10 sept 2014

59-14. GENDARMES DE LOS FARALLONES EN UNA CIRCULAR A LA GLERA DE ANAYET. 9-9-2014.

Gendarmes de los Farallones.

Corral de las Mulas, Cuello Garmé, Corredor Sur, Gendarmes de los Farallones, Punta Alta de los Farallones, Espelunciecha, Garmet, Cara Norte y Corral de las Mulas.
09-09-2014.
Salida O8 h.  Llegada 13 h.
Nublado.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de la Glera de Anayet procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

        Cada vez que acudíamos a la Glera de Anayet y han sido muchas con los esquís fundamentalmente, tanto de pista como de travesía, la vista se nos requedaba en un par de agujas que dominaban el Cuello Garmé, lugar al que llegan las Sillas Garmet y Batallero.

            Las contemplábamos, las fotografiábamos y nos proponíamos, una vez tras otra, ascenderlas y si fuera posible por el corredor sur que se conforma entre ambas.

Nuestro recorrido desde el Corral de las Mulas.

            Hoy 9 de Septiembre de 2014 a pesar de lo mucho que le fastidia a mi chica, volveremos a Formigal, según dicen, el tiempo no está seguro para empresas de mayor altitud.

            Son las ocho y media de la mañana cuando estamos aparcando en el Corral de las Mulas copado de vacas, a 1600 metros de altitud. Hay un solo coche y una pareja que marcha hacia los aparcamientos de Anayet.

            Podríamos haber subido un poco más arriba pero como no hay aparcamiento junto a la carretera damos por bueno el punto de partida y tomamos la carretera que se va a cruzar sobre el recién nacido Gállego.

Confluencia de las dos aristas en la Corona de los Farallones.

            Pasado el río abandonamos la carretera y nos introducimos en el praderío que en suave ascenso se orienta hacia las dos aristas que confluyen en la Corona de los Farallones, tomando la más próxima que es la este ya que la nordeste queda más distante.

Gendarmes de los Farallones y delante el Collado Garmé.

            Las mañana está cubierta con una consistente capa de altoestratos dispuesta a secuestrar de nuestros ojos los azules del cielo que grises oscurecen más que lucen. Pero algo tiene de bueno y es que la nubosidad no es tormentosa al menos de momento.

            Pasamos junto a un par de viejas hayas aisladas, contemplamos nuestro vía de ascenso a Peyreget por el enorme pedregal del corredor sur, transitamos en ascenso un praderío, ni siquiera medio comido por el ganado, en el que aparecen rododendros, arándanos y brecinas  hasta que en las inmediaciones de la Antecima Este de la Corona de los Farallones decidimos no alcanzar la cresta y faldear ligeramente por el sur.

Saliendo del Collado Garmé.

            A media ladera faldeamos la Antecima y la Corona de los Farallones  hasta que en suave ascenso alcanzamos el Collado Garmé situado a 2032 metros de altitud cuando son las nueve y media.

            Yo me he abierto un poco al sur  para tener un poco de perspectiva sobre el Corredor Sur de los Gendarmes de los Farallones pues a pesar de que lo hemos contemplado muchas veces siempre se despierta alguna duda.

            Desde el collado vamos a buscar el corredor situado en la cara sur de la arista transitando un terreno metamórfico en el que elegimos los tramos más estables entre los que se cuentan algunas manchas terrosas con pratenses.

Parte Inferior del Corredor Norte hasta el Bloque empotrado.

            El corredor tiene una primera mitad constituida por una rampa herbosa muy inclinada y medianamente escalonada que se sube bastante bien por su margen derecho y que se va estrechando progresivamente.

Remontando la parte inferior del corredor.

            La rampa muere en un resalte conformado por un gran bloque empotrado que se puede pasar por la izquierda del mismo ocupada por una pared escalonada que se sube bastante bien con apoyos de manos.

            Son una docena de metros los que nos depositan en una segunda rampa de hierba, también muy inclinada que tras una veintena de metros conduce a una brecha entre los dos gendarmes.

            Dejamos las mochilas y nos vamos cresteando en busca de la cima. Se trata de una cresta metamórfica llena de líquenes pero la roca está seca, es muy firme y nos ofrece extraordinarios apoyos por lo que recorrer alrededor de una treintena de metros es un placer.

En el Gendarme Este de los Farallones.

            Son las diez de la Mañana cuando alcanzamos la Cima del Gendarme Este de los Farallones situado sobre los 2150 metros de altitud, el Pirineo Axial que sigue pobremente iluminado aunque nítido, el Midi y el gendarme gemelo nos contemplan. A nuestros  pies, un ibonciecho situado en la base del corredor que acabamos de subir y que no recordamos haber visto nunca, toda la Glera de Anayet, el recorrido que hemos realizado y el que nos queda hasta llegar a Garmet.

Un ibonciecho desde el Gendarme Este de los Farallones.

            Cinco minutos después, tras una difícil foto automática, desandamos la arista hasta la brecha y, tras comprobar como suponíamos que al otro lado se encuentra un corredor corto y fácil, recuperamos las mochilas y proseguimos cresta hacia el oeste.

Corredor hacia el Gendarme Oeste de los Farallones.

            Otro corredor corto de verdura nos permite ascender enseguida unos pocos metros y nos deposita en medio de la tricéfala cima del Gendarme Oeste de los Farallones, de similar altitud que el anterior.

            Bueno, realmente la punta norte queda ligeramente descolgada de la arista y la situada más al oeste es la de mayor elevación dentro de unas mínimas diferencias.

Hay que apoyar las manos en la arista de los Farallones.

            Alrededor de las diez y cuarto continuamos arista adelante disfrutando con la misma ya que su tránsito resulta agradable. Recorremos la zona de pequeños gendarmes faldeando por el sur uno más consistente y avanzamos el ligero ascenso.
Hacia la Punta Alta de los Farallones.

            Enseguida la cresta se torna menos erizada y se aloma enseñándonos pequeños resaltes muy suaves y vestidos parcialmente de verdura que nos elevan en busca del amable Casquete Somital de Punta Alta de los Farallones también llamada Espelunciecha Oriental.

En la Cima de la Punta Alta de los Farallones, atrás Espelunciecha.

            Son las diez y media pasadas y estamos a 2246 metros de altitud en una cima que solemos visitar en invierno con cierta frecuencia. Hacemos una foto de verdes y ocres metamórficos para contrastar con los blancos salpicados de oscuros invernales y, seguidamente iniciamos el descenso en busca del cuello en el que se inicia el Tubo Pipos mientras recordamos nuestros giros invernales con nieves de todas las clases.

La Nordeste de Espelunciecha.

            No hay que bajar más que 50 metros para seguidamente tomar un lomo vestido de praderío que se incorpora inmediatamente a la pedriza de base de la Cara Nordeste de Espelunciecha.

            Progresamos de frente para arriba y por cualquier parte en una pared medianamente erguida en busca de la zona de bloques del hombro este del pico, lugar al que apuntan las huellas de ascenso invernal por la cara norte. La llegada al hombro es un tramo para cuchillas y buenas pieles.

La Oeste de la Punta Alta de los Farallones desde el Hombro Este de Espelunciecha.

            Desde el hombro en lugar de ir a buscar a media altura la arista sur nos vamos directamente hacia la cima utilizando las rocas de las inmediaciones de un corredor de verdura que desemboca en el Hito Cimero de Espelunciecha situado a 2396 metros de altitud. Son las once pasadas y nos sentamos a almorzar y a dar tiempo a que se ventilen las espaldas ya que el día, a pesar de su relajo nos tiene metidos en sudores.

Ibones, Vértice y Diente de Anayet.

            Entre bocado y bocado disfrutamos de los Ibones de Anayet, del Tubo Norte de Arroyeras, del Diente de Anayet mientras recordamos nuestra próximo pasada Vía del Sarrio, de la Canal Roya hasta las Gralleras, de la Aguja Lamatte de Balaitus, de las Marmoleras de los Infiernos, De los Garmos de la Mina y Carnicero, de Sancha Collons… es fantástico reencontrarse con viejos y nuevos amigos.

Bajando por la Arista Sur.

            Media hora después, tomamos la Arista Sur de Espelunciecha y nos vamos para abajo.

Cardos azules.

            A media arista la abandonamos y nos introducimos en la cara este del pico con la intención de alcanzar directamente el collado de paso  al Barranco Culibillas.

La Pared de los Aludes de Espelunciecha sobre el Barranco Culibillas.

            Se trata de una pared articulada por una serie de rampas diagonales salpicadas de pequeños resaltes que nos permiten colocarnos en el inicio de la pared sur de la que caen los clásicos Aludes del Barranco Culibillas.

La Noroeste de Punta Garmet.

            Luego volvemos un poco al este para alcanzar cómodamente el collado situado en el límite sudoeste de la Glera de Anayet.

La parte erizada de la Arista de los Farallones.

            Pasamos junto al ibonciecho situado en pleno collado y siguiendo la dirección sudeste pasamos un suave promontorio y seguidamente tomamos la arista en dirección este.

Iniciando la Noroeste de la Punta de la Garganta.

            Se trata de un tramo de arista alomada y amplia además de medianamente inclinada que nos permite alcanzar con comodidad la arista cimera que se ha afilado un tanto.

La Arista Cimera de la Punta de la Garganta.

            No tenemos demasiado claro cuál es la cima del pico y consecuentemente vamos a recorrer la arista cimera en dirección este hasta que tras bajar a una brecha poco profunda remontemos entre unos testimoniales pinos negros  y alcanzamos la punta este. Estamos en la Punta de la Garganta o Garmet situada a 2143 metros de altitud. Hacía muchos años que no veníamos por aquí y recordamos que en aquella ocasión había más hielo que otra cosa.

En la Cima de la Punta de la Garganta.

            Hacemos algunas fotos, contemplamos en primer plano a Campo de Troya, Culibillas, Arroyeras, Espelunciecha y la Arista de los Farallones por la que hemos pasado y unos minutos después  retornamos a la brecha y nos vamos para abajo.

Espelunciecha desde la Punta Este de Garmet.

            Se trata de una pared bastante vestida de pratenses además de muy inclinada que hay que bajar con cuidado. Lo hacemos ya en dirección nordeste guiados por el Corral de las Mulas que es nuestro destino final de la jornada.

La Este de Garmet.

            A media pared nos detenemos a comer arándanos y ponernos morados tanto en sentido figurdo como real en relación a los labios y las manos: están exquisitos.

            Luego, alcanzamos el rellano situado sobre el barranco que recoge las aguas de la parte sur de la Glera de Anayet y tras atravesarlo en el llano iniciamos una travesía sobre la parte inferior de la glera, atravesamos pistas de esquí y pasamos al norte de los Aparcamientos de Anayet para alcanzar la carretera ya en las inmediaciones del puente sobre el Gállego.

Corral de las Mulas.

            Es la una y media del mediodía cuando llegamos al Corral de las Mulas liquidando una circular en nuestro tan manido Formigal en el que, la mayor parte ha sido por fuera de senderos que no habíamos transitado con anterioridad y 900 metros de desnivel acumulado.

             


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