9 jun 2012

35-12. MONTAÑESA Y LA TUCA POR LA FAJA DEL TORO. 9-6-2012.


La Faja del Toro en la Sudeste de la Montañesa.

Monasterio de San Vitorián, Camino a la Ralla, Faja del Toro, Cara Sur, Peña Montañesa, Collado Montañesa, La Tuca, Cara Sur, Los Planes y La Ralla.
09-06-2012.
Salida 09 h. Llegada 17 h.
Mixto.
Fácil.
Alvaro Lacasa, Clara Abadía, Raúl López, Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Montañesa procedente de Prames. Vía en amarillo.

            Peña Montañesa es una montaña muy visitada. Situada en el Prepirineo del Sobrarbe, suele ofrecer un extraordinario paisaje a todos aquellos que, no sin esfuerzo acceden a su cima.

            Nosotros hemos subido en repetidas ocasiones tanto por el norte desde Ciresa o desde la Collada como por el sur desde San Vitorián. Lo hemos hecho con nieve, con buen tiempo y hasta con nieblas pero nunca habíamos subido por la Faja del Toro y en esas llevaba yo un tiempo.

            Hoy 9 de Junio de 2012 vamos a por ella y no iremos solos. Incluso tenemos una incorporación de última hora puesto que se apunta Alvaro Lacasa, amigo madrileño de Raúl y que en un momento de comentarios varios nos identificamos como familiares aunque un tanto lejanos.

            Quedamos a las ocho de la Mañana en Ainsa y entre Puentes del Cinca y del Ara, los que suben desde Huesca en uno y nosotros, los de Sabi, en otro, se hacen las ocho y cuarto cuando nos reunimos y marchamos hasta las inmediaciones de San Vitorián.

            Aparcamos con poco sitio y a las nueve nos ponemos en marcha a 1050 metros de altitud.


            El camino se orienta hacia el norte pero inmediatamente gira al noroeste guiado por una amplia faja  que estrangulada por un resalte calizo, la Ralla, se eleva en busca del Puerto de los Planes.

            Bastante transitado atraviesa un paraje de boj, enebro, pino y roble mezclado con coscoja que poco a poco se acerca a las paredes de la Sierra Ferrera además de ir ganando pendiente.


            Antes de alcanzar el resalte calizo alcanzamos una piedra plana y también caliza en la que se señala la Faja del Toro con pintura roja. Allí, sobre los 1500 metros de altitud,  hay que abandonar el camino y seguir las marcas de pintura y algunos hitos que en dirección oeste se marchan prácticamente de llano en busca de una suave depresión y posteriormente de un pequeño hombro ya en el inicio de los paredones que conforman la Cara Sudoeste de Montañesa.

 
Entrando a la Faja del Toro.

            En el hombro la senda inicia un pequeño descenso que se amplía en tres tramos sucesivos, el último por un estrecho barranco lleno de vegetación al igual que el tramo intermedio nos baja alrededor de 100 metros de desnivel y atravesando un corto trozo de la ladera oeste del barranco que hemos descendido nos deposita en una pedrera ascendente que es el inicio de la Faja del Toro.


            En las pedreras desaparecen las balizas rojas y aparecen algunos hitos de piedras y trazas de camino. El ascenso es penoso ya que los materiales están poco estabilizados y hay que buscar lo más estable. A pesar de ello nos mete en calores en medio de una mañana muy buena para caminar, más a la sombra.


            Superadas las pedreras un poco transitado camino se abre paso a través de la faja en suave ascenso y por medio de la genista que no ha florecido todavía. La faja es bastante ancha y las paredes superiores empiezan a ser consistentes mientras que el bosque inferior se va quedando abajo puesto que la faja en su primera mitad es suavemente ascendente.

Oreja de oso en la faja del Toro.

            La faja casi nunca se  angosta, atraviesa pequeñas proas y corredores hasta que alcanza la Canal Estrecha en la zona en que las paredes son verticales  además de potentes. La verticalidad de las paredes superiores se aprecia continuamente mientras que hay que asomarse para apreciar la espectacularidad de las inferiores.


            Vamos haciendo fotos y camino  en un camino que alterna tramos vestidos de vegetación con otros más minerales siempre en busca de la Canal Grande que será el lugar por donde abandonaremos la faja.

La Canal Estrecha.

            Es una pena la neblina del día que nos estropea el paisaje distante pero eso es lo que hay. A pesar de todo vamos disfrutando de la espectacular un tanto repetida del camino.


            Las proas y los corredores se han hecho más consistentes hasta alcanzar la última proa entre las dos canales en la que hay un rellanito herboso y con pinos negros. Desde allí contemplamos la amplitud de la Canal Grande en su tramo superior, a la Peña Montañesa como telón de fondo y un tramo de faja que prosigue hacia el oeste nacida de la ladera derecha de la Canal Grande y a la que no iremos.


            Atravesamos la ladera izquierda de la Canal Grande con un camino que se difumina un tanto debido a la amplitud hasta que alcanzamos el fondo de la canal en la que de nuevo aparecen las balizas rojas indicándonos el ascenso del corredor en dirección norte.


            La faja ha subido consistentemente en su primera mitad y estaremos alrededor de los 1900 metros de altitud por lo que el corredor que esperaba muy vestido y penoso además de largo tiene muy buena pinta.

            Comenzamos el ascenso por el fondo del mismo muy escalonado y estable con roca madre que unos metros más arriba se estrecha y nos obliga a emplear un poco las manos pero enseguida se ensancha y se llena de pedriza con lo que se puede subir por cualquier parte. Nosotros buscamos la parte oeste con materiales más estables y ganamos altura hasta la parte superior del mismo, momento en el que lo atravesaremos en horizontal para subir los últimos metros por un tramo herboso y escalonado.

            Son las once y media de la mañana cuando alcanzamos el camino normal a Montañesa, nos lo han indicado los montañeros que han ido cruzando la canal venidos de los Planes hacia la Arista Oeste de Peña Montañesa.
            Estamos sobre los 2050 metros de altitud y junto al camino nos sentamos a almorzar un poco.

            Media hora después  proseguimos en dirección oeste por una ladera caliza mezclada con genista y viejos pinos negros en busca de la arista oeste, pero ni siquiera llegamos a la misma puesto que atajamos un poco antes al norte enfrentándonos con la pedrera somital del pico.

Solana.

            Se puede subir por cualquier parte ya que se trata de una ladera sin barras y llena de bloques y pedrizas con trozos de caminos que vamos utilizando según nuestro interés con lo que progresamos todos desperdigados y por libre.


            Es la una del mediodía cuando alcanzamos la cima de Peña Montañesa  situada a 2291 metros de altitud. Hay gente al abrigo de la fresca brisa que corre por la amplia cima.

            Nos abrigamos un poco, hacemos algunas fotos y contemplamos un paisaje mediocre cuando la cima lo tiene espectacular. A pesar de ello allí están desde el Collado Cullivert al este, Cotielleta, Cotiella, Ramón de Espouy, los Mobisones, El Collado de Santa Isabel, Palomera y Llerga, la peña de Arties, Castillo Mayor, Sestrales, Oroel, Oturia, Cancias, Guara, Turbón y Baziero cerrando el círculo con Ferrera y la Tuca.

            Como telón de fondo a duras penas se distinguen los Eristes, Posets, Machimala, El Puerto de la Pez, el Lustou, Culfredas, El Long, Suelza, Fulsa, La Munia y Ordesa de Perfil: medio universo pirenaico.
La Tuca.

            Media hora más tarde proseguimos hacia el este y alcanzando el camino que baja al Collado de Montañesa, muy transitado ya que lo utilizan tanto los que suben por la norte desde la Collada, como los que o vienen de la Tuca o ascienden directamente desde los Planes.


            Un corto y fuerte descenso nos conducen a las inmediaciones del Collado de Montañesa. Allí nos asomamos al amplísimo Corredor Norte de Montañesa ya que nadie lo conoce y tomando el corredor orientado al sur, que es el inicio de la Canal Grande, bajamos unos metros para abandonarlo hacia el este y tomar un camino que transita por la base de los dos enormes dientes que se asientan al este del collado.

            Orientados al sur y al abrigo del viento nos sentamos en el camino a comer, es la una y media. Media hora más tarde nos ponemos en marcha.


            Faldeados por el sur los dos dientes, Alvaro decide no subir a la Tuca y se queda también lo hará  Raúl para charlar un rato; Clara, Rosa, Juan y yo nos vamos para arriba pero en lugar de ir de frente al norte en busca de la arista, lo que hacemos es cruzar la ladera más hacia el este y alcanzar la arista en la confluencia con un crestón que sube desde el oeste.


            La ladera está muy escalonada y llena de viras que nos propician un ascenso cómodo a pesar de transitar algunas zonas bastante erguidas. Alcanzamos la arista cuando esta se aloma y amplía conduciéndonos en unos minutos a la cima de la Tuca situada a 2267 metros de altitud tras un ascenso de alrededor de  alrededor de 150 metros de desnivel. Son las dos y media de la tarde.



Montañesa.

            Las vistas desde la cima son similares a las de Montañesa y la visibilidad similar, así que tras repasar lo visto nos echamos hacia el sur por la ladera en busca de bajar directamente hasta los Planes.


            Se que hay barras calizas en la ladera por lo que bajamos un tanto al sudoeste pero no será suficiente ya que alcanzaremos la cabecera de las mismas y tendremos que hacer una pequeña travesía al oeste para tomar un corredor muy bien escalonado que nos baja una treintena de metros y nos deposita en la ladera frente a la majada de los pinos. Van a ser las tres y media.


            Allí tomamos el camino que cruza los Planes y en dirección sudeste nos vamos al encuentro de los compinches. Luego, todos juntos y tratando de arreglar el mundo nos vamos para abajo tranquilamente.


            Pasamos junto al abrevadero, echamos un trago de agua fresca y continuamos hasta alcanzar el escalón calizo de la Ralla que en esta ocasión pasamos por el camino natural al oeste de la misma prosiguiendo nuestro descenso hasta que, en algún momento, tomamos algún otro camino que nos sigue bajando pero que no nos pasará por la piedra que señaliza el inicia de la Faja del Toro.


            Son las cinco de la tarde cuando llegamos a los coches tras caminar un poco por la carretera, han sido 1500 metros de desnivel y no demasiado cómodos; pero bueno, ya se sabe que para hacer desniveles no son imprescindibles los tresmiles.

            Luego vendrá un relajante trago en los Molinos en el que terminaremos de arreglar el planeta y en Ainsa adioses y cada mochuelo a su olivo.

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