Puiacuto desde el Aguila.
Aparcamiento de Arguis, Sureste de Punta
Viñaza Pico del Aguila, Arista Sur, Collado de la Ereta, Este de Puiacuto,
Monte Puiacuto, Punta Puiacuto, Mirador de los Buitres, Ermita, Castillo y
refugio de Ordás y Aparcamiento de Ordás. 27-04-2014.
Salida 9 h. llegada 14 h.
Sol.
Fácil.
Clara Abadía, Raúl López, Juan Castejón,
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa del Aguila y Puiacuto procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Estamos
en primavera y la meteorología es primaveral; pero para una vez que sucede lo
natural, pues no nos viene demasiado bien. Hoy habrá vientos de consideración y
abundante nubosidad de retención sobre la cadena fronteriza pirenaica y,
consecuentemente, vamos a poner rumbo al sur: siempre nos queda Guara.
Claro
que en Guara también hace viento cuando van a ser las nueve de la mañana y nos
reunimos en Arguis. Hemos bajado hasta el Aparcamiento de Ordás, allí han
dejado su coche Clara y Raúl y todos juntos nos subimos hasta el pequeño
aparcamiento de la entrada a Arguis. Haremos hoy una circular sin carretera
aprovechando que tenemos dos coches.
Una
senda balizada se introduce a través del Pinar de Arguis en la Cara Oeste de
Punta Viñaza. Se trata de un pinar maduro que se extiende por el este hasta la
ladera derecha del Barranco Castil de Villas.
Las Calmas.
Vuelta
a vuelta y en dirección este va ganando altura hasta alcanzar una zona de
pedriza donde desaparece el pinar sustituido por un camino amorosamente amurado
que siempre me ha llamado la atención.
Embalse de Arguis.
Enseguida
entra en la vertiente del barranco para faldear Punta Viñaza por el este
llevándonos a un paso equipado con cadena no demasiado necesaria. Subimos ya al
sol y zarandeados por el viento contemplando el blanqueo de al griñolera en
flor, senera para los de la tierra; la gayuba también florida, diversas
primaveras y hepáticas medio despiertas, espléndidos manojos de canastos de
plata y hasta algunos ejemplares
tempranos de tablero de damas.
Iberis sempervirens o canastillos de plata.
El
camino, tras mostrarnos al contraluz la inconfundible cima del Pico del Aguila,
sigue en ascenso pasando junto a unos escarpes al nordeste de Punta Viñaza introduciéndose de nuevo en el pinar que nos
ha de acompañar hasta arriba.
Nummulites o "dineretes" característicos de Guara.
Gana
altura un tanto al norte y llanea finalmente al este en busca de la arista
oeste del pico que baja al encuentro de Peña Roya.
Tablero de damas.
Próximos
a la carretera que arranca desde el Mesón Nuevo de Arguis hay una cumplida
escarcha a la sombra de la mañana y alcanzada la misma nos recibe un delicioso
sol abrigado del viento.
Embalse de Belsue.
Desde
allí contemplamos el Embalse de Belsué
que brilla neblinoso al contraluz de la mañana entre las Sierras de
Belarra y Gabardiella no demasiado nítidas. Detrás el Pirineo tan blanco de
nubes como de nieve.
Luego,
unos metros por la carretera nos conducen a la Cima del Pico del Aguila situada
a 1619 metros de altitud. Son las diez y media de la mañana.
Se
trata de una amplia cima ocupada por las instalaciones de diversos medios de
comunicación alambradas convenientemente y mostrando sus correspondientes
antenas en las que el viento brama salvajemente.
Nos
acercamos rodeando hasta la parte este en la que hay instalados unos paneles indicadores y para hacer una
foto del grupo me las veo y deseo por culpa del ventarrón que azota impío.
Contemplamos
el Salto de Roldán y el Picón, dibujamos nuestro camino hacia Puiacuto y
seguidamente nos vamos para abajo por la arista este. Tratando de ponernos a
salvo del viento.
Conozco
el descenso aunque no hay camino establecido. Se trata de descender negociando
con la genista y los crestones calizos que conforman la arista.
Enseguida
arranca un crestón continuo poco practicable
y que abandonamos para introducirnos en un corredor medianamente vestido
al norte del mismo.
Crestón calizo en la Este del Aguila.
Nos
permitirá bajar alrededor de 150 metros de desnivel hasta que desaparece en las
inmediaciones de una vieja pista, lugar en el que paramos a echar un bocado.
Son las once pasadas.
Monte Puiacuto.
Un
cuarto de hora después proseguimos unos metros por la pista que nos depositan
en el camino que baja del Aguila y que recorre el amplio Collado de la Ereta y
los Estudiases, una zona prácticamente llana
sobre los 1350 metros de altitud
para dirigirse hacia la Ermita de Ordás.
Abandonamos
el camino en una bifurcación y proseguimos por otro que llaneará por la Cara Este
de Puiacuto, suponemos en busca del collado sur.
El
Monte Puiacuto muy vestido y sin caminos a la vista nos invita a faldearlo
aunque lo que nos interesaría sería que fuera ganando altura sobre la ladera
cosa que no hará.
Incluso
alcanza un punto en el que inicia un claro descenso y es el momento en el que
decimos abandonarlo y echarnos ladera arriba utilizando un imperceptible
barranquillo en el que aclarea un tanto la vegetación.
Con
cuidado y paciencia ganamos altura en la ladera bastante vestida y en dirección
oeste elegimos pasajes que nos permiten pasar sin dificultad cosa no demasiado
corriente en Guara.
La
ladera, suavemente inclinada se arrellana arriba y nos deposita en una loma
amplia y suave. Unos metros por la misma en dirección sur nos permiten alcanzar
la Cima del Monte Puiacuto situado a 1386 metros de altitud cuando son las doce
y cuarto y el viento parece que se comporta.
Desde
la vestida cima contemplamos hacia atrás el Pico del Aguila del que venimos,
Gratal al oeste, la Hoya de Huesca neblinosa al sur y por delante la Punta
Puiacuto aunque no parece más alta que el lugar en el que nos encontramos.
Habrá
que perder algo más de 50 metros hasta el collado en el que localizamos un
camino que nos puede llevar a la cima e iniciamos el descenso por un caminillo
que imaginamos más que vemos y que nos permite perder altura con algún que otro
rodeo.
En
el collado tomamos el camino que algo transitado nos conduce enseguida a la la
Punta Puiacuto acotada en los mapas con
1373 metros de altitud.
Mirador de los Buitres desde Punta Puiacuto.
El
diminuto casquete somital tiene una parte vestida de pedriza, algo que no es
frecuente en los alrededores y desde el mismo buscamos y localizamos el Mirador
de los Buitres en el que estuviéramos no hace mucho, cuando hiciéramos la
circular por la Peña San Miguel.
Va
a ser la una menos cuarto, el caminillo
prosigue en dirección sur y con el
mismo nos vamos para abajo.
Tomamos
diversas ramificaciones, atravesamos algunas afloraciones rocosas y enseguida
nos llegamos al Mirador de las Buitres 50 metros más debajo de la cima. La
pista que viene desde el sur nos ha de
servir para volver a Ordás.
Unos
metros por la misma, la portera, el desvío al muladar y enseguida la
abandonamos por el camino que ataja una amplia lazada de la misma en la
Vertiente Oeste de Puiacuto.
Ermita y Refugio de Ordás.
El
camino en suave descenso hacia el noroeste, transitado y con hitos de piedras, nos conduce de nuevo a la pista y ya por ella y sin abandonarla hasta la Ermita
y Refugio de Nuestra Señora de Ordás.
La
balsa está con poco agua ya que la captación debe estar en malas condiciones y
en la fuente no baja agua. La Ermita está abierta, con flores y con velas ya
que ha debido de haber alguna celebración. El refugio adosado a la ermita
también está abierto y limpio. Cerramos alguna ventana que está abierta y nos
vamos hacia el Castillo de Ordás.
En el Castillo de Ordás.
Se trata de la más rudimentaria instalación
defensiva que conozco: un muro de considerables dimensiones con puerta
adintelada permitía aislar a la reducida población de Ordás de las escaramuzas
árabes del siglo XII; tras el muro el rellano en el crestón que se despeña
hasta el Isuela, defendido por inaccesible paredes les mantenía a salvo de sus
enemigos.
Caseta de pastores.
Unas
fotos y vuelta para retomar el camino que a salvo de las paredes del noroeste
permite descender en busca del Río Isuela pasando previamente por una rudimentaria y
encantadora caseta de pastores.
Son
las dos de la tarde cuando nos llegamos al coche que hemos dejado en el
Aparcamiento de Ordás. Hemos liquidado una agradable circular con alrededor de
750 metros de desnivel en una jornada decente robada al mal tiempo
meteorológico.
Montamos
en el coche y nos subimos, no habrá más de kilómetro y medio, hasta la entrada
de Arguis donde está el otro coche. Besos y adioses pues cada cual tiene sus
cuitas particulares.