Refugio
Monte Rosa, Glaciar de Grenz, Col de Lys, Refugio de Balmenhorn, Collado
Zurbriggen, Cara Sudeste y Cima Ludwigshohe.
28-07-1992.
Salida 04:15 h. Llegada 13:15 h.
Sol.
Fácil.
Ascensión.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano
Javierre.
En
el Refugio Monte Rosa, tras la cena recogemos todos nuestras pertenencias
completamente secas, hablamos con Daniele, una suiza con ciertas minusvalías
físicas que se dedica a hacer cuatromiles
reivindicativos según nos dice y sobre las ocho y media, cuando todavía
el sol está a medio recoger, nos empiltramos convencidos de que la noche de
nuevo será corta, elíptica se podría decir y hay que aprovecharla a cualquier
precio.
Envuelto
entre mantas, mis pensamientos se van vagando poco a poco para allá arriba, más
o menos hasta el lugar en el que se encuentra el Refugio Margherita que es
donde deberíamos estar ahora.
El
28 de Julio de 1992 lo empiezan algunos a las dos de la madrugada. A mí me
parece que ha perdido todo su encanto antes de nacer, grave error, y como me
creo que será un puro trámite no tenemos excesiva prisa en levantarnos. A pesar
de ello y de recoger y desayunar con cierta parsimonia, son las cuatro y veinte
de la mañana cuando nos ponemos en marcha.
De Nordend a Liskam desde Rotboden 26-7-92.
Estamos
a 2795 metros de altitud y vamos a recorrer el mismo camino que ayer sobre la
morrena instalada por encima del refugio. Me estreno caminando sin la frontal y
así guardamos la pila en reserva por un si acaso.
Vamos
a buen ritmo que a mí me sabe a cuesta arriba y en la pedrera granítica bajo el
Glaciar de Monte Rosa comienza a amanecer.
Hemos
partido en dirección sur y abandonamos
la ruta del día anterior introduciéndonos directamente al Glaciar de
Grenz, que discurre a nuestra derecha, haciendo un suave descenso.
Nada
más acceder al glaciar nos ponemos los crampones en lugar abrigado y cómodo,
escarmentados del día anterior. ¡Qué frío en las manos!
La Cabaña Monte Rosda con el Gorner a la izquierda. 27-7-92.
El
Glaciar de Grenz que conocemos en su parte inferior, no es excesivamente
pendiente ya que una buena parte del desnivel lo salva en dos escalones. Pero a
pesar de ser bastante llano esta fuerte y frecuentemente agrietado en su
totalidad. Es por eso por lo que enseguida nos encordamos. Las grietas abiertas
son multitud y hay que ir atentos.
Llevamos
delante a una pareja y detrás otra. Antes del primer escalón nos adelantan como
motos.
Pasamos
el escalón del glaciar un poco por el centro para incorporarnos enseguida a la
orilla derecha del mismo que es por donde vamos subiendo.
Gñaciar de Grenz y Liskam. 30-7-92.
Poco
más arriba adelantamos a la pareja que nos precedía y bajo el segundo escalón
glaciar nos detenemos para comer y beber un poco. Entre tanto, la pareja que
nos ha adelantado acaba de salvar la rimaya y se mete en la Cara Norte de Liskamm.
¡Cómo suben los tíos! Cuando nos han adelantado me ha parecido que iban
fuertes. Ahora no se ve con demasiada precisión pero creo que suben en
ensamble.
-
Esos aún saldrán antes de que lleguemos al collado.
-
No lo sé, me parece mucho.
-
¡Mira cómo van! Llevan un tercio de la pared en un momento.
-
Un poco menos.
-
Bueno, quizás… tendrán que hacer la travesía o a lo mejor…
-
Si, pero luego tirarán por el corredor de la izquierda.
Nos
vamos a por el segundo escalón que está que se rompe. No sé cuántos días se
podrá seguir pasando por aquí.
Lo
superamos y describimos un amplísimo lazo
para salvar una grieta monstruosa. Vemos la posibilidad de alcanzar
directamente el Collado de Lis pero seguimos las huellas para evitar sorpresas.
La Sur de Dufour desde el Col de Lys. 28-7-92.
La
llegada al collado se alarga un poco más de lo supuesto a priori pero de
cualquier forma lo abordamos por su parte este pasando prácticamente de llano
bajo el Ludwigshohe y seguidamente también bajo el Corno Nero, no tengo ninguna
duda de ello ni tampoco de la ubicación
del refugio que buscamos aunque no se vea: identifico las Rocas de
Balmenhorn como si fueran las montañas de Sabi y nos vamos hacia ellas.
Allí
está el refugio: una emergencia rocosa metamórfica en medio del Glaciar de Lis
y en la punta el refugio de Balmenhorn también llamado Cristo d’elle Vette.
Subiendo a balmenhorn. 28-7-92.
De
aspecto inexpugnable, para llegar a la cima hay que escalar una treintena de
metros con la ayuda de una maroma que se encuentra alejada de su lugar original
ya que la rotura de una cinta exprés ha propiciado que el hielo la atrape lejos
al ser empujada por el viento.
Rosa
dice que no sube pero la pongo delante y para arriba. Juan que ha subido sin
carga baja a recoger su mochila y nos hace alguna foto en faena.
De vuelta otra vez la Maroma de Balmenhorn. 28-7-92.
La
pared de muy buena roca compuesta de bloques bastante lisos tiene un último
diedro pulido y vertical de alrededor de 5 metros que se sube mediante una
escalera metálica que nos deposita en la plataforma del refugio que es de
madera y que flota en el vacío. Debieron de ir justos de espacio cuando
colocaron el refugio vivac.
Son
las nueve y media de la mañana y acabamos de hacer el primer cuatromil de la
jornada: el Balmenhorn a 4167 metros de altitud. El día es espléndido y como
vamos sobrados de luz y sol nos metemos en el refugio.
En la Cima de Balmenhorn. 28-7-92.
Dentro
del comedor, de alrededor de 15 metros cuadrados hay un altillo un poco mayor
de la mitad convertido en dormitorio con mantas y colchonetas. Abajo hay una
mesa, unos bancos, un fogón de gas y una virgen de tamaño natural. Al fondo del
diminuto hall de entrada hay un diminuto aseo consistente en un agujero
practicado directamente sobre la plancha de hormigón. El refugio es de madera y
cuenta con un ventanal al este y una cristalera al sur y está sencillamente
estupendo aunque mejor sería si contara con escalera metálica o clavijas en
lugar de la maroma para poder acceder al mismo. En la cima hay un enorme
Cristo.
De camino a Ludwishohe bajada la Maroma de balmenhorn que queda detrás. 28-7-92.
En
el Refugio Balmenhorn charlamos con una pareja que está allí. Ella es sevillana
y el danés enfermo con mal de altura. De momento seremos cinco para pasar la
noche. Mejor dicho, somos más pero la virgen que está en un rincón ocupa muy
poco espacio y el gran Cristo que está cuatro metros más arriba del refugio, en
la cima de la roca, pasará la noche al raso.
En la Cima de Ludwigshohe con Gnifetti y Parrot detrás. 28-7-92.
Comemos
y bebemos algo y deshacemos nieve que recogemos de la nevera de la norte del
refugio. Descansamos, charlamos y vemos como van llegando montañeros con guías;
se felicitan efusivamente por alcanzar la cima y creemos entender por qué no
hay escalera metálica desde abajo: así no tendría tanta gracia hacer el pico y
sería mucho menos atractivo para los turistas.
Especulamos
acerca de hacia dónde encaminar nuestros pasos a pesar de que mi chica dice
ahora que no quiere bajar la cuerda fija.
Dufour y Zunsteipitze desde Ludwigs hohe. 28-7-92.
Juan bajará la cuerda fija, Juan marcha hacia Pirámide Vincent y nosotros preferimos
marchar hacia Ludwigshohe, el “Tío Jorge” como dice Juan. Va ser la una del
mediodía y con una sencilla mochila, piolets, crampones, cantimplora y cámara
nos “vamos de excursión.”
El Liskam es para mañana, desde la Cima de Ludwigshohe. 28-7-92.
Desde
la base de la pared de las Rocas de Balmenhorn que estarán alrededor de los
4140 metros de altitud, iniciamos un suave ascenso en dirección noroeste
orientados por el Corno Nero. Enseguida lo faldeamos por el norte y sobre nieve blanda alcanzamos
el Collado Zurbriggen a 4272 metros de altitud.
En la Cima de Ludwigshohe. Detrás Corno Nero que nos espera. 28-7-92.
Desde
el collado continuamos con el corto ascenso de una pala de alrededor de 75
metros de altura. Se trata de una empinada y nevada pala que por buena huella nos
conduce sin ninguna dificultad a la casi
horizontal, alargada y helada Cima del Ludwigshohe. Va a ser la una y media del
mediodía y estamos a 4341 metros de altitud nuestro segundo cuatromil del día.
Para ver la Continuación.
Para ver la Continuación.
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