3 ago 2007

3.07. CIRCULAR AL EMBALSE DE MATMARK. 3-8-2007.

Embalse de Matmark desde la cola.

Presa del Embalse de Matmark y camino en la orilla izquierda del embalse. Rodeo por Valle hacia el Ofentalpass y orilla derecha del embalse.

03-08-2007.

Desnivel acumulado 400 m.

Distancia recorrida 12000 m.

Tiempo efectivo 03:00 h.

Mixto.

Muy fácil.

Paseo.

Agua en los alrededores del embalse.

 Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Matmark procedente de Landeskarten der Schweiz. Vía en amarillo.

            Desde el puente sobre el Saastal se contempla una buena imagen de Saas Fee y también, sobre el fondo del río se aprecia perfectamente la ferrata que hay instalada horizontalmente sobre las pulidas paredes que encajonan al río, pero lo primero hacemos es llegarnos hasta la oficina de turismo. Son las cuatro y veinte de la tarde.

            Consultamos la predicción meteorológica: para mañana día 3 hay previsto mal tiempo que se irá arreglando a partir del mediodía, al día siguiente habrá muy buen tiempo y el día 5 se espera también bastante bueno.

            Les pedimos que nos hagan reserva en la Cabaña Tracuit y por teléfono dicen que está completo el refugio, así que, ya podemos irnos despidiendo del Bishorn.

            Se echa a llover.

Vamos a tener mal tiempo.
           
            Llueve y charlamos como si hubiéramos alcanzado el perfecto equilibrio universal. Somos gente a los que nos sobra con muy poco y además capaces de sacar un rendimiento más que aceptable incluso a las situaciones más precarias. Y no necesitamos más.

            A las siete cenamos  y luego nos vamos a dar una vuelta por Saas Fee como unos turistas más. Plantaremos la tienda dentro del aparcamiento a salvo de la lluvia y nos beneficiaremos de la dureza seca del cemento en una larga noche durante la que lloverá prácticamente sin parar.

            El 3 de Agosto es un día de descanso obligado, lo teníamos previsto para disfrutarlo un par de días más adelante cuando hubiéramos terminado la segunda actividad pero… No es oportuno, mas no hay otro remedio. Tampoco lo fue el día que tuvimos que  pasar en La Berarde justamente antes de comenzar la travesía hasta Le Tour  y por ello hubo y hay que tomarlo como viene.

            La mañana está entre tristona y lluviosa con las nieblas muy bajas pero parece que quiere ventilar un poquillo hacia la entrada del valle.

            Consultamos de nuevo la predicción meteorológica que con exquisito empeño nos sirve un joven funcionario que nos confirma tres días buenos y cambio a partir de mañana y nos reserva litera en la Cabaña Hohsaas para mañana noche. La suerte está echada. No tenemos ninguna duda acerca de las predicciones que se cumplen con  milimétrica precisión.

            Volvemos al aparcamiento, pagamos por el estacionamiento 27’4 francos suizos y nos bajamos hasta Saas Grund. Justamente antes de pasar el puente de entrada al pueblo localizo un buen lugar para dejar aparcado el coche mientras estemos por arriba los dos días siguientes: hay espacio, no hay limitaciones ni prohibiciones y mañana por la mañana eso tiene que estar con sitio sobrado para aparcar.

            En la estación del teleférico comprobamos que el primero de la mañana sale a las ocho menos cuarto y aunque creemos que es un poco tarde, no queda otro remedio que tomar el primero que salga para arriba.

            Seguidamente continuamos carretera valle arriba, confirmamos que no hay mucho sitio hasta que no marchamos  a la quinta puñeta y enseguida llegamos a Saas Almaguel.

            El valle de los “cuatro Saas” en un valle eminentemente turístico. El más importante de los cuatro es Saas Fee, está a 1800 metros de altitud y elevado sobre la orilla izquierda del Saastal. Es un pueblo sin tráfico privado de automóviles Debajo pero en el fondo del valle esta Saas Grund, algo más pequeño, con menos turismo y abierto a la circulación pues la carretera lo atraviesa de parte a parte. El tercero es Saas Almaguel, todavía más pequeño y también junto al río, turístico y atravesado por la carretera. Se encuentra sobre los 1700 metros de altitud aunque no es final de valle, la carretera continúa hacia el sur y nosotros con ella hacia arriba. Saas Balen está más abajo hacia la entrada del valle.

            El día clarea por abajo aunque por arriba está bastante cerrado y nosotros vamos a turistear un poco como procedimiento para pasar el día.

            Subimos tranquilamente oteando posibilidades para pasar la noche. Rosa ve una vieja cabaña bastante desvencijada que nos recuerda a la de Grindelwald y que puede resultarnos útil tras el correspondiente examen, luego vemos otras cosas pero ya muy arriba pues estamos acercándonos al Embalse de Matmark. Vamos a conocerlo puesto que la vez anterior que estuvimos por aquí no lo visitamos.

Lugar de la Tragedia de Matmark.

            Pensamos en la posibilidad de dar un paseo a su alrededor y, aprovechando que el día se está ventilando, aparcamos junto a la carretera y hacemos colada en el barranco con la intención de que se seque mientras comemos; de esta manera el paseo lo daremos después de comer sin preocuparnos por la comida.

            Una vez hecha la colada sacamos la mesa y las sillas y nos disponemos a preparar la comida fuera de programa, es decir, lo que nos apetece de lo mucho que llevamos.

            Advertimos la existencia de chapas, restos de tablas y hierros un poco por cualquier parte y enseguida nos damos cuenta de que estamos justamente en el lugar donde debieron de terminar la mayor parte de los restos del accidente que provocó el desprendimiento de una enorme parte de la lengua terminal del Glaciar de Allalin y que causó la muerte de 86 trabajadores de la Presa de Matmark, puesto que arrasó y sepultó el campamento obrero. El hielo del glaciar está un poco retirado en la actualidad pero, justamente debajo hay unas rampas pulidísimas de ocres y brillantes rocas esquistosas, que son un perfecto tobogán de descenso directo hasta aquí: un pedregal escalonado y colonizado de pratenses y jóvenes alerces.

            A las doce y media comemos en medio de un mediodía en el que corre una ligerísima brisa compensada por los cálidos rayos del sol que cada vez con más contundencia  y asiduidad llegan hasta nosotros.

            Luego subimos las últimas rampas de la carretera y aparcamos junto al restaurante bajo la pared del embalse.

            El embalse situado a 2180 metros de altitud tiene una enorme presa de hormigón recubierta a ambos lados por piedra de la zona de una altura máxima de 100 metros, a la vuelta contará Juan 800 metros de largo y contiene una enorme plancha de agua verde lechosa, muestra inequívoca de que recoge las aguas de unos glaciares activos y francamente en regresión.
Rodeando el Embalse de Matmark el Stelihorn.

            Cuenta con una pista que lo rodea completamente y decidimos darle la vuelta comenzando por su orilla izquierda cuando son las dos de la tarde.
Cascada del Glaciar de Schwarzberg.

            La pista tiene algunos, túneles practicados en la roca, se convierte más adelante en un camino para atravesar unos cortos pasajes. Al embalse  llegan las espumosas y burbujeantes aguas que provienen  del Glaciar de Schwarzberg a través de un par de torrenteras caudalosísimas. Más adelante la pista se allana y discurre hacia la cola del embalse para acercarse a un refugio pastoril de considerables proporciones.



El Segundo Desagüe del Glaciar de Schwarzberg.

            Siguiendo la dirección sur y en ascenso parte un camino que conduce al Montemoropass y a Macugnana. Hay un cartel indicador junto al puente del barranco de la cola del embalse. Nosotros tomamos el camino en la orilla derecha volviendo hacia el norte.

            Nos ha costado la ida alrededor de una hora y al poco de comenzar con la vuelta tomamos un camino que se eleva sobre la ladera derecha del embalse y nos introducimos en un valle lateral limitado al sur por una alineación montañosa que culmina en el Joderhorn y al norte por otra que conduce al Ofentalpass.

Drias, dryas octopétalas en Matmark.

            Ascendiendo un resalte herboso en el que hay marcado camino, alcanzamos un rellano alpino cubierto de verdura y con ganado al fondo, por el que transitan en descenso diversos grupos de paseantes.

El Valle Suspendido del Offental.

            Sobre los 2500 metros, el rellano se alarga mucho y no nos ofrece ningún lugar especialmente atractivo, damos la vuelta sobre nuestros pasos de regreso a la flora que está espléndida en los alrededores del embalse.

Margaritones.
Glaciar de Allalin y debajo el lugar de la Tragedia de Matmark en 1965.

Ventana para Stralhorn.

Parte Inferior del Glaciar de Schwarzberg.

            En el resalte tomamos un camino que desciende a media ladera orientado hacia la presa y desde el que trataremos de fotografiar en vano el casquete somital del Stralhorn demasiado asediado por las nieblas todavía.

Cabra montés con cría en Matmark.

Zigena montana con comensal.

Posando.

            Cerca de la presa nos entretenemos fotografiando a una pareja de cabras de los alpes que tienen bastante costumbre de posar. Luego transitando una carretera de 6 metros de anchura trazada sobre la parte superior del muro atravesamos la presa de punta a punta y  nos llegamos al coche cuando van a ser las seis menos cuarto de la tarde.

El Pequeño Allalin dominando el Embalse de Matmark y preciosas morrenas laterales.

Genciana púrpura.

Parte rocosa del Stralhorn.

Fiteuma orbicular.

Matmark desde la Presa.

            Cae la tarde bajando el valle, las partes altas cuentan todavía con nieblas dispersas y abajo, junto al río la temperatura es aceptable cuando paramos en una pequeña zona de alerces junto a un edificio que está cerrado.

            Nos cambiamos de ropa vistiéndonos con la de monte, preparamos las mochilas para el día siguiente, hacemos la cena y cenamos, son las seis y media pasadas.

            Alrededor de las siete y media montamos en el coche y continuamos para abajo hasta que pasamos Saas Almagel y nos acercamos a la cabaña.

            La cabaña está a medio construir puesto que tiene las paredes a medias y en su interior hay unas tablas que emplean para hacer las paredes y que nos van a venir de maravilla.

            Es un lugar discretísimo en el que no creo que molestemos a nadie. No es lo mejor del mundo pero al menos nos evita tener que montar la tienda y recogerla húmeda a la mañana y si llueve tampoco nos mojaremos. Son las nueve cuando nos ponemos horizontales en los sacos sobre las esterillas extendidas sobre planas y anchas tablas.

            La noche resultará fría a pesar de que llevamos algo de ropa puesta y los coches, que serán bastantes los que circulen por la carretera, molestarán lo suyo puesto que estamos a 10 metros de la misma y nada amortigua su ruido. Es una noche más de las muchas pasadas en la montaña utilizando lo más adecuado que el medio nos ofrece.

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