10 may 1992

5-92. LLENAS DE LA GARGANTA Y DEL BOZO. 10-5-1992.


Cara Oeste de la Llena de la Garganta. 13-6-09.

Barrera Pista de Aisa, Refugio Saleras, Abrevadero del Embudo de Aspe, Cara Sur Llena de la Garganta, Paso Napazal, Arista y Cara Este, Llena del Bozo, Paso Napazal, Cara Oeste y Llena de la Garganta.
10-5-1992.
Salida 07 h. Llegada 14:45 h.
Sol.
Bastante fácil.
Ascensión.

Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de las Llenas de la Garganta y del Bozo procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

               No sabemos a dónde pero si tenemos claro que hoy, domingo 10 de Mayo de 1992, nos toca.
            Mi abuela está ingresada en Huesca, el domingo pasado bajamos a visitarla renunciando a nuestro proyecto y esta semana lo haremos el sábado al objeto de poder disponer del domingo.
            A la vuelta de Huesca se raja una rueda y a esas hora es un problema. Nos quedamos sin rueda de recambio y asumiremos el riesgo. Hemos decidido hacer las Llenas que hace poco más de un mes se nos resistieron por culpa de las botas.

Vertiente Sur del Macizo de Aspe. 12-11-15.

            Rosa decide madrugar, con lo poco que le gusta y el despertador suena a las cinco y media de una noche a la que esperamos le suceda un día estupendo, estamos en mayo y el cambio de hora se nota bastante.
            A las seis estamos en marcha para que, poco después nos sorprenda la variante de Jaca recién estrenada. Vamos despacio y con cuidado ya que no llevamos rueda de recambio.
            Se va haciendo de día y pasamos a la carretera estrecha que nos conduce hasta  Aisa. De allí para arriba 9 kilómetros de pista asfaltada con algún que otro bache.

Corredor entre las Llenas de la Gargnta y del Bozo desde el Abrevadero de Aspe. 12-11-15.

            Dejamos el coche vuelto cuesta abajo como hacemos siempre que aparcamos en una pista y a las siete y cinco nos vamos para arriba por un valle que empezamos a tener bastante conocido.
            Atravesamos la mancha de bojes en dirección norte y nada más llegar al praderío dejamos a nuestra izquierda el refugio Pastoril de Saleras, cruzamos el Barranco de Napazal y tomamos la loma herbosa  que nos llevará en busca del abrevadero situado bajo el Embudo de Aspe, que es lo que nos guía. Subimos a buen ritmo y lo alcanzamos en cincuenta minutos.
            Unos montañeros suben tras nosotros. Irán al Aspe, nos dicen mientras cogemos agua.

Detalle de la Este de la Llena del Bozo. 12-11-15.

            Viramos al noroeste en busca de la entrada del valle que conduce a la Brecha Wallon o de Napazal siguiendo un camino suave a media ladera. Nos esperan los conocidos neveros que ya hemos visto de lejos.
            Alcanzamos la nieve que se deja hollar pues está buena. No nos preocupa la vuelta a pesar de ello. El tiempo, decididamente primaveral se ha tragado las huellas del día anterior por completo aunque de momento no hacen falta.
            Vamos virando poco a poco al norte, hemos tomado el nevero de la ladera izquierda y por encima de un gran bloque alcanzamos el centro del corredor cuando éste empieza a empinarse. Subimos de frente el fuerte resalte del corredor por su derecha junto a unas rocas que quedan a nuestra izquierda.

Iniciando el ascenso de la Este de la LLena del Bozo. 13-6-09-

            La montaña es un medio tan variable que difícilmente puede hacerse uno a esa idea si no se posee una notable experiencia. El corredor que nos obligó a darnos la vuelta hace poco más de un mes es hoy un paseo a pesar de que quizás haya más nieve. Cada vez me resulta más difícil aconsejar con precisión sobre cualquier montaña: lo que para uno es algo evidente para otro puede ser un auténtico laberinto. Esa inconfundible ruta puede ser una placentera pala nevada un día  o un inmisericorde pedregal otro o una peligrosa trampa sumida en la niebla, o un auténtico cristal sobre el que no se sostienen ni los gatos.
            Superado el fuerte resalte continuamos para arriba al encuentro del collado por una pendiente suave.

Casquete Somital Este de la Llena del Bozo. 12-11-15.

            En las proximidades del Collado Wallón o Napazal nos saluda el viento. Estamos a 2330 metros de altitud y tras contemplar el estrecho y vertical corredor norte que nos conduce al Bosque de Sansanet, en el que hemos estado repetidamente, nos vamos a nuestra izquierda en dirección noroeste por una cresta soleada, vertical, fácil y limpia de nieve.
            Las calizas ocres alternadas con pradera alpina dan paso a la pedrera suave de calizas grises. Subimos despacio pues a Rosa no le ha gustado nada el segundo plato y está ahora inapetente.
            Nos hemos ido adentrando en la pared para posteriormente volver a la cresta y abandonarla pues se complica decididamente para abordar la pared somital sudeste.

La Norte de la Llena del Bozo desde los Lomeros de Aspe. 13-6-09.

            No convencido de que un par de pasos complicadillos nos pueden permitir salvarla, nos vamos un poco al centro de la pared con la esperanza de que pasos más fáciles nos permitan poner los pies en el nevero somital.
            La lógica, una vez más,  nos ha colocado sobre la vía correcta. Inmediatamente alcanzamos la Cima de la Llena del Bozo a 2566 metros de altitud. Son las diez menos cuarto y nos hemos tragado lo que habíamos adelantado antes.

Aspe, Llena de la Garganta y del Bozo desde Ruabe del Bozo. 6-11-10.

            Almorzamos un poco al sol y al abrigo de las iras del viento. Entre tanto dejamos volar nuestra vista desde los próximos Bernera y Bisaurín continuando con la Mesa de los Tres Reyes, el Anie y Midi; los más distantes ya Pallas, Arriel, Balaitus, Frondiellas, Faxa, Zarre, Infiernos, Argualas, Escarra, Telera y Collarada; hasta los también próximos Aspe y Llena de la Garganta, siendo éste último en el que se concentra nuestra atención.
            A las diez y cuarto iniciamos el descenso en busca de nuevo de la Brecha Wallon o Paso de Napazal desandando el camino de subida.
            Bajo reflexionando sobre la Pared Oeste de la Llena de la Garganta. El collado desemboca en una vertical pared, por tanto, no hay nada que hacer por allí. El fuerte nevero inferior no está conectado con el suave nevero somital, hay un importante resalte  que los estrangula en tres canales y el dilema es ¿cuál de los tres?

Cima de la Llena del Bozo, al fondo la Llena de la Garganta.

            No alcanzo la solución en el descenso, así que habrá que irse aproximando para decidir sobre la marcha.
            Tomamos el camino que sale del mismo collado en dirección al estrangulamiento y  que enseguida se pierde en el nevero y por tanto no aporta nada interesante.
            La nieve está bastante buena, pero dada la inclinación de la pared que en las proximidades del estrangulamiento estará sobre los 45º, nos ponemos los crampones: nos aportarán seguridad y ganaremos tiempo.

Llena de la Garganta desde la del Bozo. 6-11-10.

            La pared está pendiente  pero nosotros estamos bastante bien. Cuando nos encontramos casi arriba, en contra de la opinión de Rosa me decido por el corredor situado a nuestra izquierda: es el más largo pero un escalón rocoso cubierto en parte  por una cascada de hielo lo hace, a priori, accesible para nosotros; y es por allí por donde podemos ganar el nevero somital ascendiendo una zona mixta aparentemente sencilla.
            En el final del nevero inferior encontramos una repisa de hielo originada por una escorrentía del escalón rocoso y hacemos travesía a nuestra izquierda para salvar la primera parte del escalón fuera de la cascada de hielo. Luego volvemos a nuestra derecha para proseguir el ascenso a través de una zona mixta de hielo y roca que se las trae.
            Pasamos la zona entre arañazos de crampones sobre la roca húmeda y estampidos de hielo podrido que cede ante la presión de los crampones o los golpes del piolet. Terminamos el paso buscando el hielo como locos, a pesar de que Rosa no quiere ni verlo pues nuestras herramientas son más útiles sobre hielo malo que sobre roca.

Las Pedreras de la Oeste de la Llena de la Garganta. 13-6-09.

            Cinco entretenidos minutos nos permiten salvar el resalte y unos pasos mixtos ya fáciles nos llevan a una clavija con unos cintajos: nosotros a pelo.
            El mapa de la Alpina no dicen nada de esto y deberían de avisar, no de la clavija sino de la dificultad.
            Encontramos dos hitos que confirman un poco más que hemos tomado la vía correcta y por el nevero blando que se empina  al final, alcanzamos la Cima de la Llena de la Garganta. Son las doce y estamos a 2599 metros de altitud; hemos empleado hora y cuarto en subir los 270 metros de desnivel.
            Contemplamos idénticos paisajes que desde el pico anterior a la vez que nos tomamos una naranja con azúcar.
            Nos preocupa el resalte, aunque yo mentalmente creo que he encontrado la solución: nos quitaremos los crampones para hacer los pasos rocosos y alcanzado el nevero, si es necesario, haremos una repisa en la nieve y nos los volveremos a poner tranquilamente.

El Corredor de la Llena de la Garganta desde la faja de entrada. 13-6-09.

            Me pongo las polainas pues con la nieve costra y mis pantalones tiroleses se me araña la pierna y se me mojan los calcetines, y nos vamos para abajo hasta el resalte. Allí nos quitamos los crampones y nos vamos a la derecha del resalte para iniciar el descenso por la roca húmeda pero limpia de hielo. Son unos 25 metros que resultan más sencillos de lo que esperábamos, ahora con mejor adherencia.
            Cuando vamos a alcanzar el nevero, en lugar de abordarlo, nos vamos continuando por las rocas de nuestra derecha que nos ofrecen un paso fácil, al encuentro del pedregal que desde arriba baja bastante  sobre la pared. Una vira larga e inclinada nos entretiene un poco pero nos deposita casi en el pedregal que descendemos en toda su longitud.
            Ya de nuevo sobre la nieve continuamos bajando de tacones, estamos algo abajo y ya no son necesarios los crampones. Disfrutamos de un largo descenso sobre una pared inclinada pero sin riesgo de caídas que remataré con un estupendo “culembajen” envidia de mi señora que lo intenta cuando la nieve ya casi no lo permite.

Rampa Somital de la Llena de la Garganta. 13-6-09.

            Caminando sobre el fondo del corredor comentamos la diferencia con la vez anterior y alcanzamos el último escalón que bajamos por medio del corredor con una nieve que empieza a estar algo blanda y nos va a hacer trabajar un poco.
            Contemplamos el perfil desafiante de un rebeco recortado en cielo sobre un pitón de la Cresta Sur de la Llena de la Garganta que nos vigila concienzudamente y pronto abandonamos la nieve para alcanzar enseguida el abrevadero.
            Es la una y media y nos sentamos a comer. Cerca de nosotros hay gente descansando y esperando. Deben ser los que hemos visto esta mañana sobre la Cima del Aspe, las otras dos cimas han sido todas nuestras.
            La Vía Normal del Aspe se veía limpia así como la de la Llena del Bozo; menuda diferencia con la Llena de la Garganta. Tenemos nuestras serias dudas de que esa sea la ruta normal ya que de normal no tiene nada en absoluto.

En la Llena de la Garganta al fondo Llena del Bozo. 

            Disfrutamos al sol de unos ratos deliciosos al igual que lo hiciéramos el día que ascendimos al Aspe y a las tres menos cuarto nos ponemos de nuevo en marcha para recoger y tomarnos la naranjada que habíamos dejado enterrada en la nieve a la subida. Media hora después  y en medio de un mediodía caluroso estamos en el coche.
            Nos vamos carretera abajo con cuidado hablando de los Alpes que, como poco, se van acercando pues este año es año de Alpes. Rosa tiene miedo del Cervino y yo del peso de las mochilas en las crestas y del tiempo que puede hacer aunque esto último no dependa de nosotros.
            De nuestra cuenta queda el hecho de ponernos en forma física y mentalmente y creo que nos hace falta más el segundo que el primero pues hoy henos movido 1300 metros  con un tramo que tenía un importante grado de dificultad y yo al menos me encuentro muy bien.

            A las cuatro y cuarto estamos de nuevo en casa después de haber aprobado una asignatura que se nos había quedado pendiente.

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