6 jul 2013

33-13. TENDEÑERA POR EL SORROSAL. 6-7-2013.

La Sur de Tendeñera y Ripera.

Pista del Sorrosal, Refugios de Sorrosal y Linás, Plana del Tromacal, Cara Sur y Arista Este. Descenso por la Arista Sur, Collado de Yésero, Refugios y Pista del Sorrosal.
06-07-2013.
Salida 07 h. Llegada16 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Tendeñera procedente de Iberpix. Vía de amarillo.

            A Tendeñera también hemos subido en repetidas ocasiones tanto en invierno como en verano y por algunas de las vías más usuales para su ascenso. La más utilizada por el personal es la vía normal de la Cara Norte que se suele abordar desde San Nicolás de Bujaruelo o desde Panticosa más comúnmente. En cualquiera de los dos casos se trata de una larga ascensión con una buena kilometrada de pista que puede evitarse por Panticosa, no así por Bujaruelo.

            La cara sur es menos transitada. Nosotros la hicimos en su día desde el Puerto de Yésero, en la época en la que la pista del Barranco del Puerto no estaba restringida al tránsito de vehículos.

            Nos quedaba la vía del Barranco Sorrosal y hoy 6 de Julio de 2013 nos vamos a recorrerla.

            Madrugamos pues son las siete y diez de la mañana cuando, pasados Cotefablo y Linás de Broto entramos en la pista del Sorrosal. La barrera está a 100 metros del comienzo, situada a 1240 metros de altitud.

            Llevamos unos días haciendo metros y se nota pues sin quererlo nos metemos, pista arriba, en dirección norte y a buen ritmo, mientras recordamos la subida de este invierno con esquís.

            La pista asciende suavemente siempre por la orilla izquierda del barranco. Hay que decir que existe una alternativa a la parte inferior de la misma pues existe el camino viejo al puerto que arranca del puente en el que la carretera cruza el Sorrosal y se incorpora a la pista un buen tramo más arriba.

            Pasamos la Fuente del Furco y enseguida atajamos un poco en las inmediaciones del Refugio del Sorrosal o de las Planas de Abozo situado sobre los 1650 metros de altitud al que llegamos en poco más de una hora de camino.

            El atajo es más encule que otra cosa ya que tenemos que atravesar una masa importante de ortigas y terminamos siguiendo las trochas que han practicado las vacas sobre la crecida hierba.

            Giramos con la pista a la que atajamos en la parte alta del praderío hacia el oeste y en suave descenso nos llegamos enseguida al Refugio de Linás situado a 1710 metros de altitud, al que le acaban de cambiar el techo.

Otal y las Torres de Otal.

            Hemos dejado atrás el Barranco de Sarriesas, también el Barranco de Abozos con la Loma del Tozal de Suaso que los separa y pasando ligeramente por encima del refugio nos introducimos en el Barranco del Cebollar mientras giramos al noroeste iniciando el rodeo de la Loma de las Fañanizas.


            No ganamos altura puesto que el Rellano del Tromacal  se encuentra sobre los 1900 metros de altitud y no vaya a ser que ascendamos metros que luego haya que perder. Así que, prácticamente de llano y a media ladera terminamos de girar al norte y a la sombra de las Fañanizas nos adentramos en el barranco tras media hora de camino más.


            Son las nueve y diez, llevamos un par de horas andando, nos ha cundido el tiempo y también la altura ganada ya que sobre los 1950 metros de altitud pasamos bajo las placas de un crestón calizo que baja de la Oeste de Fañanizas y tras atravesar el corredor que baja del Collado Norte de Fañanizas Altas nos introducimos en otro que enseguida se convierte en pared ya que proseguimos el ascenso con tendencia al noroeste.

            La Cara Sur de Tendeñera es bastante transitable para aquellos que tengan costumbre de caminar fuera de senderos. Se trata de una ladera vestida de lapiaz calizo claro que ofrece una superficie cuarteada de grietas en las que se asientan las pratenses y los enebros y otras veces exenta completamente de vegetación pero que siempre ofrece una superficie de extraordinaria adherencia casi en cualquier pendiente. Está llena de descansillos  y permite un ascenso medianamente cómodo siempre que estés dispuesto a echar alguna mano.

            Desde la Cima de Tendeñera hemos contemplado repetidamente un amplio corredor que se desarrolla entre las arista este del pico que se alarga hacia las Torres de Otal y una vaga arista que se descuelga en dirección sudeste para morir en la pared sur. Es una vía de libro para ascender por el sur y no tenemos duda de que por allí andarán los hitos.

Lapiaz calizo en la Sur de Tendeñera.

            Nosotros vamos al encuentro del corredor pero cuando nos encontramos a la altura del Collado Norte de Fañanizas Altas  que es en teoría donde arranca el corredor ya estamos hartos de subir pared un poco por cualquier parte, así que, como el medio lo permite, no nos esforzamos en alcanzar el corredor sino que seguimos ascendiendo paralelamente al mismo.


            Enseguida lo avistamos relleno de nieve y medianamente erguido a tramos pero preferimos seguir ligeramente al sudoeste del mismo mientras vemos como van desfilando, poco a poco, las Torres de Otal, una sucesión de gendarmes cuyo tránsito longitudinal requiere de una escalada pura y dura.


            La arista que no se ha definido a esta altura nos ofrece unas lomas escalonadas que se suben muy bien y en ellas estamos cuando son las diez y diez, llevamos tres horas de camino y nos sentamos a almorzar un poco al delicioso sol de la mañana que llevamos hace una hora sobre las espaldas. Estamos a 2450 metros de altitud.

            Veinte minutos después proseguimos para arriba perseverando en dirección nordeste hasta que entramos al corredor en una zona en la que se desarticula un poco, atravesamos algún nevero residual con nieve buena para caminar y proseguimos por la derecha del mismo en el inicio de las paredes de la Arista Sudeste de Tendeñera.


            El corredor se empina paulatinamente conformando una tartera que culmina en el rellano situado al este del casquete somital del pico y tras atravesar el nevero por el fondo utilizamos cordales libres de nieve para proseguir ascenso trazando una diagonal hacia el norte.


            En la ladera izquierda del corredor hay una zona muy escalonada con afloraciones calizas entre las que se instala la verdura que permiten un ascenso cómodo ya que está lleno de viras suavemente inclinadas. Permiten ganar el borde sur del rellano al que se llega ascendiendo por la vertiente  norte desde el Collado de Tendeñera.

            Estamos a 2710 metros de altitud y nos queda el ascenso de la arista este que ya es común con la sudeste.



            Llega gente por el norte y conjuntamente proseguimos ascenso por la ladera este pero sin seguir los caminillos trazados en la misma ya que están llenos de materiales sueltos. Preferimos elegir tramos de pedriza más estable hasta alcanzar la arista por la que soslayaremos el nevero superior y ya siguiendo la arista, medianamente erguida en la que ni siquiera hay que apoyar las manos, alcanzar la alargada Cima de Tendeñera situada a 2853 metros de altitud.



            Son las once y media de la mañana cuando se quieren condensar algunas nieblas en la vertiente sur que difuminan ligeramente el Collado De Yésero que es nuestro lugar de paso en descenso.

Ripera desde Tendeñera.

           Hacemos algunas fotos en una mañana con diferentes horizontes: al norte limpio con los Macizos de Panticosa y Vignemale completamente visibles, Neouvielle y Troumousse al nordeste y Ordesa al Este culminando con Otal aquí mismo en la arista este, hacia el oeste toda la Sierra de Tendeñera en escorzo, luego Telera y Collarada… pero cuanto más nos orientamos al sur menos claro queda el horizonte pues el cielo está absolutamente caliginoso. Cerrando nuestra vía de ascenso y vestido del azul discreto del contraluz de la mañana quedan superpuestas las Fañanizas, el Tozal de Suaso y Las Comas con el Mondiniero y debajo mismo hacia el sudoeste Navariecho y Toronzue, Bachesango y Campaniacha o Sarasé es decir, el sumario de los contrafuertes de la Sur de la Sierra de Tendeñera.

Silene acaulis en Tendeñera.

            Charlamos con los montañeros que subían por el norte. Son navarros que se han saltado San Fermín y a las doce menos cuarto, poco antes del Chupinazo, iniciamos el descenso.


            Nuestra idea es bajar hasta el Collado de separación con el Pico Ripera y desde allí continuar por el fondo del corredor para abajo hasta alcanzar las inmediaciones del Collado de Yésero pero el corredor está muy inclinado como siempre y lleno de nieve, así que, nos vamos a bajar por la Arista Sur que aparece limpia de nieve en principio.



            El inicio resultará de lo más complicado de todo el descenso ya que hay que abandonar la cima por un tramo de pared muy descompuesto y erguido en el que no se siente uno demasiado a gusto. No serán ni siquiera 100 metros pero cunden aunque enseguida tomamos la recién nacida arista sur y ligeramente al oeste de la misma proseguimos descenso por pedrizas que se pueden patinar medianamente a tramos cortos con lo que el descenso se hace cómodo en un tramo que nos deposita en el fondo de la cubeta que practica el corredor visible desde Sabiñánigo.


            Atravesamos el nevero en descenso y seguidamente nos introducimos en una ladera medianamente inclinada en la que se alternan tramos de pedriza con materiales más firmes en las que se instalan reducidas zonas de pratenses. Ya hemos abandonado la vía que desciende hacia el Puerto de Gavín y que atraviesa la pared en dirección sudoeste.

Vertiente Oeste del Collado de Yésero.

            Poco más abajo continuamos descenso a través de neveros residuales medianamente inclinados que se bajan muy bien e incluso se patinan. Nos permiten bajar desnivel de manera consistente y rápida hasta que alcanzamos, siempre prácticamente en dirección sur, una zona de grandes bloques  de estructura laberíntica que se pasa bien y que nos depositan en el tramo inferior de la pared en el que buscaremos y encontraremos  posibilidades varias de descenso y alguna cita ya en las inmediaciones del Puerto de Yésero.

            Un corredor herboso permite descender el zócalo inferior de la pared y por las pedrizas de debajo, un caminillo medianamente ascendente permite ganar unos pocos metros y alcanzar el Collado de Yésero en el que muere la Loma de Navariecho y Toronzué que recorremos frecuentemente a partir del Túnel de Cotefablo, situado a 2200 metros de altitud. Es la una del mediodía y nos sentamos a comer.


            Tres cuartos de hora después proseguimos descenso hacia la Plana Tromacal por los neveros que todavía anidan en la ladera este del collado. En el praderío de la plana describimos una sinuosa trayectoria al sudoeste para visitar algunas champiñoneras que están vacías. Atravesando barranquillos recién nacidos en una de cuyas surgencias echamos un buen trago de agua, nos llegamos al Refugio de Linás y de allí, pista abajo con los atajos de las lomas superiores nos bajamos a la Fuente del Furco donde echaremos otro trago, el día que por arriba estaba delicioso por aquí está decididamente caluroso. Luego, a buen ritmo, a juego con la jornada, desandamos la pista hasta el coche.


            Son las cuatro de la tarde cuando liquidamos los 1650 metros de desnivel del día y no estamos  demasiado cansados a pesar del calor. Parece ser que la semana que llevamos nos ha metido en cintura y se nota.         

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