Detalle de la Faja Canarellos en la Fraucata. 17-9-11.
Pradera de Ordesa, Camino de
Cotatuero, Faja Canarellos, Gradas de Soaso, Cola de Caballo, Faja Pelay,
Mirador de Calcillaruego y Senda de los Cazadores.
25-05-2003.
Desnivel acumulado 850 m.
Distancia recorrida 20000 m.
Tiempo efectivo 05:00 h.
Sol.
Fácil.
Senderismo.
Se trata de un recorrido
interesante para conocer el Cañón del Arazas fuera del mundanal ruido del fondo
del valle. Se debe evitar hacerlo con nieve ya que las fajas y la Senda de los
Cazadores pueden ofrecer algunas dificultades. De hecho los guardas del parque
retiran las señales indicativas en invierno.
Agua prácticamente en todo el
recorrido de fuentes, barrancos y escorrentías.
Mapa del Cañón del Arazas procedente de Prames. Vía en amarillo.
Han previsto un tiempo malo,
que yo supongo como regular, para este domingo 25 de mayo d 2003. Por Ello, nos
levantamos ligeramente tarde, preparamos bártulos a toda pastilla y a buen
ritmo nos llegamos a Ordesa cuando son las nueve y cuarto. El aparcamiento está
prácticamente vacío, será quizás debido a que es día de elecciones. De
cualquier forma nos da lo mismo, ya que nosotros pensamos pisar poco los
caminos concurridos.
Entrada a Ordesa desde Torla. 18-3-07.
Virgen del Pilar de Ordesa. 18-3-07.
Cogemos la mochila, cerramos
el coche y dejamos boquiabierta a una pareja que se prepara para marchar.
Inmediatamente tomamos el camino general del valle en dirección este, a buen
ritmo y en la Capilla de la Virgen del Pilar nos vamos por el Camino de
Cotatuero. Estamos a 1300 metros de altitud.
Hayedo en el Camino a Cotatuero.
Paredones Meridionales del Gallinero. 18-3-07.
Subimos en soledad, al
encuentro de la luz que en luminoso tropel se introduce en el valle por el boquete
de la parte alta de la Cascada de Cotatuero y con un ritmo más adecuado al día,
alcanzamos el abrigo de troncos junto al barranco cuando son las diez de la
mañana.
Cambiamos la dirección
nordeste por la este para atravesar el espumoso barranco por el puente e
iniciar el ascenso por la orilla izquierda del mismo, progresando por los
paredones inferiores de la Fraucata, en fuerte ascenso y entre viejos recuerdos
relacionados con, la que creo, mi primera visita a Ordesa, que me llevan a un día en que, me marché camino de
Cotatuero, crucé el barranco, sin puente, por supuesto, y por la orilla
izquierda del mismo me fui para arriba hasta alcanzar los pinos más aguerridos,
a través de unas estrechas viras muy cerca del lugar donde salta el agua. Era
un crío casi de pantalón corto todavía. Subí corriendo y bajé corriendo.
Entonces estaba bien entrenado en los Capitiellos. Tantas cuantas veces pasamos
por aquí lo recuerdo, es de eso imborrable que se aloja en tu memoria
definidamente.
Cascada de Cotatuero desde la Entrada a Canarellos.
Serpentea el camino a través
de los primeros resaltes mostrándonos imágenes sensacionales de la Cascada de Cotatuero, de los paredones del Gallinero,
del Cresterío de Punta Diazas y de Otal con sus alrededores, mientras vamos
girando al sur.
Tomada la, desde abajo,
inimaginable faja; que por cierto es amplísima en su primer tramo y que se localiza bajo los paredones
intermedios de la Fraucata, llaneamos por encima de los 1650 metros de altitud,
a la sombra de una mañana ligera, algo venteada y muy luminosa, apreciando el
maravilloso silencio de la soledad.
Pelay desde Canarellos.
Sorprendemos a un trío de
sarrios, con el orgulloso desafío de un viejo macho de enorme cornamenta que se
sabe dueño de la situación y seguimos adelante bajo su atenta mirada girando
con el camino hacia el sudeste.
Giramos poco a poco bajo los
paredones de la Fraucata y nos introducimos en el bosque mixto tan pronto como
el paraje gana horas de insolación, continuando prácticamente en horizontal en
una sucesión de proas y corredores, Ordesa es un paraíso en el que cada proa
está casada con sus dos inseparables corredores.
Tarjeta de presentación de Ordesa.
Luego transitamos un
profundo corredor utilizado por los
sarrios para pernoctar en los días más crudos del invierno y poco más adelante,
ya próximos al hayedo, hemos de abandonar el camino para superar un grupo de temblones
que han sido derribados por las nieves del invierno en forma de alud y que
impiden el tránsito por la senda.
Recuperado el camino nos
introducimos en la parte superior del Bosque de las Hayas. Unas lazadas en
descenso que hay que seguir con atención pues la zona, poco transitada hasta la
fecha, está cubierta de hojarasca, nos depositan en el camino general del valle
a 1600 metros de altitud, a continuación de una amplia revuelta del camino.
Son las once y media de la mañana y nos
encontramos mucho más debajo de lo que suponíamos por una parte, y por otra me
parece un poco tarde para hacer la Faja de Pelay de regreso ya que queremos
volver a comer a casa.
En las Gradas de Soaso.17-9-11.
De cualquier forma
continuamos pista arriba en dirección este sin tener la decisión firme de la
continuación. A buen paso llegamos a las Gradas de Soaso y alcanzamos a un
grupo de críos primero y de mayores después de Sabiñánigo. Van hasta la Cola de
Caballo. Charlamos un poco con Carlos Hernando que me saluda con un “Don
Mariano” entre sorpresa y reproche pues casi no lo reconozco, pues lo cierto es
que no estando entre gente conocida, no suelo ser muy curioso. Nos preguntan
por la Faja de Pelay y les decimos que es fácil y que ya nos verán, en al caso
de que decidamos volver por allí.
Hemos decidido cruzar el
Arazas por un paso poco profundo y encaramarnos a la senda por algún paso fácil
que sirva de atajo pero, al final, no nos queda más remedio que pelear con el
fuerte viento que del nordeste vomita las nieblas instaladas sobre las Tres
Sorores y que nos hace pelear de lo lindo ya en el Llano de Soaso.
Cola de Caballo.
Pasamos junto al abrigo de
troncos al que el viento le ha arrancado la cubierta metálica y nos llegamos
hasta el puente metálico bajo la Cascada de la Cola de Caballo, crecida y
blanca de pura espuma nívea.
Son las doce y veinte y nos
detenemos al abrigo del viento en la piedra del antiguo puente para almorzar.
Estamos a 1800 metros de altitud.
Las Cutas desde Soaso.
A las doce y media, cuando
vamos a remprender el camino llegan los de Sabi que ya han visto la senda pues
hay un montañero que viene por ella.
Tomamos la Senda de los
Cazadores en dirección sudoeste y en suave ascenso hasta que se instala en la
Faja de Pelay que es la superior de las dos en las que se articulan los
paredones del sur del Cañón de Ordesa.
Cola de Caballo desde la Faja de Pelay. 17-9-11
.
A buen ritmo volvemos hasta
frente de Las Gradas de Soaso y nos introducimos en el bosque mixto que alcanza
el nivel de la senda y transitamos los primeros neveros que son restos de
potentes aludes que han hecho su faena de temporada.
Vista a este en la faja de Pelay. 17-9-11.
Hemos dicho que no quedaría
nieve a nivel de la senda pero no será así. Atravesaremos varios corredores con
nieve blanda sin que supongan ninguna dificultad y que ni siquiera requerirán
el uso de los palos de haya que he cogido en el camino por si fuera necesario
apoyar o asegurar algún paso.
Circo de Cotatuero desde la Faja de Pelay. 17-9-11.
Poco más allá del abrigo de
troncos sorprendemos a una manada de sarrios con un despistado que casi se deja
montar a caballo y siguiendo en suave ascenso, como en la mayoría de todo el
camino, alcanzamos el Mirador de Calcilarruego situado a 2000 metros de
altitud. Son las dos y media y nos ha costado la vuelta hasta aquí dos horas.
El Nuevo Abrigo de Calcillaruego. 17-9-11.
Han derribado el antiguo
refugio de piedra y lo han sustituido por otro clásico de troncos. ¡Menudo
negocio! Pues éste es peor que el viejo.
Preparamos un poco de agua
con tang, echamos un trago mientras contemplamos el dilatado paisaje que desde
aquí nos ofrece Ordesa y, de inmediato, nos vamos para abajo a través de la
conocida senda que de manera vertiginosa nos ha de depositar 700 metros más
abajo.
Soslayamos un inclinado
nevero que cubre todavía un corto tramo de la senda y poco más abajo encontramos, perfectamente
indicado, el camino a Punta Diazas. Queremos hacerlo pero hoy no será quedando
para mejor ocasión.
Mirador de Calcillaruego desde la Pradera de Ordesa. 17-9-11.
En tres cuartos de hora nos
bajamos hasta el coche algo zurradillos por los 850 metros movidos que no han
sido muchos pero que sumados al largo camino recorrido pesan ya lo suyo, y sin
pérdida de tiempo, tres cuartos de hora después nos llegamos a casa, un poco
tarde para comer con nuestra hija que ya lo ha hecho. Por lo tanto, comeremos
nosotros solos, que ya nos lo hemos ganado.