Emplazamiento de la gruta de la garganta de Borau.
Fin Pista de Aisa, Refugio
Saleras, Refugio del Turbillón, Collado de la Madalena , Refugio López
Huici y Corredor al Paso de Borau.
Descenso por Paso de Borau y Punta de la Garganta de Borau.
28-06-2008.
06:30 h.
Sol.
Bastante fácil.
Agua en los manantiales de
Rigüelo, en el Abrevadero del refugio López Huici y en la surgencia de la
sudeste de los Mallos de Lecherines.
Es más cómodo y seguro ascender
prácticamente al Paso de la garganta de Borau y desde allí en horizontal
alcanzar la base de los paredones del oeste del corredor, recorriéndolos hacia
el sur no tiene pérdida.
Mapa de la Gruta de la Garganta de Borau peocedente de Prames. Vía en amarillo.
Conocemos
la existencia de una gruta en las proximidades del Paso de la Garganta de Borau y el
sábado 28 de Junio de 2008 decidimos ir a localizarla. Tenemos algunos
detalles de su emplazamiento y esperamos
que sea suficiente.
Nos
levantamos a las siete y a las siete y media pasadas estamos parados en el
desvío de Navasa por el paso de una espléndida manada de yeguas que las suben a
puerto.
Tomamos
el desvío de Aratorés, luego Borau y tras pasar por delante de la entrada de la Pista que conduce al Refugio López Huici, de la que
no dan permisos de paso, nos bajamos hasta Aisa, por una carretera en obras, y
nos subimos hasta la portera que cierra el paso. La carretera continúa ahora
mediante una pista que han prolongado hasta el rellano inferior del Puerto de
Aisa.
Son
las ocho y media de la mañana cuando aparcamos el coche junto a unos cuantos
más madrugadores y nos ponemos rápidamente en camino. Estamos 1480 metros de altitud.
Llena de la garganta y Aspe desde Saleras.
En
dirección prácticamente norte iniciamos la pista que transita por la orilla
derecha del Estarrún y que, en su tramo erguido está hormigonada. Unos minutos
después se arrellana en las inmediaciones del Refugio de Saleras y nosotros la
abandonamos para atravesar el barranco, girando al nordeste y tomar la loma por
el que transitan inicialmente los caminos de la cara sur del Aspe.
Aspe desde el Cubilar de Riguelo.
Enseguida
abandonamos la senda principal pues nos vamos por la más inferior. No merece la
pena hacerlo pues tras perder tontamente unos metros y tener alguna dificultad
para cruzar el crecido barranco, nos encaminamos hacia el Cubilar de Rigüelo.
Todo por ir en busca de la zona sombreada que nos facilite el ascenso pero que,
con el sol ya algo alto, lo único que conseguimos es subir medio deslumbrados.
Hace
calor en una mañana espléndida y sudamos de lo lindo cuando alcanzamos la Cabaña del Cubilar de
Rigüelo y con el fuerte resalte superior, al fin un poco de fresca sombra.
Hemos
girado ya al este y nos acercamos al barranquillo que baja del Collado del
Turbillón o de Rigüelo, amplio e inconfundible al sur del Mallo de Rigüelo.
Mallos de Rigüelo desde el Collado de Turbillón o Magdalena.
Ahora
continuamos para arriba por camino balizado del GR11., pasamos a su orilla
izquierda y por cuestas bastante desprovistas de vegetación alcanzamos el
Collado del Turbillón cuando son las diez de la mañana.
Refugio López Huici.
Estamos
a 2035 metros
de altitud y por la pista, en suave ascenso y en dirección este-nordeste nos
acercamos al Refugio López Huici que pastorea toda la
Majad Alta de Lecherines.
Tratando
de no perder altura pasamos por encima del abrevadero y en dirección este
alcanzamos una surgencia inmediatamente
anterior a la entrada al lapiaz que atravesamos en suave descenso en busca de
una pequeña depresión en la parte sur del mismo en la que localizamos citas que
nos confirman el acceso al barranco que
conduce al Paso de la
Garganta de Borau sin necesidad de ir a buscar la entrada
algo más abajo.
Agujas de la Garganta de Borau y Tortiellas.
Enseguida
alcanzamos los riscos por encima del barranco, destrepamos un par de pasos
fáciles en dirección nordeste y tras perder una treintena de metros alcanzamos
el fondo del barranco e irnos para arriba en dirección norte.
El
barranco se abre en dos ramas y es inconfundible puesto que en la orilla
izquierda de cada rama hay una preciosa aguja calcárea en cada una rivalizando en verticalidad y elegancia.
Aguja de la Garganta de Borau, detalle.
El
camino perfectamente indicado con citas no te da opción a la duda. A través de
una ladera de pedrera bastante descompuesta se va por la rama izquierda, la
oeste; y tras superar el primer resalte
en el que se asientan neveros residuales, prosigue con otro resalte un poco más
erguido que se aproxima a la base de la aguja del oeste.
Las
citas se pierden en la cabecera del segundo resalte cuando aparece a la vista
el Paso de la Garganta
de Borau unos metros más arriba; pero a nuestra izquierda nace un poco marcado
caminillo que remonta la pared inferior de la orilla derecha del barranco en
dirección oeste.
Superada
la barrera inferior aparece ante nosotros una inclinada ladera de calizas muy descompuestas y que permiten
alcanzar la base de las paredes superiores en la que se tiene que encontrar la
gruta.
Casi
en dirección oeste ascendemos en busca de un profundo y estrecho entrante en la
pared adornado de verticales paredones de calizas claras que llama
poderosamente la atención.
Boca de la Gruta.
Allí
no está la gruta que buscamos, el interior todavía está lleno de nieve venteada
que va a aguantar todavía una temporadilla.
Rosa
va un poco más abajo y yo prosigo revisión por la base de la pared ahora en
dirección norte.
Desde el Interior de la Gruta de la Garganta de Borau.
Poco
más adelante localizo una oquedad en la que anidan las chovas y enseguida, unos
metros más arriba, un bloque calizo arrimado a la pared limita la entrada a la Gruta del Paso de la Garganta de Borau situada
sobre los 2150 metros
de altitud. Son las once pasadas.
Un
pequeño nevero obstruye parcialmente la entrada que es una rampa muy inclinada
de tres metros de ancho cubierta totalmente de pedrera absolutamente inestable.
Es un túnel de 4 ó 5 metros
de alto, bastante rectilíneo y que desciendo con cuidado apoyado en los
laterales de la pared siempre en busca de los materiales más estables.
Descenderé
alrededor de 40 metros hasta que la luminosidad decrece considerable
al torcerse ligerísimamente a la derecha, lugar en el que se encuentran tres
estalactitas. Se que para el resto de la gruta hace falta material especial y,
consecuentemente, doy la vuelta sobre mis pasos y con ayuda de la pared asciendo
de nuevo hasta la boca donde espera Rosa. En temporada invernal puede llegar a
taponarse la entrada y bajar con nieve dura puede resultar complicado. Además,
la gruta como tal resulta un tanto decepcionante.
A
la sombra de la entrada, un tanto incómodos en la inclinada pedrera, Almorzamos.
La Sudoeste de la Punta de la Garganta de Borau.
Luego
prosiguiendo en suave ascenso comprobando que la amplia faja prosigue muy
erguida y bastante arriba hasta alcanzar los paredones de la cara este del Pico
Lecherines, nos vamos suavemente para abajo buscando camino que nos lleve al
Paso de la Garganta
de Borau sin perder altura pues nos encontramos a nivel.
El
descenso se puede realizar por varios lugares en una ladera mixta, muy
inclinada y absolutamente descompuesta puesto que la barrera rocosa inferior se
rompe en las proximidades del collado.
Sabiendo el
emplazamiento exacto de la gruta el camino más cómodo consiste en aproximarse
casi hasta el paso y ascender alrededor de 40 metros de desnivel en
dirección sudoeste, retrocediendo un poco sobre la trayectoria original. Son
las doce y estamos a 2200
metros de altitud.
Vertiente Norte del Paso de la Gargnta de Borau.
Contemplamos el Paso de la Garganta de Borau muy
cubierto por un erguido nevero en el que no hay huellas que no sean de sarrio,
el Rellano de Tortiellas y la fácil
arista que primero por pedrera y luego por unos bloques conduce a la cima del
Paso de la Garganta
de Borau situado a 2338
metros de altud.
La Divisoria de Lecherines
Un fácil
descenso por la arista sur conduce al collado norte de la aguja calcárea
situada frente a la gruta y que nos ha servido de referencia en el ascenso. Desde
el collado divisamos aquí mismo el Pico de Tortiellas en cuyo barranco
orientado al sur se encuentra la Gruta Helada de Lecherines.
La Oeste del Pico de Tortiellas.
La Arista Sur de la Punta de la Garganta de Borau.
Del
collado descendemos al fondo del barranco utilizando los neveros
residuales y, de igual manera, alguno de
los alojados en el fondo del mismo como procedimiento de descender el barranco
cómoda y rápidamente.
Pico de los Lecherines sobre la garganta de Borau.
Ladera de acceso a la Gruta de la garganta de Borau.
Bajados
los dos resaltes tomamos la fisura de los paredones de la orilla derecha del
barranco y salimos del mismo para atravesar el lapiaz un poco por debajo del
lugar en el que lo hemos atravesado a la ida.
La Sur del Pico Lecherines.
La Sudeste del Mallo de Rigüelo.
Luego
siguiendo similar camino en suave ascenso pasamos por el abrevadero, echamos un
buen trago de agua fresca y nos llegamos al Refugio López Huici. Está abierto y
decente. Los militares deben de tener que limpiarlo todos los años pero bueno…
Este Pirineo debería estar cosido de refugios pero cada vez son más ruinosos
paralelamente con el deterioro de la actividad pastoril y la educación.
La Magdalena desde la Majada de Lecherines Alta.
Bisaurín tras el Collado del Bozo.
A
la una y media alcanzamos el Collado del Turbillón y nos vamos para abajo por
idéntico camino hasta alcanzar la
Cabaña del Cubilar de Rigüelo. Está abierta pero las
condiciones son bastante precarias. No hay más que un mal suelo de hormigón y
una ventana que cierra mal. En cuatro días no valdrá para nada.
Arista de los Murciélagos al Aspe desde Rigüelo.
Buscamos
y encontramos junto a la
Cascada de Rigüelo un lugar para remojarnos los pies y comer.
Rosa aprovechará para tomar un poco el sol, yo acaloro a la sombra de un bloque
calizo.
Lecherines y Mallos de Lecherines y Rigüelo.
A
las tres y media continuamos para abajo por un camino que atraviesa tres ramas
de los Manantiales de Rigüelo sin los problemas de la mañana y tranquilamente nos llegamos al coche cuando
son las cuatro de la tarde. Hemos liquidado como poco 1000 metros de desnivel
y nos ha costado algo menos que los augurios de mi chica que esta noche tiene
que trabajar. Es una lata salir al monte con condicionantes de tiempo o de
trabajo, pero si no fuera así no saldríamos ni la mitad de las veces.