Dec de Lhurs y Billare desde Lescun.
Plateau Sanchese, Cayolars de Anaye,
Barranco Cara Norte, Arista Oeste, Billare Oeste, Billare Este, Collado en la
Arista Oeste, Lac de Lhurs y Hayedo Larrangus.
29-06-2015.
Salida 08:30 h. Llegada 16 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y
Mariano Javierre.
Mapa de Billare procedente del IGN. francés. Vía en amarillo.
A
Lescun, nos parecía muy lejos, solíamos ir poco pero este año ya llevamos dos. Hicimos
el Dec de Lhurs, la Peña del Ibón de Acherito, la Mesa de los Tres Reyes… este
año repetimos la Mesa y hoy cumpliremos un viejo sueño: ascender a esa
pirámide caliza que domina el pueblo y que nos parecía inexpugnable, el
Billare.
En
alguna ocasión me pareció que se podía subir desde el Lac de Lhurs pues se
trataba de una empinada ladera de verdura que conducía a la arista cimera en la
que suponía erróneamente grandes dificultades. Luego te enteras que el personal
sube por el norte y en ello estamos pues la temida, por mí, arista oeste parece
que no es tal.
En el Plateau Sanchese con el Pic de la Breque.
Son
las ocho y cuarto de la mañana cuando llegamos a Lescun y como siempre, llegamos
a donde queremos pero con dudas, debe ser nuestro signo. En este caso queríamos
subir por Anapia que conocemos y continuar hasta el Plateau Sanchese pero
terminamos subiendo por la vertiente este del barranco que desconocemos.
Son
las ocho y media cuando aparcamos a la sombra de un haya en el plateau situado
a 1080 metros de altitud y nos metemos por el praderío hacia la Cascada del
Barranco Anaye que baja espectacular. Nos sirve para contemplarla y nos damos
la vuelta en busca del segundo puente que hemos pasado con el coche que está
aquí mismo.
El Plateau Sanchese desde el Barranco Anaye.
Enseguida
entramos al Hayedo de Anaye que nos preserva de los furibundos rigores del sol
de estos días de horripilante calima y a la deliciosa sombra que nos propicia
vamos ascendiendo en dirección oeste valle arriba.
El
hayedo presenta algunos claros concedidos al praderío pero se alarga lo
suficiente para permitirnos alcanzar la entrada del rellano en el que el valle
se amplía en los Cayolars de Anaye.
Corredor relleno de pedriza en la Norte de Billare.
Hace
un calor importante pero a pesar de ello subimos a buen ritmo. Estamos
ligeramente por debajo de los 1500 metros de altitud y ya hemos visto la enorme
pedrera de calizas claras que baja desde el pico que es nuestro objetivo, para
sumergirse en el praderío. Son las nueve y media.
Cruzamos
el Barranco de Anaye y nos vamos a por ella. Bueno, es un decir porque visto lo
visto no la vamos a tocar. Hay unas lomas herbosas al oeste de la misma que
parecen abordables y a ellas nos vamos
pero, está llegando el sol a las mismas y tomamos un estrecho corredor,
entre la pedrera y las lomas herbosas,
que sube bastante y además está
sombreado. Nos gusta hacer nuestros propios caminos.
Barranco al oeste de la Gran Pedrera.
El
barranco-corredor es una auténtica delicia, perfectamente escalonado y muy estabilizado nos permite subir cómodamente hasta casi
cansarnos. Alcanzamos un resalte intermedio que superamos por el oeste del
mismo y proseguimos corredor arriba ahora menos profundo y soleado débilmente
pero nos sigue subiendo hasta que algunos caminillos provenientes de la pedrera
atraviesan el mismo donde nos parece que va a desaparecer.
Fin provisional del barranco bajo un rellano intermedio de la gran pedrera.
Rellano bajo los Paredones de la Norte de Billare.
Veinte
minutos después continuamos atravesando el espolón que enseguida nos deposita
en un rellano lleno de bloques calizos en los que anidan algunos neveros
residuales a la sombra de las paredes de Petit Billare y Billare.
Tramo final del camino por un corredor más al oeste de la Gran Pedrera.
El
camino se aleja de la pedrera y toma otro corredor más estrecho y bastante
estabilizado por el que se va a marchar para arriba primero por las
inmediaciones del crestón de su orilla derecha para cruzarlo luego y zetear por
la otra orilla siempre lleno de hitos.
En la Arista Oeste de Billare.
Son
las once de la mañana cuando alcanzamos la herbosa arista situada por encima de
los 2200 metros de altitud momento en el que la tomamos a nuestra izquierda o este para ascender un
primer promontorio herboso y bajar a un pequeño collado en el que continua la
arista ahora de calizas desnudas.
Inicio de la Parte Rocosa de la Oeste de Billare.
Se
trata de una arista con abundantes trazas de paso que presenta opciones varias
para progresar por la misma. Nos conduce a un pequeño hombro del que se sale
por medio de un corredor vertical de cuatro metros al que le sobran presas
tanto para pies como para manos. Parece el paso clave de la arista que será un
IIº.
La Oeste de Billare es fácil.
De
allí para arriba una arista facilona nos deposita enseguida en la Cima del
Billare Occidental situado a 2318 metros de altitud cuando son las once y media
de la mañana.
Billare Este desde Billare Oeste.
Inmediatamente
al este aparece la amble cima de su hermano gemelo. Para ello hay que perder
una treintena de metros para alcanzar la brecha de separación a la que se llega
tras destrepar un escalón en el que hay que emplear las manos. Luego un
caminillo nos conduce enseguida a la Cima del Billare Este prácticamente de la
misma altitud que el anterior.
Petit Billare desde Billare Este.
Son
las doce menos cuarto. La cima es alargada y nos vamos hacia la parte este de
la misma para contemplar el Casquete Somital del Petit Billare que está aquí
mismo separado por una ladera fácil bajo la que imaginamos una profunda brecha.
Es una pena puesto que en la cara oeste del pico hay una serie de viras
herbosas y escalonadas que permiten un fácil acceso a esta cima.
La Este de Billare Oeste.
Desde
cualquiera de las cimas se observa un dilatado paisaje próximo que las rodea:
Anie, Coutende, Camplong, Dec, Petrechema, Tabla, Mesa, Peneblanque… más lejos
no faltan los perfiles azules de Sesques, Ger, Amoulat, Balaitus, Frondiellas,
Vignemale, Tendeñera, Anayet, Escarra, Ip, Collarada, Aspe, Puntal de Labata,
Bisaurín, Secús…
La Tabla, la Mesa y Peneblanque desde Billare Oeste.
Hacemos
algunas fotos y un rato después nos volvemos a la cima occidental para deshacer
la arista hacia el collado al que hemos llegado.
Pared de descenso hacia el Lac de Lhurs.
Desde
el collado arranca al sur un estrecho corredor que es practicable en la parte
que vemos pero no lo vemos entero por lo que remontamos un breve promontorio de
verdura hacia el oeste e iniciamos el descenso de la ladera sur por terreno más
amplio aunque igualmente inclinado. No hay camino.
Descendiendo con cuidado entre asfódelos.
Se
trata de una ladera que se puede bajar casi por cualquier parte pero en la que
hay que asegurar cada paso. En el inicio hay un estrangulamiento entre dos
farallones rocosos y aprovechamos las rocas para descender ese primer escalón
con más seguridad. Luego, con
tranquilidad vamos haciendo pared en la que se alternan tramos de hierbas
crecidas, finas y sin comer por el ganado con otros de hierbas más consistentes
entre las que destacan los asfódelos, los enebros de mínima talla y los
mirtillos.
Bajamos
fundamentalmente al oeste del corredor hasta más abajo de media pared para
derivar luego un poco a nuestra derecha orientándonos hacia la Cabaña de Lhurs.
Bajo nosotros siempre está la tersa Plancha del Lacs de Lhurs.
Cogemos
agua bajo un pequeño resalte en el que medio afloran las rocas y de allí para
abajo la pendiente suaviza y nos deposita en la Cola del Lac de Lhurs. Estamos
a 1700 metros de altitud y nos hemos chupado un paretazo directo de 500 metros
en una hora.
Desde el Lac de Lhurs la Mesa de los Tres Reyes.
Media
hora después y ya en dirección este tomamos el camino balizado en amarillo y
nos vamos en busca del hayedo que nos preserve del sol por camino conocido y
transitado.
Bajando hacia el Hayedo Larrangus.
El
Barranco que atravesamos guarda un cumplido nevero que nos da idea del montón
de nieve que aloja allí el viento. Luego de un ratito de sol nos volvemos a
introducir en el hayedo y sin prisa pero
sin pausa nos vamos para abajo recorriendo parajes conocidos. El camino se
cruza con la pista maderera y desemboca en la pista que va a faldear el
Promontorio de Aloun.
Amapola pirenaica.
La
pista lo rodea por el sur y el este desciende suavemente hacia Anapia. Antes de
alcanzar el aparcamiento, en lugar de tomar un ramal de pista poco usado y
directo al aparcamiento tomamos el ramal de la izquierda que nos deposita en la
pista que asciende al Plateau Sanchese.
Erizo despistado.
Serán
alrededor de un par de kilómetros que hacemos en dirección norte comiendo
fresas y fotografiando flores y a un erizo que encontramos en la pista.
Son
las cuatro de la tarde cuando retornamos al Plateau Sanchese cerrando el bucle
de nuestra actividad circular en el que hemos salvado un desnivel de alrededor
de 1275 metros. Incluso a la sombra hace un calor importante.
Luego
nos vamos pista abajo hasta la carretera pasando el pueblo como siempre hacemos
a la vuelta, sin dudas para llegarnos a casa antes de las seis y otro día más
pero a ser posible con menos calor. Beberemos toda la tarde como camellos en un
oasis.