Tempestades y Margálida desde la Plata de Llosas.
Tespestades, Arista Noroeste y Arista
Sudeste.
20-08-1993.
Salida 10:30 h. Llegada 18:15.
Sol.
Bastante fácil.
Ascensión.
Rosa Mª. Martínez y Biola y Mariano
Javierre.
Mapa de Margálida procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Son
casi las diez y media de la mañana cuando nos vamos para abajo, hemos tomado la
decisión de intentar el pico por su arista sureste. Por tanto perdemos altura
hasta el collado y allí, dejan do la cresta, nos vamos flanqueando por el oeste, próximos a la
arista.
Atravesamos
dos minúsculos neveros con nieve durísima para la hora que es, lo que pone los
pelos de punta a mi esposísima pensando en el día siguiente y alcanzamos la
base de un claro corredor situado entre la Brecha de Rusell y el Margálida.
El
corredor es un pedregal fácil que nos deposita en una brecha abismada al este y
situada a 3190 metros de altitud. Nos quedan 50 metros de desnivel hasta la
cima, pero ese desnivel no importa nada y lo que sí importa es que a partir de
la brecha no veo nada asequible para nosotros y, desde luego, la vía no
continúa por la cresta. Consecuentemente habrá que buscarla en el flaco oeste y
lo que se ve de inmediato es francamente desalentador pensando en la cría.
Arista de Tempestades desde Margálida.
Un
francés que viene cresteando desde Rusell nos anima un poco. Si éste pasa, me
digo, malo será que no pasemos nosotros.
Toma
y tomamos una vía que a base de pequeñas repisas escalonadas desemboca en una
fisura con un bloque empotrado, que ya había visto y que me parece algo fuerte.
Suelto
y confiado parece que tiene mucha costumbre de crestear, pasa sus
apurillos para superar el bloque pero a
la tercera va la vencida y desde arriba recoge a Biola a la que he izado hasta
el bloque; luego con Rosa hacemos un paso de hombros y por último yo me las
ventilo fácilmente con un paso “energético.”
¡Hasta
la vuelta! Que en lugar de ser de tercero será de tercero superior.
La Salenques-Tempestades.
Luego
en la cresta y en sus proximidades se suceden pasajes variados entre aéreos,
atléticos y delicados, en cualquier caso desproporcionados para Biola y que
salvamos a base de tiempo y experiencia; el francés se va pero nosotros vamos progresando en la cresta
próximos a la cima.
A las doce menos veinte estamos en la Cima del
Pico Margálida a 3241 metros de altitud, un caos de enormes bloques graníticos
en precario equilibrio pero divino para este 20 de Agosto de 1993.
Una
cordada está embarcada en el gendarme que nos ha impedido a nosotros hacer la
cresta directamente. Hago una foto elevándome sobre un montoncillo de piedras
al objeto de tomar un poco de perspectiva sobre la naciente Cresta de Salenques
y en vista de que ni los que vienen por la cresta llegan ni los que siguen
nuestro camino tampoco, iniciamos el descenso diez minutos después y
así, de paso, dejamos sitio para un par de vascos que están a punto de llegar.
Hacia tempestades y Aneto desde la Punta de la Brecha Rusell. 27-7-02.
Nos
cruzamos con ellos y desandamos la cresta y a ser posible por los pasos ya
conocidos ya que un embarque con la cría podría ser complicadísimo.
He
dejado dos hitos en dos pasos clave y con ellas no hay despiste posible. Así
pues, llegamos al bloque empotrado pero antes de afrontarlo me voy a la cresta
para echar una visual.
Me
da la impresión de que no se trata de un paso obligado, cosa que confirmaré de
inmediato.
Contorneamos
un par de bloques en la misma cresta y unos metros más adelante recuperamos a
base de repisas escalonadas la vía utilizada en la ida.
Cima de Margálida y Arista de Salenques.
A
la sombra de la parte izquierda del corredor paramos a echar un trago y a
relajarnos del estrés de los treinta minutos de cresta.
-
¿Y en el mapa venía marcado el camino por la arista?
-
Sí, sí, por allí lo marca.
-
Pues menuda pasada, esta indicación está muy mal hecha.
-
Bueno, a lo mejor es que como el flanqueo se puede hacer próximo a la cresta…
-
Pues podrían haberlo indicado, ¿no crees?
-
Desde luego, pero hay tantas cosas que no están indicadas en los Mapas de la
Alpina…
Luego
viene una larga pelea con el pedregal granítico que castiga inclemente nuestras
rodillas mientras que el sol de un día espléndido nos abrasa inmisericorde.
Rusell desde Margálida. 2-8-05.
Por
entre un sinfín de hitos que aparecen por cualquier parte alcanzamos el fuerte descenso del dorso herboso que nos llevará hasta el
Ibón Superior de Llosas.
Sobre
las dos menos veinte y a la sombra de la pared sudoeste del desagüe nos paramos
a comer, la tienda está al rayo del sol. Entre tanto baja el francés que ha
debido llegar hasta el Tempestades.
Empleamos
cuarenta minutos en comer y diez más en llegar a la tienda.
Hacemos una foto y en ropa de deporte
nos enfrascamos en la tarea de desmontarlo todo y enmochilarlo de nuevo tranquilamente, se nos va entre pitos y
flautas casi una hora.
Cima de Margálida hacia Rusell.
A
las tres y media abandonamos el Ibón de Llosas y emprendemos el amplio corredor
que orientado al noroeste nos debe conducir a la Brecha Inferior de Llosas, 353
metros más arriba. Sabemos lo que nos espera y estamos preparados para afrontar
convenientemente el corredor que es un enorme pedregal con materiales
graníticos de grandes proporciones, lo que no es lo más adecuado para Biola,
pero podría ser peor para todos.
Iniciamos
el ascenso por la parte derecha del corredor
para cambiar de lado en el primer rellano y coger agua en unas
escorrentías que bajan de las agujas situadas al norte.
Subido
el primer resalte nos enfrentamos a un segundo que es el más fuerte, buscando
retazos de pradera escalonados en la parte izquierda del corredor y que nos obliga
a realizar un ascenso potente pero nos deposita en un segundo rellano en los
que se pierden los últimos restos de gravera sumergidos en un pedregal de
menores dimensiones que el anterior.
Poco
después un tercer y último resalte nos deposita en la Brecha Inferior de Llosas
a 2850 metros de altitud. Hemos hecho un par de paradas y en hora y media nos hemos plantado arriba tranquilamente.
Soltamos las mochilas, echamos un trago y observamos, luego habrá que tomar decisiones.
Brecha de Llosas, Vertiente de Coronas.
Son
las cinco de la tarde, no se puede ir directamente hacia el Ibón Central de
Coronas y consecuentemente habrá que perder 215 metros de altitud hasta el Ibón
Inferior de Coronas. Por otra parte, este ibón no es el lugar más adecuado
para nuestras próximas actividades y hay
que decir que desde aquí no se aprecian
sitios buenos para plantar la tienda, confirmando lo que ya nos habían
anunciado.
Por
consiguiente empezamos a bajar el corredor que es una gravera absolutamente
inestable en su mitad superior, mejorando posteriormente lo que sin duda
agradecen nuestros recalentados pies.
A
las seis menos diez llegamos al ibón, echamos un trago e iniciamos el último
ascenso del día, 90 metros que vamos a hacer ya con pocas ganas.
Nos
encontramos con uno de los que han pasado la noche con nosotros y le indicamos
que hemos visto a una pareja delante de él, valle abajo. Poco después nos
encontraremos con todos los demás. Nos dirán que lo han pasado regular y
alucinaran cuando les digamos que hemos hecho Tempestades y Margálida con la
cría y la ven ahora aquí.
A
las seis y diez estamos buscando sitio para la tienda, estamos a 2725 metros de
altitud y precisamente en el lugar que queríamos: fetén.
Para ver la Continuación.
Para ver la Continuación.
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