur orientados por viejas trazas
hasta que tras localizar una huella del día que nos parece cómoda y aunque no
demasiado visible, nos vamos con ella hasta alcanzar la altura del Portillón
Inferior al que se van dos esquiadores. Delante tenemos una pareja que marcha
al Portillón Superior y otra más con la que coincidiremos.
La
nieve que en los tramos soleados se sube como se quiere nos permite ganar
altura en el corredor que conduce a la entrada de la parte alta del Glaciar de
la Maladeta, nunca subimos tan por el fondo pero hoy se sube por donde se
quiere.
Al
final del corredor y sobre los 2850 metros de altitud ninguno queremos tomar la
decisión de si Aneto o Maladeta. Yo no opinaré aunque mis socios saben mi
parecer: a mí no me gusta hacer con los esquís estos desniveles porque el
descenso con las piernas cansadas es más un martirio que otra cosa y al monte
se va a disfrutar.
Juan
iría al Aneto, Rosa tiene dudas y no quiere… terminamos marchando a la
Maladeta, los desniveles son similares pero es más cómodo y manejable el
Maladeta y será un acierto.
Hay
que remontar 300 metros que parecen nada y que terminan por hacerse pesados,
sobre todo en su engañosa rampa final. Adelantamos a la pareja que nos precede
que son de Jaca y nos llegamos a la Base del Corredor del Collado de la Rimalla
situado sobre los 3130 metros de altitud cuando son las diez pasadas.
Echamos
un bocado, ponemos crampones y con el piolet en la mano iniciamos el ascenso
del corredor que tendrá alrededor de 100 metros y que este año presenta un
estrangulamiento intermedio que no habíamos visto nunca. La nieve está blanda y
se sube por una multitud de huellas profundas.
Desde
la vertiente de Coronas hemos ido viendo como pasaban para este lado primero
unas débiles y despeluchadas nieblas que poco a poco van a más y cuando
alcanzamos el Collado de la Rimalla a 3230 metros de altitud nos envuelve la
niebla y nos azota el viento.
Quedan
los últimos 100 metros de desnivel por una arista muy fácil que le falta nieve
y le sobran bloques de granito pero son las once de la mañana cuando llegamos a
la Cima de la Maladeta situada a 3312 metros de altitud. Se repite la misma
historia del pasado año: estamos envueltos por la niebla y nos perdemos un
paisaje que no por conocido sea menos deseado. El Aneto debido a su mayor aislamiento
nos ha parecido con más nieblas de las que hemos tenido en Maladeta.
Una
foto testimonial y para abajo abreviando y buscando la nieve para ponernos al
abrigo del viento y bajar el corredor de cara al valle disfrutando ya del
mismo día que hemos tenido a la subida.
El descenso ha sido muy rápido y son las once y media un poco pasadas cuando iniciamos el descenso con los esquís. La nieve es primavera pues la mínima costra que hemos visto a la subida ya ha desaparecido y se baja bastante bien aunque trabajándola.
En
el Desvío al Portillón Superior tomamos al corredor que se baja decentemente a
pesar de estar labrado y a la salida del mismo evolucionamos al noroeste en
busca de las palas que nos bajen hacia el Barranco de la Maladeta. Nos
ofrecerán la mejor nieve de todo el descenso.
Entramos
al barranco que se baja muy bien, pero sabedores de que se acostumbra a abrir lo abandonamos para buscar un nevero que
terminará devolviéndonos al barranco. Pasamos con cuidado su abertura y nos
llegamos hasta abajo junto a la captación de agua del refugio.
Recogemos
los esquís y con ellos en la mochila portearemos cinco minutos hasta la
Renclusa y media hora más aprovechando los neveros para caminar más cómodos con
las botas de plástico.
Es
la una y media cuando llegamos a la furgo. Han sido 1425 metros de desnivel que
no se han hecho mal, a pesar de que alguna de las condiciones de la nieve ha
sido nefasta, la peor que recordamos.
Este
año hemos realizado 38 las salidas con los esquís y ya está bien.
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