Vertiente Este del Pico Blanco de Especieres
Cabaña Lapazosa, Majada Lapazosa,
Corredor Sury Arista Este. Descenso hasta San Nicolás de Bujaruelo.
01.08-2010.
Salida 07 h. Llegada 13 h.
Sol.
Fácil.
Ascensión.
Mapa del Pico Blanco de Especieres procedente de Prames. Vía en amarillo.
Vertiente Sur de Lapazosa y Pico Blanco de Especieres.
El
Pico Blanco de Especieres junto al Pico
Lapazosa dominan la espléndida Majada de Lapazosa convirtiéndose en un
espléndido mirador para la zona más
occidental de Ordesa. De la arista fronteriza que arranca en el macizo de
Vignemale, además de haber ascendido a los tresmiles fronterizos del macizo,
conocíamos de hace ya muchos años el Pic Gabiet para los del sur Punta
Sandaruelo del que recordamos la nevada que nos pillara al bajar por medio de
su tremenda cara sur y, más recientemente, las Puntas del Cardal y Bernatuara.
Lo
teníamos en mente, lo imaginamos desde la Cabaña Lapazosa y lo
contemplamos largamente desde Escusaneta y luego desde las cimas de Gabietos y
Taillón.
El
día 1 de Agosto de 2010 tiene la previsión de estropearse por la tarde y
esperando que nos respete el buen tiempo por la mañana nos levantamos antes de
las siete y abreviando nos ponemos en
marcha sobre las siete pues la mañana está sencillamente espléndida.
Con
menguadas mochilas iniciamos la marcha guiados por la línea de alta tensión
para ascender un primer resalte en dirección nordeste que nos va a depositar en
el borde de la Majada Alta
de Lapazosa, lugar desde el que divisamos nuestro objetivo.
Tenemos
dos claras opciones: una consiste en abordar la pared en dirección norte para
alcanzar la zona intermedia de la arista entre la Punta Lapazosa y el Pico Blanco
de Especieres pues hay claras posibilidades fuera de los paredones y la otra
consiste en tomar algún corredor o incluso la arista que parte del Col de
Especieres para ir directamente al pico que pretendemos.
Ibonciecho de Lapazosa.
Abandonando
el trazado de la línea de alta tensión atravesamos la majada en dirección casi
norte pasando junto a ibonciechos casi completamente colmatados para superar
un corto resalte ya en las inmediaciones
de la zona noroeste del Ibón de Lapazosa.
Superado
el resalte salimos al sol que ilumina una amplia terraza inclinada que se
encumbra hasta la base de los paredones superiores y a contraluz iniciamos una
travesía en suave ascenso hacia el este para alcanzar la entrada de algún corredor
por el que podamos superar las paredes de la
cara sur del pico.
Ya
en la vertical del Ibón de Lapazosa, son casi las ocho de la mañana,
encontramos un corredor que no tiene demasiada buena pinta en la parte superior
pues lo vemos muy emparetado de calizas claras. Consecuentemente nos vemos
obligados a proseguir la travesía hacia el este ahora por terreno un tanto
descompuesto y algo incómodo para mi chica hasta que nos enfrentamos a otro
corredor con materiales metamórficos en su fondo y por tanto, muy descompuesto
que parece alcanzar la arista.
Corredor Oeste que descartamos.
Corredor Sur que ascenderemos.
Al
límite oeste del corredor llegan las calizas claras del pico y justamente por
ese límite que alcanzamos en diagonal hacia el nordeste vamos a iniciar el
ascenso.
Abajo el Ibón de Lapazosa.
Siempre
sobre materiales calizos claros y firmes alternando con materiales sueltos pero
estables y limpios de pedreguilla, ya que por allí ha bajado bastante agua, el
ascenso resulta estupendo fuera del resto del corredor absolutamente
descompuesto e inestable.
Punta del Puerto de Bujaruelo.
El Corredor Sur se allana en la parte superior.
Subimos
fácil y cómodamente alrededor de 150 metros de desnivel y cuando nuestra línea
de ascenso alcanza las paredes de un diente de la arista cimera, lo faldeamos
hacia el este con cierta incomodidad pues es una gravera de pizarras
absolutamente astilladas e inmediatamente alcanzamos la arista desde la que
contemplamos el Valle de Salse, paralelo e inmediatamente al este del de Canau.
Desde
allí contemplamos el diente metamórfico que acabamos de faldear y detrás de una
pequeña brecha el casquete somital de calizas claras del Pico Blanco de Especieres de las que
deriva su nombre.
Estamos
cerca de los 2600 metros
de altitud y hay que faldear el diente
fácilmente por el norte y en el collado tomar una amplia vira ligeramente en la
cara sur por la que se ven trazas de camino con algunas citas.
En
suave ascenso ganamos altura por terreno descompuesto aunque no incómodo hasta
que, salidos de las placas lisas de la arista, se va girando al norte para
alcanzar de frente por terreno abrupto, o prolongando la travesía de manera más cómoda, la cima del Pico Blanco de Especieres situado
a 2670 metros
de altitud cuando son las nueve menos cuarto de la mañana.
Susana de Mondarruego, Narronal y Escusaneta todo al sudoeste.
Sandaruela y Secras desde Picvo Blanco de Especieres.
La cima es una amplia planicie que nada tiene que ver con el aspecto de pirámide que ofrece desde el collado este. Hacia el oeste se alarga en suave y amplio descenso para irse hacia un pequeño resalte de menor altitud y volverse a encumbrar en la cima de la Punta Sandaluelo , de similar altitud.
Pic Secras y atrás Vignemale.
Hacemos
algunas fotos sobre el Macizo de Vignemale y la
arista de los Picos de la
Seda y Labás y el
próximo Pic de Secras, contemplamos al este el San André y el Ligades, volvemos
sobre Ordesa y a nuestros pies las depresiones del Lac de Luhos y el Ibón de
Lapazosa “adornados” por la línea de alta tensión.
Diez
minutos después nos volvemos para abajo desandando idéntico camino hasta el
collado lugar donde tomamos el corredor que hemos subido pero por el centro.
Van
a ser cinco minutos de un disfrute inigualable en los que nos vamos a bajar los
150 metros
superiores del corredor: primero unas pizarras completamente astilladas y luego
unas pedrizas suficientemente sueltas nos van a permitir un descenso celestial.
Todavía y fuera ya del corredor nos alargaremos deslizando algunos tramos de
pedrera hasta que la vegetación la compacta pero estamos ya faldeando hacia el
sudeste al encuentro de la arista, lugar por donde asciende el camino al pico
proveniente del Col de Especieres.
Lac de Luhos desde el collado del mismo nombre.
Ya
en la arista fotografiamos el Lac de Luhos con cables incorporados y sin llegar
al collado giramos al oeste para bajarnos directamente al Ibón de Lapazosa.
Camino de descenso.
Fotografiar
el Ibón de Lapazosa sin que salga el tendido eléctrico es prácticamente
imposible, quizás por eso es un ibón muy accesible pero del que no hay
demasiados documentos gráficos, como si la electricidad nos diera garrampas.
Hacemos
fotos, bordeamos el ibón por su orilla sur y nos vamos para abajo siguiendo la
línea de alta tensión en medio de una mañana que se va arañando por el oeste
pero despacio.
Son
casi las once de la mañana cuando llegamos a la Cabaña Lapazosa.
Escusaneta.
En
la entrada y a la sombra pues apetece almorzamos ya que no nos hemos llevado
casi nada para arriba. Luego disfrutamos un rato del agradable sol de la mañana
y tras recoger y enmochilarlo todo nos vamos para abajo, las mochilas pesan un
poco menos que a la subida.
Son
las doce de la mañana y en medio de la gente que desperdigada va subiendo para
arriba nos vamos para abajo sin localizar al trío de Zaragoza, al que hemos
sugerido que alcanzaran la Cabaña Bernatuara
y se subieran al Ibón de Bernatuara.
Cogemos
unos cardos azules que están muy azules y agradecemos la sombra del bosque ya
en las inmediaciones del barranco.
Guapísimos lotus.
A
la una y cuarto llegamos a San Nicolás de Bujaruelo, dejamos las mochilas en el
coche y nos acercamos al puente para remojarnos los pies y tomarnos una cerveza
que hemos dejado a refrescar en la
Nevera de San Nicolás. La badina de debajo del puente está
medio enterrada pero el lugar sigue igualmente concurrido.
Hemos
liquidado la jornada con 700
metros de desnivel del Pico Blanco de Especieres a los
que le hemos añadido los 650
metros de descenso hasta aquí. En total han sido
alrededor de 2800 metros
movidos en cuarenta y ocho horas. Solamente nos queda meternos en el coche y
volvernos para casa comentando el sensacional estado de la pista que se ha
notado en el tiempo empleado en recorrerla.
Hacia
la noche lloverá a mares por la zona pero nosotros habremos disfrutado de un
excelente tiempo.
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