Petit Peric desde Peric.
Cima de Peric, Col Peric, Cima del Petit
Peric, Lac Esparber y Aparcamiento de la Bullosa.
19-08-2011.
Salida 11 h. Llegada 16 h.
Sol.
Muy fácil.
Ascensión.
Mapa de Peric procedente de Angulo. Vía en amarillo.
En la Cima del
Peric se nos va una hora en un santiamén disfrutando del tiempo y del lugar y
charlando con el “fransua”. Pero el día está solamente a medias. Así que nos
despedimos e iniciamos el descenso de la Arista Este de Peric en busca de un
amable collado no muy lejano. Son las once de la mañana.
Lacs de Camporels y Petit Peric.
Un poco por
cualquier parte pues la arista ni es estrecha ni complicada en ningún momento
bajamos coincidiendo de cuando en cuando con el camino trazado sobre una,
ladera más que arista, metamórfica que cuenta con bastantes materiales sueltos.
En el descenso
acumularemos por encima de los 200 metros de desnivel pero no es problema, el
trabajo fundamental de la jornada ya está hecho. Ahora se trata de disfrutar
relajadamente del camino.
Col Peric.
Con poco ritmo
alcanzamos el Col de Peric que es un amplio punto de inflexión entre aristas y
desde el que se contempla absolutamente simétrica la Coma de la Llosa orientada
al sol e inundada de la refulgente luz de la mañana.
Faldeamos
siguiendo el camino los dos pequeños dientes del collado, uno por cada lado, situados
por debajo de los 2600 metros de altitud y proseguimos con un nuevo ascenso,
ahora de la Arista Oeste del Petit Peric.
La cara sur del
pico es una amplísima además de suave loma sin apenas resaltes; en cambio, la
norte es más erguida aunque también
continuada. Nos sirve esta última para enmarcar los Lacs de Camporels hacia los
que nos vamos acercando ópticamente y también físicamente.
Un cuarto de
hora después, sin cambiar el ritmo, alcanzamos siguiendo el camino, la Cima del
Petit Peric situada a 2690 metros de altitud cuando son las doce menos cuarto.
Pico de Camporels y el rellano semidesértico a sus pies.
Desde la cima
contemplamos con detenimiento el Lac del Refugio al que casi llega una pista
que viene desde el este, el Grande, el Long, el Superior y un rosario de
laquettes. Más al oeste, en en medio de un desierto mineral con escasísimas
afloraciones verdes algún que otro laguito suelto, todo conduce suavemente
hacia el espléndido Pic de Camporels.
Lacs de Camporels y el refugio.
Rescatamos
nuestros ojos de la vertiente norte y
dejamos que se sumerjan en la sur: tenemos una larga ladera muy fácil que
vierte aguas hacia la Coma de la Llosa
Lacs Occidentales de Camporels.
Ponemos en
marcha el piloto automático, le damos las coordenadas del Lac Esparber y
dejamos que nos deslumbre la plateada luz de la Bullosa.
Peric desde la Coma de la Llosa.
El descenso es
agradable con gafas y gorra bien caladas
y la vista en la Mole del Puigmal situada al sur. De entre las brumas apenas
destaca el Canigó al este.
Bajamos larga y
tranquilamente en dirección sudeste hasta rebasar la surgencia principal de la
coma, dejamos que se engrose y cuando ya es tumultuoso barranco que salta entre
escalones metamórficos nos acercamos a su curso para beber un poco.
Desde la Coma de la Llosa.
Hay un nutrido
grupo de montañeros de mediana edad, ni que nosotros fuéramos unos críos, que
cansinamente van para arriba. Alguno igual no llega.
Allí tomamos el
camino que deberíamos haber transitado a la subida pero… el monte es grande.
Bajando al Lac Esparber.
No vamos a
proseguir demasiado tiempo con el camino pues enseguida hacemos el nuestro
orientados
Por el Lac Esparber al que llegaremos en
trayectoria sinuosa por los pinarillos que aparecen en nuestro camino.
Perics desde Esparver.
Llegados al lac,
hay que decir que el lugar es encantador, lo rodeamos por su orilla este y
desde su desagüe fotografiamos los picos de la jornada para que se queden con
nosotros por si nos falla la memoria algún día.
Luego seguimos
buscando setas y encontramos algunas aunque el aspecto de los bosquecillos es
de mirados. Todo ello nos lleva, dejando que corra el tiempo, hasta la orilla
de la Bullosa, lugar en el que tomamos el camino que rodea el lago y entramos
en terreno concurrido.
Rodeando la Bullosa.
La vuelta es
larga, pues grande es el lago. La gente está desperdigada en los rincones de la
orilla disfrutando de su día de verano y a nosotros, que calor ya tenemos pues
hace, nos entra ganas de remojarnos. Así que buscamos un recodo discreto y
hacemos un poco el “pato”. ¡Qué buena está el agua!
Nos secamos un
poco y volvemos al camino para retornar a la furgo con el fresquito del remojón
todavía en la piel.
Perics desde la Bullosa.
Son las cuatro
de la tarde y hasta aquí nos ha dado de sí la Cerdaña Francesa a la que le
hemos pegado un pequeño repaso. Hoy han sido solamente 1050 metros de altitud.
Echamos unas Heineken, picoteamos un poco y mis “buitres” quieren carnaza, yo
me despacho más ligero.
Luego habrá que
bajar tras un autobús y cambiar de valle, nos espera Puigmal como remate de
nuestro común y acostumbrado verano.
Si quieres puedes ver el Comienzo.
Si quieres puedes ver el Comienzo.
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