28 nov 2009

41-09. PUNTA SASTRE E IBÓN DE LA LACUNA. 28-11-2009.

Telera, Balposata y Canales desde el Ibón de la Lacuna.

Acumuer, Pista al Churrón, Plan de Igüés, Ibón de La Lacuna, Punta Sastre, Punta Canales, Punta Icen, Punta Narronal y Acumuer.

28-11-09.

Salida 09 . Llegada 16 h.

Sol.

Muy fácil.

Ascensión.

 Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Punta Sastre procedente de Prames. Vía en amarillo.

            Había previsto la Agencia Estatal de Meteorología para el día 28 de Noviembre de 2009 una probabilidad de lluvia del 80 % mínimo para el Pirineo. ¿Cómo pensar en una actividad muy larga y a cierta altitud? Al final sería una de sus clásicas “cagadas” pues lo hacen con cierta frecuencia, y uno no deja de preguntarse si serán capaces alguna vez de rentabilizar los cuantiosos medios económicos y humanos de que disponen a costa de los impuestos que religiosamente pagamos los contribuyentes.

            Bueno, vamos a hacer una circular partiendo de Acumuer, a baja cota y por pistas y caminos despejados de vegetación arbustivo-arbórea para poder llevar los “paraguas de pastor”. Si el cielo lo permite podremos disfrutar de encantos inestimables.

            A las ocho y media de la mañana tenemos un cielo azul radiante y una mañana fresca y soleada. Ha helado.

            Hubiéramos ido a hacer otras actividades pero… a las nueve, tras un corto recorrido en coche estamos aparcando en Acumuer, junto a la barrera de la Pista del Churrón.

            Pista adelante por la orilla izquierda del Río Aurín y en dirección nor-noroeste avanzamos prácticamente en horizontal hasta alcanzar el Barranco de San Bartolomé. Podemos atajar por el camino que sube recto junto al río pero nosotros proseguimos pista arriba para dar con la misma la correspondiente lazada en medio de una distendida conversación.

Collarada y Collaradeta.

            Al llegar a la parte alta de la lazada comentamos, como siempre, la intención de tomar la indecisa pista que se orienta en busca de la Arista Sur de la Punta Sastre y más hoy que vamos para allí. Debe estar muy llena de maleza e incluso perdida en medio de un intrincado pinar expresamente indicado para el jabalí.

De Colladeta a Punta Bucuesa.

            La pista se alarga en suave ascenso y en dirección norte hasta alcanzar el puerto en la zona de las casetas y aproximarse al Barranco Cecutar que atravesamos por el puente.

Acebo.
Punta Blanca desde la pista.

            Unos metros más arriba está, situado a 1400 metros de altitud,  el rellano del que arranca la Pista al Plan de Igüés y con ella nos vamos en dirección este. Son las diez y veinte de la mañana que sigue insultantemente espléndida.

            Progresamos a través de un delicioso pinar de pino silvestre autóctono instalado en una delicada pradera alpina decorada al gélido blanco de la escarcha de esta mañana típicamente invernal. 

Balposata y Canales desde la Pista al Plan de Igüés.

            La pista se va elevando muy suavemente en busca del Plan de Igüés y nos muestra la ladera oeste de la arista que une Punta Sastre con Punta Canales y más al norte todavía la  Punta Balposata.

            El barranco baja muy hondo con relación a la pista, atajar es tentador pero proseguimos pista arriba aunque demos una considerable vuelta.

            En unas afloraciones rocosas inmediatamente debajo del plan nos sentamos al sol y al abrigo a almorzar un poco. Son las once y cuarto.
Retona de Zarrambucho.

Detalle de Peña Gabacha.
            Un cuarto de hora después reemprendemos el camino para alcanzar inmediatamente el Plan de Igüés situado sobre los 1600 metros de altitud entre fotografías: el horizonte nordeste es absolutamente espectacular pues de oeste a este nos enseña la Punta Cecutar y el Balcón de Pilatos por delante de la Horca de lana Mayor, seguidos del nevado y remoto Puerto Rico, de los encantos de Peña Ratona y de la belleza escultural de la Peña Gabacha sobre las que juguetean ligeras nieblas de condensación y tras las que se asoman delicadamente las nevadas cúpulas somitales de Telera y Parda; cerrando el circo Balposata.

Hacia abajo el Barranco Cecutar.

             ¡Y estamos solos! Todo el día lo estaremos  y por ello damos gracias a este maravilloso Pirineo que nos regala con su magnífica soledad.


Hacia Punta Sastre.

            Atravesamos el recién nacido barranco y tomamos los restos de la vieja pista que se orienta en la ladera hacia el sur al encuentro del Cuello Petruso al que no llegaremos de momento.

Telera y Parda,

            La pista muere en la ladera tras atravesar un par de barrancos y se continúa por una serie indefinida de trochas utilizadas por la ganadería que a lo largo de innumerables años ha comido estos puertos.

Hacia  atrás Punta Ralla.

Ibón de la Lacuna.

            En suave ascenso nos acercamos a la cresta y alcanzamos la pista que ha pasado de la ladera este y que en suave descenso atraviesa la ladera oeste de Punta Sastre entre la pedrera somital y el pinar inferior y nos deposita en el breve praderío en el que se asienta el Ibón de La Lacuna situado a 1850 metros de altitud.

De Punta Ralla a Bucuesa.

            Son las doce pasadas y el ibón, de modestísimas dimensiones y rodeado de pradera alpina, está deliciosamente sereno y helado. Lo rodeamos, contemplamos y fotografiamos con los alrededores conocidos en una soleada mañana en la que por el horizonte oeste quiere asomar algunos estratos todavía muy lejanos.


            Un cuarto de hora después ascendemos brevemente en dirección sur y alcanzamos la arista divisoria entre el Barranco Cecutar y el Barranco de San Bartolomé y caminamos hacia el norte en ascenso junto a la valla divisoria de pastos para el ganado.

Collaradeta y Samolas desde Punta Sastre.

            La loma es amplia, el pinar se queda acostado hacia el este y sorteando una estrecha franja de enebro rastrero alcanzamos la cima de Punta Sastre situada a 1949 metros de altitud cuando son las doce y media.

            La imagen del ibón desde la cima es espléndida algo que contrasta con el característico, ilógico y pedregoso casquete somital oeste.

            El tiempo está permitiendo una jornada sin prisas y, consecuentemente,  vamos a darnos una vuelta hasta Canales y así haremos una actividad circular con bajada directa a Acumuer.

Retona y Puerto Rico.

            Continuamos en suave descenso  hacia el norte y a través de una loma de verdura abrasada por el invierno hasta que, poco después alcanzamos el amplio y plano Collado Estacho sobre los 1900 metros de altitud. Allí recogemos la caja de una vieja pista que  se irá elevando suavemente junto a la arista para faldear por el sur la Punta de Canales y alcanzar su arista sur  y marchar por la loma más allá de Punta Narronal.

Brecha de Cachiribizas desde Punta Canales.

            El repecho se nos hace largo pues llevamos una temporadilla que hemos caminado muy poco, pero tampoco conviene exagerar, a la una y media alcanzamos Punta Canales situada a 2142 metros de altitud y terminamos con las subidas del día.

Aso y Yosa en el Sobremonte.

            Canales es la confluencia del Valle del Sobremonte, desde aquí divisamos perfectamente la campiña en la que se asientan Aso y más abajo Yosa al sudeste, el Barranco de Cecutar situado al oeste con el Plan de Igüés y el Barranco de San Bartolomé orientado hacia el sur. En la Punta Balposata, situada un poco más al norte confluye el Puerto de Biescas con el Plan de Usabas.

            Tranquilamente iniciamos el descenso siguiendo la  arista sur divisoria entre el Turín y el Sobremonte. Enseguida alcanzamos la casi imperceptible Punta Icen situada alrededor de los 2000 metros de altitud.

Arista Sur de Canales, Icún y Gué.

            Continuamos para abajo contemplando la parte este de la Partacua, la oeste de Tendeñera y la zona de Ordesa a continuación. Hay un tenue velo blanco por debajo de la zona innivada, posiblemente fruto de la noche del jueves al viernes.

            Enseguida  alcanzamos punta Narronal y todavía descendemos suavemente un poquillo al objeto de aproximarnos  a la parte de alta de una viejísima pista que desde la arista se introduce en la cabecera de Sarrapana lugar en el que alcanzaremos el sendero que pasa del Aurín al Sobremonte.

            Buscamos un poco en el este algo de abrigo de la suave brisa que se mueve en la loma y, con vistas, nos paramos a comer  cuando son las dos y cuarto.

            Contemplando la conocida arista que une Burrambalo con Balposata, el valle suspendido del Sobrepuerto que ha de confluir en el Gállego, y sumidos en la profundidad del azul de la distancia y la falta de luz, pues el sol se ha cubierto por una débil capa de altoestratos, Erata, Oturia, Santa Orosia, Cancías  a la vez que recordamos nuestra estancia el pasado otoño, se nos hace “fresqui”. Así que, abreviamos, nos entonamos un poco con un café con leche caliente y alrededor de las tres menos cuarto nos metemos en marcha con ganas de entrar en calor.

Canales desde la Arista Sur.

            En la vertiente oeste buscamos y encontramos enseguida la vieja pista que faldea horizontalmente bajo Punta Narronal en busca del Sarratiello para perderse en una ladera, luego loma de verdura en la que se está implantando paulatinamente el enebro rastrero y que nos conducirá en persistente descenso hasta las inmediaciones de la Caseta Sarratiello, lugar en el que encontramos las balizas rojiblancas del sendero que une los dos valles.

            La caseta es una cuadra de animales ya que hace mucho tiempo que le falta la puerta. Está hecha una auténtica pena.

            Siguiendo las balizas nos vamos ladera abajo por camino que serpentea sobre un “arizonal”, asentamiento de genista hórrida y que poco más abajo nos introduce en las fajas más altas, abandonadas para el cultivo hace ya medio siglo.

Caserío de Acumuer.

            El viejo camino empedrado nos conduce a las inmediaciones del Pueblo al que llegamos por el norte contemplando el apiñado caserío entre las cálidas ramas de los robles.

            Son las cuatro de la tarde cuando tras dar una vuelta por el pueblo nos llegamos al coche. Han sido 1125 metros de desnivel, la tarde se ha ido cubriendo pero maldita la pinta que tiene de llover.

             

             


           

15 nov 2009

40-09. PASARELAS DE ALQUEZAR Y EL TOZAL DE SEVIL. 15-11-2009.

En la Ruta de las Pasarelas de Alquezar.

15-11-2009.

Salida 09 h. Llegada 16 h.

Mixto.

Muy fácil.

Senderismo.

Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Alquezar procedente de Prames. Vías en amarillo.

            La actividad no es una ascensión propiamente dicha, es un recorrido senderista hasta el Tozal de Sevil incluyendo la Ruta de las Pasarelas de Alquézar.

            Por una vez vamos a ir a Guara cuando el tiempo meteorológico no es  definitivamente malo en Pirineos y en Guara esperamos que sea decente. Es domingo 15 de Noviembre de 2009, no madrugamos demasiado pero aligerando, nos bajamos hasta Huesca, luego Abiego y Adahuesca y a las nueve estamos aparcando en Alquezar.

Sierra de Sevil.

            La mañana lleva puesto un traje de nubes muy altas con adornos claros hacia el este, no es demasiado agradable pero bajando las escaleras para llegar a la plaza principal del pueblo nos damos cuenta de que el día está estupendo.

Alquezar.

            Contemplando la preciosa arquitectura que solamente poseen algunos de nuestros maravillosos pueblos nos vamos orientados por la Colegiata, contemplamos algunos callizos y enseguida a mano izquierda aparece el cartelón indicador de nuestro camino: La Ruta de las Pasarelas sobre el Vero.

            Hemos atravesado el pueblo en dirección nordeste y de inmediato iniciamos un rápido descenso para introducirnos en el Barranco de la Fuente. Vamos a llevar a nuestra derecha los murallones que soportan el Castillo-colegiata y a nuestra izquierda  los también verticales paredones de la peña Castibián en los que se alojan unos covachas multicolores sobre la roca caliza de la peña.

            Pasamos junto a unos reducidos huertos y nos introducimos en la húmeda umbría del soto del, ahora, seco barranco en el que encontramos bojes, arces menores, almeces, fresnos y algún que otro álamo.

            Una serie de toboganes terrosos, escalinatas calizas bastante artificiales, húmedas y resbaladizas y pasarelas con pasamanos de madera nos van encajonar entre las paredes del barranco a la vez que nos van aproximando al cauce del Río Vero en un descenso de algo más de 100 metros de desnivel.

Cueva Picamartillo.

            Las paredes se abren en las inmediaciones del río y un corto ramal del camino ya en las graveras del río nos conduce a la Cueva de Picamartillos, una extraordinaria cavidad practicada por el Vero sobre las calizas de la zona.

            Hemos de atravesar la menguada corriente para alcanzar el fondo de la cueva y contemplar desde allí los impresionantes paredones entre los que se aloja el Barranco de la Fuente que acabamos de descender. Son las diez menos cuarto.

            Seguidamente volvemos sobre nuestros pasos  y siempre por la orilla derecha del río ascendemos una escalinata metálica que nos sitúa en la primera y más grande de las pasarelas metálicas practicada a unos metros del plano cauce del río y sobre una vertical y lisa pared.

            Terminada la pasarela continuamos a través de un soto de rivera instalado en las orillas del río para, enseguida alcanzar otro tramo de pasarelas metálicas sobre una pared un tanto extraplomada lo que supone que, en algunos momentos, haya que agacharse y tener cuidado con la mochila y la cabeza. La pasarela no tan lineal como la anterior y en suave descenso nos permite alcanzar el azud de la Presa de Alquezar bajo la que podemos contemplar una pequeña cascada pues las aguas no son canalizadas.

            El camino se divide en dos y nos vamos por el ramal derecho que asciende primero a una plataforma rocosa desde la que se contempla perfectamente la presa y que, posteriormente asciende fuertemente por estrecho camino en dirección sudoeste, hacia una zona de paredes en las que el personal practica la escalada y todavía más arriba hasta el Mirador del Vicón.

            Requiere un pequeño esfuerzo pero merece la pena la vista desde el mirador muy próximo ya a los muros del castillo. Recomiendan no utilizarlo como camino de regreso a Alquezar.

            Nosotros nos vamos para abajo siguiendo idénticos paso que a la subida y proseguimos aproximándonos de nueve al río tras pasar bajo una enorme peña-puente.

            Un nuevo tramo de pasarelas metálicas con abundantes restos de las antiguas nos depositan en la Central Hidroeléctrica de Alquezar en proceso de restauración. Es el punto más bajo del recorrido y estaremos sobre los 500 metros de altitud

            Un ampliado camino, que ha permitido el tránsito de pequeños buldocers para las obras, se va alejando en ascenso del cauce del río y por reseca ladera, a través de un sistema de bancales,  que en su día estarían llenos de olivos y almendros, gana altura en dirección a Fuentebaños que nos muestra una cumplida balsa.

            Luego el camino gira al norte para atravesar una zona de reducidos y escalonados olivares e introducirse en el Pueblo junto a la Fuente de la Pozaca que llora el agua más que la mana. Son las once de la mañana.

            Damos una pequeña vuelta por los alrededores de la Colegiata y cerrando el bucle nos llegamos al aparcamiento.

            No tenemos ruta predeterminada a partir de ahora pero queremos acercarnos para ver algunas cuevas y abrigos rupestres  para llegarnos, si el tiempo lo permite, hasta Sevil.

            Lo lógico sería partir de la parte norte de Alquezar  y siguiendo un camino balizado en dirección norte hacer lo que nos proponemos. Se trata de un sendero que arranca en una zona de escalada, vemos el camino, pero que no vamos a tomar puesto que es la ruta de Alquezar al Mesón de Sevil y nos parece un tanto larga para nuestros propósitos.

            Tomamos la pista de San Pelegrín y tratamos de orientarnos en el observatorio de aves y jardín botánico de San Gregorio. Encontramos a Jesús Ruiz que está recogiendo un buitre muerto y nos da algunas orientaciones que dejaremos para mejor ocasión pero nos sitúa un poco.

            Pasamos el caserío de San Pelegrín y en un ensanche de la pista paramos a almorzar un poco y a orientarnos con el mapa.
Hacia Chimiachas.

            Un cuarto de hora después u unos cientos de metros más adelante encontramos el desvío hacia la Fuente de San Pelegrín y aparcamos junto a los coches de unos cazadores. Estamos sobre los 900 metros de altitud y son las doce del mediodía algo pasadas.

            Poco después partimos en dirección norte por un camino que presenta una pequeña numeración en amarillo y algunas citas y vamos ascendiendo una ladera reseca y pobremente vestida de plantas espinosas. El camino se abre en dos y proseguimos al norte con las citas. Ascenderemos suavemente pero de manera consistente hasta alcanzar la divisoria de la Loma de Qizans, lugar en el que ya hemos conectado con la Senda de Alquezar a Sevil sobre los 1100 metros de altitud.

            Unos metros más adelante abandonamos este camino reconvertido en estrecha pista  que se va loma hacia el norte,  para alcanzar una choza cilíndrica en muy buen estado, lugar en el que el camino se ahonda  hacia el nordeste y se convierte en camino que se va a introducir en descenso en el Barranco de Chimiachas.

            Transitamos ya en el barranco un pequeño tramo de pinar de laricios e introducidos en el estrecho, sombrío y húmedo lecho del ahora seco barranco proseguimos en descenso hacia el este.

            Alcanzamos una cavidad que presenta una doble galería superior a la que ascenderé de regreso y con dudas, proseguimos barranco abajo. Suponíamos que ya deberíamos haber alcanzado el emplazamiento de la cueva.


            Alrededor de 300 metros más abajo, después de superar un resalte por fuera del cauce del barranco un cartel nos indica que hemos de abandonar el mismo y orientarnos en ascenso hacia el sur frente a unos paredones llenos de covachas.

 
Chimiachas.

            Enseguida un par de escalerillas metálicas nos permiten alcanzar la verja que protege el Covacho de Chimiachas y su precioso y preciado ciervo. La orientación del covacho es impecable.

Ciervo de Chimiachas.

            El Barranco de Chimiachas está cortado y además nosotros tenemos que volver sobre nuestros pasos. Es la una del mediodía cuando emprendemos el regreso por el mismo camino con parada en la cavidad para subir a prospeccionar la galería superior que no es difícil.

Barranco Chimiachas desde el abrigo.

            Alcanzamos la choza cilíndrica con techo de tierra cubierta de vegetales y desandamos el camino hacia Alquezar hasta que enseguida y a media ladera encontramos el desvío a la Mallata y Abrigo de Quizans.

Tozal de Quizans desde San Pelegrín.

            En cinco minutos nos llegamos a la cerrada mallata en cuyo interior, una escalera metálica permite la aproximación a la verja defensiva del abrigo.

Mallata de Quizans.


            Nos cuenta localizar la diminuta pintura rupestre en la zona baja de la pared, una especie de zorro de larga cola y unas manchas insignificantes para nosotros. La mallata ha debido de ser empleada hasta no hace mucho tiempo.

            Hemos de volver hasta el lugar donde hemos aparcado el coche y primero lo hacemos por el camino último de ascenso para luego continuar por el que conduce a Alquezar hasta que determinamos que hay que abandonarlo antes de alcanzar la Fuente de San Pelegrín.

            Damos alguna pequeña vuelta pero enseguida localizamos el camino ya próximo al coche.

            Son las dos y media de la tarde y nos entretenemos un poco cascando unas cuantas almendras que caídas del almendro no tienen pinta de ser recogidas. Mientras tanto decidimos sobre la continuación de nuestra extraña jornada.

            Hacia el Mesón de Sevil quedarán alrededor de 6 kilómetros y no es hora para hacer ida y vuelta pues de allí hasta el Tozal de Sevil todavía queda un poquillo más. Por tanto, y como queremos conocer un poco la zona, tomamos la decisión de acercarnos en coche hasta el mesón.

San Pelegrín.

            La pista está bastante bien conservada, cuenta con algunos tramos un poco estropeados pero en general su estado es muy aceptable. Tranquilamente nos vamos valle arriba en suave ascenso hasta alcanzar, media hora después, el emplazamiento del Mesón de Sevil situado alrededor de los 1300 metros de altitud.

            El Mesón de Sevil es un enorme caserón que sirve de refugio con una parte abierta y otra cerrada. Indica una capacidad para 20 personas y hasta allí llega la pista cerrada por la que discurre el camino de Alquezar.

            En las inmediaciones y cubierto de pinar se halla el observatorio contra incendios del Zerro y la pista sigue adelante en dirección norte hacia la Mallata de la Ilesieta.

            Nos vamos pista adelante en suave ascenso y en dirección norte hasta ganar lo alto de la loma y visitar uno de los abundantes pozos de nieve de la zona.


            Alcanzado el punto alto al oeste del Tozal de Sevil, al que no iremos, estamos a 1384 metros de altitud, nos damos la vuelta tras charlas con un cazador que está de espera y que ha cazado un rayón de una quincena de kilos.

            Tranquilamente nos vamos para abajo llegando al mesón cuando son las cuatro y media pasadas. Luego seguiremos pista abajo hasta las inmediaciones de San Pelegrín y de allí hasta alcanzar la carretera en las inmediaciones de Alquezar don de pararemos a echar un bocado.

Caserío de Alquezar.

            De vuelta en los alrededores de Huesca cae la noche vestida de estrellas pues el día ya es muy corto. Hay que rematar un jornada de senderismo no demasiado convencional en el que no habremos movido más allá de 600 metros de desnivel.

            Hacía muchísimos años que habíamos estado el Alquezar pero está claro que habrá que volver sin tardar otro tanto.

           

             

                

14 nov 2009

39-09. GRALLERAS SUR. 14-11-2009.

Gralleras desde el Puerto de Canal Roya.

Aparcamiento de Espelunciecha, Ibón de Espelunciecha, Collado de Canal Roya y Arista Sur.

14-11-2009.

Salida 09 h. Llegada 1212 h.

Mixto.

Muy fácil.

Esquís de Montaña.

Rosa Mª. Marrtínez y Mariano Javierre.

Mapa de Gralleras procedente de Prames. Vía en amarillo.
            La noche ha sido bastante cálida motivada por la situación de vientos del sur, lleva unos días lloviendo incluso en altitud aunque no haya sido demasiado pero… nos resistimos a no estrenar la temporada de esquí.

            A las nueve de la mañana estamos solos en el Aparcamiento de Espelunciecha y ese desagradable viento que tan frecuentemente campa por estos parajes nos invita a permanecer en el interior del coche. Es sábado14 de Noviembre de 2009 y por el oeste, una consistente masa de nubes negras se cuela hacia el este bajando de altitud y rozando la arista del circo.

            No cedemos a la tentación movidos fundamentalmente porque tenemos poco tiempo pues a las doce debemos estar de vuelta  y consecuentemente nos colocamos las botas, recogemos todos los materiales y con los esquís en la mano cruzamos el puente sobre el recién nacido Río Gállego. Había calculado nieve continua a partir de 1800 metros y así será: junto al pequeño parque infantil, nos calzamos los esquís y comenzamos a foquear la temporada. Los cortos paseos con esquís de travesía se han convertido en nuestra escapatoria más habitual para esos días en los que hay que “ventilar el piojo” a la carrera.

Principio de temporada.

            La nieve está infernalmente blandísima, estamos a 10º centígrados y quiere gotear. Por nieve virgen te clavas consistentemente y enseguida optamos por la solución cómoda: nos vamos pista arriba.

            Durante el fin de semana pasado, tras las copiosas nevadas que dejaron un Pirineo de postal invernal, las máquinas pisan muchas de las pistas al objeto de que el viento no haga estragos. Hoy, casi una semana después, la extensión de la misma es imperceptible salvo cuando abandonas la nieve pisada.

            Pero la nieve es continua a 1720 metros de altitud, cruzamos el puente y con las alzas puestas ascendemos, por la orilla derecha del Barranco de Espelunciecha ya cubierto por la nieve, el primer resalte al que le sucede el rellano en el que nos orientamos al sudoeste.

            Echamos la vista atrás y comprobamos que el personal está llegando al aparcamiento. Nosotros, conocedores del camino ascendemos suavemente hasta el segundo resalte tras el que la nieve está un pelín más dura y la visibilidad disminuye ya que los horizontes sur y este también se han cerrado. ¡No dejaremos de tener que bajar “a guevo”!

En busca del Ibón de Espelunciecha.

            Un amplio rellano desde el que contemplamos toda la arista que une a Los Faballones con el Puerto de Canal Roya nos deposita en dirección sudoeste bajo el tercer resalte alrededor de los 1950 metros de altitud.

            La nieve pisada está muy buena pero enseguida la abandonamos yéndonos ligeramente al sur para aproximarnos  al doble barranco que defiende el emplazamiento del Ibón de Espelunciecha. Ganamos altura por encima del desagüe del mismo, atravesamos el primer barranquillo que está bastante relleno y tras quitarnos los esquís, pues hay un tramo de pared que en una parte no tiene nieve y en otra está muy tiesa, nos vamos hasta alcanzar enseguida la loma desde la que se contempla el Ibón de Espelunciecha. Son las diez menos cuarto y estamos unos metros por encima del emplazamiento del ibón a 1950 metros de altitud.
Ibón de Espelunciecha.

            El ibón tocado con una lánguida y soberbia paleta de grises inimaginables esta tan bello que cruje: sencillamente celestial.

            Hacemos unas fotos, desandamos la pared y nos calzamos de nuevo los esquís contemplando como se desgarra la nubosidad y nos regala con unos retazos de cielo insultantemente azul. Hasta acuden a la fiesta unos tímidos rayos de sol pero todo será meramente testimonial y perecedero. Enseguida volveremos a estar sumidos en la oscuridad y meneados por el viento que a rachas, no demasiado intensas, nos anunciará la próxima presencia del Puerto de Canal Roya.
El Diente de Anayet siempre espera en el Puerto de Canal Roya.

            Alcanzamos la cabecera del Barranco de Espelunciecha y ascendemos el resalte Terminal que nos conduce al Puerto de Canal Roya situado a 2160 metros de altitud.

            Evolucionamos hacia la parte sur del mismo para fotografiar la severa cara Norte del Diente de Anayet  y la no mucho más amable cara Norte del Pico Espelunciecha y orientándonos al norte proseguimos el ascenso hasta las inmediaciones de la llegada de la Silla de Espelunciecha para contornear en suave ascenso la preciosa cúpula nevada del Gralleras Sur a 2204 metros de altitud.
A veces las nieblas acompañan a Gralleras Sur.

            Son las diez y media, la nubosidad nos secuestra tanto el colorido como la extensión del paisaje, contemplamos y fotografiamos el Midí con boina y al más puro blanco o negro la cara sur de la prestigiosa Campana d’Aneu, la Arista del Portalet y el Macizo del Lurien  están discretísimos y ya muy oscuro el Macizo de Aspe quizás bajo la lluvia. No digo nada del castillo de Acher que se columpia en el horizonte oeste. Hasta Foratata está tristona.
Espelunciecha desde Gralleras Sur.

            Recogemos las pieles de foca, echamos una pasta y un trago de café con leche  de manera agradable aprovechando que el viento ha cedido y un cuarto de hora después nos montamos en los esquís y comenzamos con los primeros y torpísimos giros de la temporada en nieve muy blanca, pero enseguida en la pista ya es otra cosa.

            Si hemos subido solos el descenso lo haremos en compañía de algunos que bajan más presurosos que nosotros y de un rosario interminable de gentes que suben estrenando temporada. No tenemos prisa.

            A mitad del descenso nos encontramos con Javier Sanagustín y familia. Habían quedado con Rosa en que ya se verían y así ha sido.
El Midi siempre suele acompañar.

            Luego, poco a poco hay que negociar la nieve, cada vez más blanda, con pocas florituras, alcanzamos la confluencia con la pista que sube al Silla de Batallero y del puente hacia abajo con cuidado pues aparecen peladuras.

            Son las once y media cuando nos quitamos los esquís junto al puente  poniendo fin al estreno de la temporada de esquí. Ha sido un conocido y agradable paseo en el que hemos movido unos escasitos 500 metros de desnivel que a pesar de todo nos dejarán su señal a mi chica en los cuadriceps y a mí en los gemelos.    

            No os calentéis la cabeza con las fotos del día, no hay ninguna pues la carpeta se me "evaporó".