Señoritas de Arás.
Pista del Barranco de Arás y ladera de la
orilla derecha del barranco. Yosa de Sobremonte y San Antón. Vuelta a Yosa.
02-11-2003.
Desnivel acumulado 400 m.
Distancia recorrida 4500 m.
Tiempo efectivo 02:30 h.
Sol.
Muy fácil.
2 p.
1 d.
Senderismo.
Es conveniente llevar agua.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de las Señoritas de Arás procedente de Prames. Vía en amarillo.
Comenzó a llover a mediados de
Septiembre, y entre aguas y nubes llevábamos mes y medio. Con todo ello, entre
Septiembre y Octubre hicimos tres tristes salidas puesto que además no había
demasiadas coincidencias con las fiestas; parecía ser que nos descansábamos del
ajetreado 2003 que llevábamos hasta las fechas mencionadas.
El Domingo 2 de Noviembre, Rosa sale
del trabajo a las dos de la tarde, aprovechamos el primer día bueno que ha
salido.
Queríamos haber subido a hacer
El Cantal, pero es tal el paquete de
nieve que ha caído y que baja hasta los 1800 metros que decidimos cambiar el
chip y marcharnos más bajos por el Barranco de Arás.
Gradas Superiores del Barranco de Arás.
A las dos y cuarto salimos por
carretera hasta el Barranco de Arás y allí tomamos la pista que por la orilla
izquierda del mismo sube para arriba. Queremos localizar las chimeneas de
hadas del barranco, que por cierto,
nunca hemos visto de cerca y además hace bastante tiempo que no se ven desde la
carretera, la vegetación las ha cubierto.
Pista para arriba nos llegamos hasta
la carretera que sube al Sobremonte y desde una de las curvas de la misma,
aparcado el coche, me bajaré para intentar localizarlas, cosa que sucederá, más
bien, por casualidad: las buscaba en la orilla izquierda y resulta que están en
la orilla derecha, muy próximas al barranco.
Volvemos sobre nuestros pasos,
probamos uno de los brazos de la pista que conducen a alguno de los varios
diques de contención realizados a consecuencia del desastre del Cámping de Las
Nieves y finalmente frente a un resalte en el que hay tres diques, cerca de la
segunda gran curva de la pista, aparcamos el coche.
Son las tres de la tarde y Rosa no
quiere cruzar el barranco. Hay que descalzarse, remangarse y atravesar el
cumplido barranco. Luego y como no veo traza de camino alguno, aprovecho un
minúsculo barranco lateral hecho de obra para iniciar el ascenso por el mismo,
los alrededores están salvajemente vestidos.
Son alrededor de 50 metros de desnivel los que hay que salvar con cuidado debido a la profusión de sauces,
espinos, aliagas y ramas que casi cierran el lecho del barranquillo por el que
discurre un hilito de agua y que ha dejado bastante resbaladizas a las rocas de
la morrena en la que se asienta.
La Casera antes de que perdiera el sombrerete.
En diez minutos se alcanza, a 50
metros del barranco, el emplazamiento de las Chimeneas de Hadas de Arás,
conocidas como Señoritas de Arás y más familiarmente como el Cura y la Casera.
Se trata de dos torres de material de morrena, de sección cilíndrica una más
alta, delgada y esbelta que la otra, rematadas por sendas piedras planas a modo
de cubierta que han originado este original fenómeno geológico situado
alrededor de los 1040 metros de altitud. Se asientan sobre una pedrera
morrénica bastante inclinada de color ocre claro que destaca sobre el verde del pinar, pero
que la vegetación que casi cubre la pedrera, amenaza con acabar con la sencilla
localización de la zona.
Detalle del Cura y la Casera sin sombrerete y de los hijos que están viniendo. 9-5-07.
Hago un par de fotos y vuelta para abajo por idéntico camino hasta el
barranco para cruzarlo de nuevo. Son las tres y media cuando llegamos al coche.
La Casera sin sombrerete junto al Cura. 9-5-07.
Por la pista subimos hasta la
carretera y nos vamos hasta Yosa. Queremos subir hasta San Antón para echar una
ojeada al Valle del Aurín.
Las Señoritas de Arás desde el barranco. 9-5-07.
En el pueblo preguntamos a tres
abuelas que como tres jóvenes se van a dar un paseico al sol y nos indican la
pista que sale para arriba, en dirección sudoeste a la entrada del pueblo.
Un abuelo nos dice que podemos subir
por la pista y así lo hacemos. Los
primeros metros están asfaltados; luego
la pista un poco húmeda pero perfectamente practicable sigue para arriba hasta
el collado pero nosotros hemos venido a caminar un poco, y a los 500 metros,
damos la vuelta al coche y aparcamos sobre los 1220 metros de altitud.
La pista prosigue bastante llana en
dirección sudoeste y en dos amplias eses se planta en el collado a 1466 metros
de altitud. Allí tenemos la opción de irnos al sur hacia El Pueyo o al norte
hasta San Antón.
Tomamos hacia el norte y a través de
una erguida pista, utilizada por cazadores subimos un fuerte resalte de
alrededor de 100 metros de desnivel y alcanzamos la plana cima de San Antón a
1563 metros de altitud. La pista sigue hacia el norte camino de Santa Cruz y
Lucas y con ella nos vamos en busca de un lugar donde echar una ojeada al Valle
de Asún.
No encontraremos lugar adecuado y
poco después, a la cinco menos cuarto nos damos la vuelta sobre nuestros pasos
hasta el Collado de San Antón en el que
ya no se encuentra el todoterreno que había llegado hasta allí.
Sacamos unos frutos secos, echamos
un trago de agua y nos vamos pista abajo tranquilamente contemplando la
inmaculadamente nevada Sierra de Tendeñera, de la que nos llama poderosamente
la atención la zona del Forato que ya se queda para otra temporada. Teníamos
cuatro proyectos para este otoño antes de la llegada de las nieves y se han
quedado pendientes los cuatro.
Son las cinco y media cuando, el
ambiente se ha refrescado un poco a la sombra, agradecemos introducirnos en el
coche y echar la calefacción ya de regreso para casa pasando por Biescas tras un paseo de 400
metros de desnivel poco más o menos.
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