La Sur de Manchoya entre nieblas.
Pista de Oto, Ayerbe de Broto, Cara Sur
de Punta Gabaro y Arista Este–sudeste. Punta Catonal. Descenso por Punta Gabaro
a Ayerbe de Broto.
17-11-2012.
Salida 08 h. llegada 15 h.
Nublado.
Muy Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Manchoya procedente de Prames. Vía en amarillo.
Casi
siempre accedemos o desde el Túnel de Cotefablo o desde los pueblos del
Sudoeste de Erata como Ainielle o Espierre. Teníamos que acceder por el este y
en ello estamos, entre Oto u Ayerbe de Broto.
Descartamos
la circular porque es muy larga para un día regularcillo meteorológicamente
hablando y decidimos subir por Ayerbe de Broto para conocer la zona. Estamos a
17 de Noviembre de 2012.
Madrugamos
un pelín para tratar de aprovechar la mañana que anuncian más segura y a las
ocho de la mañana estamos en Oto, junto a Broto, para tomar la pista que
transita la orilla derecha del Ara.
Bajamos
hasta la altura de Sarvisé, pasamos un buen tramo de pista que está recién
arreglado pues las últimas lluvias lo destrozaron y a las ocho y media
aparcamos en el inicio del camino que
nos ha de subir hasta Ayerbe de Broto. Estamos a 830 metros de altitud.
Nieblas bajas sobre el Ara.
Un
venerable camino, de esos que recorren los pueblos abandonados del Sobrarbe, se
va elevando por el pinar en dirección nor-noroeste. Balizado de blanco y
amarillo, es el PR 117. vuelta a vuelta se encarga de ir dejando allá abajo el
Ara entre nieblas ajironadas; las más compactas copan las alturas y de Ordesa,
pues ni rastro.
El
camino sube consistentemente, en algún tramo en el que la ladera se pone muy
tiesa, está asentado sobre muretes y finalmente se arrellana en las
inmediaciones de Ayerbe de Broto. Estamos a 1180 metros de altitud.
Ayerbe de Broto.
El
pueblo abandonado hace años, está en un lugar de orientación envidiable y
rodeado de verdes prados que más arriba dan paso a una infinita serie de fajas
abancaladas y separadas por muretes de piedra seca copados por la vegetación
espinosa de entre la que destaca la genista hórrida.
Debe
haber algún viejo camino que fuera utilizado para subir a puerto pero como
sabemos de las “bondades" del medio arbustivo nos olvidamos del mismo y
optamos por atravesar el praderío por encima del pueblo y buscar los restos de
una pista que sabemos coronará la sierra.
Se
trata de una antigua y poco consolidada pista que se abriera allá por los años
de las prospecciones gasísticas y que se desarrolló por la cabecera de la
sierra contando con salida en la Boca Norte del Túnel de Cotefablo. Se orienta
un tanto al nor-noroeste aproximándose al torrente que baja desde las inmediaciones
de Manchoya y de prado en prado sesteará lo indecible hasta aburrir.
Pasamos
por las inmediaciones de algunas cabañas completamente arruinadas sin la
posibilidad de atajar las continuas lazadas hasta que alcanzamos la cabaña más
alta y situada sobre los 1450 metros de altitud. A partir de aquí la pista
comienza a ascender y comienza a gotear tenuemente, es el regalo de las nieblas
que cubren la parte alta de la sierra y la generalidad de los alrededores.
Faldeando Punta Gabaro.
Una lazada amplísima, primero nos aproxima a la
arista sur del pico y posteriormente practica un buen tajo en la Sur de Gabaro
mientras que las nieblas se abren un tanto por arriba y nos permiten ver la
Cima de Manchoya y el Pilón de su cara sudeste.
Hemos
caminado persistentemente y cuando nos encontramos sobre los 1800 metros de
altitud nos detenemos un poco a echar un trago y comer un dulce. La mañana es
buena para caminar incluso con la amenaza de las nieblas.
Pronto
serán las once y continuamos camino para seguir ascendiendo en busca de la cabecera
de la sierra utilizando la trocha que han abierto las vacas sobre el
prácticamente inexistente lecho de la pista.
Finalmente
el camino se allana y alcanza el collado entre Gabarro que se queda al este y
Manchoya, sobre los 1930 metros de altitud. Aquí nos orientamos al nor-noroeste
y proseguimos en suave ascenso.
Faldeamos
por el norte un minúsculo promontorio mientras avistamos el vértice geodésico
del pico y enseguida comenzamos el ascenso del suave casquete somital. Se trata
de una discreta arista que presenta un
cordón rocoso en su vertiente nordeste y que tras subirnos unos pocos metros se
arrellana y nos conduce a la alargada y amable cima de Manchoya a 2033 metros
de altitud cuando son las once y media de la mañana.
Hacemos
una foto junto al vértice geodésico y nos vamos arista adelante, de paseo, girando un tanto al oeste con la misma.
Pasamos un discreto promontorio y descendiendo suavemente remontamos un poco
para alcanzar la Cima de Punta Catonal situada a 1988 metros de altitud.
Estamos
haciendo tiempo a que las nieblas nos permitan contemplar paisaje pero visto lo
visto, nos damos la vuelta sobre nuestros pasos y otro día será.
Manchoya desde Punta Cotonal.
Volvemos
a Manchoya cuando son las doce y cuarto y tras bajar unos pocos metros
aprovechamos que la pista se marcha a faldear el pico por el sur nos sentamos
en la orilla de la misma a comer un poco.
Un
cuarto de hora más tarde nos ponemos de nuevo en marcha por la pista y suavemente nos aproximamos a
Punta Gabaro. Se trata de una alomada cima situada a 1958 metros de altitud que
hoy carece de interés al contar con un paisaje lleno de nieblas.
Sarvisé y Buesa.
Por
la pista pisamos el acelerador y con la marcha larga nos vamos para abajo a muy
buen ritmo para terminar de entrar en calor ya que en la arista se hacía casi
fresquillo.
Sobre
los 1650 metros y aprovechando una pequeña zona incendiada hacemos un par de atajos y nos llegamos a la
caseta más alta. De allí para abajo, sin abandonar la pista nos llegamos a
Ayerbe de Broto. Son las dos y media.
Recorremos
los prados del oeste, atravesamos el pueblo derruido y tomamos el camino para
abajo.
Casi
al final recogemos unos robellones que han salido a tomar el sol al camino y
nos llegamos al coche cuando son las tres. Al final el recorrido se ha saldado
con 1300 metros de desnivel movidos y no hemos perdido demasiado el tiempo que
por cierto se ha conformado con amenazarnos.
Luego
vuelta hasta Oto y a comer tranquilamente en casa y a esperar las lluvias
anunciadas que no sé si llegarán.
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