Frondiellas, Frondiellas Norte, Anónimo y Brecha de Latour vertiente este. 13-7-05.
Cima
de la Frondiella Norte, Collado Cadier, Arista Sur Cima del Anónimo. Vuelta a
Frondiellas, Cara Noroeste, Ibones de Arriel, Barranco de Arriel y Llano Cheto.
28-06-1992.
Salida 11
h. Llegada 17
h.
Sol.
Bastante
fácil.
Ascensión.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa del Anónimo procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Estamos
en la Cima de la Frondiella Norte a 3068 metros de altitud y son las once de
una mañana espléndida.
Yo
quiero ir hasta el Anónimo pero a Rosa no le apetece, lo conoce y no quiere
perder tiempo por lo que se queda allí mientras que yo me voy sin nada en busca
de la Aguja Cadier.
Rodeo
un gendarme por mi derecha o este, e inicio un destrepe mixto para tomar una
laja lisa cubierta de nieve en la que clavo pies y brazos hasta el codo como
forma de asegurar el paso, lo que me permite acceder al collado de separación,
vestido de nieve blanda tras pasar la parte inferior de la misma cubierta con
algo de hielo.
La este del Anónimo. 13-7-05.
Recorro
incómodamente el collado fuera de la cresta pues no he podido localizar las
posibles cornisas ni tampoco llevo piolet para tantear y me incorporo a la
cresta para rodear un pequeño gendarme,
también por mi derecha y hacer sin piolet el finísimo tramo de cresta que queda
para terminar con el collado.
De
allí para arriba queda una trepada corta y conocida que permite acceder a la
Cima del Pico Anónimo o Aguja Cadier a 3022 metros de altitud.
Luminosa mañana para el Anónimo o Aguja Cadier. 14-10-12.
Se
me ha ido media hora y otro tanto se me irá de vuelta. En la cima me tomo un
descansillo a la vez que contemplo la movida sobre el Balaitus desde este
incomparable pináculo.
Deshago
exactamente el mismo camino y a las doce estoy de nuevo con Rosa que se ha
quedado con intención de descansar al sol, pero al final se le ha hecho
fresquillo. El día está estupendo pero no para tomar el sol en las crestas.
Frondiellas Sudoeste desde el Central. 4-5-09.
Nos
vamos inmediatamente para abajo por el mismo camino que hemos traído a la ida
hasta el estrangulamiento. Nada más pasar este, nos vamos en horizontal por
nieve profunda en la que enseguida nos hundimos casi hasta la cintura, en busca
de un acceso adecuado para alcanzar de nuevo la cresta y alcanzar el Pico
Sudoeste de las Frondiellas pero el asunto no está nada fácil.
La
cresta está defendida a lo largo de un buen tramo por un resalte liso y
vertical, no excesivamente potente pero si suficientemente disuasorio. Por
tanto, continuamos hacia adelante en
horizontal, paralelos a la pared en busca de acceso, sobre una cada vez más inclinada pala
de nieve.
El Pallas y el Collado de Lavedán desde el Intermedio de Arriel. 14-7-05.
Rosa
refunfuña un poco más que al principio: “Para qué queremos ir hasta allí.”
El
Límite sur de la pala nevada se yergue
decididamente pero es precisamente por allí, por su extremo oeste, por donde
parece posible el ascenso.
La
pared está tan inclinada y la nieve es tan profunda que difícilmente podríamos
ganar altura pues en horizontal avanzamos haciendo trinchera más que huella y
para colmo alcanzamos una zona de lajas lisas que complican definitivamente el
asunto.
Me
adelanto para alcanzar una especie de
fino risco para ver si nos permite la trepada hasta la cresta y me encuentro
con que se trata del lateral de un estrecho corredor cubierto en su fondo por
hielo que igual nos permitía el ascenso, pero hay un par de problemillas:
primero que para alcanzarlo hay que atravesar
cuatro metros sobre una laja imponentemente tiesa, desnuda, húmeda y sin
presas seguras, por el risco no se puede subir y segundo, el corredor que no
tendrá más allá de 30 metros se corta bruscamente en su parte inferior
ofreciendo un pasaje de primera clase para el cielo.
A la fresca sombra del Hayedo de Aguas Limpias. 14-7-05.
La
decisión es por tanto ineludible, me vuelvo para atrás sin ni siquiera darme la
vuelta, con infinitos cuidados sobre la laja pues puedo tomar un peligroso
camino en el caso de que me ceda la nieve en bloque provocando un pequeño alud,
algo que parece anunciarse delicadamente, o así me lo parece a mí.
Acabo
la historia al salirme de la placa y nos volvemos sobre nuestros propios pasos
hasta abandonar la zona más inclinada de la pared. A partir de allí nos vamos
para abajo un poco de frente, fuera de
la huella, en busca de una larga pala que se inicia poco más abajo para bajarla
sobre un saco de plástico pues a mi esposa le empiezan a gustar estas lindezas.
Hacemos
un “culembajen” de alrededor de 300 metros y dos bastante más cortos para
terminar hartos de agua. Cuando la cosa ya no va más estamos en el Collado Wallot.
Suntuosa Cascada de Balsaroleta bajan do de Arriel. 14-7-05.
Nos
embarcamos un poco pues queremos alcanzarlo un poco más arriba de lo
conveniente y después de dar alguna vueltecilla
alcanzamos el Barranco de las Frondiellas bajando por el corredor
paralelo al que hemos utilizado a la subida.
A
buen ritmo nos sumergimos en la Cubeta de Arriel contemplando un par de tiendas
acampadas que suponemos serán de los que han subido a Balaitus y deducimos que
el perro que oíamos a la subida sobre el Collado de Arremoulit debía ser de
ellos y que lo habían dejado atado para que no los siguiera.
El
cielo se ha ido cargando poco a poco y se ha levantado algo de viento
frescacho. En un pequeño abrigo junto al camino, en medio de la cubeta
lacustre, nos paramos a comer pues son las dos y media.
Le
dedicamos al asunto media hora, tiempo que empleará el tiempo para arreglarse
tan rápidamente como se ha estropeado.
Continuamos
para abajo a buen ritmo y alcanzamos el Llano Cheto bajando por el Lecho del
Barranco de Arriel. Se trata de un descenso de aproximadamente 100 metros de
desnivel, que inician bastantes por lo que se deduce y del que desertan también
bastantes por lo que se ve sobre la marcha. Se trata de un destrepe bastante
vertical, mixto de tierra, hierbas largas, roca poco firme y algunos arbustos o
pinos pequeños, que requiere imaginación y paciencia, lo primero para encontrar
el camino posible y relativamente fácil y lo segundo soportar los gruñidos y
quejas de mi señora. Terminamos bajando por un estrecho corredor, al este del
barranco, justo para recoger la naranjada que habíamos dejado en el barranco a refrescar a la
subida.
Embalse de la Sarra. 21-7-06.
Son
las cuatro y cuarto cuando nos metemos en el hayedo agradeciendo la fresca y
profunda sombra. Sobre las cinco estamos de nuevo en La Sarra en medio de una
tarde absolutamente veraniega. El 28 de Junio del 92 ha dado juego.
Nos
cambiamos de calzado, echamos un trago de agua en la fuente y tras echar una
ojeada a la casa de Pedrito Alamañac en Sallent nos bajamos hasta nuestra casa
cuando son poco más de las seis.
Sobre
la hierba del jardín y a la sombra de la casa nos echamos a retozar un rato. Se
está divinamente después de los 1730 metros subidos y bajados. Nos ha faltado
únicamente el peso sobre nuestras costillas.
Para ver el Comienzo.
Para ver el Comienzo.
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