Gran Tapou desde la Cima de Milieu.
Cima de MIlieu, arista norte, Collado de
Tapou y arista sur.
28-8-07.
Salida 09h. Llegada 10 h.
Sol.
Muy fácil.
Ascensión.
Mapa de Gran Tapou precedente de Prames. Vía en amarillo.
Un
cuarto de hora después nos bajamos hasta el collado que está a 3111 metros de altitud
y tomando la fácil arista en dirección norte alcanzamos la cima del Gran Tapou
a 3150 metros
de altitud. Son las diez menos cuarto y al sol de la agradabilísima mañana nos
sentamos a almorzar.
La Sureste de Milie delante del Casquete Somital del gran Tapou.
La este del Gran Tapou.
Vertiente Este de Milieu y Gran Tapou.
Gran Tapou desde la Cima de Milieu.
La Arista Sudeste del Gran Tapou.
Desde el Collado entre Milieu y Tapou la salida del Corredor de la Moskowa.
La Norte de Milieu desde Gran Tapou.
Monferrat, Tapou, Milieu y Ordesa desde Vignemale. 1-7-05.
La Arista Este de Gran Tapou.
Seda y Labas desde Gran Tapou.
Ardiden entre Labas y Estom Soubiran.
Es
una pena de día pero ¿qué le vamos a hacer? Habrá que dar las gracias pues
estamos en la cresta fronteriza y estos galos con sus nubes…
En
aquella mediodiada tenía prisa. Era nuestro primer contacto con el Macizo de
Vignemal, el día estaba mediaducho, Rosa se quedaba en Monferrat y yo a todo
trapo negociaba la arista este en descenso. Recuerdo un destrepe vertiginoso
entre grandes bloques movido por la incertidumbre.
Las
agujas me parecieron un tanto “superfluas” además de entretenidas, nada
conveniente a mis intereses, hasta que llegué a la Brecha Tapou. La había visto
desde Baysellance: el corredor estaba cubierto de nieve y me pareció
asombrosamente vertical. No era muy ancho, pero yo no llevaba ni siquiera el
piolet. Al otro lado estaba chupao…
Todavía
baje unos metros junto al mismo en busca de un lugar donde aterrizar en la nieve
para probarla.
No
tendría más allá de media docena de metros de anchura pero no había que
agacharse para tocar la nieve, te daba en las narices y no estaba excesivamente
dura.
Recordé
la travesía en descenso del nevero desde el Collado del Letrero y a punterazos
persistentes practiqué unas profundas huellas en las que se introducía casi
media bota. Lo mismo hice con una piedra puntiaguda para las manos. Fueron tres
o cuatro minutos de adrenalina pero cogí presa de manos en las rocas de la
derecha del nevero.
Subí
a cuatro patas y a la carrera en un santiamén a la cima del Gran Tapou .
La
grité a mi chica que diminuta proseguía en la cima del Monferrat con un
contento fiero y salvaje.
La
otra cima, el Milieu, estaba allí mismo. Era un paseo y no iba a hacerla…
Y
claro que la hice y al trote, luego vendría la vuelta tratando de repetir
idénticos pasos y la bronca de mi chica cuando llegué de nuevo arriba. Se le
había hecho frío y largo a pesar de que había empleado poco más de una hora,
estaba enfadada y yo loco de contento la abracé y la levanté en el aire como un
poseso…
Mientras
Rosa termina de almorzar yo me voy a dar un garbeo para recordar viejos
tiempos. Quiero ver la Brecha
de Tapou.
También puedes ver la Continuación.
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