1 may 1997

5-97. COTIELLA. 1-5-1997.

 
Casquete Somital de Cotiella.
 
Final Pista Armeña, Collado, Ibón y Refugio de Armeña, Collado de Cotiella y Arista Sudeste.

1 y 2-5-2015,

Salida 16:30 h. Llegada 14:45 h.

Mixto.

Fácil.

Ascensión.

Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
 
Mapa de Cotiella procedente de Iberpix. Vía en amarillo.


            Cotiella tenía  para mí connotaciones especiales: era la Diosa que se casa con el Dios Balaitus en mi Historia de la  Bal de Tena. Pero además también era ese macizo calizo que estaba  allá en la quinta puñeta, sin agua y sin especial atractivo, uno de los muchos picos de este Pirineo que andan por los 2900 metros, también esa cima blanquísima casi todo el año al norte del Turbón y, por qué no, uno de esos proyectos aparcados desde tiempo inmemorial.

            A principios de los años noventa, cuando hicimos el Turbón nos acercamos hasta Barbaruens. Antes habíamos estado en el Ibón de la Basa de la Mora y lo habíamos visto pero…

            En Semana Santa del 97  estuvimos a punto de ir. Ahora, en el largo puente de Mayo, antes de que se enfríe la cosa, decidimos ir a propuesta de mi chica.

            El día 1 de Mayo dejamos a Biola comiendo en casa de Raquel y Paco, celebran la Confirmación de Benja y marchamos alrededor de la una y cuarto tras pasar por casa de mi abuela.

            El día es espléndido, el tiempo anticiclónico con posible empeoramiento un par de días después. Se hace calor por la Guarguera recientemente asfaltada.

Llegando al Ibón de Armeña.
 
            Las obras entre Boltaña y Ainsa se van a hacer eternas, el Puerto de Foradada del Toscar no se hace largo y enseguida estamos camino de Seira tras pasar por Campo.

            Una pista asfaltada que nace en Seira y que ya conocíamos , a vuelta limpia, estrecha ella, nos lleva a través de 8’7 kilómetros hasta Barbaruens, un soleado pueblecito asentado a media ladera y rodeado de pinar.

            A la entrada charlamos con un pastor que nos informa. Han cambiado los números del teléfono y por eso no nos contestaba nadie.                                                           
            El pueblo está algo cambiado conforme a lo que recordábamos. Damos una vuelta y a las cuatro y cuarto continuamos  la marcha, ahora por pista, nuestro camino monte arriba. Serán cuatro kilómetros y media con un tramo último un tanto empinado tras el que alcanzamos el final. Menos mal que la pista está muy bien engravada.

            Aparcamos el coche y nos echamos a andar. Estamos sobre los 1550 metros de altitud y son las cuatro y media.

            El principio es fuerte y tiene unas imposibles huellas de vehículo. En dirección noroeste rodeará los enormes Paredones del Barranco de Bilsé adentrándose en el bosque de pino negro y ascendiendo finalmente, tras atravesar un par de corredores barridos por los aludes y en los que todavía queda nieve, alcanzar el Collado de Armeña en el que se instala la pradera alpina. Estamos a 1900 metros de altitud.

            Divisamos el recóndito Ibón de Armeña y el refugio del mismo nombre al fondo. El alargado y reducido ibón al pie del Pico Reduno da de beber todavía a un fuerte nevero y alrededor crece majestuoso el pino negro.

            Descendemos unos 50 metros, saludamos a una pareja que está sentada en la orilla y atravesando prácticamente en horizontal la mullida pradera alpina salpicada de pinos añosos y de bloques calizos, tomamos el pedregal y llegamos al Refugio de Armeña situado a 1860 metros de altitud. Son las seis menos cuarto.

Refugio de Armeña.
 
            Estamos solos. El refugio es de régimen abierto con hogar, una gran mesa, bancos y 5 literas corridas con colchones; la parte de arriba es un dormitorio con colchones corridos. Dará para unas 25 personas.

            Nos acercamos al recién nacido barranco de una surgencia próxima bajo el Pico Llosal y echamos un buen trago de agua con gaseosa, la tarde está cálida.

            A continuación llegará las dos parejas con las que hemos charlado con los que charlaremos agradablemente. Luego llegarán tres más. Y a media cena un grupo de franceses. ¿A ver si nos va a pasar lo mismo que en Vivac del Cristo delle Vette?

            Calentamos la cena con butano prestado ya que lo que olía en el coche no era gasolina sino butano y a las diez decidimos empiltrarnos, la gente de cháchara está de cine.

            Abrimos un poco una de las ventanas y pasamos una noche deliciosa apareciendo al 2 de Mayo sobre las seis y media de la mañana.

            Desayunamos, hacemos las mochilas y a las siete y diez empezamos la marcha por el canchal en dirección oeste. El tema, parece ser, que no tiene pérdida pues ayer vimos el pico. Hoy tenemos nieblas pero nos vamos en busca del collado que se adivina.

Mobisón Gran y Ereta de las Brujas.
 
            El ritmo es decente sin más y pronto alcanzamos los primeros neveros con una nieve estupenda pues no ha debido casi de helar.

            Subimos cerca de los Paredones de la Cresta de Armeña. Los paredones se ponen tiesos cuando nos aproximamos a la Piedra Blanca. Llevamos una hora de marcha y nos reunimos: estamos entre las nieblas.

            Continuamos subiendo neveros que nos aproximan a paredes que conducen a la cresta y entonces, ¡oh maravilla! Los que ya habían estado en el pico se dan cuenta de que no es por allí, que nos hemos ido hacia el oeste y deberíamos haber ido más al sur, que este debe ser el Collado de las Brujas y no el de Cotiella. Poco tranquilos que no subíamos nosotros. Como no decían nada…

            Calculo, porque las nieblas no nos permiten determinar con exactitud, que debemos encontrarnos frente a la Brecha de las Brujas y sobre los 2650 metros de altitud y lo que viene a continuación debe ser algo así como un par de horas de faldeo horizontal por empinados neveros en dirección sur y al encuentro de la ruta que nos conduzca al Collado de Cotiella, si las nieblas nos lo permiten.

            Poco después paramos a almorzar sobre las rocas limpias de un contrafuerte.

            En un claro momentáneo de las nieblas vemos lo que creen reconocer como el corredor de acceso al Collado de Cotiella y harto ya de no ir a ninguna parte sigo abriendo huella de frente para arriba, sobre una empinada pala nevada que se corona rocosa.

            La pala tendrá sobre los 45º en su parte superior y las afloraciones rocosas bajo el collado son de una caliza absolutamente descompuesta.

            Son las diez y media cuando alcanzamos el Collado de Cotiella situado a 2670 metros de altitud. Hemos salido en dirección oeste, hemos faldeado girando algo más de 90º al sur  y de nuevo hemos girado otros 90º al norte para recuperar la trayectoria.

            Las nieblas nos dejan ver la antecima nevada y la cima más elevada que tiene un acceso rocoso.

Barranco de Bilsé.
 
            No daremos el faldeo al oeste sino que nos iremos en dirección norte directos al corredor central que desde aquí parece el más accesible.

            La cima está ya aquí mismo pero quedan 250 metros de desnivel que salvaremos faldeando por la cara oeste en dirección norte hasta alcanzar la arista sur  en la base del casquete somital.

            Son 100 metros largos, de una trepada fácil y por terreno descompuesto los que nos conducen a la Cima del Pico Cotiella con sus 2912 metros de altitud y un metro más pues la nieve cubre completamente el vértice geodésico. Son las once y diez.

            Las nieblas cubren el fondo de los valles y únicamente emergen de las mismas los macizos más elevados  entre los que reconocemos al Turbón, Maladeta, Posets, Machimala, Troumousse y Ordesa.

            Nosotros habíamos venido con el objeto fundamental de reconocer esta zona pero nos ha salido rana.  Lo mismo nos sucedió el día del Turbón. ¿Será este nuestro signo en la zona?

            Llegan un poco después casi todos los demás. Hacemos algunas fotos, echamos un traguillo de agua y enseguida nos volvemos para abajo. Nos ha costado más de lo previsto y tenemos cosas programadas para la tarde.

            Salimos para abajo a las once y media cuando de nuevo suben las nieblas.

            El primer corredor lo hacemos con cuidado por las piedras que van tirando los de arriba. Los esperamos en el collado e iniciamos el descenso de la parte rocosa del corredor nevado. En un momento alcanzamos la nieve  y esquiando el nevero nos bajamos la pala de una tacada en un visto y no visto.

            Nos reunimos más abajo, hacemos alguna foto entre nieblas y nos vamos directos hacia el refugio salvando las dolinas características que tendríamos que haber atravesado a la subida si hubiéramos ido directos.

            Al llegar a las pedreras nos quitamos las polainas para que se vayan secando y a la una llegamos al refugio.

            Mientras Rosa va a por agua yo enmochilo todo, nos hacemos un isostar y nos vamos para abajo, ya comeremos en el coche.

De vuelta en el Ibón de Armeña desde su orilla norte.
 
            Nos despedimos en la terraza del refugio. Unos van a bajar y otros se quedan. Parece ser que el cambio de tiempo que anunciaban está llegando y no quieren cambiar de valle sin el tiempo seguro.

            A la una y media salimos hacia el Ibón de Armeña, remontamos hasta el collado sin detenernos y de allí para abajo al bosque, a pasar los restos de aludes de los corredores del camino y a recoger las cervezas que hemos dejado en la nieve y enseguida alcanzamos el coche que está a la sombra. Llegamos a las tres menos cuarto.

            En el coche cerveza con aceitunas, ensalada variada que es lo que más apetece, bonito, solamente nos falta el café ya que estamos sin butano.

            Son las cuatro menos cuarto cuando emprendemos el descenso de la pista hasta el cartel cruzándonos antes con otra pista que baja hasta casi el cauce del Barranco de Bilsé y a las bordas de la orilla izquierda del mismo.

            Luego más pista hasta Barbaruens y continuación hacia Chía mientras va cargando la modorra hasta que alcanzado el ensanche en el que comiéramos con la caravana la primera vez que subimos a Benasque nos detenemos para echar una "cabezana."

            Después, entre pasar por Barbastro o volver por Ainsa directamente, decidimos lo último parando en Ainsa a echar un café con buen cañazo incluido. A las siete estamos en casa.

            Cotiella ha resultado más corto de lo esperado. No han sido más que 1500 metros de desnivel y no excesivamente largos. Lo peor han sido las nieblas que además de gastarnos una faena nos han hecho una jugarreta.

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