Tres Huegas por la vertiente este.
Aparcamiento de Anayet, Collado
Lapazuso, Valle de Izas, Collado de Izas y Arista Norte. Vuelta al Mirador de
los Valles en Lapazuso y Valle de Anayet.
16-12-2015.
Salida10:30 h. Llegada 15 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y
Mariano Javierre.
Mapa de Tres Huegas procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Tras
la experiencia de Astún de la semana pasada no nos quedan demasiadas ganas de
coger los esquís pero… podríamos ir a Izas a ver si somos capaces de darle la
vuelta a las condiciones de la nieve que ni son las mejores ni es tarea
sencilla, sabido que generalmente en los recorridos te encuentras nieve de
todos los pelajes al transitar por diversas orientaciones.
El Barranco Culibillas tiene poca nieve.
Hoy
16 de Diciembre de 2015 nos subimos hasta el Aparcamiento de Anayet sin prisas. Charlamos con Chabier Navarro y su seño que
van a hacer unas bajadas y son las diez y media de la mañana cuando nos
calzamos los esquís y raquetas en medio de la cristalera que hay en los
alrededores de la Cafetería de Anayet a 1720 metros de altitud.
Royo desde Anayet.
Han debido de echar agua en los
alrededores de la zona de servicios y es un auténtico cristal que invita a
ponerse las cuchillas.
La Oeste de Campo Troya.
No
lo hacemos pero lo haremos enseguida. La Pista de Anayet está durísima y su
orilla oeste que es por la que progresamos, también. Es una sensación
francamente desagradable que los
bastones resbalen continuamente sobre la superficie helada cuando los apoyos de
las cuchillas obligan a balancearse sobre los patines de los esquís, pero es lo
que hay.
Progresando hacia el sol sobre el Cristal de Anayet.
El Corral Ciego de Lapazuso.
A
media pista la nieve de las orillas cede ligeramente a las cuchillas y la
progresión es un poco más cómoda siempre en dirección sur en busca del Collado Lapazuso al que llegaremos tras hora y cuarto de
foqueo, cuando menos, poco satisfactorio. Estamos a 2140 metros de altitud.
Flanqueando el Ibonciecho del Collado de Lapazuso.
Flanqueamos
junto al Ibonciecho de Lapazuso y con las orejas tiesas quitamos pieles para bajarnos al Valle de Izas.
Es
la entrada a otro mundo. El valle, perfectamente orientado al este, está bien
soleado pues las nubes altas están apareciendo y la nieve está estupenda, no
solo en la pista de descenso para entrar en el valle que en estas
circunstancias es paso obligado sino en la cabecera del mismo que vamos a
recorrer.
Han
metido las máquinas en la ladera sur en la que en su día se abriera la pista de
conexión y hay mucha piedra en la misma pero no es problema pues enseguida la
abandonamos para poner pieles y proseguir valle arriba, en dirección sudoeste,
por su parte norte que es la soleada, orientados por el Pico Royo, la sur en la
que se asientan la mayor parte de las pistas estará más dura como siempre.
Se
trata de un foqueo suave al tornasol de la mañana que arrancamos de alrededor
de los 2025 metros de altitud y que pausadamente nos han de conducir al Collado
de Izas que cierra nuestro horizonte.
Se
puede progresar por fuera de pistas en la mayor parte del recorrido que
solamente obliga a utilizarlas en el embudo final pero no es problema porque
hay poquísimos esquiadores. La nieve está tan buena dentro de ellas como fuera.
Son
las doce y media pasadas cuando alcanzamos el Collado de Izas situado a 2238
metros de altitud. Soltamos los esquís en una orilla y nos vamos a por el pico.
Al
sur de la brecha del Collado de Izas, tal y como es visible desde casi todo el
valle, aparece el Pico de las Tres Huegas o Bornas. Confluyen allí los Valles
de Izas, de Canfranc, el Valle de Izas de Sallent y el Rincón de Balsera de
Tramacastilla.
En
la pasada ocasión ascendimos utilizando la arista sudeste que arranca de la
Tosquera y Tres Hombres. En esta ocasión utilizaremos la arista norte que se
compone de un pequeño resalte inicial y una arista horizontal que remata en un
pequeño casquete somital.
La Este de Tres Huegas hacia Tres Hombres.
Es
corta pero vamos a tener de todo. En el resalte la nieve está dura pero se
puede hacer huella, cada uno por nuestro lado. Subimos una treintena de metros
y coincidimos en la arista que enseguida se acuesta y se afila para volverse
dura hasta obligarnos a poner crampones. Rosa los ha puesto en el collado y nos
deja en tarea mientras ella se marcha a la cima. Nosotros, detrás alcanzamos la
amplia Cima del Pico Tres Huegas situada a 2303 metros de altitud cuando es la
una del mediodía.
La
nubosidad alta sigue evolucionando pero a pesar de ello y aprovechando que no
corre la más leve brisa, nos sentamos a comer en la hierba cimera mientras se
solean un poco nuestras espaldas. Es un día de calimas con una atmósfera con
arena en suspensión que si nos pilla en verano nos escacha.
Esta
modesta cima está conformada por tres aristas perfectamente definidas y tiene
unas vistas envidiables: la oeste nos lleva a Escarra custodiada por Samola, Bucuesa, Pala de Ip y
Moleta; la norte nos conduce al Royo flanqueado por Lapazuso, Culibillas y
Arroyeras y la sudeste a Tres Hombres. Se contemplan con detalle los dos Valles
de Izas y el de Escarra con Balsera y más allá aparecen caliginosos la
Partacua, Tendeñera, Argualas, Infiernos, Fondiellas, Balaitus… hasta Aspe.
Contemplo
el Rincón de Balsera sacando conclusiones y alrededor de la una y media nos
vamos para abajo por el mismo camino desechando la idea de bajar la sureste y
faldear hasta el Collado de Izas.
Se
me hacen unos zuecos infernales de vuelta por la arista afilada. La temperatura
está escandalosamente alta y la nieve se pega como el chicle haciéndome pasar
un ratito toledano pues con los bastones no se sueltan tan bien como con el
piolet.
El
resto de la pared es cómoda y nos conduce al collado en el que nos montamos en
los esquís y nos vamos para abajo disfrutando de una nieve tan buena en la
pista como en sus orillas por las que avanzamos puntualmente en la parte alta.
Luego
habrá que volver a poner pieles y remontar, en esta ocasión fácilmente, hasta
el Mirador de los Valles en el que hay una mesa de direcciones junto a la
llegada de la Silla de Anayet a 2160 metros de altitud.
Hacemos
la foto del Midi, contemplamos las peladas Caras de Lapazuso y Campo de Troya y
nos vamos para abajo dispuestos a bajar por las pistas.
No
será así, la nieve ha revenido considerablemente y enseguida tras probar, nos
bajamos fuera pistas disfrutando de una nieve buena como pocas veces la hemos
tenido: uniforme y noble como nunca, vamos, un placer de dioses inimaginable a
la mañana. Por una vez le hemos pegado la vuelta a las condiciones de la nieve,
como reconocerá mi chica y es que, de cuando en cuando la flauta suena aunque
sea por casualidad.
En
el Aparcamiento de Anayet, a las tres de la tarde finiquitamos una impensable y
agradable jornada en la que hemos movido un modesto desnivel de alrededor de
900 metros que no me atrevo a recomendar
puesto que repetir las condiciones de hoy supongo que es tarea no fácil
y lo sabemos puesto que somos asiduos visitantes de marroncillos varios.
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