Remontando el rápel en la Buchaquera.
Pista
de Acumuer, Barranco de Marañán o la
Canal y Cara Sur de Samola Baja.
23-08-2004.
Tiempo efectivo 04
h.
Sol-oscuridad.
Bastante
fácil.
Espeleología.
Mapa de la Buchaquera procedente de Prames. Vía en amarillo.
No somos amigos ni de las cuevas ni
de los barrancos, y no es que no los admiremos como fenómenos naturales, que si
lo hacemos; ni padecemos de claustrofobia u hidrofobia; sucede que preferimos
la amplitud de miras y las perspectivas que ofrecen los picos y las aristas más
incluso que los fondos de los valles. Por eso no practicamos ni la espeleología
ni el descenso de barrancos pero a la Buchaquera
había que ir: es la cueva, por decirlo de alguna manera, de la Peña Edelweis.
En principio íbamos a ir con Pablo,
el hijo de Miguel Lanaspa, pero finalmente no vendrá. Seremos finalmente tres
ya que cuando se hace la hora de partir, se añade Rosa.
Recogemos a Miguel a la una y media
del mediodía del 23 de Agosto de 2004 pues mis socios han salido del trabajo a
las seis de la mañana.
Collarada, Collaradeta y Samolas desde la Pista al Churrón. 28-11-09.
Llegamos a Acumuer, pasamos la
barrera y nos vamos pista adelante para encontrar a media docena del pueblo que
están arreglando la pista de vecinal. Ahora comen.
La pista no está mala y aparcamos
junto a fuente bajo el Churrón.
A las tres menos veinte cogemos las
mochilas a 1500 metros
de altitud y en dirección norte nos acercamos al Río Aurín, lo atravesamos por
cualquier parte y nos encaminamos por su orilla derecha hacia los prados y la
caseta en el inicio del barranco que baja del Collado de Marañán.
Valle de Acumuer. 31-5-09.
Tomamos el barranco y por el fondo
del mismo en el que encontramos senda nos vamos para arriba para tratar de
localizar la entrada de la cueva.
El Churrón en Acumuer. 1-10-06.
Miguel hace muchos años que estuvo
en ella y llegó desde el collado. En esta ocasión le han dicho que un árbol
grande y una pedrera. Con todo eso y sabiendo que se encuentra sobre los 2050 metros de altitud,
según lo indica el mapa, y algo al oeste del espolón sur de Peña Samola Baja
nos vamos para arriba hasta alcanzar la base de un amplio corredor que sube en
dirección nordeste para alcanzar un
circo amplio con una enorme pedrera a una altitud adecuada, pero Miguel que ha
visto un árbol grande más abajo nos invita a recorrer la pared caliza en
dirección este para tratar de localizar la entrada.
Punta Ralla y la derecha la ladera en la que está la Buchaquera.
Se va por abajo, Rosa en medio y yo
más arriba. Veinte minutos después la localiza en la parte superior de una
estrecha e inclinada pedrera justo en la vertical del árbol grande que habíamos
visto desde abajo.
Cascada del Churrón. 1-10-06.
Nos reunimos y comemos un poco junto
a la entrada de la cueva y poniéndonos ropas adecuadas para lo que haga falta
dentro, recogemos las mochilas en la entrada pues quiere gotear y nos vamos
para adentro con las frontales. Son las cuatro de la tarde.
La cueva tiene la boca orientada al
sudoeste. Es un triángulo de, aproximadamente, 4 por 3 metros que da acceso a
una sala algo más ancha y alta de 40 metros de larga y horizontal. En su parte
final encontramos una estrechísima galería y nos introducimos reptando por
ella. Tiene un cuello muy pequeño, hay
huesos de algún animal y grandes mosquitos pero enseguida nos ponemos de pié e
inmediatamente se ciega, por lo que hemos de retroceder los 30 metros avanzados para
llegar de nuevo a la sala de entrada y tomar una amplia boca, más a la derecha
que inmediatamente comienza a descender mediante un amplio tobogán vestido de
calizas oscuras, astilladas y muy sueltas.
Pasamos junto a una filtración del
techo que nos conduce a un rellano en el que se ubica una sala de importantes
proporciones. La cueva no es espectacular ya que no es rica ni en estalactitas,
ni estalagmitas, ni columnas. No es que no las haya sino que no son abundantes
como en otras cuevas y las paredes son fundamentalmente de calizas ocres más o
menos oscuras.
Encontramos alguna cita y seguimos
con ellas iniciando un descenso a través de otro tobogán muy amplio y vestido
con calizas amarillentas propias de un barranco activo sobre un firme bastante
irregular.
Progresamos tranquilamente siempre
en descenso y de manera fácil hasta alcanzar otra sala de la que salimos en
suave ascenso para introducirnos en una galería que se empina y estrecha
depositándonos en un estrecho orificio conocido como el Soplador: nos regala
con un fresco e importante chorro de aire que no es necesario ya que la
temperatura de la cueva rondará los 14º centígrados y las manos están
fresquillas como poco.
En el Lecho del Barranco Interior de la Buchaquera.
Pasada la estrangulación proseguimos
por una galería horizontal en la que llevamos a nuestra izquierda el lecho del
barranco del que solamente localizamos algunas diminutas planchas de agua. El
fondo del lecho del barranco está relleno de una gruesa capa de polvo
amarillento, seco y muy suelto en unas ocasiones y en otros de cuarteamientos
propios de los depósitos arcillosos desecados.
Alcanzamos una amplia sala con buzamiento de derecha a izquierda
rematada con enormes grietas que se elevan oscuras hacia arriba. La sala es
larga y tenemos que recorrerla finalmente sobre el polvo del lecho del barranco
En el fondo de la galería tomamos
una salida sobre nuestra derecha: se trata de un estrecho tobogán en fuerte
descenso, nos conduce a una sala muy irregular en la que hemos de sortear
grandes bloques. A continuación un nuevo tobogán muy estrecho, también en
descenso nos conduce a atravesar una enorme grieta entre grandes bloques que se
sigue con una rampa de ascenso que conduce a la boca de una sala inferior.
Localizamos los restos del
equipamiento para rapelar, montamos el rápel y bajamos a la sala inferior.
La recorremos un poco pero nos damos
la vuelta ya que la continuación no está clara.
Remontar el rápel de aproximadamente
6 metros
no es nada fácil ya que la mitad inferior está muy extraplomada y la parte
superior es una pared muy lisa y con presas abombadas.
Llevamos un jumar y con él sube
Miguel. Hace nudos en la cuerda y con un paso de hombros sube Rosa con ayuda de
los nudos. Finalmente subo yo y continuamos desandando camino hasta la sala
anterior a los toboganes. He hecho una fotografía en el rápel, voy a hacer otra
en la sala cuando localizamos otra boca
en una rampa indicada con una cita y por allí nos vamos en ascenso.
Superamos alguna rampa y alcanzamos
una sala característica conocida como el Caos de Bloques. La sala es muy
irregular, fundamentalmente alargada en la que describimos un camino sinuoso
con irregulares y alternas subidas y bajadas.
Pasamos una zona estrecha sobre un
par de orificios muy oscuros y profundos y alcanzamos una rampa estrecha e
irregular que nos deposita en una pequeña plataforma. En la parte izquierda una
profunda grieta nos impide la continuación pero a la derecha una flecha nos
indica que hemos de seguir en ascenso.
Tras pasar la grieta que es un paso
muy amplio y húmedo en ascenso, continuamos adelante a un nivel superior por
una galería irregular que da la impresión de que gira a nuestra derecha
bastante.
Tras el ascenso viene un tramo en
descenso y poco después decidimos dar la vuelta al final de otra sala
irregular.
La vuelta nos llena de dudas.
Recorro una galería horizontal que parece cerrar el círculo que hemos iniciado
tras el paso de la grieta y tras algunas dudas de orientación retomamos la
vuelta aprovechando las marcas de pintura negra y la desorientación de Miguel.
Poco más adelante tras pasar un par de bloques separados, tomamos las rampas
que nos han de devolver a la sala en la
que hemos iniciado esta última parte. Entre citas, marcas rojas, flechas
negras y algunos trozos de hilo de
pescar casi nos liamos.
La salida a partir de aquí resulta
sencilla y rápida, pues recordamos bastante bien la ruta. A las siete y diez
alcanzamos la luz e inmediatamente la entrada de la cueva.
Echamos un trago, recogemos las
mochilas y nos vamos pedrera abajo, hay camino.
Bajamos alrededor de 150 metros y alcanzamos
una faja herbosa en la que se asienta en árbol grande: se trata de un haya
llena de hayucos. Un estrecho corredor nace allí mismo pero nos vamos por la
faja en descenso hasta el final de la misma.
La Sur de Samola Baja desde Punta Espata. 1-10-06.
No encontramos continuación y nos
vamos para abajo sobre terreno muy vestido y muy inclinado. Unos metros más
abajo decidimos darnos la vuelta y remontar hasta el haya. Allí nos
introducimos en el corredor y bajamos unos metros para salirnos a la derecha
del mismo encontrando el camino que buscando viras herbosas entre las placas
calizas de la pared nos deposita en el barranco junto a un par de minúsculas
cuevas a la izquierda del corredor.
Tomamos el camino del barranco y a
las ocho llegamos al coche.
Poco antes de las nueve estamos en
Larrés devolviendo la llave a Graciano, el cuñado de Miguel. A las nueve y
veinte estamos en casa.
Hoy me resulta difícil evaluar el
desnivel realizado. Por una parte han sido alrededor de 600 metros fuera de la
cueva, ¿y dentro? Estimo que al menos hemos movido 200 metros aunque en
este caso, como en las aristas, el esfuerzo es mucho mayor que el desnivel.
Miguel quiere volver a la cueva. Lo
haremos con tiempo y con balizas. Si además se viene Juan puede ser la leche
puesto que él la conoce bien.
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