El Liskam coronando el Galciar de Grenz desde Rotboden. 26-7-92.
Refugio de Balmenhorn, Arista Este, Cimas de Liskamm, Arista Oeste,
Colle Felick y Refugio Quintito Sella.
29-07-1992.
Salida 06:30 h. Llegada 13 h.
Mixto.
Algo difícil.
Ascensión.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez
y Mariano Javierre.
Croquis de Liskam procedente de publicidad. Vía en amarillo.
El
29 de Julio del 92 llega a las tres y media de la madrugada. ¿Cómo nos vamos a
mover 13 dentro del Refugio de Balmenhorn?
Los
últimos italianos llegaron tardisísimo. Funden nieve y terminamos con un
ambiente cargadísimo, subiendo a dormir al altillo sin ventilación. El calor es
insoportable y la sensación de ahogo es indescriptible.
Abajo,
en el minúsculo comedor, duermen todos
los italianos con casi todas las mantas y colchonetas y han cerrado la ventana.
Protestas
y líos tras los que se vuelve a abrir la ventana pero enseguida la vuelven a
cerrar.
Son
las diez y media pasadas y como el tema no tiene visos de solucionarse de
manera razonable, montamos una marimorena y terminamos bajando Rosa y yo a
dormir abajo, Juan se queda y de cuando en cuando, con la cabeza colgando por
el hueco del altillo, respira un poco de aire fresco.
No
somos bien recibidos abajo pero Rosa lo zanja de inmediato.
-¡O
me dejas un poco de sitio o te me echo encima!
El
italiano lo entiende de inmediato y Rosa se acuesta con la cabeza sobre el
pedestal de una Madonna de tamaño natural que hay en el interior del vivac y
con los pies medio encima de otro italiano.
Glaciares de Grenz, Gorner y Schwarzee desde Rotboden. 26-7-92.
No
volverán a cerrar la ventana pues han visto que el tema se podía complicar,
pero tanto Juan como nosotros pasaremos una noche toledana. No pegamos ojo pues
para colmo hay tormenta con aparato eléctrico por abajo que nos regala una
noche espectacularmente discotequera.
La
gente comienza a mover una hora después
y a las cinco estamos todos de pie. Recogemos las colchonetas y las
mantas de nuevo en el altillo y entramos por la ventana los bancos y la mesa
que hemos tenido que sacar a la calle ya que dentro no había sitio para todos.
Nos
sentamos en una esquina de la mesa y preparamos el desayuno. Juan y yo estamos
destrozados. Hemos pasado, yo al menos, la peor noche de nuestra vida y eso que
me acuerdo del Abrigo André Michaud.
No
estamos para nada, es la expresión más adecuada. Malbebo el café con leche a
duras penas y tragaré con ella un “tanagel”. Me encuentro con ganas de
devolver, algo mareado y tengo una enorme sensación de diarrea. Me da miedo el
estado en que me encuentro.
Juan
hace pocas garras y dirá que se encuentra por el estilo que yo. Rosa es la
única que se salva de la debacle. Nos quedamos sobre la mesa sin ánimo para
nada.
Liskam y Castor desde la confluencia de los Glaciares de Gorner y Grenz. 26-7-92.
Se
hacen las seis y media, la gente ha marchado y nosotros, a duras penas,
decidimos marchar a ver qué pasa. Si no vamos para arriba iremos para abajo. No
tengo ganas ni para cabrearme.
Salvado
el vértigo que me da bajar la cuerda fija y llegados a la nieve, nos encordamos
y comenzamos a caminar a las siete menos veinte. Luego recordaré que pernoctar
valía 10.000 Liras italianas o 10 Francos suizos y que nos marchamos sin pagar.
¿Sería porque no estábamos para nada, no teníamos ninguna intención de hacerlo
o no había lugar para dejar el dinero?
Col de Lis saliendo de Balmenhorn. 29-7-92.
Partimos
casi en horizontal hacia el norte para seguidamente ir virando al oeste en
dirección a la Cresta Este
del Liskamm que es hacia donde parece dirigirse la movida que sube del Refugio
Gnifetti.
Poco
a poco el aire fresco de la mañana nos espabila, no en vano, el Refugio de las
Rocas de Balmenhorn o Vivac del Cristo delle Vette se encuentra a 4167 metros de altitud,
similar a la del Col de Lis y ahora nos encontramos ligeramente por encima de
su nivel.
El Liskam desde la Cabaña Monte Rosa. 26-7-92.
Vamos
entonándonos y recobrando nuestras fuerzas físicas y morales en una mañana en
la que el tiempo está sublime. Cogemos ritmo y poco después de alcanzar el
nivel por encima del Sitdeckristfelse nos detenemos para ponernos los crampones
ya que, por arriba van a hacer falta puesto que la nieve está algo dura.
Liskam desde Punta Dufour. 27-7-92.
Todo
el mundo se para por aquí como para tomar aliento.
Nosotros
reanudamos la marcha y nos dirigimos hacia la cresta este con el propósito de
atravesar la rimaya inferior. Lo haremos derivando un poco hacia la vertiente
italiana, ya que en la misma arista está muy rota. No hemos sido los primeros
que han tomado esta alternativa y que han recuperado inmediatamente la huella
por encima de la misma.
Desde el Collado de Lis. 29-7-92.
Nos
empuja el sol por la espalda cuando iniciamos el fuerte ascenso del primer
resalte que nos saca ya por los aires. Nos espera un “paseo” fundamentalmente
aéreo que acabamos de iniciar con una fina cresta de nieve. Voy delante con un
ritmo no muy vivo pero firme. La huella está muy bien hecha y no hay cornisas
en este tramo de arista.
Liskam desde la Arista Oeste de Punta Dufour. 27-7-92.
Superado
el primer resalte, la arista se arrellana un poco tomándose un respiro. Estamos
a 4335 metros
de altitud en el lugar denominado Cima se Scoperta u Hombro Este Nos cruzamos
con algunos que se acaban de dar la vuelta e iniciamos el ascenso del segundo
resalte, más fuerte que el primero y un tanto en la vertiente suiza, la cara
norte.
La
subida es fuerte y la hacemos a tirones cortos para recuperar aire, la
pendiente rondará los 50º en algún punto. La huelle sigue muy bien trazada y a
salvo de las cornisas que delicadamente se inclinan hacia la vertiente italiana
y que, desde más abajo se veían.
Hemos
ganado bastante altura y nos encontramos en la intersección con la arista sur, La Rottennasse. Nos
quedan un par de tramos menos inclinados pero extraordinariamente afilados que
nos permiten ganar el último tramo ya en la arista somital.
En la Cima este de Liskam después de una noche inenarrable. 29-7-92.
Son
las ocho y media de la mañana cuando pisamos la
Cima Este del Liskamm a 4527 metros de altitud.
Hemos subido bastante bien, algo impensable tan solo un par de horas antes.
Echamos
un trago y charlamos con unos italianos que nos hacen una foto hacia el oeste
en el que aparece el Cervino entre nubes de poco desarrollo.
La Norte del Liskam. 28-7-92.
Desde
la cima contemplamos todo el ramillete de cuatromiles que hemos dejado a
nuestras espaldas: Punta Dufour todavía más presente que recuerdo en nuestra
memoria, Punta Zunstein y Punta Gnifetti pospuestas para mejor ocasión; Punta
Parrots, Ludwighoehe, Balmenhorn y Pirámide Vincet tiernas todavía de ayer y
Punta Giordani perdiéndose en la clásica bruma de las tierras del sur. A
nuestros pies, bajo la loma que hace la cabecera de la cara norte el Glaciar de
Grenz que también subimos ayer.
Detalle de la Norte de Liskam desde Grenz. 28-7-92.
Es
una cima grandiosa, se está de cine, la temperatura es envidiable y el día es
de postal, pero lo que nos impulsa es el
futuro. El día se prevee largo y no tenemos mucho tiempo que perder.
Continuamos
hacia el oeste por una cresta que inmediatamente se vuelve a afilar
inclinándose hacia abajo. Descendemos
una prominencia nevada bastante erguida y sostenida entre dos
interminables vacíos. Tenemos la suerte de que las cornisas son pocas y
pequeñas y que la huella, perfectamente trazada, es totalmente segura.
La arista que acabamos de subir vista desde el Ludwigshohe. 28-7-92.
Nos
cruzamos con una cordada y proseguimos en descenso suave hasta el fondo de un
collado, silla nevada, entre las dos cimas principales. Hemos bajado algo más
de 100 metros ,
estamos a 4418 metros
de altitud, siempre transitando o la arista viva casi continuamente nevada o
haciendo ligeros faldeos en la cara norte. La cresta alabeada transita una
cúpula nevada amplia que nos conduce seguidamente a un tramo afilado y rematado
por un resalte rocoso limpio. Son tres pasos fáciles en roca que con los
crampones hay que hacer con un poco más de dificultad, pero nada más, las
presas son francas y se asegura fácilmente con la cuerda en cualquier parte.
Los resalttes de la Este del Liskam con Punta Scoperta. 29-7-92.
Pasamos
el resalte mezclados con dos cordadas que van en sentido contrario en las
proximidades de una cruz de hierro. Luego proseguimos por arista nevada ascendiendo
una cúpula bastante erguida, es la tercera prominencia de la arista que enlaza
las dos cimas principales y enseguida alcanzamos la
Cima Oeste del Liskamm a 4481 metros de altitud.
Son las diez de la mañana.
La Silla del Liskam y la Punta Oeste. 29-7-92.
En
la cima coincidimos con gente, comemos un poco, bebemos y charlamos. Nos hacen
una foto y contemplamos un paisaje similar al de la otra cima desde un lugar
espectacularmente privilegiado a caballo entre los Glaciares de Lis y de Grenz.
Hacia el sur, el primero no queda demasiado hondo, pero el de Grenz… Mientras
tanto, advertimos con cierta
preocupación el creciente desarrollo nuboso que rebosando de los fondos de
valle italianos se va subiendo hacia las puntas.
En la Cima Oeste de Liskam. La nubosidad va creciendo. 29-7-92.
Cuando
hemos llegado a la cima salía una cordada que iba en nuestra dirección. La gente
que está con nosotros va en sentido contrario, así que, poco después
continuamos para abajo por una arista afilada y sinuosa pero moderadamente
inclinada al que se une a modo de remate el Castor hasta que alcanzamos unas
afloraciones rocosas. Se trata de la Punta Secundaria Oeste del Liskamm acotada con 4447 metros de altitud.
Nosotros
continuamos bajando ahora de manera más consistente y con un ritmo muy bueno,
sobre todo ahora que las hostilidades atribuidas al Liskamm están a punto de
concluir. Una de las más bellas aristas de nieve de los Alpes es conocida como
el “Devorador de hombres” debido a las múltiples y repetidas tragedias que
hicieron del pico triste historia.
Suben las nieblas por detrás del Castor y el Pollux. 29-7-92.
La
nieve se ablanda, la arista se ensancha, la pendiente se acentúa pero se baja
de cine a la caza de la cordada de delante. Nos espera el Castor y la creciente
nubosidad que lo está sitiando.
Adelantamos
la cordada, pasamos lateralmente una prominencia nevada y enseguida llaneamos
en las proximidades del Collado Felick a 4061 metros de altitud
e inmediatamente nos engullen las nieblas.
Paramos
un momento, dudamos con la multitud de huellas del collado para proseguir con
las que nos parecen más firmes. Las nieblas han venido tan deprisa que en el
rellano, inmediatamente antes de alcanzar la profusión de huellas, no hemos
tomado referencias.
Bajamos
un poco y luego un poco más. Hacia delante la huella baja firmemente y a mí me
huele mal desde el principio. Creo que ya habíamos perdido toda la altura que
debíamos perder.
Decidimos
esperar a la cordada de detrás y para ello nos detenemos. El guía es
sudamericano y excepcionalmente nos contesta y nos confirma nuestras sospechas:
no vamos por aquí al Castor, y desde luego, ya sabemos a dónde vamos. Abajo
está el refugio Quintito Sella. ¡¿Qué hacer?!
Desde la Este del Liskam. 29-7-92.
Las
nieblas se cierran por arriba, volver a subir 150 metros para arrriba
no es problema, localizar la vía de ascenso hacia el Castor suponemos que
tampoco, pero ¿a dónde vamos en estas circunstancias si pensamos que nos puede
suceder lo mismo que nos acaba de pasar?
Hay
un rellano glaciar bajo nosotros al
sudeste del Castor y frente a la cabecera del Alto Glaciar de Verra. Bajamos
alrededor de 50 metros y en unas rocas de la cresta este de Punta
Perazzi, nos sentamos a reconsiderar el
asunto, son las once y cuarto y tenemos tiempo incluso de volver al Castor en
el supuesto caso de que las condiciones meteorológicas mejoren.
Estamos
sobre los 3875 metros
de altitud, hemos perdido alrededor de 200 metros y el Refugio
Quintito Sella está otros 200
metros más abajo.
Liskam llegando a la Cima del Ludwigshohe. 28-7-92.
El
paso directo al Zwillingsjoch, el Collado de los Gemelos por el Glaciar de
Verra es imposible y la cara sur del Castor es sencillamente impresionante. La
alternativa se esfuma y las nieblas siguen asentadas por arriba.
Continuar
con la actividad en estas condiciones es completamente desaconsejable tanto más
cuanto que no poseemos información meteorológica; hemos de hacer un par de
picos que aunque los anuncian fáciles no conocemos y además debemos de
localizar un vivac de característica similares al de Balmenhorn.
El
asunto no tiene futuro y tras un buen rato de espera decidimos abandonar la
actividad y bajarnos hasta el refugio Quintito Sella para pernoctar.
El
descenso del Glaciar Felick con nieve blanda se hace pesado pero a la una del
mediodía llegamos al refugio situado a 3620 metros de altitud,
finiquitando una jornada que no ha sido más que media, aunque impensable esta
madrugada, ascendiendo casi 500
metros y bajando el doble.
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