Espléndida imagen del Pico Lecherines. 3-2-07.
Fin de la Pista de Aisa, Refugio de Saleras, Collado
de la Magdalena, Refugio López Huici, Corredor Sudeste, Collado de Lecherines y
Corredor Central de la cara sur. Vuelta por los Manantiales de Rigüelo.
24-06-2001.
Salida 09 h. Llegada 17 h.
Sol.
Fácil.
Ascensión.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Lecherines procedente de Prames. Vía en amarillo.
El domingo día 24 de Junio de 2001 decidimos
hacer el Pico Lecherines. No habíamos estado nunca y siempre lo habíamos
contemplado o bien desde el Aspe o desde el norte formando siempre parte de la
Muralla de las Gargantas de Aisa.
El
sábado había sido la Quebrantahuesos y por la noche nos bajamos a cenar por lo
que acordamos no madrugar al día siguiente, y consecuentemente, al día
siguiente nos levantamos algo tarde
En
Jaca decidimos continuar por el Campo de Jaca siempre con la mosca tras la
oreja de sí será mejor ir por aquí o por Borau.
La
carretera se hace larga, pasamos Lastiesas y Aisa y los tres cuartos de hora
calculados de coche se convierten en una hora.
Macizo de Aspe desde Cucuruzuelo. 23.4.08.
A
las nueve y veinte pasamos la portera que cierra el paso en el final de la
pista, a 1500 metros de altitud e iniciamos el conocido y transitado camino con
dirección nor-nordeste hacia el Refugio de Saleras.
A
la altura del mismo atravesamos el Barranco de Estarrún y girando al este
empezamos a contornear el Pico de la Magdalena al objeto de alcanzar el collado
de su mismo nombre.
Atravesamos
el brazo de barranco que baja de los Manantiales de Rigüelo y nos vamos en
busca del camino que ha de conducirnos al collado.
Sorteando
enebros que salpican la pradera del puerto vamos ganando altura suavemente,
alejándonos del fondo del barranco.
Recordamos
vagamente el camino desde aquella vez que subimos con nuestra hija Biola hasta
la parte central de los Mallos de Lecherines y vamos atravesando barrancuchos,
sin agua la mayoría de ellos, hasta que cogemos agua en otro, ya que no
llevábamos. La mañana está en calores decididamente; esta Primavera de 2001 nos
metió un apretón a primeros de Junio y ahora ha entrado el verano a por todas.
Mallos de Lecherines y Pico Lecherines desde Gabardito. 1-12-12.
Se
nos hace sed y larga la subida al encuentro del collado. Superado el nivel de
la cabaña pastoril alcanzamos el camino balizado en rojo y blanco, y con él nos
llegamos al Collado del Turbillón o de la Magdalena situado a 2043 metros de
altitud cuando son las once menos veinte.
Tomamos
la pista oyendo voces y encontramos un todoterreno junto al nevero que la
corta. Nosotros no hemos podido subir por ella como queríamos ya que por
acuerdo del pueblo no se dan permisos a no ser que haya un proyecto de actividad
respaldado por alguna organización y aquí nos encontramos un coche que o debe
tener autorización o se la ha jugado como lo hicimos nosotros hace unos meses
cuando pasamos la barrera por las buenas.
Cara Sur del Pico Lecherines. 28-2-09.
En dirección nor-nordeste
con la pista iniciamos el rodeo de los Mallos de Lecherines y a la altura del
Refugio Lopez Huici, abandonamos la misma y tomamos la pradera justo al borde
de las pedreras de los Mallos.
Hay
un tenue caminillo que se pierde en las pedreras y ya, como el tema parece
visto, nos dirigimos hacia el collado que imaginamos un tanto al norte,
ascendiendo a media ladera.
Subimos
buscando el praderío, localizamos a un grupo que baja hacia la Majada de
Lecherín Bajo y en una surgencia situada sobre los 2250 metros de altitud
paramos a echar un bocado.
La
mañana está espléndida y bebemos con sed. Rosa se arrastra en el barro al
resbalarse para rellenar la cantimplora y llena de barro negro continua para
arriba, el sol la secará rápido.
El
acceso al collado está defendido por un potente nevero que en su parte más
débil tendrá algo más de 150 metros de longitud con una pendiente considerable
en su mitad superior. Le doy el piolet a Rosa y yo tomando una piedra inicio el
ascenso del nevero. La nieve está soleada y blanda permitiendo fácilmente la
huella a punterazos. Al final resulta más pesado que trabajoso pero alcanzamos
con seguridad el collado al sur del Pico Lecherines que a donde vamos.
Ya
hace un rato que se veía la cara sur del pico, pero siempre te rondan las dudas
en la montaña. Subiendo pensaba que menuda jugada sería que ese no fuera el
collado ni el otro el pico, que se tratará del mallo situado más al norte, con
lo que tendríamos que bajar, contornearlo y acceder por detrás del mismo. No
será así y en el collado ya no tenemos dudas.
Corredor Central Sur de Lecherines.
Estamos
a 2400 metros de altitud y frente a nosotros se yergue la cara sur cortada
perfectamente por un nevado corredor que asciende directamente a la cima.
Son
las doce. Pasamos el nevero del collado y alcanzamos las rocas calizas claras
de la franja base. Hemos decidido atacar el ascenso por el corredor y para
alcanzar la base del mismo hay que superar unas placas calizas claras bastante
inclinadas pero llenas de repisas y de grietas. Superado el tramo, accedemos al
corredor que inmediatamente se llena de nieve.
Lo
tomamos con intención de abandonarlo enseguida ya que sabemos que su tramo
final está muy empinado, tiene poca nieve y el ascenso se soluciona por la
izquierda del mismo. Por otra parte tampoco llevamos crampones, cosa que no
creo que fuera necesaria y tan solo un piolet.
El
corredor nos permite subir un pasaje que tiene como alternativa una laja caliza
erguida y finísima defendida al otro lado por otro tramo de nevero, y unos
metros más arriba, trepando sin dificultad, abandonamos el corredor
encaramándonos a las peñas de la izquierda del mismo.
Se
trata de un espolón entre los dos corredores en los que todavía persiste la
nieve y que a pesar de ser bastante vertical se sube con facilidad casi por
cualquier parte.
Mallos de Lecherines y de Rigüelo desde Lecherines.
Al
final atravesamos el corredor más al este y alcanzamos la arista este del pico
ya casi arriba del todo. Unos metros por la arista nos conducen a la punta
este; y tras un mínimo descenso para alcanzar la depresión a la que llega el
corredor central, sorteando peñas alcanzamos la cima del Pico de Lecherines o
de la Garganta de Borau situado a 2567 metros de altitud cuando son las doce y
veinte de la mañana.
En la Cima de Lecherines.
Contemplamos
el Circo Colgado de Tortiellas desde un palco inigualable, al oscuro Midí
pastoreando señorialmente sobre el Portalet, los temibles paredones de la Cara
Este del Aspe que tiene gente en su cima y un sin fin de lugares viejos
conocidos, todos aquellos que permite la calima imperante.
Echamos
unos buenos tragos de agua, hacemos un par de fotos de los Mallos de Lecherines
y contemplamos las vías de acceso al Sombrero por su cara sur, confirmando la
ruta que desde abajo había imaginado.
A
la una iniciamos el descenso tras comprobar que a este pico solo se sube
fácilmente por la vía que hemos utilizado nosotros.
Hacemos
idéntico camino hasta el collado, recorriéndolo hasta el otro lado, lugar al
que ha llegado una pareja de montañeros con una pareja de perros tras montar el
numerito en los neveros del oeste de los Mallos.
Lecherines desde Rigüelo y corredor subido.
Charlamos
con ellos, les orientamos en la zona y los dejamos en el collado, nosotros nos
vamos para abajo aprovechando sus huellas cuando es la una y media.
La
nieve está buena pero la longitud e inclinación del nevero junto con que sólo
llevamos un piolet nos indican la utilización de sus huellas hasta una pedrera
intermedia. Luego de allí para abajo descendemos primero un tramo más de nevero
patinando el resto hasta el rellano. Se trata de una mejor alternativa que
bajar el nevero de frente a riesgo de montar algún numerito de categoría. Han
sido las mismas razones por las que he desistido, visto lo visto, de ascender
al Sombrero.
Continuamos
después buscando la nieve cuanto podemos. Vamos en dirección sudoeste dejando
los Mallos a nuestra izquierda. Luego entramos en la pradera alpina bastante
seca y con muy poco hierba, por cierto y decidimos bajarnos hasta los
Manantiales de Rigüelo para comer con agua fresca.
A
las dos y veinte y a la sombra de una gran piedra paramos a comer. A comer y a
acalorar, ya que pocas veces recordamos que comiendo a la sombra y a esta
altitud hayamos sentido calor.
La
vista del pico desde aquí es impresionante apareciendo como una pirámide
perfectamente inaccesible.
Rematamos
la comida con una siesta ovejera que nos pasaporta hasta las cuatro y cuarto.
Luego, continuamos atravesando los manantiales y alcanzando el espolón que
conduce al Embudo de Aspe. Allí encontramos al grupo del collado y les
confirmamos las indicaciones para subir al Aspe, lugar al que pretendían ir.
Bajamos
con ellos hasta las proximidades del barranco, ellos se requedan por allí y
nosotros nos vamos sin más hasta el coche, liquidando 1100 metros de desnivel
cuando son las cinco menos veinte.
Ya
en el coche de regreso subimos hasta Lastiesas Altas y su Hospedería
Naturista con un calor insoportable y a
las seis, siguiendo con el calor, estamos en casa.