Cima de Toubkal desde el collado oeste del pico.
Refugio L. Neltner, Inkibi Sur, Collado Sudoeste de
Toubkal, Toubkal Oeste, Arista Sudoeste y Cima de Toubkal.
31-07-1999.
Salida 06;30 h. Llegada 09:30 h.
Sol.
Fácil.
Ascensión.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Croquis de actividades en Toubkal.
La
mañana se hace larga pero llega la una de la tarde y con la hora llegan las
cargas. Luego nos daremos cuenta que son las once horas locales y que si
llegamos a quedar con ellos para subir nos metemos dos horas de espera así, por
las buenas. A las cinco de la mañana habría sido curioso.
La
mula que sube nuestra carga ha llevado encima a una cría. Peor para la mula,
pues parece ser que como llevaba poco con lo nuestro... Saludamos al mulero,
charlamos un poco con él y seguidamente nos vamos a montar nuestra tienda y a
organizar nuestro campamento.
Hay
material de sobra. Y si antes he alisado y limpiado de chinas la zona que podía
ocupar la tienda, ahora haré una protección para el fogón y una plancha de
piedras para no tener que dejar las cosas sobre la tierra. La caja servirá de
mesa.
Poco
después de montar la tienda, cosa que ha resultado más fácil de lo esperado
pues las clavijas pasaban bastante bien, comemos al sol, un sol que ahora en su
punto más alto calienta un poco más, pero el agua fresca lo mitiga casi todo.
Son las dos y media y comienza a entrar alguna nube que otra por el sur, son de
escaso desarrollo y con ellas se está mejor.
Después
de comer ponemos a la sombra de uno de los plásticos que envolvían la caja de comida
y nos vamos a la sombra de una enorme piedra que tenemos en las proximidades
del abrigo a pasar la tarde sentados, a tomar notas para las memorias y a mirar
un talón de Rosa que le quiere molestar un poco.
La
tarde también se hace larga y nos facilita tiempo para todo. Por ejemplo, para
poner a refrescar un par de latas de
cerveza que emparejaremos con una lata grande de aceitunas, haremos nuestro té
montañero y no el moruno, prepararemos el isostar para el día siguiente,
hablamos con unos vascos cerca del refugio y a las siete empezamos a cenar.
Las
nubes que han ido entrando inconsistentemente parece que quieren tapar el sol
con lo que se refresca un poco el ambiente de esta manera.
Croquis de Toubkal Oeste y Toubkal. Vía en amarillo.
Después
de cenar tomamos la leche, nos vamos a asear un poco de la fuente traemos agua y a las nueve, seis en Canarias, no teniendo
nada mejor que hacer, nos empiltramos cuando ya la nubosidad se ha disipado y
se contempla un cielo completamente limpio a excepción de la calima que se
observa en la parte baja del valle orientada al norte.
Para buscar
un lugar discreto donde hacer un pis hay que dar una vuelta pues los lugares
adecuados están llenos de heces humanas. Se trata ya de la guinda del pastel:
la zona de acampar está llena de papeles,
plásticos, cajas, latas, basuras por un tubo, el barranco está bien
servido también, hay estiércol de las
caballerías en muchos lugares, residuos y basuras de las obras de los refugios.
Solamente faltan las firmas de los animales de dos patas.
Bajo
el suelo de la tienda y en las zonas de apoyo de nuestros cuerpos he colocado
cartones que había por allí para aumentar el mullido y con ello el confort;
todo lo que he podido pillar a excepción de un trozo de caja de cartón. Me he
olvidado de él y una mula, al parecer hambrienta
ella, lo ha emprendido a dentelladas comiéndoselo prácticamente.
Ahora
horizontalmente no se está mal y la temperatura es estupenda.
La
noche pasa bien con un parón a las dos y media. Rosa quiere hacer un pis y
hasta yo me levanto. ¡Cómo se nota que estamos bien abrevaditos!
Pero
llegan las seis de mi casio, cuatro de la mañana en Marruecos y arriba:
desembarcamos al 31 de Julio, último día del mes y séptimo de actividad.
Nos
vestimos y mientras Rosa prepara el desayuno en colaboración con Juan yo
termino de componer las mochilas que ayer ya dejamos a medio preparar. La luna
llena nos ilumina con todo su esplendor.
Toubkal oeste desde el Tizi n'Toubkal.
A las
siete menos veinte cerramos la tienda y con las mochilas al hombro atravesamos
el barranco y nos vamos en dirección este para alcanzar la parte inferior de la
enorme pedrera que baja desde el primer resalte del corredor naciente del
Collado de Toubkal: el Ikkibi Sur. Vamos hacia su lado más elevado que es dónde
se inicia el ascenso de esa pedrera y donde se encontraba ayer por la mañana la
cola de la columna a nuestra llegada al campo.
La
luna llena nos permite atravesar en ascenso la pedrera del fondo, y con
facilidad tomamos el claro camino que se empina inmediatamente para no perder
tiempo.
La
temperatura es estupenda, hemos salido en mangas de camisa y vamos de cine.
Bueno, Rosa más arriba se quitará hasta la camisa, pero es que mi señora es de
una exageración congénita.
El
ritmo es bueno, lo permite el, firmemente trazado, camino en la pedrera a puro
de estar transitado; así que nosotros, dispuestos a aprovechar el día, nos
subimos 500 metros en la primera hora con lo que rebasamos el estrangulamiento
del primer resalte y nos metemos en un tramo más suave, más estrecho aunque no
demasiado, pero que sigue ganando altitud de forma decidida.
Timesguida, Ras y Akioud desde Toubkal Oeste.
Poco
más arriba el corredor se amplía convirtiéndose en un circo de más de 180
grados, encontrándose en su parte más baja el collado de separación de las dos
cimas de Toubkal a las que vamos. Ha amanecido ya.
El
camino no ofrece dudas de dirección, vamos siempre al este.
Poco
más arriba el collado nos pasa su tarjeta de visita y nos anuncia su proximidad
primero refrescándonos un poco y luego ventilándonos con decisión.
Pero no es preciso alcanzarlo. Cuando nos
encontramos alrededor de los 3900 metros
de altitud, viramos al sur buscando a media ladera la arista próxima que
nos ha de conducir a la cima que buscamos. Se trata de un enorme pedregal de
tamaño medio, bastante estabilizado por las nieves y que ahora se sube bien.
Cuando
alcanzamos la arista, alrededor de los 4000 metros, recibimos la suave caricia
de los primeros y tímidos rayos del naciente sol, pasadas las ocho de la
mañana.
Rosa
que invitada por las decididas esencias del collado se ha puesto la camiseta,
aminora su ritmo para no escaparse en la ascensión.
En la Cima del Toubkal Oeste con Akioud y Afella.
Junto
a la arista o en el fácil filo de la misma pasamos una pequeña antecima y enseguida atacamos el casquete somital
alcanzando el Toubkal Oeste situado a 4030 metros de altitud cuando son las
ocho y media de la mañana. Llegamos con luna a nuestro primer cuatromil
africano.
Hacemos
fotos y bebemos un trago. Somos unos camellos de montaña, y por tanto capaces
de subir montonadas de metros sin beber.
Desde la cima contemplamos perfectamente toda la
cadena que arranca al sur con el Timesguida y seguidamente hacia el norte el
Ras, el Akioud, el Tadart, el Afella, el Plateau de Tazarhrarht y el
Biiguinnussene al norte, es decir, la tarea de los tres próximos días. Al
nordeste y oscuramente al contraluz tenemos el Toubkal, nos falta únicamente
por ver el Imouzerr pero ya lo veremos. Además de todo esto aparecen a nuestra
vista un amplio horizonte de montañas desconocidas y grisáceas que se van
difuminando hacia este sumergiéndose en la blanquiñosa neblina del desierto.
Paredes de la Sur de Toubkal.
Es
una pena que la neblina general que envuelve todo el horizonte mate la
profundidad del paisaje que nos gustaría para nosotros, pero qué le vamos a
hacer.
Desde el collado entre los Toubkales el tajo de mañana.
A las
nueve menos diez iniciamos en dirección este el descenso tranquilamente en
busca del Collado Sur del Toubkal situado a 3971 metros de altitud. Se trata de
un paseo en el que, plácidamente al sol, vamos perdiendo unos pocos metros,
pero a mí me parece que el collado debe de estar un poco más bajo de lo
acotado.
De
cualquier forma es igual. Nosotros, cada uno por nuestro lado, vamos a sumergirnos
en el mar de sombra, todavía y en la multitud de caminos que surcan la Cara Sudoeste
del Toubkal. Más abajo se encuentra un grupo tomándose un descanso.
La
cara que estamos subiendo está medianamente inclinada y se trata de un enorme
pedregal bastante asentado por las nieves. Sin prisa pero sin pausa nos vamos
para arriba alcanzando de nuevo el sol cuando ya la pared se arrellana próxima
a la cima y cuando de la cima bajan tres montañeros.
Cima del Ybel Toubkal.
Son
las nueve y media de la mañana cuando alcanzamos la cima del Ybel Toubkal situada a 4167 metros de altitud,
nuestro punto más alto del día y también de la Cordillera del Atlas.
Detalle de la Sur de Toubkal.
La cima es una pequeña meseta ligeramente inclinada
hacia el oeste con un desastroso trípode metálico de unos 6 metros de altura, con
chapas metálicas hacia su eje central, recubiertas de escritos con pintura
hasta de unos “cochinillos” españoles.
Desde Toubkal hacia Imouzerr.
Hacemos
fotos de un mismo paisaje y nos ponemos a almorzar.
A la sombra del Trípode de Toubkal.
Poco
después llega un cuarteto de vascos con un guía y charlamos con ellos intercambiándonos
fotos. Uno de ellos, al menos, ha subido regular pues anda zombi perdido.
Desde Afella Los Diez, Imouzzer, Toubkal y Toubkal Oeste. 1-8-99.
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