15 jul 2013

1.13. RECORRIDO GLACIAR EN EL ALETSCH. ETAPA 1. DE FIESCHERALP AL MITTELALETSCHVIVAC. 15-7-2013.


El Aletschgletcher que vamos a cruzar y el Aletschhorn que nos guía..

Fiescheralp, Túnel de Fiescheralp, Marjelensee, Aletschgletscher, Mittelaletschgletscher y Mittelaletschvivac.
Desnivel acumulado 1100 m. subidos y 300 m. bajados, 
Distancia recorrida 16000 m. recorridos
 Tiempo efectivo de marcha 06:00 h.
Sol.
Bastante fácil.
Atravesar un glaciar en verano y con temperaturas elevadas exige ser extremadamente cuidadoso y no suele tener nada que ver con el tránsito en primavera. Lo sabemos, lo hemos hecho repetidamente y siempre, lejos ya de sorprendernos, nos aporta esa inigualable sensación de que te desenvuelves en un medio inerte pero ciertamente vital que entendiéramos aquella noche de Agosto del 87 cuando vivaqueábamos en el Balcón de Pineta en una tensa espera de nuestro primer glaciar.
Agua en las estaciones del Teleférico de Fiescheralp, en Marjelensee, en los glaciares que se atraviesan, según temporada y en las escorrentías del Oberes Talli.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa del Aletschgletcher procedente del Landeskarte der Schweiz. Vía en amarillo.

            Creo que los tres sabíamos que habíamos de volver a los Alpes después de la, medio malograda por el mal tiempo, marcha del 2010, pero el calendario no corre en balde y las circunstancias personales son cambiantes con el tiempo.

            Tenía un proyecto, todavía tengo proyectos, y no era nada ni ilógico ni complicado: en las últimas ocasiones no habíamos podido completar los programas previstos y podíamos comenzar con lo que quedó pendiente.

            En 2012 nos quedamos intencionadamente en Pirineos y  para este año, venciendo una especie de pereza mental que me atenazaba a la hora de exteriorizar mis intenciones, será ya casi Junio cuando les propongo a mis socios la marcha y no porque no hubiera habido abundantes oportunidades de manifestarlas.

             Está claro que no mantengo las ilusiones de los años anteriores ni mucho menos la de los primeros viajes pero todavía me siento vivo y, a fuerza de veces, creo que controlo el tema, pues con poco tiempo se puede preparar la marcha más teniendo en cuenta que no tenemos problemas de calendario. Otras veces lo preparaba con muchísimo tiempo de antelación.

            -Recorreremos el Glaciar del Aletsch…

            -¿Lo que no hicimos la vez pasada?

          -Sí, subiremos al Aletschhorn para salir por Grimsel y luego haremos el Alphubel desde Saas Fee.

            -Pero hay que estar en forma y este año no…

            Hay cosas que ni cambian ni cambiarán. ¡Esa es mi chica!

            Juan marchó con su hija Margarita para hacer unas jornadas del Camino de Santiago y nosotros nos terminamos la parte catalana del GR 11. tras haber hecho un invierno de acostumbradas actividades con más de treinta salidas con los esquís. Luego, en la primera semana de Julio nos subimos en tres días 5500 metros, terminaríamos marchando con más de 40.000 metros de desnivel en lo que iba de año y tras escuchar  mis cándidos oídos eso de “…creo que no estamos mal”, recobré medianamente las ilusiones.

            Los preparativos fueron una sencilla copia de los años anteriores en todos los aspectos, incluso tenía los mapas del Aletsch y toda la organización de esa actividad que realizaríamos en cinco días. Serían los acostumbrados dos días de viaje y acomodación en Suiza, cinco días de actividad en el Glaciar del Aletsch, un día de descanso, dos para el Alphubel y día y medio de viaje de vuelta. Algo así a nuestro estilo.

            Pasaríamos dos noches en el Mitelaletschvivac, una noche en el Refugio Konkordia y otra en el Refugio Finsteraarhorn. Luego podíamos pasar una o dos noches en Langflue, según como estuviera el tiempo que sería quien dictaría la forma en la que ascendiéramos al Alphubel.

            Elegimos marchar a mediados de Julio con la intención de coger los glaciares bastante cubiertos de nieve en un año de copiosas y abundantes nevadas suponiendo que para Agosto y con la temporada de verano muy avanzada, los glaciares estarían medio imposibles y lo nuestro iba este año de glaciares.

        El forero miquel113xm  que andaba por Suiza me facilita algunos datos sobre predicciones meteorológicas de la zona y de alguna manera tratamos de neutralizar alguna predicción internacional que auguraba un mal verano. Marcharíamos con medianas predicciones a muy largo plazo lo que le restaba fiabilidad.

            Ni siquiera reservamos refugios. No nos gusta hacerlo y sabemos que eso puede ser una fuente de conflictos pero tratamos de minimizar las consecuencias  utilizándolos teóricamente en días de entre semana donde la afluencia suponíamos que sería más reducida. Hace tres años los reservamos y no pudimos llegar. En la montaña es sabido que acordar lugar y fecha es motivo suficiente para saber que no se cumplirá tal acuerdo.

            El sábado 13 de Julio a las seis de la mañana recogemos a Juan con sus bártulos, terminamos de llenar la furgo y nos ponemos en marcha a las seis y cuarto, tranquilamente y sin prisas pues sabemos que vamos sobrados de tiempo, ya que  además el rato destinado a buscar lugar donde acampar será mucho menor que cuando lo hacíamos con el coche y la tienda.

            Nos espera Fiesch a más de 1000 kilómetros de distancia pues una semana antes de marchar les propongo a mis socios  subir por el Marjelensee utilizando el teleférico  de Eggishorn en lugar de hacerlo por Betmeralp ya que eso ya lo conocíamos de hacía tres años.

            Carretera al Portalet comentamos las supuestas ventajas e inconvenientes de subir en sábado de verano por el Ródano y finalmente tomamos la decisión de hacerlo por el interior: serían unos kilómetros más y con peores carreteras pero posiblemente fuera más seguro que meterse en el cirio de Agde-Sete. Consecuentemente  le pedimos al navegados que nos lleve a Toulouse y así lo hará: por malas carreteras y sin pasar ni por Lourdes ni por Tarbes, tampoco por el tramo de la A 64 pero no está mal. En St. Gaudens tomamos carretera conocida en la que paramos a almorzar un poco y tras el tramo de autovía correspondiente nos lleva a Toulouse

            Salimos de Toulouse hacia Albi y Rodez por buenas carreteras que incluyen tramos de autovía parando a comer cerca de Rodez tras 450 kilómetros de marcha. La mañana ha estado muy buena desde el inicio y no hemos tenido mucho tráfico salvo los alrededores de Toulouse y tampoco ha sido gran cosa.

            Son casi las  tres cuando continuamos carretera que se estropea bastante de camino a St. Flour, Le Puy y St. Etienne. Estamos en la Francia profunda del Macizo Central Francés y la tarde resulta entretenida. Echamos gasoil a precio español y continuamos hacia Lyon por mejores carreteras.

           Nos pasamos Vienne y en la circunvalación de Lyon  marchamos hacia Grenoble para reconducir ruta hacia Chambery y rematar la jornada a las nueve y cuarto en un pueblecillo de las inmediaciones de nuestra carretera.

            Cenamos cuando ya anochece y luego nos acostamos sobre las diez y media, yo al menos, con ganas de finiquitar la jornada.

            La noche es buena  y la aprovechamos hasta las seis y cuarto de la mañana, hora en la que comenzamos el 14 de Julio, Fiesta Nacional en Francia.

           En media hora nos desocupamos del aseo y desayuno y nos echamos a una malísima carreterucha que nos deposita en Chambery con lo que terminan las tribulaciones  de momento.

            Por una carretera conocida y muy decente junto al Iserre nos llegamos a Albertville pasando sin la acostumbrada equivocación. Buena carretera hasta Ugine y lo de costumbre en Megeve y St. Gervais sin tráfico para tomar la autovía tras parar a almorzar un poco.

            Son las once cuando entramos en Chamonix y aparcamos junto a la vía, cerramos la furgo y nos dejamos las llaves dentro. Terminaremos una hora después sin saldo en mi móvil y forzando una ventanilla lateral con la ayuda de unos bomberos catalanes y uno de Fuentes de Ebro. Acabamos con el entuerto y nos vamos hasta la Casa de los Guías para leer un parte meteorológico con dos días buenos y una continuación variable y tormentosa cuyo peor día parece que será el jueves dentro de cuatro días.

El Factótum de todas las miradas desde Chamonix.

            Son las doce y media de la mañana cuando nos montamos de nuevo en la furgo y nos vamos hacia Argentieres para ir fotografiando nuestros totenes particulares subiendo el Col de Montets y sucesivamente tras bajar a Vallorcine y pasar la frontera con una gasolina mucho más cara que en Francia o España, el de la Forclaz.

            Hacemos la foto del Plateau de Trient y bajando el puerto nos detenemos en una de las pequeñas y múltiples paradas para comer. La que tenía fuente ya hace años que está seca.

            Comemos a la sombra masticando el cabreo de Chasmonix y a las tres, hora y media después, continuamos para bajar por conocida carretera entre viñedos hasta Martigny.

            El día está espléndido y tras el túnel que sortea la ciudad nos vamos valle adelante para entrar en la autopista y acercarnos a  Sierre para tratar de ver algún parte meteorológico. Terminamos llegando a Fiesch a las cinco y media de la tarde tras consultar la meteo que nos ofrecen en Bettentalstation y que confirma lo sabido sin dar un real por más allá de un par de días.

            Dejamos la furgo en el aparcamiento del teleférico y nos informamos de la salida del primer teleférico a las siete y media de la mañana.

            Seguidamente buscamos lugares para dejar la furgoneta fuera de los aparcamientos de pago y encontramos varios buenos con lo que podemos elegir, a diferencia de Saas Grund.


            Después de la cena nos damos una vuelta por el pueblo que tiene poco que ver. La tarde se ha refrescado con la caída del sol y ni los gatos andan ya por la calle cuando alrededor de las diez nos vamos a un lugar más discreto para levantar el techo y echarnos a dormir. Hemos terminado la ida y mañana nos espera el monte.

            El reloj de la iglesia del pueblo nos ameniza la noche con lo que no hay problema de dormirse. Escucharé las horas pares: 2, 4 y 6 y a las seis y diez nos echamos a la mañana del 15 de Julio de 2013.

            La mañana está espléndida y tras el desayuno  recogemos, preparamos los bástulos y a las siete y cuarto bajamos la furgo al lugar donde se quedará hasta nuestra vuelta y nos vamos con las mochilas al hombro hasta la Estación del Teleférico de Eggishorn.

             Sacamos billetes hasta la estación intermedia por 14,5 francos suizos a un cambio escandalosamente caro ya que no nos interesa subir al Eggishorn.

            A las siete y media abandonamos Fiesch situado a 1049 metros de altitud y en alrededor de 10 minutos nos deposita el teleférico en Fiescheralp a 2212 metros de altitud.

            Fuera de la estación del teleférico nos orientamos  en un lugar completamente desconocido para nosotros y tras alguna pequeña duda ya que en los mapas aparecen varios caminos que conducen a Marjelensee, optamos por una transitada pista que parte en suave descenso y en dirección nor-nordeste. Un montañero va por delante.

            Nuestro camino ciertamente perezoso, llanea rodeando un par de barrancos amplios en los que está instalado un verde praderío en busca del Oberes Talli y en un momento determinado nos ofrece la Vía Túnel que tomamos pues se me hace la luz.


            En mis mapas de 1:50000 había advertido una anomalía consistente en que uno de los caminos mostraba un tramo completamente recto en dirección noroeste, lo que es algo inusual y además pasaba por una cota alrededor de los 2600 metros de altitud para perder  todo lo subido, aproximadamente 300 metros,  en poco más de un kilómetro.

            Poco más adelante, el camino se abre en dos, nos olvidamos de la rama descendente a unas cabañas pastoriles en deficiente estado y nos vamos hacia un orificio en la ladera: es la boca del túnel que atraviesa la Talligrat, la Arista Nordeste del Eggishorn .

La pista conduce a la boca del túnel.

            Para entonces ya hemos alcanzado al montañero italiano que va solo a Konkordia y charlando nos metemos en el túnel sin necesidad de las frontales ya que está iluminado.


            Hay algunos pequeños charcos y corre el agua por media calzada pero se transita de maravilla en suavísimo ascenso. Delante de nosotros avanza una oruga pues están haciendo obras en la zona y de ellas venían los dos camiones con los que nos hemos cruzado poco antes.

            Un cuarto de hora después, tras pasar junto a un ensanche en el que hay una virgen salimos por la otra boca del túnel en las inmediaciones del Embalse Vordersee  cuya pared que queda a nuestra derecha, una cabaña-chiringuito y el camino que se abre y del que tomamos la rama que se orienta al oeste balizada de rojo y blanco. Van a ser las nueve y cuarto.


            Rodeamos un pequeño lago que suponemos es el Marjelensee a 2300 metros de altitud que nos enseña el Gran Glaciar de Aletsch justamente en frente del Rothorn y del Olmenhorn que son los centinelas del Mittelaletschgletscher y ese es nuestro objetivo.


            En las inmediaciones del glaciar el camino se abre en dos de nuevo y nosotros tomamos la rama balizada que se marcha en busca de una vira muy transitada y que en suave ascenso inicia el rodeo de la Cara Este del Eggishorn. El italiano se baja directamente al glaciar tentándonos indudablemente.

            Nosotros alcanzamos la Cota 2348 metros alrededor de las nueve y media y proseguimos un transitado camino paralelo al glaciar que todavía ganará paulatinamente algunos metros separándose altitudinalmente del glaciar que desciende suavemente.

            Vamos en busca de Roti Chuma, lugar en el que teóricamente hay que descender en busca del glaciar  tanto los que acceden desde Marjelensee como los de Bettermeralp.

            Pero visto lo visto nos vamos a marcar nuestra primera variante y que va a consistir en abandonar enseguida el camino y tirarnos ladera abajo en busca del Aletsch.


            Se puede trazar una diagonal descendente aprovechando unas amplias viras de granito pulido por el glaciar y alcanzar el mismo por el nevero de la base del amplio corredor que divide a las laderas del Eggishorn y Bettenhorn.

            Son las diez menos diez cuando en la nieve adjunta al glaciar nos ponemos los crampones. Estaremos sobre los 2200 metros de altitud pues me he dejado el altímetro en casa y esto supondrá un pequeño fastidio pero…

            Desde arriba hemos visto que el mejor cruce del glaciar parece ser frente al Marjelensee y para ello ascendemos longitudinalmente un tramo de glaciar a través de un dorso vestido de hielo viejo que nos dará perspectiva enseguida para iniciar el cruce del mismo.


            Así sucederá pues tras unos metros en dirección norte iniciamos el cruce del glaciar ascendiendo suavemente entre algunas grietas, lo que nos conduce a la primera de las morrenas centrales ya en la parte alta de la masa de hielo.

            Prácticamente de llano y sin ninguna dificultad alcanzamos el segundo cordón morrénico y desde allí tenemos que decidir entre terminar de atravesar el glaciar en dirección oeste o descender un poco en dirección sudoeste para  no tener que transitar tanto por la morrena lateral derecha que tiene un aspecto delicado.

            Descendemos un poco pero en las inmediaciones de un tremendo caos de grietas que se origina por el encuentro del Groseraletsch y el Mittelaletsch terminamos de cruzarlo y tras quitarnos los crampones nos incorporamos a la morrena lateral derecha del Groseraletsch tras trepar con cierto cuidado unas pulidas lajas de granito llenas de arenas.

 Hemos empleado en el cruce del glaciar 50 minutos.

            Vamos a buscar la entrada del Mittelaletsch a través de la morrena siempre con la duda de mantenernos en los escarpes y no perder altura o acercarnos a la parte baja de la morrena por donde aparece un tránsito más cómodo y estable a costa de perder algo más de 100 metros de altura.

            Vemos un par de hitos de piedras pero nada más y cometemos el error de tratar de mantener la altura durante un rato lo que nos permitiría entrar al valle con un interesante ahorro de desnivel.

            La morrena a esta altura está absolutamente inestable y poco después se yergue todavía más y nos empuja a perder altura y pasar por abajo. Son las once menos cuarto y nos detenemos a echar un trago y un bocado.

            Un cuarto de hora después bajamos todo lo que deberíamos haber bajado en un principio y ya en las inmediaciones del hielo tomamos una zona de pedregal más estable que nos permite un tránsito aceptablemente cómodo con el que nos introducimos en suave ascenso en el valle en el que se aloja el Mittelaletsch.
Miossotis alpina o nomeolvides.

            El glaciar ha desaparecido de la parte baja del valle y en su ladera izquierda ya se ha asentado un débil praderío en el que, poco después, localizaremos un poco transitado camino que avanza  por la orilla izquierda del barranco por el que desagua el glaciar, tumultuosa y espumosamente. La orilla derecha del mismo está ocupada por una morrena inclinadísima y barrida por los aludes que se descuelgan de la Arista Sudeste del Aletschhorn que ya se muestra a nuestros ojos. Nos guiará en toda la ascensión por si fuera necesario.

            Muy llano, enseguida alcanzamos un resalte granítico de pulidas lajas que pasamos por medio empleando las manos. Hay un camino más cómodo en el lateral izquierdo del valle.

            Por encima del resalte aparece el negruzco hielo glaciar  cubierto de piedras. Llano y muy amplio nos engaña ópticamente resultando bastante más grande y por tanto largo de lo que nos parecía.

            Pacientemente proseguimos con un suave ascenso, en dirección prácticamente norte y siempre por la parte izquierda del valle hasta que localizamos colgado y también en las paredes de la izquierda del valle el Mittelaletschvivac que es nuestro destino. Y no está lejos ni nada todavía.

El Aletschhorn a la vista con la arista de ascenso.

            Sabemos que hay que subir por encima de  800 metros de desnivel en el valle pero a pesar de ello y con unas cumplidas mochilas en las que llevamos todo lo necesario para cinco días con excepción de la tienda y la cena de dos días de refugio, se nos hace casi penoso en terreno tan inestable.


            Poco después alcanzamos el centro del valle ya por encima del origen del barranco y las primeras manchas de nieve de la temporada sobre los 2650 metros de altitud y pasamos con cuidado las primeras grietas cubiertas de nieve blanda pues no vamos encordados.


            El glaciar presenta un resalte importante que tiene una rampa aparentemente fácil a la izquierda de la cascada central. Más a la derecha hay una potente cascada por la que se desangra la parte superior del glaciar y todavía a la derecha hay un corredor mixto aunque muy descompuesto que podría servir. La ladera izquierda del valle, camino directo hacia el vivac ha sido profusamente saeteada por nuestros ojos en busca de un camino poco posible en el inestable territorio de la morrena lateral izquierda del glaciar.

            Ponemos los crampones bajo la cascada central, estaremos sobre los 2700 metros de altitud, e iniciamos el remonte  de la parte inferior de la pared. Ganados alrededor de 100 metros atravesamos en diagonal la pared para aproximarnos a la cascada.


            En dirección nor-nordeste, unos tramos horizontales sobre hielo viejo dan paso a un par de corredores de nieve que subimos en diagonal y que nos depositan en un descompuesto hombro  limítrofe con la cascada aquí soterrada bajo el hielo glaciar.

Allá arriba está el Mittelaletschvicac.

            La ladera metamórfica, inclinada,  inestable y descompuesta nos invita a quitar los crampones. Unos metros más arriba entramos en el barranco central y la nieve aparece de nuevo, se trata de un corredor medianamente erguido de alrededor de 50 metros de desnivel que vestido de nieve blanda se sube bien. A partir de aquí el corredor se acuesta y se amplía permitiéndonos pasar con facilidad bajo la vertical de vivac defendido por unas paredes metamórficas.

            Juan se ha vuelto a poner los crampones con la intención de remontar el corredor y otro lateral directo al vivac. Nosotros subimos sin crampones el corredor y luego en suave ascenso proseguimos al nor-nordeste para ganar altura.

            Estamos casi a la altura del vivac y una pasillo amplio de nieve en suave ascenso nos permite tras girar casi 180 º alcanzar prácticamente de llano el Mittelaletschvivac situado a 3013 metros de altitud.

            Son las tres de la tarde y hemos finalizado la dura tarea de la jornada de hoy en la que al final se nos ha ido un poco el tiempo. Han sido 1100 metros subidos y 300 bajados pero con carga y terreno delicado nos han sabido a bastantes más. La aproximación al Mittelaletschvivac ha tenido el sabor de toda una ascensión en sí misma.

            El vivac es un pequeño edificio de madera con tejado piramidal, bancos y una pequeña encimera para cocinar. Cuenta con mantas, trece literas y algunas colchonetas más. Podemos dormir incluso veinte personas pero estamos solos aunque sea por poco tiempo pues sube gente detrás. Al final seremos ocho.

            Cogemos agua en las inmediaciones del vivac y sentados en el banco orientado al sureste comemos, bebemos y descansamos tras poner a secar nuestras pertenencias húmedas. Es un delicioso mediodía de sol y de luz a raudales.

            Charlamos con el personal, descansamos, contemplamos la sur del Aletschhorn y el perfil de la arista que subiremos mañana y alrededor de las seis de la tarde nos hacemos la cena que liquidaremos con delicioso apetito y con algunas variantes sobre el programa inicial ya que hemos confundido un paquete de comida. Luego picoteamos unos dulces y nos regalamos con un vaso de leche.

            Hay un guía que acompaña a un cliente joven con el que hemos mantenido una multilingüe conversación nos interroga quizás un tanto preocupado: queremos levantarnos a las cinco y ellos a las tres. Le ha faltado perspectiva para interpretar el curro que lleva nuestro material en el que sí se ha fijado. Le dejaré claro y así lo entiende que controlamos perfectamente nuestro objetivo. Modestamente le advierto que esperamos hacer cima en cuatro horas y volver en tres.

            Uno de los montañeros, sabedor de que no llevábamos reserva para el Refugio Konkordia nos invita a telefonear al refugio y así hacer la reserva. Dice que son muy estrictos. Bueno, dice algo más.

            Sobre las ocho de la tarde nos empiltramos. El ambiente se ha enfriado un poco y se está de cine dentro del saco. Enseguida se disipara el fresqui y nos precipitaremos en una deliciosa noche reparadora que esperamos medianamente dilatada.


El Aletsch que hemos cruzado y el Mittelaletsch que hemos subido desde el vivac. 

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2 comentarios:

  1. Hola Mariano,
    ¡Qué chulo!, Ya estoy esperando la continuación del relato. Yo todavía no he podido hacer montaña en los Alpes, y no es por falta de ganas. Eso que os pasó con las llaves en la furgoneta me pasó a mi también en la República Checa hace muchos años. Y también me ayudó un bombero que logró abrir la puerta pero pensé que me iba a descuajaringar media furgoneta de la forma que metía los alambres. Uf, que mal rato pasé.
    Saludos.

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    1. ¡Hola David!
      Me alegra que te guste. Son nuestras cosas y así las reflejo. Si le sirve a alguno de algo pues estupendo.
      Alpes... Hemos ido en repetidas ocasiones y a nuestra manera que no suele ser demasiado convencional. Nos gustan y te gustarán.
      Se puede hacer infinidad de cosas adecuadas para cada uno, no hay problema. Nosotros vamos a conocer y a hacer cuatromiles que no tenemos en el Piri sin demasiado compromiso pues queremos disfrutar de lo que hacemos. Hay que tener suerte con el tiempo es más determinante que en Pirineos.
      Estoy empezando con el blog y nada más tengo que problemillas. Voy colgando actividades y estoy desbordado pero tengo muchísimas cosas, muchísimas, que iré colgando de seguido.
      ¡Que sería de la vida sin chanadas y chascarrillos?
      ¡Que vaya bueno!

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