22 mar 2014

22-14. ARROYERAS VIA ESPELUNCIECHA. 20-3-2014.


Aparcamiento de Anayet, Glera de Anayet, Tubo Pipos, Corredor Norte, Arista Oeste, Cima de Espelunciecha, Cara Sudoeste, Rellano de Anayet, Cara Norte, Arista Oeste y Cima de Arroyeras. Descenso por el Corredor Norte, Collado de la glera y Glera de Anayet.
20-03-2014.
Salida 10 h. llegada 17 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Espelunciecha y Arroyeras procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

            Esta temporada no habíamos subido a Espelunciecha.  Casi siempre lo hacemos a partir de la Cubeta Lacustre de Anayet utilizando su cara sudoeste porque es más amable que las restantes; pero hoy 20 de Marzo de 2014, aprovechando que hará un buen día, decidimos subir por la nordeste.

            Pasadas las nueve de la mañana recogemos a Juan en su casa y para las diez hemos dejado el coche en el Aparcamiento de Anayet  e iniciamos el foqueo en busca de la Glera de Anayet.

Atrás Campo Troya.

            Nada más cruzar el puente sobre el Barranco Culibillas y en lugar de tomar la pista, nos introducimos en la pared por la que discurren diversas pistas negras. A estas horas la nieve está soleada y hay trazas de paso por todas partes.

            Ascendemos en dirección oeste y con un par de zetas alcanzamos el lecho de la Pista de la Glera ya bastante arriba,

            Delante de nosotros sube un grupo numeroso que alcanzaremos poco más arriba, son franceses y se marcharan hacia los Ibones de Anayet.


            Llegados al Rellano de la Glera, cruzamos la pista y proseguimos de frente orientados por la Este de Espelunciecha. Pasaremos por las inmediaciones de la Cabaña de la Glera con un foqueo suavemente ascendente aproximándonos a la entrada al Tubo Pipos o de la Glera.

            Siempre hemos bajado el tubo que se aloja entre Espelunciecha y la Punta de los Faballones que algunos llaman Espelunciecha Este, hoy vamos a subirlo.

Culibillas de fondo.

            Consta de un par de resaltes bastante consistentes con un rellano intermedio. Juan los ascenderá por una de las orillas de la pista mientras que nosotros nos vamos al oeste entrando en las faldas de Espelunciecha  para hacer una amplia lazada y ascender por fuera hasta alcanzar el rellano intermedio.

            El resalte superior lo subimos con una larga diagonal este-oeste con lo que solucionamos el tubo.

            Desde la cabecera observamos la Cara Nordeste de Espelunciecha. Tenemos dos opciones: ascender la Pala o el Corredor.

            Llegados al arranque de la pala, la nieve está muy dura y la huella de ascenso no existe. Parece que ha bajado un ejército por allí como comprobaremos posteriormente y la parte de arriba, la más erguida, tiene hasta bañeras. No nos gusta un pelo ni siquiera para subirlo con los esquís en la chepa pues no llevamos material y nos vamos al corredor que ya conocemos y que tendrá buena nieve.

            Juan marcha a media ladera en busca de la entrada y nosotros perdemos un poco de altura mientras faldeamos en busca de un lugar cómodo para quitar los esquís y colgarlos en la mochila. La primera vez que hicimos el corredor accedimos desde el Puerto de Canal Roya y ya lo conocemos. Juan lo va a estrenar.
            Son las once y cuarto cuando iniciamos el ascenso del Corredor Norte de Espelunciecha. Tiene una parte inferior que es una amplia rampa que se va poniendo de pie progresivamente y esta surcada por un numeroso grupo de huellas de esquís paralelas en suave ascenso que se alargan en busca de la pala que nosotros hemos rehusado. Cuando las cruzamos están duras superficialmente.


            Juan está en el estrangulamiento inferior del corredor y mi chica prefiere hacer huella, la nieve está deliciosa para la bota de plástico y yo subiré como un príncipe.


            Tras el primer tercio entramos en el estrangulamiento del corredor  en el que se yergue de verdad pasando cumplidamente de los 45º. La nieve está muy buena y disfrutamos como llega la rétrac porteando esquiadores.



            El tercio superior se va acostando poco a poco, nos deja la imagen de vacío al perder perspectiva por la pendiente y nos saca al sol liquidando los casi 200 metros de corredor. Nos recibe una preciosa cornisa y el Midi.


            Estamos en la parte alta de la arista oeste del pico y ante nosotros se extiende una suave loma nevada que termina en nuestro comedor particular desde el que arranca el pequeño casquete somital completamente limpio de nieve.



            Ni siquiera nos molestamos en calzarnos los esquís, los porteamos cinco minutos y tras soltarnos de las mochilas, quitamos las pieles que dejamos al sol en unas rocas y proseguimos hasta la Cima de Espelunciecha situada a 2396 metros de altitud. Son las doce y cuarto.


            Hace una mañana espléndida de sol y sin apenas viento. Hacemos fotos, charlamos con un grupo de franceses y con una pareja de la tierra y mientras contemplamos la subida de otro grupo por la arista sudeste peleando con los cortes de nieve, echamos un bocado.


            Comentamos la vía de los Sarrios a Anayet que tenemos que hacer este verano disfrutamos de un enorme y dilatado paisaje hacia el norte y este bastante limpio, contemplamos el Arroyeras y su corredor norte… lo único que no podemos ver son los ibones de Anayet completamente sepultados por la nieve.

            Media hora después nos bajamos por donde hemos llegado felicitándonos por no haber subido con los esquís ya que la Arista Sudeste tiene demasiadas calvas para descenderla y tras calzarnos los esquís descendemos la arista hasta la salida del corredor que hemos ascendido para seguidamente iniciar el descenso de la cara sudoeste con una nieve sencillamente celestial.


            Bajamos en dirección sur apuntando a nuestro siguiente objetivo que es el Arroyeras y disfrutamos de un corto placer que nos deposita enseguida en el rellano del Ibón Colmatado de Anayet situado a 2240 metros de altitud.


            Es la una del mediodía cuando volvemos a poner las pieles y prosiguiendo fundamentalmente en dirección sur ascendemos muy suavemente al encuentro de la Arista de las Negras.


            Siguiendo la línea de mínima pendiente hacemos la amplia lazada que pasa por debajo del Paso de las Negras y proseguimos en ascenso entrando a la pared orientada al norte.


            Se trata de un pico que no me gusta para hacer con los esquís pero el personal ha querido venir. La pared orientada al norte que permite el acceso a la arista oeste está siempre dura ya que el sol le pega poco y demasiado oblicuo; y luego la arista somital está muy erguida para nosotros y casi siempre con cortes en la nieve dada su exposición al sol y al viento. En consecuencia y bajo mi particular concepción de montañero me da cierta cosa hacer un pico porteando esquís o dejándolos aparcados y sé que es algo habitual pero…


            Llegados a la pared, ponemos cuchillas y con un par de lazadas suaves sobre nieve dura alcanzamos la arista muy cerca del paso de las Negras. En alguna ocasión que vinimos por aquí accedimos  un poco más cerca del resalte somital.


            En la arista contemplamos lo que ya suponía y tras dejar los esquís nos vamos para arriba siguiendo una marcada huella  que atraviesa un par de importantes cortes de la nieve. Escasean las huellas de esquís y más arriba desaparecerán.


            Es un repecho de 100 metros, bastante erguido y con descansillos que hay que tomar con calma para que no se atragante pues las piernas quieren cantar. Le dedicamos un cuarto de hora que con perseverancia nos deposita en la alargada y plana Cima del Pico Arroyeras o Arroyetas situado a 2556 metros de altitud cuando son las dos y cuarto.


            Hacemos fotos con cúmulos de evolución al sur y al oeste de donde nos encontramos. Recordamos momentos de tránsito por los alrededores, disfrutamos de un dilatado paisaje conocido y admirado repetidamente, individualizamos  Culibillas del resto de la arista hacia el este y disfrutamos de la contemplación de la espectacular Cara Norte de la Pala de Ip, coronando un bucólico valle en el que siempre hemos visto imposible el pretendido desarrollo del esquí para la unión de las Estaciones de Astún y Formigal.

Pala de Ip.


            Luego por y donde hemos llegado nos marchamos en busca de los esquís especulando mentalmente entre bajar por donde hemos subido o hacerlo como en ocasiones anteriores.

            Tomamos la decisión de hacerlo por donde hemos subido. La nieve está dura pero tras descender por la huella unos metros hacemos un giro amable en la cabecera de la pared al que le sigue una larga travesía descendente hacia el este para colocarnos en una incipiente comba en la que proseguir con unos giros continuados que nos permiten desmontarnos de la pared y alcanzar la cabecera del Corredor Norte de Arroyeras.

            Son las tres de la tarde cuando nos sentamos a comer al sol sobre unas peladuras de la loma de la cabecera del corredor, casi siempre lo hacemos aquí.


            Media hora después nos montamos sobre los esquís y nos vamos para abajo.

            El Corredor Norte de Arroyeras es muy especial para nosotros pues supone las primeras tentaciones que nos conducirían al mundo del esquí de montaña. ¡Cómo disfrutaba aquel grupo de franceses que bajaban a vueltas por el corredor! Oíamos sus chillos y sus alborozos desde el Collado de la Glera y los dientes largos casi nos llegaban al corredor.


            Hoy está muy bien nevado como siempre, vestido de nieve primavera dura  porque permanece sombreado durante casi todo el día y algo costrosa pero es especial para nosotros.


            Tiene dos resaltes de los que el superior es más corto pero más erguido que el inferior, más largo y tendido. Yo busco más su orilla izquierda por más soleada y mi chica prefiere la otra  pero de cualquier forma bajamos disfrutando todo lo que podemos y sin contemplaciones.

El clásico alud de la Sur de Espelunciecha.

            Alcanzado el Barranco Culibillas perdemos unos metros por el fondo del mismo vestido de nieve primavera y lo abandonamos un poco más bajo de lo deseado puesto que el alud de la Sur de Espelunciecha ha cortado toda la ladera.


            Consecuentemente y para no hacer más sangre, volvemos a pones las pieles de foca y remontamos cómodamente alrededor de 50 metros que nos depositan en el Collado de la Glera a 2070 metros de altitud. Van a ser las cuatro de la tarde.


            Solamente queda atravesar en suave descenso el Rellano de la Glera de Anayet  para alcanzar la Pista de la Glera que está hecha un auténtico patatar.

            Al inicio del resalte final tomamos la nieve virgen de su orilla izquierda y bajamos con ella la mayor parte de la misma, luego, tras cruzarla empalmamos con la ruta de ascenso y nos llegamos a la parte baja de la misma que deslizamos hacia el aparcamiento. Son las cuatro y media cuando llegamos al coche. Entre Arroyeras y Espelunciecha hemos echado 1050 metros de desnivel que supone un poco nuestro límite mental. Rematamos así una deliciosa jornada con un tiempo envidiable que parece se estropea de cara al fin de semana y que lo sentimos por los domingueros obligados.

2 comentarios:

  1. Recorrido clásico muy bonito, de los que se goza con las vistas en un día como el que disfrutasteis!
    Yo este año casi no me he estrenado con las tablas, a ver si puedo hacer esta antes de que cierren la pista de acceso a Anayet
    Un saludo!

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    1. Si, Luis, en un día como el que nos salió es una auténtica gozada a pesar de que tengamos sobradamente vista la zona.
      Por lo demás es una de esas actividades en las que, digámoslo, estamos a su nivel. Más allá existe ese mundo maravilloso que nosotros no controlamos con los esquís y que es para el disfrute de otros más competentes.
      Nosotros tratamos de aprovechar con nuestras cosas.
      Queda todavía temporada por delante y nunca se sabe como evolucionará el tema de la nieve.
      ¡Que vaya bueno!

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