Peña Oroel desde Punta Bacials.
Carretera
de Navasa al parador de Oroel, Cara Nordeste, Punta Bacials, Collado de las Neveras, Cima de Oroel, Collado de las Neveras, Parador de Oroel y Pista hacia
Navasa.
27-05-2012.
Salida 08h. Llegada 14
h.
Sol.
Fácil.
Juan
Castejón, Rosa
Mª. Martínez y Mariano
Javierre.
Mapa de Oroel procedente del periódico de Aragón. Vía en amarillo.
Hace
ya muchos años que tenía la intención de ascender algún día a Oroel por su
vertiente este. Conocía los caminos tanto por el norte desde el Parador como
por el Sur desde Ordolés. Esa alargada loma que arranca de los campos de Binué
y Abena me llamaba la atención.
No
conocía camino e incluso en alguna ocasión nos habíamos acercado hasta Punta
Bacials con la intención de ojear alguna posibilidad desde arriba pero ni
camino ni pista localizamos en medio de un pinar lo suficientemente vestido
como para desanimar a cualquiera.
Descartado
intentarlo en mojado buscaríamos sin prisa un día idóneo para intentar la
subida y ese día llega: es 27 de mayo de 2012.
A
las ocho de la mañana estamos dejando la furgoneta orillada en la carretera de
Navasa al Parador de Oroel un kilómetro más arriba del desvío sobre los 1100
metros de altitud.
Comenzamos
caminando y enseguida atajando un par de vueltas de la carretera hasta que en
las inmediaciones de un cartel indicador de espacio protegido la abandonamos
marchando al sur por algo que nos parece transitado pero no será más que un
espejismo.
Unos
primeros metros planos y entre pinar esclarecido enseguida se inclinan y se
cubren de sotobosque invitándonos a buscar paso por lugares limpios de
vegetación. Enseguida cruzamos un suave barranquillo y proseguimos por una
trocha medianamente limpia que nos conduce a una primera masa de genista.
Empezamos
a tener claro un par de cosas: que no hay camino y que hemos de ir en busca de
los resaltes de conglomerado huyendo de los fondos más vestidos.
De
entre un par de lomones que visualizamos desde la carretera, parece ser que nos
dirigimos al situado más al este y bueno, del uno pasaremos al otro de alguna
manera.
La
mañana es cálida y neblinosa y nos metemos en sudores de inmediato tan pronto
como la ladera se inclina un poco.
Hacia Ena.
Navasa.
Enseguida
alcanzamos un primer resalte de conglomerado y aprovechando que la vegetación
disminuye en el mismo, ascendemos unos metros y alcanzamos un rellano cubierto
de genista desde el que volvemos la vista atrás para contemplar Navasa debajo
del portillo que se empieza a quedar abajo.
Hemos
alcanzado el lomón del este y frente a nosotros aparecen las paredes de Punta
Bacials sobre las que queremos situarnos.
Tenemos
de por medio un vallecillo que arranca abajo desde el nordeste y que lleno de vegetación separa las dos
alomadas crestas, así que atravesamos el rellano de genistas, localizamos
tránsito de cazadores y proseguimos el ascenso por el crestón en el que nos
encontramos ya que nos ofrece un paso medianamente limpio.
Las
aristas se aproximan hasta ‘practicar un pequeño collado de unión entre ellas
muy denso de vegetación. Nosotros creemos que si coronamos la cresta en busca
del collado habrá que perder altura y consecuentemente, cuando nos encontramos
muy arriba, iniciamos un faldeo para atravesar el corredor e incorporarnos a
las pedrizas del otro lado bajo las paredes de Punta Bacials, luego ya progresaremos
por la base de las mismas en busca de paso.
Será
nuestro error del día y lo pagaremos al contado. En primer lugar, el faldeo
para atravesar el corredor nos obliga a reorientar continuamente nuestra ruta
en un tramo muy vestido que será lo peor del día. Luego alcanzadas las pedrizas
las subimos con pena puesto que están absolutamente inestables y damos un paso
para arriba y dos para abajo, suerte que por las orillas nos ayudamos de las
ramas de los pinos y de todo aquello firme que hay a nuestro alcance. Además,
en el collado de unión de las crestas no había prácticamente pérdida de altura.
De
cualquier forma, alcanzamos la base de las paredes de conglomerado muy cerca
del collado y enseguida encontramos un corredor herboso que está bastante
escalonado y que nos permite, con algunos quiebros subir los, alrededor de 30
metros de altura del escarpe, y alcanzar una masa de boj entre pastizal de
puerto que nos da buena espina.
Pocos conocen el Altiplano de Oroel.
Atravesamos
la barrera de boj y alcanzamos el rellano somital de Punta Bacials situada a 1674 metros de altitud. Son
las diez de la mañana, estamos bien sudados además de cubiertos de polen de
pino y bien contentos porque hemos rematado el trabajo sucio del día.
Hacia Punta Bacials.
Mucha
gente sube a Oroel pero pocos conocen el monte. No tiene nada que ver el
rellano pedregoso salpicado de boj y relleno de genista que conduce de las
Neveras a la Cruz de Oroel con la parte este del monte que corresponde a Punta
Bacials. Se trata de un pequeño valle colgado que desde la plana cima de Punta Bacials
se ahonda hacia el oeste entre suntuosas matas de boj asentadas sobre fresco
praderío alpino donde se asienta algún viejo pino silvestre.
Descendemos
tranquilamente el pastizal mientras que una ligera brisa nos saca de sudores en
una mañana en la que la neblina prácticamente oculta el sol.
Es
un descenso relajado mirando corros de brujas que posiblemente sean de
senderuelas o de cuesco de lobo hasta que alcanzamos el fondo alrededor de 50
metros más abajo.
La
vegetación cierra el paso y por el límite sur encontramos caminos de animales
que nos permiten proseguir hacia la zona de las Neveras en suave ascenso y
transitando restos de pinares sobre masa de genista.
La Virgen de la Cueva en el centro.
Cerca
de las neveras localizamos el emplazamiento de la Virgen de la Cueva en un
alargado escalón calizo ocre y ya alcanzada la cresta, nos llegamos a las
Neveras coincidiendo con la marabunta que sube desde el Parador de Oroel.
Elegimos
el camino de la cresta y en suave ascenso hacia el oeste nos vamos para arriba
hasta alcanzar la Cruz de Oroel situada en la Cima a 1770 metros de altitud.
Son
las 11 de la mañana y nos sentamos debajo de la cruz para almorzar
tranquilamente. El personal va y viene.
Veinte minutos más tarde, no tenemos paisaje pues
las neblinas nos lo hurtan, nos vamos para abajo conversando distendidamente y
con el piloto automático puesto.
Hemos
decidido hacer la vuelta por el Parador de Oroel y la carretera pues no tenemos
ganas de más guerra.
Aquilegias o aguileñas.
En
las Neveras nos despedimos del altiplano y nos introducimos en la cara norte
por el transitado y archiconocido camino que en una hora nos deja en el parador
asediado por una pléyade innumerable de domingueros disponiéndose al pic-nik.
Tomamos
la carretera y nos vamos al este a ritmo
pues calculo que tendremos alrededor de 5 kilómetros.
La
carretera, medianamente sombreada, no se hace pesada. La hemos hecho bastantes
veces con coche o en bicicleta y nos la conocemos. El pequeño repecho pasa al
igual que los rellanos y en las bajadas aprovechamos para rematar la marcha.
Es difícil precisar el camino desde abajo.
Una
hora más tarde cerramos el bucle que hemos abierto a la mañana liquidando un
desnivel de 750 metros en el que he consumado una vieja pretensión que no
recomendaría. Es mucho más interesante ir a Punta Bacials a partir de las
Neveras de Oroel ya que sorprenderá agradablemente.