Peña San Miguel.
Entrada a Santolrieta, Collado de San Miguel
y Cara Norte. Descenso al Collado de San Miguel, Río Flumen, Reguero del
Aguila, Collado de Amán, Arista Nordeste y Peña de Amán. Vuelta por el Collado
de San Miguel.
17-01-2004.
Salida 10
h. Llegada 15
h.
Mixto.
Fácil.
Ascensión.
Rosa Mª Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de San Miguel y Amán procedente de Prames. Vía en amarillo.
Hemos determinado, ante predicciones meteorológicas inciertas o más
bien desfavorables, preparar el coche con los materiales necesarios para un par
de actividades alternativas. Hoy, sábado 17 de Enero de 2004, coincidimos en la
fiesta y estamos decididos a hacer lo que sea.
A las siete y media el tiempo está
mal y poco después, la Ser nos dice que
el tema del esky está regular con tendencia a empeorar y ante tal situación
decidimos marchar al sur: vámonos al Salto de Roldán.
Nos vestimos adecuadamente,
desayunamos “a trote”, quitamos del coche todo lo que puede resultar
innecesario y a las nueve estamos en marcha.
Compramos pan y nos vamos hacia
Monrrepós que, por cierto, presenta cierta nubosidad afincada en la toda la
parte alta y que espero que solamente afecte a la cadena montañosa y no se
prolongue al sur.
En Nueno, un poco antes de tomar la
autovía, nos vamos hasta Sabayés para tomar la carretera que conduce a Santolarieta.
Son poco más de 8 kilómetros los que nos depositan en la vuelta en la que nace
la pista que conduce al Embalse de Belsué.
Peña de Amán, el Fraile y San Miguel desde el oeste. 19-4-07.
Hay una oruga que ha iniciado la
marcha pista adelante y un cartel de prohibido circular que no recordábamos de
otras ocasiones.
Aparcamos el coche sobre los 950
metros de altitud, son las diez de la mañana, e iniciamos la marcha por la
pista en dirección este y en suave ascenso. Se trata de caminar algo así como 1
kilómetro en el que adelantaremos a la máquina y alcanzar en poco más de diez
minutos el Collado de San Miguel situado sobre los 1000 metros de altitud.
Casquete Somital Oeste de Peña San Miguel.
Decidimos subir a la Peña de San
Miguel ahora, a pesar de que ya la conocemos, puesto que nos permitirá
reconocer el camino que queremos para hoy y que desconocemos.
Vista de la Zona de Clavijas de Peña San Miguel.
Detalle de un tramo de clavijas de Peña San Miguel.
Del collado hacia arriba en
dirección este-sudeste, el viento corre con cierta intensidad y se agradece el
abrigo de la cara norte bajo el casquete somital.
Segundo tramo de clavijas y escalerilla en Peña San Miguel.
Contemplando los primeros vuelos de
una considerable colonia de buitres que anida en la zona nos llegamos a las
clavijas del primer resalte y tras una pequeña vira alcanzar la escala metálica
que permite salvar el extraplomo del segundo resalte y las últimas clavijas que
nos sacan de los rojos paredones y nos depositan en la plana y herbosa cima de la Peña de San Miguel a
1120 metros de altitud cuando son las diez y media de la mañana.
Gratal desde San Miguel.
La Cima de la Peña San Miguel.
El Fraile desde la Peña San Miguel.
Nos vamos hacia el extremo nordeste
para protegernos del viento y contemplar con los prismáticos las evoluciones de
los buitres pero permaneceremos allí poco tiempo debido al “frescacho que
campa.” Ni siquiera nos acercamos al otro extremo de la cima en la que se
encuentran los restos de una antiguas fortaleza de origen árabe, pasamos junto
al aljibe y nos vamos para abajo por idéntico camino.
El Aguila desde San Miguel.
Picón y Matapaños detrás de Amán.
Hemos divisado desde arriba al
camino que baja hasta el cauce del Río Flumen y ese será nuestro objetivo. A
las once menos cuarto estamos de nuevo
el Collado de San Miguel, cuando llegan con un coche una pareja de
chicas que se ha saltado la señal de prohibido circular y que pretende, parece
ser, ir a observar aves. Nosotros tomamos el camino que en dirección nordeste
nos tiene que bajar hasta el río.
El Reguero del Aguila.
El cartel está roto pero a pesar de
ello lo localizamos sin dudar. Discurre en descenso continuado por una ladera
caliza muy vestida de carrasquilla, aliaga, enebro oxicedro y algunas que otras
lindezas por el estilo que se encargan de que el personal no abandone el camino
bajo ningún concepto. Camino que, por cierto, parece estar muy poco transitado
y prácticamente medio cerrado.
Descenderemos alrededor de 300
metros de desnivel, pasamos junto a las ruinas de una caseta y al lado de otra
que se encuentra en lastimoso estado y nos acercamos al cauce del río para
continuar por su orilla derecha cauce arriba unos metros hasta que el camino
nos lleve a la misma orilla para desaparecer.
Peña de Amán desde San Miguel.
Buscamos una pasarela que no existe
y tras descalzarnos y remangarnos los pantalones cruzamos el río que baja algo
crecido además de frío.
Nos calzamos y recuperando el camino
en la orilla izquierda tomamos un empinado camino que pasa junta a un paredón
calizo que posee en su base un oscuro entrante. El camino, sin concesiones gana
altura suficiente para bordear el paredón por su parte superior.
San Miguel y Amán desde el sudeste. 2-1-08.
Hemos abandonado el lecho del río
que discurría de norte a sur y tras subir fuertemente en dirección nordeste el
camino gira ya horizontalmente para orientarse al sudeste acercándose al
Reguero del Aguila.
Cara Sudeste de Amán y arista de ascenso. 2-1-08.
Por su ladera derecha proseguimos
adelante hasta rebasar cumplidamente el Collado de Amán que está justamente el
frente pero en la otra ladera. Es el procedimiento que utiliza el camino para
atravesar el seco cauce del barranco sin perder prácticamente altura. Luego,
siguiendo en suave ascenso en el que aparece el boj ganamos altura para
alcanzar el Collado de Amán a 950 metros de altitud.
En el collado hay un cartel que
indica el camino hacia el sur, hacia San Julián de Banzo y la senda continúa
ahora en dirección sudoeste, transitando la amplia loma que conduce a las
barreras rocosas somitales.
Resaltes Terminales de Amán.
Encontramos alguna encina a nuestro
paso y nos acercamos por nuestra derecha a la arista que pasa un primer corto
resalte buscando un paso fácil a nuestra
derecha casi en los paredones del noroeste de la peña. Seguidamente 3 clavijas
de hierro facilitan el paso que conduce a la cima de la Peña de Amán a 1121
metros de altitud.
El viento está en todo su apogeo por lo que
nuestra estancia en la cima, además de corta es incómoda, pero nos permite
contemplar los verticales, rojizos e
impresionantes paredones de San Miguel y del Fraile. El paisaje es
absolutamente espectacular, el Salto de Roldán es conocido por ello y
representa la puerta que abre el camino del llano a la montaña. Se trata sin
duda de una majestuosa postal de presentación del Parque de Guara.
La Peña San Miguel desde la Peña de Amán.
Es una pena pero tras hacer una foto
a la carrera nos vamos para abajo con la intención de ponernos al resguardo del
viento.
El descenso de las clavijas resulta
un tanto más complicado fundamentalmente por las acometidas del viento y por
las manos que se nos han quedado entre frías y heladas. Además, la clavija del
medio está suelta y hay que tratarla con sumo cuidado.
Luego, recién salidos de los
resaltes buscamos el abrigo del viento en las paredes del este y nos paramos a
almorzar. No hay sol pero se está bastante bien.
Es la una cuando continuamos con el
descenso para introducirnos poco después en el abrigadísimo paraje del Reguero
del Aguila y entrar en calor. Bajamos sin prisa pero a ritmo y en tres cuartos
de hora nos llegamos al Flumen tras dar una pequeña vuelta que nos permite
saltarnos el tramo de camino más erguido junto a las paredes rocosas próximas
al río.
Nos quedamos un rato a disfrutar del
solitario y espectacular lugar cubierto de una exuberante vegetación autóctona
del parque natural. Luego volvemos a descalzarnos para pasar el Río Flumen por
idéntico lugar e iniciar el largo ascenso que nos ha de llevar al Collado de
San Miguel tras contemplar el espectacular congosto que conforman las Peñas de
Amán y San Miguel.
Subimos a buen ritmo y en poco más
de media hora nos llegamos al collado en el que encontramos a varios coches que
no han hecho caso de la prohibición.
Sin más nos vamos pista abajo hasta
el lugar en el que hemos visto un romero arrancado por la máquina que ha
practicado algunos desagües en la pista. Lo transportamos entre los dos con un
buen cepellón pero decidimos dejarlo un poco más abajo en un lugar en el que
puedo dar la vuelta con el coche.
Luego se queda Rosa preparando la
comida en un lugar abrigado de la pista mientras me bajo en un trote hasta el
coche y subo a recoger el romero y a comer. Son las tres de la tarde y hemos
liquidado un agradable paseo en el que hemos movido 900 metros de desnivel. El
día no ha sido nada del otro jueves pero por arriba ha sido pésimo, por lo que
la elección ha resultado un acierto pleno.
Nos cambiamos un poco de ropa y nos
vamos por Apiés hasta Huesca. Hay que hacer algunas compras, poca cosa pues
antes de las seis de la tarde estamos ya en casa.