Aparcamiento de la Pradera de Ordesa,
Camino de Soaso y Circo de Soaso.
31-01-2021.
Desnivel acumulado 400 m.
Distancia recorrida16000 m.
Tiempo efectivo de marcha 04:45 h.
Mixto.
Fácil.
Actividad realizada con los esquís, como excepción,
que puede resultar muy agradable a poco que acompañe la meteorología, que en
invierno no es fácil. Es ideal para hacerla también con raquetas aunque se haga un pelín larga.
Agua en las fuentes de la Pradera y de
Arripas además de la del Arazas o los torrentes subsidiarios según costumbre.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Nunca
habíamos ido a Ordesa con los esquís. Hemos estado una infinidad de veces pero
no acostumbramos a visitar en Invierno la nevera del Cañón del Arazas.
Llevábamos tiempo con el tema en la cabeza y hoy, 31 de Enero de 2021 vamos a ir sin propósito fijo, a ver hasta dónde podemos llegar con el coche y a partir de allí decidiremos.
En
Torla vemos que la carretera está completamente limpia y a no ser que esté
cerrado el acceso a la Pradera por riesgo de aludes… No será así y tras
transitar el último kilómetro con tres dedos de nieve pisada nos llegamos al
aparcamiento a 1330 metros de altitud, en el que hay tres coches y otro de la
Guardería.
Comenzamos
a foquear en el aparcamiento cuando son las once de la mañana. La temperatura
es excelente e impensable para el Cañón de Ordesa; el cielo está arañado de
altoestratos y las puntas adornadas con nieblas orográficas y en el suelo,
salidos del aparcamiento una capa de nieve polvo no muy vieja, sobre otra más
consistente y algo trajinada en el Camino de Soaso que es el que tomamos al
este.
Suena
el viento en la cabeza del arbolado y tira nieve que nos puede hartar de agua por lo que
ponemos los chubasqueros tras quitarnos algo de ropa y continuamos cruzando
sobre el Barranco de Cotatuero mientras nos acompaña el sol: una mañana
compleja como se había anunciado.
El
inicio de la pista tiene pequeños subes y bajas dentro de un tono general llano
que nos obligará a foquear de vuelta
pero luego, comienza a ascender muy suavemente al encuentro de las
Cascadas del Arazas.
Contemplamos
la Cascada de Arripas que baja caudalosa y proseguimos hasta la Cascada del
Estrecho que hoy no tienen nada de especial.
Volvemos
a la pista pues el tramo de camino siguiente sería escalonado y penoso para
hacer con los esquís y alcanzamos la cabecera de la Cascada de la Cueva que
también fotografiamos. Desde allí contemplamos el camino que no hemos hecho y
que nos hubiera obligado a descalzar esquís ya que está algo pelado de nieve.
Nos
hemos cruzado con una pareja de chicas vuelve para romper la inusual soledad
que estamos disfrutando en un lugar tan transitado. Pasamos la conexión con la
Faja Canarellos en el Bosque de las Hayas y ya en suave descenso nos acercamos
a las Gradas de Soaso mientras por una parte el espesor de la nieve aumenta y
la huella de raquetas disminuye.
En
la parte baja de las gradas nos cruzamos con otra pareja que se da la vuelta y
nos dejan sin huella sobre la nieve reciente. La mañana tiene idas y venidas
pero continuamos abriendo huella sobre nieve profunda que comienza a hacernos
zuecos.
Creo
que deambulamos más de la cuenta, o así nos lo parece, en las revueltas de la
parte alta de las Gradas de Soaso pero alcanzamos la entrada del Circo de Soaso
donde nos recibe el viento dispuesto a estropearnos el mediodía.
Llaneamos
un poco tratando de seguir la
trayectoria de un camino invisible y
menos con la visibilidad del momento, donde se alternan las nieblas momentáneas
hasta con rayadas de sol, estamos a punto de darnos la vuelta pues las rachas
del viento son importantes además de desagradables pero proseguimos adelante.
Son
las dos menos cuarto cuando alcanzamos el Refugio del Circo de Soaso situado a
1750 metros de altitud. Está abierto y nos metemos dentro para comer un poco.
Nos queda un cuarto de hora de llanear hasta la Cola de Caballo e igual nos
acercamos.
Pasadas
las dos nos calzamos de nuevo los esquís y continuamos foqueando pero un par de
rachas de viento bastante furibundas nos invitan a darnos la vuelta tras hacer
una foto al fondo del circo. Entre idas y vueltas se nos iría algo más de media
hora y demasiado tiempo expuestos a este ventarrón.
Volvemos
siguiendo nuestra huella y al abandonar el circo estamos a cubierto del viento:
es otro día.
En
las Gradas quitamos las pieles y comenzamos a deslizar pues a Ordesa no se
viene a esquiar. Entonces nos cruzamos con una tercera pareja que viene hasta
las gradas y que nos agradece la huella. Llevan raquetas pero tan pronto se las
quitan como se las ponen a razón de las huellas que vemos.
Hemos
de remar para remontar suavemente hasta la Entrada al Bosque de las Hayas y a
partir de allí deslizamos bastante mejor de lo esperado hasta que salimos de
las cascadas donde volvemos a llanear y a foquear con la talonera suelta.
Para
terminar de rematar la jugada cruzaremos
el Arazas y por su orilla izquierda recorreremos el hayedo en un camino con
menos huella que nos devolverá a la Pradera donde tenemos el coche
esperándonos.
Son
las cuatro y cuarto cuando quitamos los esquís. Hay tres coches aparcados y no
habremos sido muchos más de una docena los que hemos disfrutado hoy del Cañón
de Ordesa. La experiencia ha resultado bastante agradable por las
circunstancias que nos han acompañado además de que no ha resultado cara, como
ya sabíamos, han sido alrededor de 400 metros de desnivel y eso no es más que
un paseo.
Hola Mariano.
ResponderEliminarA Ordesa se va a disfrutar del paisaje, los esquís o raquetas son el medio con el que desplazarse. Una maravilla esos paisajes nevados y que raro se tiene que hacer, no encontrarse con nadie en todo el trayecto.
Un saludo
¡Hola Eduardo!
ResponderEliminarPues si, y se nos hizo extraño pues la mañana no era mala para visitar las cascadas, la carretera estaba prácticamente limpia y no eran las seis de la mañana cuando la gente ni siquiera ha movido, casi se nos hizo miedo; pero es que con Zaragoza, Navarra, Pais Vasco y Cataluña confinadas nosotros somos un par de gatos mal contados.
Nosotros no acostumbramos a ir en invierno a esa nevera pues no apetece demasiado el disfrute del frío y del hielo como en alguna contada ocasión hemos hecho.
¡Que vaya buieno!