Hacia la Cima de Cancias.
Barrera del desvío frente a
Lardiés, Pista del Barranco de Petralba, Cara Norte, Collado Este del
espantallo de Cancias y Arista Oeste.
01-05-2011.
Salida 10 h. Llegada 17 h.
Nieblas.
Bastante fácil.
Ascensión.
Mapa de Cancias procedente del Periódico. Vía en amarillo.
La
noche se hace larga en el coche pues nos acostamos a las ocho de la tarde y nos
dura hasta las siete de la mañana. Entre tanto llueve y graniza frecuente y
repetidamente. El martilleo sobre la chapa del coche nos desmonta nuestro
proyecto: el pinar estará harto de agua y el granizo habrá cubierto
inestablemente toda la ladera y la
Arista hacia Cotielleta.
A
las siete y media de la mañana está muy nublado y nos levantamos al 1 de mayo
de 2011 con la decisión tomada: Adiós a Cotielleta y hola a Canciás.
Desayunamos,
recogemos y nos volvemos por la pista hasta la Collada pasando alguna
mancha de granizo caído durante la noche. La mañana debería estar mejor pero…
Bajamos
la pista hasta Ceresa y retornamos por la Espuña hasta Ainsa, Boltaña para llegarnos a
Fiscal.
Cruzamos
el Ara por el puente de la parte este del pueblo, hacemos una foto de la Norte de Canciás con nieblas
y llegados al desvío dejamos Borastre a nuestra izquierda y nos vamos hacia
Lardiés.
Poco
más adelante, cuando la carretera inicia el repecho hacia el pueblo, hay una
pista que sale a nuestra izquierda y que se orienta hacia el Barranco de
Petralba. Inmediatamente se parte en dos y la de nuestra izquierda nos enseña
la señal que restringe la circulación por la misma.
Subimos
un poco, la pista está muy bien, pero decidimos dejar el coche fuera de la
barrera por si las moscas. Mientras mi chica se prepara yo bajo con el coche y
vuelvo. Son las diez de la mañana cuando nos ponemos en marcha a 825 metros de altitud
con las nieblas sobre nuestras cabezas y un tímido sol que se trasluce
instantáneamente por el este.
Unos
metros más arriba de la caseta en la que me espera mi chica, la pista cruza el
barranco pero el viejo camino, balizado como PR. continúa por la orilla
izquierda del barranco y por allí nos vamos no sin dudas.
Progresamos
por la orilla izquierda del barranco alrededor de 20 minutos hasta que,
bruscamente, el camino desaparece en la ladera cubierto por el terraplén de la Carretera Yebra-Fiscal.
Luego a la vuelta veríamos que estaba
mal tachada la indicación del camino y no habían borrado un par de balizas muy
claras.
Entre
volver al lugar de inicio para tomar la pista y proseguir camino adelante nos
subimos a la caja de la carretera y por ella nos llegamos hasta la
Boca Sur de los Túneles de Petralba.
No
hay continuación y sí una pista de servicio para las obras que baja hacia el
barranco y por ella n os vamos con la intención de que tan pronto como nos
permita un paso fácil, cruzamos el barranco y subimos por libre al encuentro de
la pista que no sube alejada del lecho del barranco.
El
barranco va muy profundo, el pinar está muy vestido y, por suerte, la pista
termina cruzando el barranco para volver al encuentro de la pista que buscamos
algo más abajo.
Nosotros
tomamos una trocha medio limpia de vegetación que en un par de minutos nos
sitúa en la pista con lo que salimos del marroncillo. Son las once de la
mañana.
Ya
por la pista que se encuentra en muy buen estado proseguimos en suave ascenso
avanzando valle arriba en dirección oeste-sudoeste, prácticamente igual que en
el camino fallido.
La
pista se encuentra balizada de rojo, muy balizada suponemos que por la Subida Popular a Cancíás y
sobre los 1200 metros
de altitud nos sentamos en una piedra a almorzar un poco cuando son las once y
media pasadas.
Poco
después continuamos pista arriba y en un amplio rellano atravesamos el barranco
que nos regala una pequeña cascada y nos enseña el Refugio Forestal de la
orilla de la pista. Estamos a 1250 metros de altitud.
A
partir de aquí la pista se estropea inmediatamente hasta convertirse en
intransitable además de se deja de pamplinas y empieza a ascender en serio.
Pronto se convierte en una tiradera de madera
y, poco después, comienza a describir una amplia travesía en la cabecera
del barranco girando al sudoeste cuando ya transitamos un camino que sigue muy
balizado.
Llevamos
las nieblas de gorro durante toda la mañana y no hay forma de ver dónde nos
encontramos ni por donde superaremos las paredes de la cara norte; vamos por
tanto a ciegas. Menos mal que la visión inmediata no ofrece ningún problema y
además no llueve. El que no se consuela es porque no quiere a pesar de que el
altímetro se ha dormido en torno a los 1500 metros de altitud
y nosotros estamos enzarzados en un camino con frecuentes sube y bajas que nos
saben mentalmente a cuerno en medio de un hayedo lleno de fronda joven musgos y
bojes.
Suponemos
terminada la travesía cuando localizamos un rellano verde a la misma altitud y
el camino enseguida nos conduce a una especie de lomo con rellanos herbosos que
se transitan de nuevo en ascenso.
Nosotros,
lo veríamos luego en descenso, nos encontramos en la vertical del Espantallo de
Canciás, una punta adornada con un enorme panel metálico y visible desde
múltiples lugares. Anteriormente hemos descrito un enorme arco al noroeste pues
el camino no ha debido de pasar muy lejos del Collado de Petralba.
Un
lomo herboso seguido de un par de
minúsculos rellanos herbosos se continúa con una nueva travesía ahora entre
afloraciones de conglomerados de pudingas que nos anuncia la proximidad de la
pared.
Alcanzamos
un amplio y poco definido barranco y desde allí las nieblas nos enseñan un
paretazo de conglomerado por lo que respiramos: al fin alcanzaremos la base de
la pared y sabremos dónde estamos. Bueno, sabremos dónde estamos cuando
superemos la pared.
En
la base de la pared hacemos una pequeña
travesía hacia el oeste en busca de un punto fácil donde la verticalidad se escalona y se reduce
a superar un par de cortos zócalos uno en forma de diedro y otro una pared
húmeda y corta que cuenta con suficientes presas a pesar de la humedad y en la
que hay un ala de mosca.
Luego
una serie de gradas fáciles entre las que se instala el camino que sigue
balizado nos deposita en el Collado Este del Espantallo de Canciás.
Estamos
sobre los 1850 metros
de altitud en un lugar que conozco. Allí se encuentran tres del coche que hemos
visto abajo, la cuarta se ha quedado almorzando un poco antes de las paredes.
Peña Canciäs queda todavía lejos y por medio tenemos un tedioso camino de
genista hórrida y veinte minutos largos de travesía entre la misma y en suave
ascenso.
El
camino se va directamente al sur para alcanzar un punto bajo de camino
proveniente de Gillué pero nosotros nos vamos en dirección sudoeste para ir
haciendo camino directos a la cima.
Hay
que practicar una trepada por una grieta con buenas presas que conozco y que
permite salvar un escalón de 4
metros . Mi chica refunfuña, debe ser cosa de sus
apetencias por el lugar, pero salvado el resalte y buscando zonas con poca
genista avanzamos hacia un segundo escalón rocoso más fácil y terminamos por
llanear al encuentro del camino del fondo de la depresión en el que se han
perdido las balizas.
Cruzamos
la depresión herbosa y a media ladera en suave ascenso nos elevamos hasta la
parte alta de la loma alcanzando la
alargada y plana Cima de Punta Canciäs situada a 1919 metros de altitud
cuando son las dos de la tarde.
En
el vértice geodésico nos sentamos para comer lo de siempre aderezado con cierta
satisfacción puesto que en algunos momentos no dábamos un céntimo por llegar
hasta aquí.
La
vertiente de Laguarta está llena de nieblas lo mismo que los paredones de la
norte con lo que nos vemos privados de su espectacularidad. Por el collado que
hemos accedido tras las paredes entran bocanadas de niebla que terminan casi
por sitiarnos. Ha sido una jornada de ir a ciegas y no es el pico más adecuado
para ello pues el camino no es precisamente de libro y si de los más
artificiosos e imprevisibles que conocemos. Canciás es un monte bastante
especial pues por Laguarta la subida también se las trae por poco evidente.
Pasivo al fondo.
Veinte
minutos después iniciamos la vuelta. Lo hacemos hasta el fondo de la depresión
herbosa para recuperar en dirección norte, de manera cansina el collado desde
el que abordaremos el descenso de la cara norte y así nos libramos de la
genista.
Desde
el collado localizamos al grupo que
transita la zona de la loma con los escalones herbosos y, parece ser que las
nieblas se han elevado para dejarnos un
cielo con mucha nubosidad pero que al menos nos permite cierta visibilidad.
Narciso blanco.
Destrepamos
los dos pasos de la pared y con el firme propósito de no extraviar el camino,
nos vamos para abajo.
El Pasivo de Cancias.
Descendido
el barranquillo hacemos la travesía hacia la loma y seguidamente, tras coger
agua en una escorrentía descendemos la loma de escalón en escalón para
introducirnos seguidamente en la larga travesía horizontal que se nos hará
mucho más corta en ascenso.
Calizas en la Norte de Cancias.
Miramos
las inmediaciones del camino en el hayedo tratando de localizar alguna
colmenilla, recuperamos la que hemos localizado a la subida y tras un quiebro
el camino se convierte en la tiradera de madera y sucesivamente en pista.
Hayedo de Petralba.
Son
las cuatro de la tarde cuando alcanzamos el Refugio Forestal. Descendemos a
buen ritmo con excepción del rato del hayedo y las colmenillas.
Preciosas anémonas.
No
advertimos el desvío a la
Ermita de San Salvador que se quedará colgada allá arriba y
poco después alcanzamos el lugar en el que nos hemos incorporado a la pista por
la mañana.
Unos
metros por debajo se incorpora la pista de servicio de las obras que nosotros
hemos utilizado para bajar desde la boca de los túneles a cruzar el barranco.
Tras
la gran lazada que describe la pista nos llegamos al puente sobre el barranco
donde contemplamos las señalizaciones que nos han llevado al embarque de la
mañana y enseguida llegamos al coche cunado son las cinco de la tarde.
La Norte de Cancias desde el coche.
Con
el grupo que acaba de llegar comentamos la enorme vuelta que da el camino
aprovechando que ahora podemos ver un poco lo que hemos hecho a ciegas en una
jornada que se ha saldado con 1300 metros de desnivel, cien largos de ellos
han sido de propina.
Hemos
subido a Canciás por Laguarta, por Gillué y por Petralba nos queda por
Borastre. Nos volvemos para casa por Cotefablo.
Para ver algunas fotos más.
Para ver algunas fotos más.
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