10 ene 2012

4-12. PRIMERA NOCTURNA DE LA TEMPORADA EN LA RACA. 10-1-2012.

Luna Llena.

Estación de Esquí de Astún,  Pista de Sarrios, Prado Blanco y Pista de la Raca.
10-01-2012.
Salida 22 h. Llegada 01 h.
Luna Llena.
Muy fácil.
Las fotos son de los compañeros.

 Juan Castejón, Jesús Manero, Gabriel Miranda, Elena y Pablo García, Clara y Raúl López, Rosa y Mariano Javierre.
 
Mapa de la Raca procedente de Prames. Vía en amarillo.

            Siempre que te planteas una marcha nocturna se aparcan en tu mente una serie de problemillas adicionales propios de una incertidumbre natural. Si además invitas a los amigos pues más que más ya que aseguras un grupo abierto y variopinto.

            La Luna llena de Diciembre fue blanca de luna pero no de nieve. Llega la de Enero con poca nieve pero con mucho hielo y hay que sacar a ventilar el piojo. Así que, elegimos la mejor noche de las buenas que acompañan a esta luna y la convocamos para el martes 10.

            Iremos a la Raca ya que han dicho que la pista está de lo mejorcito que tenemos en los alrededores. Allí podemos pillar nieve que estarán haciendo los cañones y será estupendo además de la mojadura consiguiente.

            Llegan los de Huesca, el personal de Sabi y en Torrijos recogeremos a los de Jaca, seremos un grupo multiétnico pues seremos nueve.

            Entre unas cosas y otras se nos hacen las nueve pasadas cuando nos ponemos en carretera y las diez de la noche cuando, tras colocarnos los correspondientes andamios a la luz de la Enfermería de la Base de Astún, iniciamos la marcha  a 1700 metros de altitud.

            El termómetro de la estación marca  5º  aunque los de los coches señalan un poco menos pero no deja de ser una temperatura de escándalo ya que al salir de casa estábamos a 4º bajo cero.

 
            La nieve fuera de la pista está muy dura y brillantísima a la luz de la estación pero la de la pista, algo repasada por las máquinas, está muy bien salvo el resalte en el que abandonamos la orilla izquierda del barranco que hemos llevado en dirección este.

            Astún es la estación mejor pisada de las cuatro que tenemos en los alrededores, lo sabemos y también que ese resalte solamente lo alisan para que no pierda la nieve.

            Allí giramos un poco al sur y tomamos la amplia Pista de Sarrios y nos vamos para arriba en busca de la zona de Prado Blanco pues se trata de subir lo más cómodamente tanto con las raquetas como con los esquís.

            Entre paradas, conversaciones distendidas y ritmo tranquilo nos cuesta una hora llegar al Baby de Prado Blanco donde prácticamente de llano avanzamos al sudoeste en busca de la Pista de la Raca que, por cierto, hoy no tiene nada de raca, nombre que se le da a la niebla en esta zona, ya que hace una noche absolutamente espectacular y luminosa.
 

            Cambiamos de dirección volviendo al este y ascendiendo hasta el rellano bajo la pala cimera del pico. Iniciado el ascenso del tramo superior, nos cruzamos con un trío que baja. Es una zona un poco más erguida y la nieve quizás algo más dura nos invita a poner las cuchillas con lo que subiremos tranquilamente y sin resbalones. El personal con las raquetas no tiene ningún problema.

            Son las once y media de la noche cuando alcanzamos la Cima de la Raca a 2284 metros de altitud. La temperatura está de vicio, sin ninguna duda por encima de los 0º.
 
            El personal hace fotos que luego saldrán como salgan, yo he olvidado la cámara.

 
Elena, Pablo, Raúl, Clara, Juan, Gabriel, yo, Rosa y Jesús.
 
            Sacamos dulces y cafés y contemplamos el deleite del personal que no conocía una experiencia como esta. La luminosidad es espectacular.

            Desde el rellano cimero se contempla la Frontera y el Caserío iluminado de Candanchú. El paisaje lunáticamente iluminado no merece la pena fotografiarlo pues no sale. Con bastante cuidado el personal se asoma para contemplar Canfranc iluminado, la nieve no pisada por las máquinas es un auténtico cristal. Nosotros nos quedamos recogiendo pieles de foca pues aspiramos a bajar esquiando y no a vueltas por la ladera.

            Se nos van tres cuartos de hora así, sin enterarnos. Son las doce y cuarto cuando nos echamos para abajo, la mayoría del personal tiene que trabajar dentro de unas horas.
 

            Abandonados los temores a los primeros pasos de descenso con las raquetas el descenso es agradable y relajado. Incluso alguno pretende echarse al suelo y bajar resbalando cosa que no conseguirá. Nosotros con los esquís bajamos a tramos cortos reagrupándonos frecuentemente y disfrutando de una nieve estupenda.

            Es la una y cuarto cuando llegamos a los coches. Recogemos los bártulos y tras felicitarnos por una noche tan estupenda, nos vamos para casa, cada mochuelo a su olivo. En la base de la estación tenemos 5º y en Sabiñánigo, media hora después, -6º: el mundo al revés.

 

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