16 may 2012

28-12. COLL DE LOS ARANESOS DESDE LA BESURTA CON PROPINA. 16-5-2012.


En la parte alta del Coll de los Aranesos.
 
La Besurta, Plan de Aiguallut, Depresión de Barrancs, Estany de Coll de Toro, Barranco de la Escaleta y Coll de los Aranesos. Descenso por la Escaleta, y Aigualluts.
16-05-2012.
Desnivel 1180 m.
Distancia recorrida 17000 m.
Tiempo efectivo 07:15.
Sol.
Fácil.
La nieve en esta ocasión estaba demasiado alta y exigió un fatigoso porteo.
Agua en la Besurta en el barranco de la Escaleta y en ciertos puntos de algunos ibones y barranquillos y en escorrentías.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
 
Mapa del Col de los Aranesos procedente de Prames. Vía en amarillo.

            Queremos ir al Pico de Mulleres y con esa intención marchamos a Benasque. Se trata de nuestra escapada primaveral en busca de las últimas nieves de la temporada.

            Este año también ha nevado al final de la temporada y copiosamente pero unas temperaturas inusuales se han llevado la nieve de tal manera que nos ha sorprendido un poco a todos: en alrededor de una semana se ha pasado de estar cerrada la Carretera a la Besurta a estar limpio hasta más arriba del Plan de Aiguallut.

            Había visto alguna fotografía del Refugio de la Renclusa con los alrededores muy pelados de nieve y eso era una mala señal que comprobaríamos al llegar a la Besurta: la parte de la subida al refugio que se ve desde abajo está prácticamente sin nieve.

            Consecuentemente, el miércoles 16 de Mayo de 2012 lo comenzamos a las ocho de la mañana machacando hormigas con las botas de travesía y los esquís en la mochila.

 
            Hemos dormido en la furgo y a las siete de la mañana estamos  a 0º. Como decía aquel, ni frío ni calor cuando  nos metemos en camino en dirección sudeste coincidiendo con el que conduce a la Renclusa.

            Enseguida la senda del refugio se marcha al sur y nosotros proseguimos camino en busca del pequeño resalte que es el Cerrojo de Aiguallut. Pasamos junto un irrepetible abrigo pastoril y alcanzada la cabecera del cerrojo, descendemos suavemente en busca del Plan de Aiguallut.

            El Valle del Esera tiene un problema conocido y que deviene de su configuración natural demasiado llana para el esquí. El Hospital de Benasque está a 1750 metros de altitud, la Besurta a 1920 y el final del Plan de Aiguallut a 2100 metros  tras haber tenido que recorrer  primero 5 y luego 3 kilómetros más. Así que, toca remar en los dos sentidos.

Pico de Aiguallut.
 
            La gente ha marchado hacia la Renclusa por lo visto y nosotros tenemos todo el horizonte para nosotros mientras especulamos dónde podremos calzarnos los esquís.

Salvaguardia y la Mina.
 
            Nos asomamos al Forau de Aiguallut y pasamos de largo sobre la Cascada. A la bajada llevará más agua.

Valle de Barrancs.
 
            El Valle de Barrancs está muy mixto en su parte baja y el Barranco de la Escaleta, que suponíamos subir por el cauce nevado, está completamente limpio; el valle prosigue llano, lo sabemos y el asunto no pinta nada bien.


            Ascendemos el resalte final del Plan de Aiguallut por el camino a la izquierda del Barranco de la Escaleta y proseguimos adelante en suave ascenso pisando los primeros neveros entre pulidos bloques de granito trabajados por el glaciar.
 

            Subimos al sol y pisamos una nieve con buen rehielo cuando decidimos no bajar al barranco y proseguir en suave media ladera  hasta que casi enfrentados al Estany de Coll de Toro nos ponemos los esquís. Estamos prácticamente a  2200 metros de altitud y hemos porteado hora y tres cuartos.

 
            Estamos faldeando por el este el Pico de Aiguallut en la orilla izquierda del Barranco de la Escaleta del que guardamos vagas referencias. Localizamos Las Furcanadas perfectamente pero en el primer gran rellano del barranco situado ligeramente por encima de los 2200 metros el valle se abre en dos ramas una estrecha marcha un poco por la parte este pero no vemos su continuación y otra, la amplia se va un poco al norte y por ella la huella de tres esquiadores que han pasado delante y que localizaremos muy arriba.

            La huella hace unas zetas con vueltas marías para superar un primer resalte y nosotros nos vamos con ellas a lo mismo. La nieve está buena  pero en el final más erguido nos obliga a emplearnos un pelín más a fondo sin las cuchillas.

            Superado el resalte atravesamos una loma en dirección este para volver al centro del barranco y enseguida nos enfrentamos a un segundo resalte bastante más consistente y erguido que a mí no me suena de nada. Es más, estamos convencidos de que esto no es la Escaleta y creo que marchamos hacia el Pico Barrancs.

 
            Bajamos ligeramente al fondo del barranco y en la base del corredor decidimos sentarnos a almorzar tranquilamente para darnos la vuelta a continuación. Estamos a 2450 metros de altitud, nos hemos equivocado y hay que asumirlo.

            Hacemos un buen asiento para los esquís, nos sentamos tranquilamente y almorzamos. Media hora más tarde, alrededor de las once y media nos vamos para abajo siguiendo idéntico camino que a la subida pues no queremos sorpresas en un valle bien nevado pero con cortes y afloraciones rocosas repartidas un poco por cualquier parte.

Coll de Toro.
 
            Disfrutamos el descenso del resalte con una nieve soleada y blanda que nos gusta y no haciendo caso a la proposición de mi chica que quería acercarse hasta el estrangulamiento del este que hemos desechado nos vamos para abajo pasando a la orilla derecha del barranco y llegándonos hasta el Ibón  de Coll de Toro.

            Van a ser las doce y media y desde la orilla sudeste  contemplamos el entorno y comprendemos nuestro error.

Mulleres al fondo.
 
            Un cuarto de hora más tarde, ¿qué vamos a hacer a las tres de la tarde en la furgo? Le digo a mi chica que nos volvemos para arriba hasta el estrangulamiento y así de paso prospeccionamos el valle y vemos como está para otra ocasión.

Entrada al Valle de la Escaleta.
 
            Debajo del estany ponemos las pieles de foca y comenzamos de nuevo el ascenso ahora por la orilla derecha del barranco. Sin prisa pero sin pausa enseguida alcanzamos el estrangulamiento del mismo y vamos a ver cómo está.

            Han bajado por allí unos esquiadores que hemos visto cuando nosotros también descendíamos  y ya veremos de donde venían.

            El corredor es bastante estrecho, está bien nevado y tras una serie de pequeños escalones se amplía y allana en el lecho de uno de los Ibones de la Escaleta. Hay una vieja huella que se va directamente a la parte baja del Coll de los Aranesos y que en principio seguimos pero preferimos seguir por el fondo del valle, absolutamente amable e inmaculadamente nevado para ganar altura tranquilamente y luego desde un poco más arriba alcanzar el collado con una progresión suave.

            Pasamos el ibón por su orilla derecha y proseguimos con una serie de lomas suaves y resaltes escalonados que nos permiten una subida muy cómoda. Este  si es el valle que recordaba yo.

 
            El valle empieza a girar al sur y es entonces cuando nos vamos al este foqueando unas rampas muy suaves que nos depositan bastante por encima del Coll de los Aranesos, resuelto en una arista que se va afinando en dirección a la conjunción entre la Furcanada y el Turó de Tres Puntas.


            Buscamos una piedra ligeramente al nordeste de la arista y nos sentamos a comer. Estamos sobre los 2500 metros de altitud cuando son las dos y cuarto.
 
Estany des Pois.

            No habíamos estado nunca en este lugar que permite la comunicación entre el Valle del Esera y el Valle de la Artiga de Lin. Es un lugar ciertamente interesante puesto que además de facilitar un primerísimo plano de los Picos de la Furcanada, Forcanada o también Mall dels Puis, se puede contemplar el recóndito y coqueto Estany dels Puis o de la Furcanada y la Serra de Neres que se alarga hacia el norte; al otro lado de la parte baja del collado el Mall de la Artiga y en la vertiente sudoeste de Mulleres al Aneto pasando por la Cresta Salenques-Tempestades que custodian al Pico de Barrancs.

            Hacemos alguna foto y media hora más tarde nos montamos en los esquís para disfrutar de la jornada.


            Descendemos por el mismo camino que hemos subido esquiando con una nieve que cede entre 5 y 10 centímetros bajo la presión de los esquís amortiguando los giros como si de nieve polvo se tratase. Es una auténtica pena alcanzar el rellano del fondo del valle.

            Contorneamos el ibón, que nos oculta todavía sus aguas, por su orilla izquierda y  dejando atrás la zona descendida nos introducimos en el corredor vestido de nieve más blanda que nos deposita en el rellano siguiente en el que buscamos las huellas de los esquiadores que han bajado a media mañana, nos pueden guiar hasta el término de la nieve por algún pasaje diferente al que hemos utilizado para subir.
 
Los resaltes desde los que nos hemos dado la vuelta a la mañana.

            No será así, sus huellas se introducen enseguida en una zona cortada y nosotros optamos por remontar unos pocos metros con los esquís en la mano para recuperar el lugar de nuestra subida y proseguir para abajo.

            Alcanzamos el lugar en el que nos hemos puesto los esquís y recordando el ascenso atravesamos dos cortes sucesivos con todos los cuidados del mundo y nos bajamos los dos neverillos que hemos subido caminando y que nos depositan a unos pocos metros del Resalte de Aiguallut. Son las cuatro menos cuarto y estamos sobre los 2150 metros de altitud.

 
            Montadas las mochilas  proseguimos para abajo hasta el Plan de Aiguallut pasando a contemplar y fotografiar la fastuosa cascada coronada por el Aneto.

Cascada de Aiguallut.

            Luego, cansinamente y al paso, vamos desandando camino con ganas de terminar una jornada por un lado frustrante pues cuando no se consigue un objetivo siempre te asalta de alguna manera la frustración, y a la vez interesante y compensadora que nos ha aportado un innegable toque de placer; en la que hemos tenido que mover un desnivel de 1180 metros y no demasiado cómodos algunos de ellos.
 
Diente de perro.

            A las cinco de la tarde rematamos la jornada en la Besurta.

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