Cruz Puyadase, Pista de la Poma, Piedras Blancas, Collado Cruz de Guardia, Arista Nordeste, Maristás, Orbar, Cruz de los Castellons, Pistas de Bacibosa y de Señés, Tozal de Igüerra y Pista de la Poma.
29-11-2024.
Salida 09 h, Llegada 15:15 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Cuando
llegamos a Plan es prácticamente de noche y la zona próxima al río es una
nevera blanca de rosada por lo que decidimos irnos a la parte alta del pueblo
que está en mejores condiciones.
Seguidamente
cenamos y nos vamos a dar una vuelta por el pueblo para localizar un lugar
donde tomar un café. Nos dirán que el único lugar abierto es el bar de la
piscina. Es un chamizo inimaginable pero allí nos tomaremos un café con leche
compartiendo una estufa con los pocos parroquianos del lugar.
La
noche es larga y frescucha y son las ocho de la mañana cuando comenzamos el 29
de Noviembre de 2024. Nos levantamos y
sin siquiera desayunar nos subimos hasta Gistaín. A la entrada del pueblo una
calle que enseguida se convierte en pista nos lleva en suave ascenso de alrededor
de un kilómetro al Mirador de la Cruz de Puyadase: hay aparcamiento, refugio
merendero.
Desayunamos
y a las nueve cuando casi quiere llegar el sol, tomamos la pista que arrancando
a 1500 metros de altitud marcha al noroeste hasta el Collado de la Cruz de
Guardia entre otros destinos.
Enseguida
atajamos la primera revuelta de la pista que, por cierto, está impecable,
aunque luego se estropeará algo cuando traza la primera gran lazada al norte en
la Zona de la Poma.
Allí,
tras un tramo encementado, abandonamos la pista y por las inmediaciones del
barranco alcanzamos la siguiente revuelta de la pista que poco después
abandonaremos ya definitivamente progresando en suave ascenso por la vertiente
sur del Barranco de la Poma.
Pasamos
junto a alguna de las muchas bordas que hay en la zona y avistamos nuestros
objetivos al sur del Collado de la Cruz de Guardia, Pasaremos bajo la Paridera
de las Piedras Blancas y en la conexión con la pista que sube desde Señés la
abandonamos definitivamente continuando directamente hacia el collado.
Son
las once menos cuarto cuando alcanzamos el Collado de la Cruz de Guardia
situado a 2100 metros de altitud. Desde allí contemplamos el valle que se
ahonda hacia Bielsa, Pineta y las Cimas de Marboré vestidas de blanco en su
parte alta y de inmediato tomamos la arista norte.
Realmente
el camino con hitos inicia un faldeo en ascenso por la cara este buscando un
remonte fácil primero por praderío y luego por una pedriza que nos lleva a los
pinos. En la sombra de los mismos quedan unos polvos de nieve todavía.
Alcanzamos
un contrafuerte que baja al sudeste y por el mismo alcanzamos la arista muy
amplia y vestida de pinos que nos conduce a un par de pequeños puntones calizos
desde donde vemos lo que realmente nos queda a Maristás. La Cara Norte es un
paretazo importante.
Se trata de una
arista bastante erguida ópticamente que se va a subir mejor de lo que parece a
pesar de que hay un débil caminillo con poco tránsito
Son
alrededor de 150 metros los que hay que remontar por la arista o sus
inmediaciones, al gusto; con un terreno cómodo que se sube muy bien al sol de
la mañana.
Son
las once y media cuando alcanzamos la Cima de Maristás adornada con un pequeño
hito de piedras y situada a 2421 metros de altitud. Desde allí contemplamos una
buena parte de nuestro camino de subida y tratamos de adivinar nuestra
continuación a Igüerra de paso por Orbar. Buscamos un lugar abrigado de la
brisa y nos sentamos a echar un bocado.
Un
cuarto de hora después proseguimos por la arista al sudoeste, pasamos un par de
prominencias muy fáciles y alrededor de las doce y cuarto alcanzamos la amable
cima de Orbar situada a 2418 metros de altitud.
Desde
la cima contemplamos la mayor parte de nuestro recorrido de ayer entre Tella y
Bielsa, nos despedimos de Ordesa Suelza, Machimala, Posets y Eristes y nos
vamos a conocer.
Orbar
tiene tres aristas significativas, hemos venido por la nordeste y nos vamos por
la sur. De nuestro proyecto de camino de vuelta hemos visto casi todo pero no
todo: allí está el “unto” de nuestra montaña.
La
arista soleada y agradablemente inclinada nos baja cómodamente y de un tirón alrededor
de 200 metros, hasta las inmediaciones del Collado de la Cruz de los Castellons;
desde allí nos descolgaremos al este en busca del Barranco Orbar. Mientras
tanto hemos aprovechado para contemplar el desconocido para nosotros Valle de
Señés, Sin y Serveto.
Ni
siquiera nos alargamos a la Ralla de la Poza que está aquí mismo y desde el
collado iniciamos el descenso por un tramo de praderío soleado que poco después
muere en cordones de pedrizas y líneas de pinar por las que continuamos
descenso siempre buscando el tránsito más cómodo.
Vamos
buscando un segundo cordón de calizas que desciende muy abajo pero el descenso
lo hacemos por su orilla izquierda aprovechando el límite con el pinar pues la
pedriza está bastante inestable.
En
la parte baja de la pedriza localizamos un potente hito en medio de la misma y
enseguida alcanzamos el prado más alto sin siquiera tener que avanzar por el
fondo del barranco que era una de nuestras dudas.
Un
tramo de pinar bastante limpio y bajo el prado nos baja hasta una limpia que
están haciendo en el pinar y cien metros más abajo está la pista que viene de
Chardal y Bacibosa cuando es la una. Hemos bajado hasta los 1750 metros de
altitud y todavía tendremos que bajar otros 50 metros para conectar con la
pista que sube de Señés hacia el Collado de la Cruz de Guardia.
Nos
hemos hundido demasiado, siempre según nuestros cálculos, y ahora tocará
remontar por la pista que lo hará al nordeste describiendo amplias lazadas.
Cogemos agua en uno de los barranquillos que atravesamos y nos cruzamos con un
trabajador que hemos visto de lejos arreglando algo de la pista y que ahora
baja hacia Señés. Será la única persona que veamos en todo el día.
Luego en una
revuelta sobre los 1800 metros abandonamos la pista para ascender directos al
nordeste. Juan lo ha hecho poco antes y pasará por el Refugio de la Turmaquera
que encuentra estupendo.
Coincidimos poco
más arriba en la valla ganadera que no tiene ningún portillo de paso en esta
zona y tendremos que saltarla. Enseguida y remontando suavísimamente alcanzamos
la aplanada cima del Tozal de Igüerra situado a 1926 metros de altitud cuando
son las dos y cuarto. Se nos ha hecho un pelín pesado este último remonte.
Desde aquí y tras
contemplar prácticamente la totalidad de nuestro recorrido de hoy nos echamos
para abajo por el praderío sin siquiera acercarnos al Tozal del Cuezo que está
aquí mismo.
Una ladera
medianamente inclinada y vestida de praderío nos bajará hasta las Bordas de la
Poma y a la pista aproximadamente donde la hemos abandonado tras el tramo
encementado.
Son las tres menos
cuarto y media hora después llegamos al Mirador de Puyadase donde terminamos
nuestra jornada de hoy que nos ha
permitido disfrutar de un día extraordinario de montaña en el que hemos
acumulado un desnivel de alrededor de 1200 metros.
Luego comeremos en
la furgo y con hora y media de carretera sin circulación nos llegaremos a casa
conviniendo de que si la meteorología nos deja nos apañamos de cine en el
monte.