Desde el interior de la Cueva del Forato.
Pista de la Ripera, Puerto del Verde y
Corredor al Oeste de la Peña del Forato.25-09-2013.
Desnivel acumulado 700 m.
Distancia recorrida 4500 m.
Tiempo efectivo 03:00 h
Sol.
Fácil.
La actividad se puede alargar en
función del punto de la pista desde el
que se comience a caminar. Todavía se podía haber acortado algo ascendiendo con el coche hasta el Refugio del
Verde. Más cómodo sería en primavera cuando los neveros rellenan el corredor
aunque el tercio final es algo erguido y la orientación propiciará la presencia
de nieve muy dura.
Agua en algunos manantiales de la parte baja del corredor pero mejor llevarla ya que no supone ningún problema para la actividad.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa del Forato procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Allí
estaba inaccesible por su vertiente norte pero justamente al este de la misma y
en la base de las paredes que unen el Mallo de las Peñas con el espectacular
Paredón de la Norte del Forato aparecía otra cueva de mucho mayor tamaño, que
parecía perfectamente accesible y que quería conocer. Hoy 25 de Septiembre de
2013 vamos a echarle un tiento también con la intención de prospeccionar un acceso
a la Peña del Forato por la Cara Norte.
Por
razones familiares son las diez de la mañana cuando nos echamos a la carretera,
pedimos la llave de la Pista de la Ripera en Panticosa y nos hacemos la pista
hasta más arriba de la Cabaña de Cantal, pasando incluso más arriba del desvío
del Camino hacia el Collado de Tendeñera. Son las once y cuarto de la mañana cuando comenzamos
a caminar. Hemos aparcado el coche en la pista a 1700 metros de altitud.
Tenemos
frente a nosotros, perfectamente al sur las Paredes de la Peña del Forato y
justamente al oeste de la misma el corredor que nos interesa y que conduce a
las paredes que unen al Mallo de las peñas con la Peña del Forato.
El
corredor arranca del Praderío del Verde un poco al oeste de donde nos
encontramos pero nosotros vamos a atravesar el praderío y una pedrera inferior
para alcanzar el corredor justamente en
la base de las paredes del Forato.
La
mañana está extraordinariamente cálida, absolutamente caliginosa y con el cielo medianamente sucio
y arañado por lo que enseguida tenemos calor, menos mal que alguna nubecilla
colabora propiciándonos algo de sombra y enseguida nos colocaremos a la sombra
natural que nos regalarán los paredones de la Peña del Forato.
La Norte de la Peña del Forato.
Ganamos
un poco de altura hasta alcanzar el nivel de la Cabaña del Verde, contemplamos
el Rincón del Verde y su posible salida para alcanzar la cabecera de los
paredones y tras atravesar el pedregal de calizas ocres subimos una inclinada
rampa de verdura y entramos a la sombra y al corredor cuando estaremos sobre
los 2000 metros de altitud.
El
corredor es amplísimo y se encuentra lleno de materiales bastante inestables
por lo que nuestro objetivo fundamental es progresar por el mismo buscando
siempre los materiales de mayor tamaño y por tanto más estabilizados. Se puede
subir por cualquier parte y de hecho hay algunos tramos que cada cual progresa
por donde cree mejor.
Cueva del Forato y Cueva del Forato de los Diaples.
El
corredor resulta más largo de lo estimado en principio, se estrecha poco a
poco, se yergue en la mitad superior y nos enseña la entrada de la Cueva del
Forato algo colgada todavía, la del Forato de los Diablos la hemos visto ya
desde la entrada al corredor y colgada en la pared 150 metros por encima de las
pedreras del mismo.
Los
últimos 100 metros de los 400 que tendrá el corredor son más erguidos y llenos de gravillas calizas
instaladas entre neveros residuales que este año empalmarán con seguridad. Nos
obligan a ascender con mayor esfuerzo y nos empujan hacia las piedras de la
orilla este del mismo.
La
caliza está regulín y hay mucha piedra medio suelta y bastante astillada por lo
que hay que prestar mucha atención con los apoyos pero de cualquier forma
alcanzamos la entrada de la Cueva del Forato situada sobre los 2400 metros de
altitud cuando es la una menos cuarto.
La
cueva es enorme y bastante irregular tanto en la superficie que tendrá un
desnivel de alrededor de 15 metros como en la planta y en la altura. La boca es
un rectángulo de 30 por 15 metros, la longitud máxima este oeste será de más de
60 metros, el ancho máximo en la parte este pasará de los 40 metros y la altura
media estará alrededor de los 20 metros. Sus paredes son de calizas claras
astilladas que rellanan irregularmente la base de la misma y es utilizada como
dormitorio por los rebecos. No es muy fácil de fotografiar.
Estamos
alrededor de un cuarto de hora recorriéndola pues todo su ámbito queda
perfectamente iluminado y seguidamente nos vamos para abajo desandando similar
camino al de subida y con más cuidado si cabe ya que la zona que destrepamos es
proclive para que nos arreemos algún peñazo, cosa que no sucederá.
El
paso de la rimaya resulta más sencillo decididos ya a pasar por el fondo de la
misma y algunas rampas de arenilla las patinamos con cuidado en lugar de
soslayarlas.
Bajamos
tranquilamente tras comprobar que apenas encontramos tramos descompuestos y
patinables y en la base de los neveros residuales justamente en el límite entre
el sol y la sombra nos sentamos a comer sobre los 2200 metros. Son las dos
menos cuarto.
Media
hora después proseguimos nuestro
descenso ya al sol de la tarde tratando de descender de la manera más cómoda
posible y contemplando el mismo paisaje que hemos contemplado desde la cueva: Faceras,
Punta Zarre, la Faxa, Xuans, Dientes de Batanes, Piniecho, Catieras, Escuellas,
Ferreras y Mallaruego.
Alrededor
de las tres menos cuarto nos llegamos al coche. Con 700 metros de desnivel nos
conformamos; bueno, el embrague se ha recalentado algo en la subida
fundamentalmente al tener que pasar aguatiellos recientes y profundos ya que la
pista la han repaso no hace mucho y está estupenda, pero nos invita a no
demorar la vuelta por si acaso.
Cólchico en el Rincón del Verde.