La amable imagen de Cuyalaret y la Campana de Aneou.
Frontera del Portalet, Barranco del
Portalet y Cara este.
15-03-2014.
Salida 11 h. Llegada13 h.
Sol.
Muy fácil.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Cuyalaret procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Tenemos
menos tiempo que dudas cuando el sábado 15 de Marzo de 2014 nos echamos a la
carretera con dirección al Portalet. Han
anunciado viento y eso nos limita a priori algunas de las posibilidades que
duermen en cartera.
La
mañana está espléndidamente soleada y en Santa Elena no hace viento y tampoco
tenemos retenciones en la carretera lo que compensa posibilidades.
En
Escarrilla tampoco hay retenciones y sobre la marcha decimos subirnos a
Cuyalaret, este invierno no hemos subido.
Son
las diez y media pasadas cuando aparcamos en la zona este de la Frontera del
Portalet ya que la oeste está llena de raquetistas desembarcados de un par de
autobuses y lo llenan todo.
Cruzamos
la carretera subimos el pequeño resalte de salida entre personal que no sabes
si va o viene y tras calzarnos los esquís ponemos la vista en Meytadere, Campana de Aneu, Cuyalaret y
Aneu unidos entre sí por una preciosa y uniforme capa de nieve que rellena
completamente el Valle de Aneu.
La
nieve está muy buena y soleada a estas horas con lo que el foqueo es cómodo lo
que nos permite coger un ritmo y tras un suave descenso faldear Peña Meytadere
para introducirnos en el Barranco de Portalet lleno a rebosar de nieve.
Vamos
pasando a pequeños grupos que nos
llevaban la delantera y ascendiendo suaves resaltes faldeamos la Campana de
Aneu adelantando a un nutrido grupo en el que van esquiadores y raquetistas en
periodo de iniciación con lo que la llegada al inicio de la pared la tenemos
limpia de personal.
Acostumbramos
a entrar a la pared este y describir una serie de zetas utilizando una línea de
descansillos enlazados por suaves resaltes que nos llevan fundamentalmente por
el centro de la misma hasta el resalte somital. Hoy nada más entrar a la pared
y antes de iniciar la segunda zeta trazamos una larga diagonal muy suave que
nos lleva hasta la arista norte del pico ya por encima del resalte que hay que
superar si se accede por el corredor que conduce al Col de Aneu.
La
arista asciende suavemente y nos conduce a la pared somital vestida con buena
nieve en la que trazamos un par de zetas fáciles y alcanzamos la plana Cima de
Punta Cuyalaret situada a 2288 metros de altitud. Hemos empleado hora y diez
minutos en la ascensión.
Pico de Aneu.
Diente y Negras de Anayet.
Rinconada de Anayet.
A
la cima va llegando personal unos con raquetas otros con esquís. Unos llegan y
otros se van. Hacemos fotos, nos mutilan en una foto que intercambiamos con
unos raquetistas y mientras preparamos los bártulos para el descenso nos
quedamos solos bueno, disfrutamos de la compañía de la Campana de Aneu, Las
Gralleras, Espelunciecha, Anayet, las Negras, Canal Roya, Aneu… nuestros dioses
particulares.
Como
ya despeñamos en su día nuestros demonios de Cuyalaret, nos echamos para abajo
girando tranquilamente el resalte somital
que será de lo mejor del descenso ya que enseguida aparece nieve costra
y el placer ya deja de ser tal para nosotros.
A
pesar de ello el descenso sin ser un fluir perfecto lo negociamos decentemente
y nos deposita en el barranco utilizando resaltes que es de lo mejor para
girar.
Después
en el barranco buscamos la nieve más soleada puesto que la sombría está muy
costrosa con lo que alcanzamos la zona de grandes bloques calizos y nos
detenemos a tomar un cafetito.
Luego
no queda más que un flanqueo a media altura para no tener que remontar
foqueando cosa que conseguimos a medias.
Terminamos
bajando el resalte de salida ahora que está sin personal y son las doce y media
cuando llegamos al coche situado a 1795 metros de altitud con lo que habrán sido 500 metros de desnivel
movidos.
Dejamos
el sitio para que aparque otro, hoy está la frontera a tope y nos bajamos hasta
Sextas para comer con Biola y Oscar que están esquiando.
Del
viento nada de nada a excepción de la brisa que ha desalojado la cima de
personal permitiéndonos el disfrute en
soledad de un paisaje archiconocido pero no por ello desdeñable, cosa rara en
fin de semana de Cuyalaret.
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