Arista Sudoeste de Boe.
Paso Pordoi, Forcella Pordoi, Piz Boe,
Cresta Strenta, Forcla de Ciamorcens, Refugio Boe, Forcella de Antersas, Bec de
Mesdi, Refugio Boe, Forcella Pordoi, Sass Pordoi y descenso al Paso Pordoi.
29-07-2015.
Salida 07 h. Llegada 14:15 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y
Mariano Javierre.
Mapa de Boe procedente de Kompass. Vía en amarillo.
En
Cortina de Ampezzo nos liamos de camino al Paso Falzarego pues nuestro ton-ton
está empeñado en ponérnoslo jodido por
esas carreterillas que sirven de comunicación entre las casas que están sembradas a boleo por la
campiña y la llegada a la carretera resulta épica. Luego un puerto italiano
hasta el Paso Falzarego, un descenso intenso hasta Arabba y otro ascenso en el
que las revueltas, una treintena, están
numeradas, nos conduce al Paso Pordoi situado a 2243 metros de altitud.
El
programa va de película el lugar es envidiable, tenemos tarde por delante para
orientarnos cosa sumamente sencilla en este lugar, el cielo está rabiosamente
azul y la temperatura es envidiable incluso a esta altitud.
Sass Pordoi y Sass de Forcia desde el Paso Pordoi.
Reconocemos
la amplitud del paso y sus aledaños con nuestro camino para el día siguiente y
tras cenar nos empiltramos alrededor de las nueve y media con el propósito de
descansar tras contemplar los espléndidos perfiles del Sassolungo al oeste de
Paso Pordoi.
Una
noche espléndida, al igual que todas las anteriores nos deposita, a las seis y
media de la mañana, día 2 en brazos del 9 de Julio de 2015.
Ni
siquiera calentamos la leche del desayuno y a las siete ligeramente pasadas
tomamos el camino al norte. Es la SS627.
Hay
una placa conmemorativa de Fausto Copy y unas escalinatas de madera ascienden
sostenidamente entre el crecido praderío. La Forcella Pordoi nos guía.
Rellanito tras la ladera herbosa del norte del Paso Pordoi.
Tras
el primer resalte aparece un breve rellanito oculto que se empina seguidamente
entre bloques rocosos a la vez que
empiezan a aparecer materiales bajados de las paredes.
Ascendemos
un amplio corredor situado entre dos bastiones rocosos importantes en el que que todavía se asienta el verderío
y siempre por camino muy transitado
vamos dejando atrás la cubierta vegetal conforme nos acercamos a la
enorme pedriza que se descuelga por la vertiente sur de la Forcella Pordoi.
La Forcella Pordoi desde debajo del canchal.
De
nuevo una zona más suave entre grandes bloques bajados de las paredes de Sass
de Forcia, al este de la forcella, nos depositan en el claro canchal que no nos
preocupa ni por su longitud ni por su pendiente ya que sabemos que hay camino y
además tenemos cumplida experiencia de subirlos incluso sin camino.
Acercándonos a la Forcella Pordoi.
Camino
y atajos de descenso recorren el canchal por el que ascenderemos alrededor de
300 metros. Un transitado camino zetea finalmente entre paredes bajo el cable
por el que suponemos suben materiales hasta la forcella ya que al oeste se encuentran las Paredes de Sass
Pordoi, a cuya cima llega un teleférico,
nos deposita en la brecha de la Forcella Pordoi situada a 2850 metros de
altitud.
Son
las ocho y cuarto y allí mismo está el Refugio de la Forcella Pordoi, de
medianas dimensiones y en el que su mascota, un cochino, recorre la terraza en
busca de almuerzo para terminar metiéndose al comedor.
Piz Boe desde la Forcella Pordoi.
Dos
caminos parten del refugio: el que asciende hacia el noroeste conduce a Sass
Pordoi y el que llanea al nordeste nos ha de conducir al Piz Boe que se muestra
amable y al fondo de la cabecera del Vallon de Foss que se ahonda al norte.
Tras
una corta parada para “alufrarlo” todo tomamos el camino que recorre en
horizontal la Cara Norte de Sass de Forcia, convertida en un canchal que se
asemeja a Ordesa. No hay gente todavía puesto que no funciona el teleférico
pero suponemos que se tratará de una zona muy transitada.
Poco
más adelante el camino se abre en dos, dejamos para la vuelta el que viene del
Refugio Boe y nos vamos en ascenso en busca de la Arista Sudoeste de Piz Boe.
La Sudeste de Boe nos marca el camino
Tras
el resalte alcanzamos un rellano amplio en el que se asienta un pequeño refugio
de fortuna hecho con tablas y cerrado y
enseguida continuamos con el ascenso por una loma amplia que de inmediato se
viste de resaltes rocosos bastante amables.
Ultimos resaltes subiendo a Piz Boe.
Comenzamos
a cruzarnos con gente que baja del pico pues en su cima está la Cabaña Piz
Fassa y enseguida aparecen sirgas, a nuestro juicio innecesarias, que al menos
indican un ascenso cómodo y fácil sin necesidad de buscarlo.
Cima de Piz Boe con la Marmolada detrás.
Tras
un resalte viene escalonado un siguiente y el proceso se repetirá otra vez
más, siempre en una amplísima
arista medianamente inclinada y fácil que terminará por depositarnos en la
Cima del Piz Boe situada a 3152 metros
de altitud cuando son las nueve y diez.
La
cima es amplia tiene buenas vistas pero es sencillamente horrorosa con un
refugio de amplia terraza, un v. c. “alpinistico” y un panel pasivo descomunal
y horripilante.
Tratamos
en vano de localizar al este la Zona de Lavaredo pero nos perdemos en un océano
de cumbres desconocidas para nosotros y eso que el Valle de Arabba nos orienta,
nicamente al sur localizamos la Marmolada y al noroeste el Sassolungo.
Hacia la Forcella de Ciamorces.
Echamos
un bocado con calma contemplando paisaje
y tratando de olvidar este adefesio y alrededor de las diez continuamos
en suave descenso por la arista norte adelante.
Se
trata de alcanzar la Forcella de Ciamorces situada a 3110 metros de altitud.
Hay un camino que nos conduce a ella fácilmente. A partir de aquí el camino, se
trata de la SS638, sigue ahondándose hacia el Refugio Boe pero nosotros
continuamos por la Cresta Strenta para ver si llegamos o no al Piz Lech Dlace.
Un
poco transitado camino recorre la cresta que es muy fácil, gira al nordeste
sobre las paredes que por debajo defienden la arista y alcanzan un punto alto
tras el que descendemos unos metros para
contemplar una sirga que faldea
un pequeño resalte en descenso.
Piz Boe desde la Cresta Strenta.
Lech
Dlace no está muy lejos, vemos el camino que recorre la arista pero lo que no vemos es la vuelta hacia el
refugio Boe que es nuestro siguiente objetivo y la prudencia por una parte y la
priorización de objetivos nos indican dar la vuelta tas contemplar el diminuto
Lago Lech Dlace a estas alturas de la temporada con muy poco agua.
Enseguida
volvemos a la Forcla de Ciamorces y atajando un poco alcanzamos de nuevo el
camino que en dirección noroeste desciende al encuentro de las paredes.
Superequipado descenso hacia el Refugio Boe.
A
la entrada de las paredes que tomamos por un único punto de rotura de las
mismas, un tramo superacondicionado con escalerillas de madera y sirga
pasamanos nos permite salvar cómodamente la cabecera del corredor y continuar
para abajo resbalando la pedriza. El camino de subida que es diferente, zetea
un poco más al sur y tiene unas sirgas para superar el tramo erguido.
Desde debajo del paso equipado que rompe los Paredones de la Cresta Strenta.
Hay
ya movimiento de gentes en los alrededores del Refugio Boe al que llegamos
enseguida. Estamos a 2873 metros de altitud en un altiplano entre profundos
barrancos un poco por todas partes.
Llegando al Refugio Boe.
Son
las once de la mañana y hemos venido a conocer. Consecuentemente nos vamos a
dar una vuelta para alcanzar algún lugar que nos muestre nuevas perspectivas de
la zona.
Desde Antersas el Bec de Mesdi y la Torre Berger.
Para
ello tomamos la SS647 con la que
ascenderemos brevemente a L’Antersas un pequeño promontorio que se interpone a
la llegada a la Forcella de Antersas para lo que hay que descender casi 100 metros
puesto que se encuentra a 2840 metros de altitud.
A
nuestra derecha y en dirección norte ya
se ha ahondado el Val de Mesdi extraordinariamente vestido de paredones. Nos va
regalando espectaculares imágenes de los paredones entre los que destaca la Torre Berger en la ladera
izquierda del valle y una colección de torres inimaginables aquí en la misma
forcella.
Una
ferrata sube hasta aquí y las SS 647 y 649 prosiguen al noroeste. Nosotros las
abandonamos y proseguimos por libre al norte por las inmediaciones de las
paredes que a nuestra derecha se van descolgando hacia el Val de Mesdi.
Bec de Mesdi desde la Forcella de Antersas.
Un
poco por cualquier parte y en mediano ascenso ganamos altura. Luego tras el
primer resalte, un rellanito nos enseña una cima con hito cimero y proseguimos
nuestro ascenso para alcanzarla muy fácilmente.
Altiplano de Meisules desde el Bec de Mesdi.
Se
trata del Bec de Mesdi situada a 2970 metros de altitud y en el extremo este
del Altiplano de Meisules, una zona extraordinariamente calcinada y meteorizada
cuyo borde superior describe un amplio arco hasta orientarse casi al sur.
Nos
llama la atención un torreón con una cruz y gente por lo que proseguimos por la cabecera del altiplano adelante
iniciando el arco que describe el mismo.
Se
trata de un tránsito fundamentalmente horizontal con pequeños sube y bajas que
nos conducen poco después al camino que hemos abandonado en la Forcella de
Antersas.
La Sudoeste del Piz Pisciadu.
El
pico que nos ha traido hasta aquí es el Pisciadu. Hay un camino que desciende a
la Forcella Pisciadu y desde allí asciende al pico o baja al refugio del mismo
nombre que localizamos al noroeste en el valle que limita el altiplano.
Estamos
muy cerca de los 3000 metros, el asunto está ya un poco visto pero Juan quiere
ver algo más y se alargará por la cabecera del altiplano hasta alcanzar otra
cima siguiendo los consabidos sube y
bajas breves. Se tratará de Piz Miara situado a 2964 metros de altitud y coronado
con un enorme Cristo modernista.
Iniciando la vuelta por el Altiplano Meisules.
Nosotros
emprendemos tranquilamente la vuelta puesto que hay distancia de por medio.
Lo
vamos a hacer siguiendo la SS 649 que nos ha de devolver directamente al
Refugio Boe descendiendo el altiplano
hasta la Forcella de Antersas para remontar de nuevo l’Antersas y alcanzar el
Refugio Boe.
Piz Boe volviendo hacia el refugio del mismo nombre.
Ya
en el refugio Boe, atestado de gentes, pasamos sin pérdida de tiempo y
continuamos con un suave ascenso hasta alcanzar el Col Turont.
Siempre
por el transitado camino de los turistas de Boe rodeamos el circo hasta alcanzar
el Collado Aut de nuevo rozando los 3000 metros de altitud y descendemos suavemente contemplando en la
distancia el refugio de la Forcella Pordoi.
Forcella Pordoi desde el Col Aut.
Un
camino transitadísimo y con algunos tramos de sirga innecesarios nos permiten
cerrar el bucle que habíamos abierto a la mañana. Diez minutos después
alcanzamos el Refgugio de la Forcella Pordoi donde hemos quedado con Juan. Es
la una del mediodía.
Todavía
me alargaré hasta Sass Pordoi. Son cinco minutos de camino transitadísimo en
los que se ganan unos metros de altura y luego otros cinco en una rampa
ligeramente inclinada que conduce hasta
el arranque de las paredes del sur a donde llega el teleférico.
A
2950 metros de altitud hago alguna foto mientras recorro la cabecera de las
paredes y me vuelvo para abajo todo en medio del personal que sube y baja.
A
la sombra del refugio espera Rosa. Juan llegará a la una y media al trote y con
sed. Echamos un trago y continuamos con el descenso.
Descenso desde la Forcella Pordoi.
Bajamos
los primeros metros por el camino establecido y con cuidado de no arrastrar el
culo en las zonas de arenilla sobre superficie dura hasta que tomamos la
primera rampa de pedriza descompuesta y la patinamos cómodamente hasta su
término.
Todavía
deslizaremos un par de tramos algo más cortos pero con ello nos liquidamos toda
la parte del corredor de pedrizas. Después a la marcheta continuamos camino
abajo con el piloto automático que nos deposita en el Paso Pordoi tras fotografiar
unas milenrama un tanto amoratadas.
Milenrama suavemente amoratada cerca del Paso Pordoi.
Hemos
liquidado a muy buena hora la jornada a pesar de los 1350 metros de desnivel
que hemos realizado en un recorrido fundamentalmente largo. La furgo nos espera
al sol por lo que levantamos el ala de inmediato tomando la carretera con
dirección a Canazei.
Nada
más entrar en el arbolado y aprovechando un ensanchamiento tras una de las
múltiples revueltas de la carretera paramos a la sombra.
En
el barranquillo que hay en las inmediaciones nos daremos un remojón y comeremos
luego más frescos que unas lechugas recién regadas y sin prisa: tenemos mucha
tarde y pocos kilómetros que hacer.
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