Vivac en la Cresta de los Infiernos.
Balneario
de Panticosa, Barranco de las Argualas, Mallatas Baja y Alta, Collado de
Pondiellos y Cara Sur. Descenso por el Collao de los Infiernos e Ibones de
Bachimaña.
02-07-2007.
Salida 15 h. Llegada 15 h
Mixto.
Bastante
fácil.
2 d.
Ascensión.
Juan
Castejón, Rosa
Mª. Martínez y Mariano
Javierre.
Nuestra
vida montañera se inició un tanto tardíamente y, más bien, despacio.
Aprendíamos un poco de aquí, otro poco de allá e íbamos progresando
fundamentalmente de manera autodidacta. Resolvíamos nuestros retos conforme nos
surgían según nuestros propios propósitos. Hicimos una montaña más bien cómoda
y contando siempre con buen tiempo, primero en verano y luego alargando la
estación por ambos extremos. Nos convertimos en unos machacas y unos trepadores
que es lo que somos.
Para
el hielo recibiríamos la inestimable ayuda de Juan en los Alpes pero eso sería
a posteriori y nuestra actividad en invierno tardaría en llegar. Nosotros no
pasamos ninguna Noche Vieja en alguna cabaña o refugio para hacer actividad al
día siguiente. Eramos más urbanitas que todo eso y quizás por ello todavía nos
seducen algunas cosas como vivaquear en altura.
Estrenamos
nuestros sacos de dormir en el Balaitus y este 2007 podríamos ir a vivaquear a
los Infiernos. No hay mucho sitio en esa arista pero he visto una foto que
muestra un par de sitios en el Infierno Central.
Rosa
no ha hecho nada serio después de su accidente y si hemos de marchar a los
Alpes bien tendrá que probarse haciendo trabajar a los brazos. Podríamos subir
por el Corredor Sur y bajar por Tebarray.
Acordamos
con Juan la marcha y con el contento y la fiesta de Rosa el 2 de Julio a las
dos menos cuarto nos metemos en el coche. A las dos y media estamos en el Balneario
de Panticosa, aparcamos en la quinta puñeta, cada vez más abajo, y nos metemos
en marcha a 1640 metros
de altitud.
El
tiempo previsto es mediano, no será malo para caminar pero ya veremos cómo sale
para el resto.
Contorneamos
el Ibón de Baños por su orilla derecha y nos metemos cuesta arriba por la
orilla izquierda del barranco de Argualas. El camino es conocido y todo el
mismo transita en dirección nor-noroeste.
Nos
espera una subida de 1400
metros y habrá que negociarla con paciencia.
Garmo Negro y Aguja de Pondiellos.
Alcanzamos
tranquilamente la Majada Baja
de las Argualas y camino arriba nos vamos hacia la Alta a ritmo aceptable a la
vez que busco un bastón para que Rosa pueda utilizarlo en algún nevero que
esperamos está muy blando a estas horas del día y en esta temporada, ya que no
llevamos ningún material al efecto.
Argualas desde la majada Alta de Pondiellos.
Bajo el Collado de Pondiellos.
La
verdad es que se nos alarga un poco la llegada al Collado de Pondiellos sobre los 2800 metros de altitud
pero claro, van ya casi 1200
metros de cuesta y no estamos en nuestros mejores
momentos, pues a pesar de que la experiencia siempre es un dato a favor, los
años no nos pasan sin más. Son las cinco de la tarde.
La Sur de los Infiernos desde el Collado de Pondiellos.
Arnales.
El
corredor está defendido por un pendiente nevero que se prolonga bastante
vertical y a ambos lados del mismo con lo que hay que subirlo ineludiblemente.
Debajo
del nevero encontramos la abundante escorrentía del mismo antes de que se
filtre en la pedrera y resolvemos nuestro primer problema. Cargamos con cuatro
litros y medio de agua y echamos un buen trago además de un descansillo.
Entre
tanto, un montañero baja, con ello comprobamos que la pared es perfectamente
transitable y además nos hace huella en el nevero: ¿se puede pedir más?
Es
un extranjero que no dice ni Pamplona pues va sin material y las ha pasado regulín.
Tomo
sus huellas con una piedra en cada mano para que no se me enfríen al contacto
con la nieve y para frenar por si patino, y me voy tranquilamente para arriba
reafirmando las huellas que han quedado regulares pues hay alguna sobre hielo
duro. Serán sobre 40
metros bastante erguidos pero que no ofrecen dificultad.
Mi seño detrás, dirá que sin mirarse, es la primera nieve que toca desde su
accidente y Juan dándole confianza
detrás.
Remontando la Sur de los Infiernos siempre al oeste del corredor.
La
incorporación desde el nevero a la pared es un poco chunga por no confiarla a
un paso fuerte de brazos y piernas, pero por la incipiente rimalla hago una
pequeña travesía que facilita el tránsito y nos deposita en la pared.
Parte Superior del Corredor Sur de los Infiernos.
Azul Superior desde la Cresta de los Infiernos.
La
pared tendrá una altura un poco por debajo de los 200 metros y se sube
bien. El último tramo se acuesta un poco y se llena de basura pero nos deposita
en el collado de separación entre el Infierno Oriental y el Central. Son las
siete menos cuarto.
Aguja de Pondiellos, Garmo Negro y Algas desde la Cresta de los Infiernos.
Infierno Este desde el Central.
Dejamos
las mochilas en la cima y mientras Rosa trata de hablar con nuestra hija Biola,
Juan y Yo nos vamos cresta adelante en busca de lugares de vivac. Lo que hay
aquí en el Central es regularcillo.
Desde el Infierno Este el Central y el Occidental.
Damos
la vuelta sobre nuestros pasos y reunidos con Rosa dejamos allí las mochilas,
bajamos hasta el collado al que hemos llegado y nos subimos hasta la cima del
Infierno Oriental situada a 3076
metros de altitud.
Hacemos
algunas fotos, charlamos al sol y a la ligera brisa que nos seca el sudor de
las ropas, contemplamos dilatadamente un paisaje que no por conocido deja de
resultar agradable y espectacular y nos volvemos en busca de las mochilas. La
experiencia nos dice que a pesar de que quedan muchos ratos de luz, la tarde va
de camino y enseguida se hará fresco a esta altitud.
Recorremos
la arista de este a oeste y alcanzamos los emplazamientos de vivac en
la Cima Oeste.
Hay
un lugar para dos que hay que trabajar un poco y un trozo de camino con
pedreguilla fina que puede servir para otro aunque está un poco desamparado.
Cenando en el Infierno Occidental.
Sudoeste de Marmoleras, Piedrafita y Cambales.
Puesto
ya en trabajar el sitio para dos arancaré algunas piedras de un lado rellenando
los huecos con pedreguilla y quedará el vivac útil para los tres juntos. Luego
con Juan defendemos el viento por tres lados del vivac y a la cena.
Vignemale desde los Infiernos.
Tendeñera.
Dentro
de los sacos se está bien. Es de día, queda luz todavía para rato y charlamos
cómodamente pues parece que habilitar el lugar ha sido una suerte. Dejamos un
vivac chalanero, de los que solemos dejar cuando los hacemos
Son
las diez pasadas y el ocaso no se va a producir sobre el horizonte sino que se
realizará sobre una espesa capa de nubes muy profunda, aunque tenemos la cabeza
hacia el oeste y para verlo hay que incorporarse sobre las esterillas.
Estamos cómodos pero la noche
será larga y llena de vueltas. Tendremos tiempo de dormir, notar el soplo
intermitente de la brisa, contemplar la presencia de un océano de estrellas con
el Triángulo de verano sobre nuestras cabezas y la tardía aparición de la
Luna Llena entre las dos cimas que están
hacia nuestros pies. El brillo de la luna es esplendoroso y nos acompañará
durante toda la noche.
Casi
se hace fresco, a mi esposa se le hará frío como siempre, y a la mañana llegará
la hora de las nieblas que nos cubrirán concienzudamente y que llenarán de
rocío nuestros sacos.
Las
nieblas retrasan la llegada del sol que será alrededor de las nueve de la
mañana y será entonces cuando nos incorporemos al nuevo día sin prisas.
Desayunamos,
recogemos tranquilamente y sobre las diez iniciamos el descenso tomando la
arista oeste inmediatamente en descenso.
Enseguida
nace un espolón potente orientado hacia el nordeste pero nosotros proseguimos
por nuestra arista o en sus proximidades siguiendo transitados caminos en una
zona metamórfica muy descompuesta. Es una pena que las nieblas nos oculten o
estropeen los paisajes pero al menos no hemos tenido tormenta y con eso ya
estamos contentos.
Seguimos
bajando en diagonal la pared para pasar muy cerca de la arista por encima de
otra marmolera orientada al oeste, recorrer unos tramos de arista y cambiar a
la vertiente norte tan pronto como los neveros que se encaraman hasta la misma
nos lo permiten.
Ibón y Pico Tebarray. 3-7-07.
Una
enorme pedrera metamórfica que conforma el lado sur de la Cubeta del Ibón de
Tebarray, nos permite en dirección norte alcanzar el Collado de los Infiernos
situado a 2721 metros
de altitud.
Recuperamos
un pendiente de Rosa que se le ha soltado y caído, por suerte sobre la nieve y
tomamos sin prisa los blandos neveros que en dirección este nos han de bajar
hasta los Ibones Azules.
Paso entre Bachimaña y Arnales desde el Azul Superior. 3-7-07.
Pico Piedrafita. 3-7-07.
A
la orilla del Azul Inferior, junto al emplazamiento del refugio metálico que ya
se han llevado puesto que estaba completamente inservible, nos paramos a
almorzar tranquila y dilatadamente a base de los restos de la noche anterior y
otras lindezas traídas al efecto.
Luego,
cansinamente, nos llegamos a la cola del Embalse de Bachimaña, cruzamos cada
cual a su manera el barranco de los Azules y nos vamos contorneando el embalse
por su orilla derecha.
Detalle del rododendro florido en Bachimaña. 3-7-07.
Comentamos
las faenas de adecentamiento de los alrededores del Ibón de Bachimaña Inferior con especial dedicación a
un tramo de pista que han construido y que no nos da muy buena espina y
seguidamente nos echamos para abajo por la Cuesta del Fraile con ganas de terminar la
jornada pero con mal ritmo. Bueno, no cuesta en total cinco horas la vuelta. Es
más larga que la subida pero creo que nos hemos pasado un poco.
El
resumen es que hemos hecho una travesía circular sobre los Picos del Infierno
recorriendo un camino que parcialmente desconocíamos y hemos movido alrededor
de 1500 metros
de desnivel, lo que no está ni bien ni mal pero ya empiezan a ser metros para
nosotros.
Puedes ver más fotos.
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