9 mar 2012

17-12. NOCTURNA EN ESPELUNCIECHA. 9-3-2012.

Cañones en Espelunciecha.
 
Aparcamiento de Espelunciecha, Pista Rinconada. Puerto de Canal Roya, Gralleras Sur y Pista Espelunciecha.
09-03-2012.
Desnivel acumulado 450 m.
Distancia recorrida 6000 m.
Muy fácil.
Tiempo efectivo 02:15 h.
Recorrido circular que se puede hacer igualmente con esquís y también con crampones. El sentido de la marcha al gusto aunque es más agradable el sentido elegido.
Hay que llevar el agua.
Gabriel Miranda, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Espelunciecha procedente de Prames. Vía en amarillo.
  
            Casi siempre que hacemos una nocturna con Luna Llena subimos a la Raca en Astún. Hay tradición o quizás sea que es conocida la diligencia de los pisapistas de esa estación, la excelente iluminación del porche de la clínica de la estación o las “fabulosa” vista nocturna de las luces de Canfranc.

            En una ocasión subimos por la zona del Descenso de Formigal. La pista estaba sin pisar, hecha un patatar y dura como un pie de Cristo Románico. Hacía viento, en esa zona, casi siempre lo hace, y la experiencia resultó un tanto fallida pues tampoco había luz para preparar los bártulos. Después ya no habíamos vuelto.

            Bajando de la Raca el próximo pasado Enero nos decimos que la próxima Luna Llena podríamos contemplarla desde Espelunciecha y en eso estamos hoy 9 de Marzo de 2012.

            A pesar de que la meteorología es favorable, por unas razones u otras terminamos marchando tres: no tenemos “mono” de Lunas Llenas pero como mañana es fiesta…

            A las diez menos cuarto estamos en el Aparcamiento del Portalet d’Aneu, hay un par de autocaravanas que pasarán allí la noche y corre un viento que aunque no fuerte es frío y molesto.

 
            Con las raquetas bajo el brazo pasamos el puente y nos llegamos hasta uno de los edificios de la estación que tiene una pantalla luminosa con videos promocionales. Con esa luminosidad nos ponemos las raquetas y nos echamos a la nieve; la luna acaba de remontar el horizonte este y nos ofrece una luminosidad más que suficiente y toda para nosotros.
 
            ¡Las pistas del valle de Espelunciecha están pisadas! No lo teníamos claro y por ello, entre otras cosas, hemos decidido subir con raquetas; la temperatura es estupenda, con seguridad, no hiela aunque el viento resulta un tanto molesto y enfría nuestras manos.

            Hacemos camino tranquilamente y atravesando el Barranco Espelunciecha nos orientamos al sudoeste y nos vamos para arriba con la Pista Rinconada.

 
            Conocemos el valle como la palma de la mano y disfrutando de un conocido paisaje lleno de claroscuros lechosos y nocturnos caminamos entre Faballones y Espelunciecha con una nieve divina que resalta agradablemente sobre la dureza del rehielo de la nieve sin pisar.

            Gabriel no conoce el valle y ¡… allí, en esa hondonada, está el Ibón de Espelunciecha! ¡…vamos hacia ese collado plano de delante! Es el Puerto de Canal Roya.

            Los suaves resaltes se suceden y me tengo que abrigar un poco ya que vamos de paseo.

 
            Un poco por encima del nivel del ibón comienzan a soplar los cañones e inmediatamente a fabricar una nieve que nace cabalgando a lomos del viento de la noche. Nos refresca un poco pero enseguida abandonamos la pista principal y nos encaminamos directamente a la parte central del Puerto de Canal Roya.

            Llegados al lugar donde parte la retrack que remonta esquiadores hasta el Portet de Espelunciecha echamos un café con leche mientras contemplamos la espectacularidad del Diente de Anayet, la Canal Roya difusamente clara, la Punta Espelunciecha apuntándonos la luna, las Gralleras…

Zoom sobre la Luna Llena.
 
            Todavía nos orientamos al norte que nos señala la Polar y recorriendo una amplia zona del puerto subimos el último resalte que nos deposita a escasos metros de la Cima de Gralleras Sur, lugar al que llega la Silla de Espelunciecha. Vamos a bajar por la Pista Espelunciecha y así realizaremos una circular. Hemos salido a 1750 metros de altitud y ahora estamos a 2200 metros.

 
            El descenso es directo y tras los rellanos superiores la pista se tira para abajo consistentemente  recorriendo el crestón limítrofe con el Barranco de Bacarizal.

            Contemplamos el siniestro y oscuro paredón sur de la Campana d’Aneu, el Midí sin hijo y el Gralleras Norte atrás y nos dejamos guiar por las luces de la urbanización de Formigal
 

            Luego charlamos brevemente con un trabajador de la estación que recorre las pistas montado en su moto de nieve y nos bajamos con cierto cuidado el  muraco intermedio, ya que el personal siempre duda de la efectividad de las cuchillas de las raquetas, lo que me sirve para reafirmar la premisa de controlar el medio por encima de las agradables y a veces  peregrinas ideas de hacer un camino desconocido en según qué condiciones.

 
            Finalmente la pista se viste de amabilidad y suavemente nos deposita en el punto de partida dejándonos en la retina la acogedora imagen del luminoso caserío del Formigal. Hemos empleado hora y media en subir y una hora en bajar.

            Son las doce y media cuando llegamos al coche a la vez que una nueva furgoneta se introduce en la noche y nos deja  recogiendo los bártulos en solitario. Luego dejamos que la conversación haga carretera hasta el pueblo y cada mochuelo a su olivo que queda casi toda la noche por delante.  

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