La Sur de Tendeñera y Ripera.
Pista del Sorrosal, Refugios de Sorrosal
y Linás, Plana del Tromacal, Cara Sur y Arista Este. Descenso por la Arista
Sur, Collado de Yésero, Refugios y Pista del Sorrosal.
06-07-2013.
Salida 07 h. Llegada16 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Tendeñera procedente de Iberpix. Vía de amarillo.
A
Tendeñera también hemos subido en repetidas ocasiones tanto en invierno como en
verano y por algunas de las vías más usuales para su ascenso. La más utilizada
por el personal es la vía normal de la Cara Norte que se suele abordar desde
San Nicolás de Bujaruelo o desde Panticosa más comúnmente. En cualquiera de los
dos casos se trata de una larga ascensión con una buena kilometrada de pista
que puede evitarse por Panticosa, no así por Bujaruelo.
La
cara sur es menos transitada. Nosotros la hicimos en su día desde el Puerto de
Yésero, en la época en la que la pista del Barranco del Puerto no estaba
restringida al tránsito de vehículos.
Nos
quedaba la vía del Barranco Sorrosal y hoy 6 de Julio de 2013 nos vamos a
recorrerla.
Madrugamos
pues son las siete y diez de la mañana cuando, pasados Cotefablo y Linás de
Broto entramos en la pista del Sorrosal. La barrera está a 100 metros del
comienzo, situada a 1240 metros de altitud.
Llevamos
unos días haciendo metros y se nota pues sin quererlo nos metemos, pista
arriba, en dirección norte y a buen ritmo, mientras recordamos la subida de
este invierno con esquís.
La
pista asciende suavemente siempre por la orilla izquierda del barranco. Hay que
decir que existe una alternativa a la parte inferior de la misma pues existe el
camino viejo al puerto que arranca del puente en el que la carretera cruza el
Sorrosal y se incorpora a la pista un buen tramo más arriba.
Pasamos
la Fuente del Furco y enseguida atajamos un poco en las inmediaciones del
Refugio del Sorrosal o de las Planas de Abozo situado sobre los 1650 metros de
altitud al que llegamos en poco más de una hora de camino.
El
atajo es más encule que otra cosa ya que tenemos que atravesar una masa importante
de ortigas y terminamos siguiendo las trochas que han practicado las vacas
sobre la crecida hierba.
Giramos
con la pista a la que atajamos en la parte alta del praderío hacia el oeste y
en suave descenso nos llegamos enseguida al Refugio de Linás situado a 1710
metros de altitud, al que le acaban de cambiar el techo.
Otal y las Torres de Otal.
Hemos
dejado atrás el Barranco de Sarriesas, también el Barranco de Abozos con la
Loma del Tozal de Suaso que los separa y pasando ligeramente por encima del
refugio nos introducimos en el Barranco del Cebollar mientras giramos al
noroeste iniciando el rodeo de la Loma de las Fañanizas.
No
ganamos altura puesto que el Rellano del Tromacal se encuentra sobre los 1900 metros de altitud
y no vaya a ser que ascendamos metros que luego haya que perder. Así que,
prácticamente de llano y a media ladera terminamos de girar al norte y a la
sombra de las Fañanizas nos adentramos en el barranco tras media hora de camino
más.
Son
las nueve y diez, llevamos un par de horas andando, nos ha cundido el tiempo y
también la altura ganada ya que sobre los 1950 metros de altitud pasamos bajo
las placas de un crestón calizo que baja de la Oeste de Fañanizas y tras
atravesar el corredor que baja del Collado Norte de Fañanizas Altas nos
introducimos en otro que enseguida se convierte en pared ya que proseguimos el
ascenso con tendencia al noroeste.
La
Cara Sur de Tendeñera es bastante transitable para aquellos que tengan
costumbre de caminar fuera de senderos. Se trata de una ladera vestida de
lapiaz calizo claro que ofrece una superficie cuarteada de grietas en las que
se asientan las pratenses y los enebros y otras veces exenta completamente de
vegetación pero que siempre ofrece una superficie de extraordinaria adherencia
casi en cualquier pendiente. Está llena de descansillos y permite un ascenso medianamente cómodo
siempre que estés dispuesto a echar alguna mano.
Desde
la Cima de Tendeñera hemos contemplado repetidamente un amplio corredor que se
desarrolla entre las arista este del pico que se alarga hacia las Torres de
Otal y una vaga arista que se descuelga en dirección sudeste para morir en la
pared sur. Es una vía de libro para ascender por el sur y no tenemos duda de
que por allí andarán los hitos.
Lapiaz calizo en la Sur de Tendeñera.
Nosotros
vamos al encuentro del corredor pero cuando nos encontramos a la altura del
Collado Norte de Fañanizas Altas que es
en teoría donde arranca el corredor ya estamos hartos de subir pared un poco
por cualquier parte, así que, como el medio lo permite, no nos esforzamos en
alcanzar el corredor sino que seguimos ascendiendo paralelamente al mismo.
Enseguida
lo avistamos relleno de nieve y medianamente erguido a tramos pero preferimos
seguir ligeramente al sudoeste del mismo mientras vemos como van desfilando,
poco a poco, las Torres de Otal, una sucesión de gendarmes cuyo tránsito
longitudinal requiere de una escalada pura y dura.
La
arista que no se ha definido a esta altura nos ofrece unas lomas escalonadas
que se suben muy bien y en ellas estamos cuando son las diez y diez, llevamos
tres horas de camino y nos sentamos a almorzar un poco al delicioso sol de la
mañana que llevamos hace una hora sobre las espaldas. Estamos a 2450 metros de
altitud.
Veinte
minutos después proseguimos para arriba perseverando en dirección nordeste
hasta que entramos al corredor en una zona en la que se desarticula un poco,
atravesamos algún nevero residual con nieve buena para caminar y proseguimos
por la derecha del mismo en el inicio de las paredes de la Arista Sudeste de
Tendeñera.
El
corredor se empina paulatinamente conformando una tartera que culmina en el
rellano situado al este del casquete somital del pico y tras atravesar el
nevero por el fondo utilizamos cordales libres de nieve para proseguir ascenso
trazando una diagonal hacia el norte.
En
la ladera izquierda del corredor hay una zona muy escalonada con afloraciones
calizas entre las que se instala la verdura que permiten un ascenso cómodo ya
que está lleno de viras suavemente inclinadas. Permiten ganar el borde sur del
rellano al que se llega ascendiendo por la vertiente norte desde el Collado de Tendeñera.
Estamos
a 2710 metros de altitud y nos queda el ascenso de la arista este que ya es
común con la sudeste.
Llega
gente por el norte y conjuntamente proseguimos ascenso por la ladera este pero
sin seguir los caminillos trazados en la misma ya que están llenos de
materiales sueltos. Preferimos elegir tramos de pedriza más estable hasta
alcanzar la arista por la que soslayaremos el nevero superior y ya siguiendo la
arista, medianamente erguida en la que ni siquiera hay que apoyar las manos,
alcanzar la alargada Cima de Tendeñera situada a 2853 metros de altitud.
Son
las once y media de la mañana cuando se quieren condensar algunas nieblas en la
vertiente sur que difuminan ligeramente el Collado De Yésero que es nuestro
lugar de paso en descenso.
Ripera desde Tendeñera.
Hacemos
algunas fotos en una mañana con diferentes horizontes: al norte limpio con los
Macizos de Panticosa y Vignemale completamente visibles, Neouvielle y
Troumousse al nordeste y Ordesa al Este culminando con Otal aquí mismo en la
arista este, hacia el oeste toda la Sierra de Tendeñera en escorzo, luego
Telera y Collarada… pero cuanto más nos orientamos al sur menos claro queda el
horizonte pues el cielo está absolutamente caliginoso. Cerrando nuestra vía de
ascenso y vestido del azul discreto del contraluz de la mañana quedan
superpuestas las Fañanizas, el Tozal de Suaso y Las Comas con el Mondiniero y
debajo mismo hacia el sudoeste Navariecho y Toronzue, Bachesango y Campaniacha
o Sarasé es decir, el sumario de los contrafuertes de la Sur de la Sierra de
Tendeñera.
Silene acaulis en Tendeñera.
Charlamos
con los montañeros que subían por el norte. Son navarros que se han saltado San
Fermín y a las doce menos cuarto, poco antes del Chupinazo, iniciamos el
descenso.
Nuestra
idea es bajar hasta el Collado de separación con el Pico Ripera y desde allí
continuar por el fondo del corredor para abajo hasta alcanzar las inmediaciones
del Collado de Yésero pero el corredor está muy inclinado como siempre y lleno
de nieve, así que, nos vamos a bajar por la Arista Sur que aparece limpia de
nieve en principio.
El
inicio resultará de lo más complicado de todo el descenso ya que hay que
abandonar la cima por un tramo de pared muy descompuesto y erguido en el que no
se siente uno demasiado a gusto. No serán ni siquiera 100 metros pero cunden
aunque enseguida tomamos la recién nacida arista sur y ligeramente al oeste de
la misma proseguimos descenso por pedrizas que se pueden patinar medianamente a
tramos cortos con lo que el descenso se hace cómodo en un tramo que nos
deposita en el fondo de la cubeta que practica el corredor visible desde
Sabiñánigo.
Atravesamos
el nevero en descenso y seguidamente nos introducimos en una ladera
medianamente inclinada en la que se alternan tramos de pedriza con materiales más
firmes en las que se instalan reducidas zonas de pratenses. Ya hemos abandonado
la vía que desciende hacia el Puerto de Gavín y que atraviesa la pared en
dirección sudoeste.
Vertiente Oeste del Collado de Yésero.
Poco
más abajo continuamos descenso a través de neveros residuales medianamente
inclinados que se bajan muy bien e incluso se patinan. Nos permiten bajar
desnivel de manera consistente y rápida hasta que alcanzamos, siempre
prácticamente en dirección sur, una zona de grandes bloques de estructura laberíntica que se pasa bien y
que nos depositan en el tramo inferior de la pared en el que buscaremos y
encontraremos posibilidades varias de
descenso y alguna cita ya en las inmediaciones del Puerto de Yésero.
Un
corredor herboso permite descender el zócalo inferior de la pared y por las
pedrizas de debajo, un caminillo medianamente ascendente permite ganar unos
pocos metros y alcanzar el Collado de Yésero en el que muere la Loma de
Navariecho y Toronzué que recorremos frecuentemente a partir del Túnel de
Cotefablo, situado a 2200 metros de altitud. Es la una del mediodía y nos
sentamos a comer.
Tres
cuartos de hora después proseguimos descenso hacia la Plana Tromacal por los
neveros que todavía anidan en la ladera este del collado. En el praderío de la
plana describimos una sinuosa trayectoria al sudoeste para visitar algunas
champiñoneras que están vacías. Atravesando barranquillos recién nacidos en una
de cuyas surgencias echamos un buen trago de agua, nos llegamos al Refugio de
Linás y de allí, pista abajo con los atajos de las lomas superiores nos bajamos
a la Fuente del Furco donde echaremos otro trago, el día que por arriba estaba
delicioso por aquí está decididamente caluroso. Luego, a buen ritmo, a juego
con la jornada, desandamos la pista hasta el coche.
Son
las cuatro de la tarde cuando liquidamos los 1650 metros de desnivel del día y
no estamos demasiado cansados a pesar
del calor. Parece ser que la semana que llevamos nos ha metido en cintura y se
nota.
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