Balneario de Panticosa, Ibones de
Bachimaña, Brazato y Lumiacha, Collado del Serrato, Xuans, Batanes Occidental,
Serrato, Ibones de la Basa y Labaza y Balneario de Panticosa.
18-06-1989.
Salida 07:30 h. Llegada 18:15.
Mixto.
Fácil.
Ascensión.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Tenemos
que andar a cualquier precio y si es posible en altura, lo que no es
excesivamente difícil dentro de la relatividad del concepto de altura.
La
Travesía de los Ibones de Panticosa descrita en el Mapa de la Alpina nos había
llamado la atención desde hacía tiempo, pero por una razón u otra la habíamos
soslayado; quizás porque parte del recorrido era archiconocido y también porque
en la Travesía 85 había sido escenario de un interesante “embarque.”
Sea
como fuere y como una actividad cuyo objetivo fundamental era machacarse cara a
los Alpes, decidimos hacerla. Comenzaríamos por el lado suave, haríamos alguna
cima en medio y así la convertiríamos en la soba apetecida.
El Caserío de Panticosa. 24-10-17.
Los
preparativos a mediados de Junio no requieren demasiados bártulos y dejaríamos
a nuestra hija en su lugar de costumbre pues íbamos a madrugar un poco.
El
domingo 18 de Junio del 89 nos levantamos a las seis y cuarto. Por la ventana
habíamos visto que sobre Partacua y Tendeñera hay alguna nubosidad que
esperábamos levantara y en media hora estamos en carretera.
Pronto
estamos en Panticosa y encontramos obras en el Escalar que buena falta le hace.
No creemos que sea la solución pero menos es nada.
Una de las preciosas Cascadas del Caldarés. 7-8-11.
En
el Balneario de Panticosa hay un follón de coches aparcados. Debe haber
“movida” por arriba. Nos llegamos hasta la Casa de Piedra y a las siete y media
comenzamos el conocido Camino de Bachimaña.
Subimos
a buen ritmo, adelantamos a un trío en el primer rellano y atajando en la
Cuesta del Fraile dejamos atrás a varias parejas, lo que de paso consigue que
saque la lengua Rosa.
La Cuesta del Fraile. 7-8-11.
Sobre
las ocho y media estamos en Bachimaña Inferior. Allí encontramos y adelantamos
a un grupo de alrededor de 40 chavales acompañados por sus profesores. Quieren
ir a los Azules pues por ellos nos preguntan y compadecemos a los acompañantes.
La
mañana es buena y hace sol en medio de un cielo algo arañado.
Siguiendo
el camino de la Orilla Oeste de Bachimaña Superior rodeamos el ibón mientras
comentamos el corredor del día del “embarque.” En la cola del ibón atravesamos
el barranco algo arriba y dejando a nuestra izquierda las estribaciones más
orientales de Punta Zarre nos vamos ascendiendo en dirección este.
Una buena parte del recorrido. 6-9-11.
Subimos
un poco más de lo necesario y tenemos que bajar otro poco para atravesar el
Barranco de la Canal y el Desagüe de Bramatuero y colocarnos en la Presa de
Bramatuero Inferior. Son las diez menos cuarto, estamos a 2300 metros de
altitud y hasta ahora solamente ha sido un paseo a buen paso.
Echamos
un trago de agua pues se hace calorcillo y continuamos por la orilla izquierda
del ibón entre toboganes glaciares graníticos y neveros blandos. Seguimos las
huellas de una pareja que va delante y que no logramos ver.
Ibón de Bramatuero Inferior desde el Barranco de Xuans.
El
ibón es grande, no lo habíamos visto entero y de cerca nunca y rodearlo se nos
hace largo. Al final ganamos la cola, con el camino cruzamos el barranco y
subimos por las Laderas de Paterneille. Ascenderemos los 200 metros de desnivel
que separan al Ibón Inferior del Superior de Bramatuero. Son las once cuando
llegamos a la presa del Superior.
El
ibón se encuentra medio helado pues no es verano y estamos a 2500 metros de
altitud. El refugio está en muy malas condiciones. ¿Qué mal habrá hecho para
que lo destrocen? No ofrece mucho más abrigo que la intemperie.
Peña Xuans desde el ibonciecho de siempre. 5-9-11.
Cogemos
agua y continuamos elevándonos en dirección sur hacia el Pico Serrato pasando
la indecisa zona de las más orientales de las Charcas de Lumiacha. Ascendemos
luego un corto pedregal que nos depositará después en el amplio collado entre Serrato
y Xuans y a 2725 metros de altitud. Son
las doce y media.
Reconocemos
nuestra embarcada aunque ya no concuerda demasiado con la idea que guardábamos
de ella y prácticamente en horizontal nos acercamos a la parte de collado que
une Xuans con Batanes. Allí almorzamos próximos a los dos que nos precedían.
En Peña Xuans, detrás los Dientes de Batanes.
Dejamos
las mochilas y nos vamos al Pico Xuans. Está completamente descompuesto pero su
arista este es fácil tras un flaqueo al sur. Alcanzamos la Cima de Xuans a 2857
metros de altitud. Contemplamos los alrededores, hacemos una fotografía con los
Dientes de Batanes y seguidamente volvemos sobre nuestros pasos sin más
preámbulos pues el cielo se va uniformando poco a poco de gris.
Empleamos
en todo ello poco más de media hora y tal y como hemos decidido nos vamos hacia
los Dientes de los Batanes, ascendiendo hacia el sudeste unos cortos neveros
que tienen esa nieve que se hunde cinco
maravillosos centímetros. Las nubes siguen jugando con el paisaje pero de
momento nos respetan.
En el Pico Serrato.
Alcanzado
el Diente Occidental de Batanes, una brecha nos cierra el paso y a eso no hemos
venido. Nos volvemos sin alcanzar las otras cimas puesto que para ello habría
que descender un nevero en la pared norte para atacar la cima por el este que
parece más accesible.
Son
las dos de la tarde cuando decidimos, para compensar, ascender al Pico Serrato
aunque parezcamos a unos canarios en la jaula. Lo vamos a hacer flanqueando un
poco por la cara este del pico pues aunque está muy descompuesta es accesible. Hacemos dos bonitos pasos en la cresta y
alcanzamos la cima ocupada por dos montañeros que también han subido desde el
balneario pero por el lado corto.
Estamos
a 2888 metros de altitud. Charlamos un rato, nos hacen una fotografía con el
Vignemale de fondo y sobre las dos y media iniciamos el descenso en vistas de que el tiempo empieza a amenazar
con más insistencia.
Peña Xuans faldeando el Ibón de la Basa. 7-8-11.
Recogemos
en el collado las mochilas y nos vamos para abajo a partir del collado de Xuans
con Batanes en dirección al Ibón de la Basa.
Comienza
a gotear indecisamente. La bajada es abrupta y discurre por un terreno
completamente descompuesto en el que las rodillas lo acusarán inmediatamente.
Pasamos
el ibón por el nordeste sobre un enorme pedregal granítico para dirigirnos
hacia los Ibones de Labaza. El goteo se hace más consistente y nos ponemos las
capas.
Pico Serrato desde el Ibón de Labasa. 22-4-03.
Pasamos
el canchal situado al este del ibón y la hasta entonces ligera llovizna se
convierte en granizada que, menos mal, no va a durar demasiado, poco más de
cinco minutos.
A
la altura de los Ibones Inferiores de Labaza. Serrato, encontramos algunos hitos y las seguimos pues
nos dirigen hacia el Balneario tras la segunda granizada ya que la tarde puede
perseverar en lo suyo.
Rosa
lleva los pies fastidiados y pensábamos parar en ibón a remojarlos y comer un
poco pero pararse con lluvia no es un asunto agradable, por lo que continuamos,
poco a poco, para abajo; luego remite algo la lluvia y nos paramos en un
torrente ocasional para que se remoje los pies y comemos unos frutos secos.
Dientes de Batanes desde el Ibón de Labaza. 6-7-09.
Reanudado
el descenso enseguida alcanzamos los primeros retazos de pradera alpina,
rododendros enebros rastreros, gravas graníticas escalonadas y agua, la lluvia
se resiste a abandonarnos. Alcanzamos un casetón de obras sobre los 2200 metros
en el camino a los Ibones de Brazato y decidimos pararnos. Son las cuatro de la
tarde.
El
refugio es de hormigón armado en una buena parte, le falta la puerta y las
ventanas pero al menos no llueve bajo su techo. Colgamos las capas en unos
hierros y sobre unas piedras nos sentamos a comer.
Ibón de Labaza. 7-8-11.
Llevamos
mojado el tren inferior y parados se nota la frialdad en pies y piernas. De
todas formas no vamos a estar demasiado pues remite la lluvia.
Veinte
minutos después continuamos para abajo con las capas en la mano. El camino es
amplio y bien marcado pues se trata de un viejo camino de servicio de obras en
los ibones que facilita el tránsito sobre la brutal pared a base de vueltas y
más vueltas.
Tremenda jornada de pedregales graníticos. 7-8-11.
Vuelve
a llover cuando alcanzamos el camino que sube a Brazato: ya sabemos por dónde
hemos de continuar.
Al
camino le salen caminos, estamos en un laberinto orientado por el Balneario al
fondo. Vuelta a vuelta terminamos el camino en el Balneario. Son las seis y
veinte. Nos ponemos las zapatillas y nos vamos para abajo comprobando que han
marchado ya casi todos los del mogollón de la mañana y encendemos la
calefacción para secarnos un poco. La tarde está cerrada.
De camino al Balneario dejamos atrás la Pared de Labaza. 20-11-15.
Nos
hemos dado una considerable soba, nos hemos mojado y nos hemos secado cuando llegamos
a Sabiñánigo que se encuentra sumido en una fuerte tormenta. Otra vez nos hemos
vuelto a perder en la misma zona pues no hemos hecho todo el camino tal y como
pretendíamos. Nos embarcamos en el 85 y lo hemos vuelto a hacer en el 89. ¿Será
nuestro destino en esta parte del Balneario?
Creemos
que eso debe acabar y para ello hay una fórmula magistral consistente en patear
la zona a conciencia y terminar así con el problema.
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