Arista nordeste del Aletsch desde el Aletschjoch.
Mittelaletschvivac, Cara Sur,
Aletschjoch, Arista Nordeste y Antecima Norte.
16-07-2013.
Salida 06 h. Llegada 13 h.
Tiempo efectivo de marcha 06:15 h.
Desnivel 1200 m.
Distancia recorrida 8000 m.
Sol.
Bastante fácil.
Cuando en una travesía glaciar como esta
se incluye alguna ascensión hay que buscar la logística adecuada que permita no
consumir demasiadas energías ya que el pico solamente es un objetivo parcial.
En este caso la Ascensión del Aletschhorn no supuso más extra que el añadido de
algunas ropas complementarias pues se trataba de un pico catalogado como frío
al encontrarse en medio de la masa de hielo más extensa de Europa. Luego la
realidad se impone y ni siquiera utilizamos los cortavientos.
Agua en las escorrentías próximas al
Mittelaletschvivac.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa del Aletschhorn procedente de Landeskarte der Schweiz. Vía en amarillo.
A
las tres de la madrugada se levantan cuatro de nuestros compañeros. Entre
sueños los veo desayunando, sentados en la mesa, silenciosos y taciturnos con
sus frontales como si fueran reos de muerte. Nosotros permaneceremos en las
literas hasta las cinco, hora a la que comenzamos el 16 de Julio de 2013.
Empieza a clarear.
Desayunamos,
recogemos un poco, terminamos de preparar unas irrisorias mochilas, nos ponemos
los crampones y a las seis de la mañana abandonamos el Mittelaletschvivac. Un
rato antes lo ha hecho Marnix el holandés que quedaba en el vivac y que tiene
exactamente nuestras mismas intenciones.
Al
Aletschhorn, que es la segunda cumbre de los Alpes Berneses, se puede subir por
la Arista Sudoeste mediante una escalada larga de hielo y nieve desde el
Refugio de Hollandia; se puede hacer la vía de la Haslerippe proviniendo del
Refugio Konkordia mediante un paretazo de hielo que arranca prácticamente de
Konkordiaplatz y por la cara sur y la Arista Nordeste desde el
Mittelaletschvivac y aquí es donde nos encontramos a 3013 metros de altitud.
Estamos
en lo que se considera como vía normal para los esquiadores pero no está
demasiado claro cuál es la vía normal para los escaladores ya que, solamente la
aproximación al vivac es ya en sí una ascensión glaciar de cierta importancia.
Consecuentemente, el Aletschhorn es una montaña no demasiado visitada pues
suele exigir siempre un alto precio.
La
mañana está sencillamente espléndida, hay un débil rehielo en la nieve y el sol
quiere acariciar la Arista Cimera del Aletschhorn cuando saliendo por encima
del vivac desandamos en suave descenso un centenar de metros por el pasillo que recorriéramos ayer y nos
introdujéramos en el amplio corredor desde al que accedimos al vivac.
En
dirección noroeste iniciamos las rampas finales del corredor que se diluyen en
una amplia cuenca cuyas laderas convergen en la arista que tenemos por encima
de nosotros.
La
superficie del glaciar está erizada y llena de canales longitudinales que en
ningún momento suponen dificultad expresa a pesar de que hayas de atravesarlos
de cuando en cuando pero siempre manteniéndonos al este de la cascada de seracs
que se descuelga de la arista noroeste.
Subido
un primer resalte que se ha ido levantando paulatinamente pasamos una zona de
hielo viejo con algunas grietas bastante cerradas todavía que arrancan de la
zona intermedia de la cascada para derivar en travesía cómoda aproximándonos en
ascenso siempre hacia la cascada.
Con
ello contorneamos ligeramente el segundo resalte que terminaremos ascendiendo
en dirección norte y atravesaremos otro par de grietas siempre orientados por
el Aletschjoch que es nuestro primer objetivo. Nuestro compañero holandés lo
está subiendo próximo a la base de las
paredes del Dreiekhorn.
De
ambas maneras se coincide en la cabecera del resalte donde la pared se arrellana tomándose un
pequeño descanso para afrontar el resalte superior. Se trata de una rampa
bastante erguida que se supera mediante una larga diagonal al noroeste en la
que hay una huella medianamente establecida.
Seguimos
aproximadamente la huella pues no es estrictamente necesaria y sin prisa pero
sin pausa alcanzamos el Aletschjoch cómodamente.
Nos
recibe el sol a 3623 metros de altitud en una luminosa mañana que despliega
ante nosotros la mayor masa de hielo de
los Alpes. El collado se encuentra entre al Aletschhorn y el Dreieckhorn y está
vestido de severas paredes a ambos lados: la que acabamos de subir y la
Haslerippe tras la que se extiende Konkordiaplatz y su universo de glaciares y
picos de entre los que buscamos y encontramos a nuestros conocidos: Jungfrau y
Monch. El Eiger medio se esconde detrás de éste.
Son
las siete y media de la mañana, nos hemos quitado ropa a media ladera, echamos
un trago y tomamos la Arista Noroeste del Aletschhorn que luce espléndidamente
iluminada. Delante de nosotros avanza el holandés y en la Antecima Norte está
una de las parejas del refugio.
La
arista, muy afilada en general, tiene establecida una huella que casi nunca irá
por el mismo filo y que nos va a facilitar el ascenso ya que la nieve está algo
blanda para hacer huella. Nos encordamos aunque no sea demasiado necesario.
Comienza
en suave ascenso primero ligeramente en la vertiente derecha para pasar enseguida
a la soleada de la vertiente izquierda con lo que se alcanza fácilmente un
primer promontorio con algunas afloraciones metamórficas. Se trata del Pointe
3718 metros en el que la arista se ensancha y se introduce en un amplio rellano
perfectamente nevado que muy suavemente
se convertirá en una larga rampa. Son las ocho de la mañana.
Ascendemos
distendida y relajadamente mientras la pendiente lo permite hasta que
alcanzamos ya con algunas zetas la base
del paretazo superior que tendrá algo más de 50 metros con una pendiente
terminal por encima de los 50º.
Subimos
muy bien utilizando la huella escalonada y alcanzamos la arista por encima de
las afloraciones rocosas que la adornan en la parte erguida de la pared.
La
continuación es otro tramo muy erguido de arista nevada y afilada que nos
deposita en la Antecima Norte de Aletschhorn. Estamos a 4087 metros de altitud
y desde aquí contemplamos la arista cimera del pico que nos da la impresión de
que no la van a regalar.
Son
las nueve de la mañana cuando descendemos imperceptiblemente para atravesar un
amplio hombro situado al norte de la arista cimera y alcanzar el arranque en la
parte oeste de la misma en la que está el holandés.
Nos
dice que se queda aquí, que ya vale. Nosotros le invitamos a que se encuerde
pero no acepta con lo que, tras atravesar la rimaya, nos introducimos en la
arista que se presenta mixta y tendida en su totalidad.
Tras
la entrada a la pared aparece un resalte rocoso que se faldea por la izquierda
en plena pared vestida de hielo y que resultará a la postre el tramo más
complicado.
Exigente
nos invita a dejar el hielo y trepar por las rocas ya encima del muro que
impedía la progresión directa.
Luego
aparece una zona mixta bastante rocosa
que nos ofrece un pasillo fácil para progresar y que concluye con otro corto
resalte muy erguido y vestido de nieve muy dura que aseguramos un poco.
Superado
el resalte, un tramo mixto final muy acostado nos deposita en la Cima del
Aletschhorn a 4193 metros de altitud. Detrás de nosotros llega Marnix que
finalmente se ha animado.
Se
trata de una cima amplia con una cruz de hierro en la que hacemos fotos,
echamos un bocado con un trago y contemplamos un fastuoso paisaje de 360º
pasando lista a los cuatromiles de los Alpes Berneses que desde el este y girando en sentido de las agujas del
reloj distinguimos: Jungfrau, Monch, Grosfiercherhorn, Hinterfiercheshorn,
Grosgrunhorn; Schreckhorn y Lauteraarhorn algo imprecisos y distantes, y ya
casi al este el mayor de todos que es el Finsteraarhorn. Son todas cimas
delicadas si se esceptúa el Monch.
La arista que hemos subido.
El
horizonte este muy distante está lleno de neblinas y resulta demasiado
impreciso pero no faltan ni el Montblanc ni el Combin.
Hemos
llegado a la cima a las nueve y cuarenta y tras dejar nota de nuestra presencia
en el libro de cima a las diez y cuarto iniciamos el descenso.
En el centro de la imagen está Konkordia.
El Aletschjoch desde la Antecima Norte.
Conocemos
ya la arista y descendemos los tramos rocosos con el piolet entre la mochila y
la espalda, lo que facilita el descenso que se transforma en fácil. Luego, en
el rellano abreviamos hacia la Antecima Norte del Aletsch en busca de la pared
tras descender la arista nevada.
La
pared de espaldas al valle se baja de cine y tan pronto como se dulcifica la
pendiente nos ponemos de cara al valle y bajamos de frente sin demasiadas contemplaciones.
El
tramo de arista anterior al collado está con nieve muy blanda y lo hacemos con
cuidado ya que el patio es interesante.
Son
las doce cuando alcanzamos el Aletschjoch. Contemplamos el refugio Konkordia y el corredor que nos
conducirá al Grunhornlucke de camino a la Cabaña Finsteraarhorn y tomamos la
cara sur por fuera de las huellas de llegada al collado. Tenemos la costumbre
de no deshacer nuestras huellas o las que haya con nuestro patoso descenso,
cosa que la mayoría de la gente no suele cuidar y deja las vías hechas un
auténtico patatar.
El
resto del descenso no tiene otra historia que la de localizar las dos zonas de
grietas que hemos atravesado a la mañana para pasarlas con exquisito cuidado
dadas las temperaturas y el estado de la nieve.
Es
la una del mediodía cuando remontando suavemente llegamos de vuelta al
Mittelaletscvivac finiquitando el tajo del día que hemos saldado tras superar
1200 metros de desnivel en siete horas, hoy por debajo de mis estimaciones que
suelen ser bastante certeras.
Ponemos
a secar todo lo húmedo, nos hacemos una sopa, comemos y bebemos largamente pues
disponemos de una enorme tarde a la que le sucederá la noche mientras que al
sol del mediodía y a la sombra de la tarde contemplamos la evolución de la nubosidad.
Nos pegamos un baño a la fresca agua del glaciar, hacemos colada e incluso nos
echamos la siesta.
También
charlamos con Marnix con ciertas dificultades pues tengo muy olvidado el Inglés
y él no maneja gran cosa el Francés.
Sobre
las ocho nos empiltramos. Nadie subirá al vivac y eso tiene un claro
significado: el tiempo va a empeorar.
La
noche pasará entre el fresco del principio para hacerse luego menos calor que
ayer. De cualquier forma se promete inapreciable.
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