Embalse de Matmark desde la cola.
Presa del Embalse de Matmark y camino en la
orilla izquierda del embalse. Rodeo por Valle hacia el Ofentalpass y orilla
derecha del embalse.
03-08-2007.
Mixto.
Muy fácil.
Paseo.
Agua en los alrededores del embalse.
Mapa de Matmark procedente de Landeskarten der Schweiz. Vía en amarillo.
Desde
el puente sobre el Saastal se contempla una buena imagen de Saas Fee y también,
sobre el fondo del río se aprecia perfectamente la ferrata que hay instalada
horizontalmente sobre las pulidas paredes que encajonan al río, pero lo primero
hacemos es llegarnos hasta la oficina de turismo. Son las cuatro y veinte de la
tarde.
Consultamos
la predicción meteorológica: para mañana día 3 hay previsto mal tiempo que se
irá arreglando a partir del mediodía, al día siguiente habrá muy buen tiempo y
el día 5 se espera también bastante bueno.
Les
pedimos que nos hagan reserva en la Cabaña
Tracuit y por teléfono dicen que está completo el refugio,
así que, ya podemos irnos despidiendo del Bishorn.
Se
echa a llover.
Vamos a tener mal tiempo.
Llueve
y charlamos como si hubiéramos alcanzado el perfecto equilibrio universal.
Somos gente a los que nos sobra con muy poco y además capaces de sacar un
rendimiento más que aceptable incluso a las situaciones más precarias. Y no
necesitamos más.
A
las siete cenamos y luego nos vamos a
dar una vuelta por Saas Fee como unos turistas más. Plantaremos la tienda
dentro del aparcamiento a salvo de la lluvia y nos beneficiaremos de la dureza
seca del cemento en una larga noche durante la que lloverá prácticamente sin
parar.
El
3 de Agosto es un día de descanso obligado, lo teníamos previsto para
disfrutarlo un par de días más adelante cuando hubiéramos terminado la segunda
actividad pero… No es oportuno, mas no hay otro remedio. Tampoco lo fue el día
que tuvimos que pasar en La Berarde justamente antes
de comenzar la travesía hasta Le Tour y
por ello hubo y hay que tomarlo como viene.
La
mañana está entre tristona y lluviosa con las nieblas muy bajas pero parece que
quiere ventilar un poquillo hacia la entrada del valle.
Consultamos
de nuevo la predicción meteorológica que con exquisito empeño nos sirve un
joven funcionario que nos confirma tres días buenos y cambio a partir de mañana
y nos reserva litera en la Cabaña Hohsaas
para mañana noche. La suerte está echada. No tenemos ninguna duda acerca de las
predicciones que se cumplen con
milimétrica precisión.
Volvemos
al aparcamiento, pagamos por el estacionamiento 27’4 francos suizos y nos
bajamos hasta Saas Grund. Justamente antes de pasar el puente de entrada al
pueblo localizo un buen lugar para dejar aparcado el coche mientras estemos por
arriba los dos días siguientes: hay espacio, no hay limitaciones ni
prohibiciones y mañana por la mañana eso tiene que estar con sitio sobrado para
aparcar.
En
la estación del teleférico comprobamos que el primero de la mañana sale a las
ocho menos cuarto y aunque creemos que es un poco tarde, no queda otro remedio
que tomar el primero que salga para arriba.
Seguidamente
continuamos carretera valle arriba, confirmamos que no hay mucho sitio hasta
que no marchamos a la quinta puñeta y
enseguida llegamos a Saas Almaguel.
El
valle de los “cuatro Saas” en un valle eminentemente turístico. El más
importante de los cuatro es Saas Fee, está a 1800 metros de altitud
y elevado sobre la orilla izquierda del Saastal. Es un pueblo sin tráfico
privado de automóviles Debajo pero en el fondo del valle esta Saas Grund, algo
más pequeño, con menos turismo y abierto a la circulación pues la carretera lo
atraviesa de parte a parte. El tercero es Saas Almaguel, todavía más pequeño y
también junto al río, turístico y atravesado por la carretera. Se encuentra
sobre los 1700 metros
de altitud aunque no es final de valle, la carretera continúa hacia el sur y
nosotros con ella hacia arriba. Saas Balen está más abajo hacia la entrada del
valle.
El
día clarea por abajo aunque por arriba está bastante cerrado y nosotros vamos a
turistear un poco como procedimiento para pasar el día.
Subimos
tranquilamente oteando posibilidades para pasar la noche. Rosa ve una vieja
cabaña bastante desvencijada que nos recuerda a la de Grindelwald y que puede
resultarnos útil tras el correspondiente examen, luego vemos otras cosas pero
ya muy arriba pues estamos acercándonos al Embalse de Matmark. Vamos a
conocerlo puesto que la vez anterior que estuvimos por aquí no lo visitamos.
Lugar de la Tragedia de Matmark.
Pensamos
en la posibilidad de dar un paseo a su alrededor y, aprovechando que el día se
está ventilando, aparcamos junto a la carretera y hacemos colada en el barranco
con la intención de que se seque mientras comemos; de esta manera el paseo lo
daremos después de comer sin preocuparnos por la comida.
Una
vez hecha la colada sacamos la mesa y las sillas y nos disponemos a preparar la
comida fuera de programa, es decir, lo que nos apetece de lo mucho que
llevamos.
Advertimos
la existencia de chapas, restos de tablas y hierros un poco por cualquier parte
y enseguida nos damos cuenta de que estamos justamente en el lugar donde
debieron de terminar la mayor parte de los restos del accidente que provocó el
desprendimiento de una enorme parte de la lengua terminal del Glaciar de
Allalin y que causó la muerte de 86 trabajadores de la Presa de Matmark, puesto que
arrasó y sepultó el campamento obrero. El hielo del glaciar está un poco
retirado en la actualidad pero, justamente debajo hay unas rampas pulidísimas
de ocres y brillantes rocas esquistosas, que son un perfecto tobogán de
descenso directo hasta aquí: un pedregal escalonado y colonizado de pratenses y
jóvenes alerces.
A
las doce y media comemos en medio de un mediodía en el que corre una ligerísima
brisa compensada por los cálidos rayos del sol que cada vez con más
contundencia y asiduidad llegan hasta
nosotros.
Luego
subimos las últimas rampas de la carretera y aparcamos junto al restaurante
bajo la pared del embalse.
El
embalse situado a 2180
metros de altitud tiene una enorme presa de hormigón
recubierta a ambos lados por piedra de la zona de una altura máxima de 100 metros , a la vuelta
contará Juan 800 metros
de largo y contiene una enorme plancha de agua verde lechosa, muestra
inequívoca de que recoge las aguas de unos glaciares activos y francamente en
regresión.
Rodeando el Embalse de Matmark el Stelihorn.
Cuenta
con una pista que lo rodea completamente y decidimos darle la vuelta comenzando
por su orilla izquierda cuando son las dos de la tarde.
Cascada del Glaciar de Schwarzberg.
La
pista tiene algunos, túneles practicados en la roca, se convierte más adelante
en un camino para atravesar unos cortos pasajes. Al embalse llegan las espumosas y burbujeantes aguas que
provienen del Glaciar de Schwarzberg a
través de un par de torrenteras caudalosísimas. Más adelante la pista se allana
y discurre hacia la cola del embalse para acercarse a un refugio pastoril de
considerables proporciones.
El Segundo Desagüe del Glaciar de Schwarzberg.
Siguiendo
la dirección sur y en ascenso parte un camino que conduce al Montemoropass y a
Macugnana. Hay un cartel indicador junto al puente del barranco de la cola del
embalse. Nosotros tomamos el camino en la orilla derecha volviendo hacia el
norte.
Nos
ha costado la ida alrededor de una hora y al poco de comenzar con la vuelta
tomamos un camino que se eleva sobre la ladera derecha del embalse y nos
introducimos en un valle lateral limitado al sur por una alineación montañosa
que culmina en el Joderhorn y al norte por otra que conduce al Ofentalpass.
Drias, dryas octopétalas en Matmark.
Ascendiendo
un resalte herboso en el que hay marcado camino, alcanzamos un rellano alpino
cubierto de verdura y con ganado al fondo, por el que transitan en descenso
diversos grupos de paseantes.
El Valle Suspendido del Offental.
Sobre
los 2500 metros ,
el rellano se alarga mucho y no nos ofrece ningún lugar especialmente
atractivo, damos la vuelta sobre nuestros pasos de regreso a la flora que está
espléndida en los alrededores del embalse.
Margaritones.
Glaciar de Allalin y debajo el lugar de la Tragedia de Matmark en 1965.
Ventana para Stralhorn.
Parte Inferior del Glaciar de Schwarzberg.
En
el resalte tomamos un camino que desciende a media ladera orientado hacia la
presa y desde el que trataremos de fotografiar en vano el casquete somital del
Stralhorn demasiado asediado por las nieblas todavía.
Cabra montés con cría en Matmark.
Zigena montana con comensal.
Posando.
Cerca
de la presa nos entretenemos fotografiando a una pareja de cabras de los alpes
que tienen bastante costumbre de posar. Luego transitando una carretera de 6 metros de anchura
trazada sobre la parte superior del muro atravesamos la presa de punta a punta
y nos llegamos al coche cuando van a ser
las seis menos cuarto de la tarde.
El Pequeño Allalin dominando el Embalse de Matmark y preciosas morrenas laterales.
Genciana púrpura.
Parte rocosa del Stralhorn.
Fiteuma orbicular.
Matmark desde la Presa.
Cae
la tarde bajando el valle, las partes altas cuentan todavía con nieblas
dispersas y abajo, junto al río la temperatura es aceptable cuando paramos en
una pequeña zona de alerces junto a un edificio que está cerrado.
Nos
cambiamos de ropa vistiéndonos con la de monte, preparamos las mochilas para el
día siguiente, hacemos la cena y cenamos, son las seis y media pasadas.
Alrededor
de las siete y media montamos en el coche y continuamos para abajo hasta que
pasamos Saas Almagel y nos acercamos a la cabaña.
La
cabaña está a medio construir puesto que tiene las paredes a medias y en su
interior hay unas tablas que emplean para hacer las paredes y que nos van a
venir de maravilla.
Es
un lugar discretísimo en el que no creo que molestemos a nadie. No es lo mejor
del mundo pero al menos nos evita tener que montar la tienda y recogerla húmeda
a la mañana y si llueve tampoco nos mojaremos. Son las nueve cuando nos ponemos
horizontales en los sacos sobre las esterillas extendidas sobre planas y anchas
tablas.
La
noche resultará fría a pesar de que llevamos algo de ropa puesta y los coches,
que serán bastantes los que circulen por la carretera, molestarán lo suyo
puesto que estamos a 10
metros de la misma y nada amortigua su ruido. Es una
noche más de las muchas pasadas en la montaña utilizando lo más adecuado que el
medio nos ofrece.
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También puedes ver la Continuación.
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