Puede ser un gran día para el Vértice de Anayet.
Aparcamiento de Espelunciecha, Collado
Garmé, Glera de Anayet,
Barranco Culibillas, Rellano de Anayet, Corredor Nordeste y Arista Sudeste del
Vértice de Anayet, desce al Ibón de Anayet, Arista Sur y Cima Espelunciecha.
Desde a Rellano de Anayet y Collados de la Glera y Garmé.
28-04-2015.
Salida 10 h. Llegada 16:15 h.
Sol.
Fácil.
Esquí de montaña.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y
Mariano Javierre.
Mapa de Anayet procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Estamos
En Primavera y ya es sabido que el tiempo será generalmente cambiante, lo que
supone un problema no solamente para meteorólogos sino para todos aquellos que
queremos sacar la cabeza de nuestras
madrigueras, marmotas incluidas.
Las
informaciones meteorológicas, tan abundantes y variadas en la actualidad
nos ponen difícil eso de elegir el
momento ideal para salir al monte, cuando se puede elegir como es nuestro caso
y el 28 de Abril de 2015, un cielo radiante en los cuatro puntos
cardenales nos confirma las mejores
estimaciones.
Con
poco tiempo tenemos sobrado y a las diez
menos cuarto llegamos al Aparcamiento de Espelunciecha situado a 1780 metros de
altitud. Tenemos 0º, menos viento que en Santa Elena y un ambiente agradable en
función de lo supuesto. El sol coincide con nosotros, y nos endulza los
preparativos.
Nevó
durante el fin de semana pero sabemos
que estas nieves solamente sirven para pintar el paisaje que está ciertamente
espectacular además de proporcionar agua y colaborar en la perdurabilidad
temporal de la nieve de la temporada.
Hacia el Cuello Garmé.
Se
podría haber porteado media hora los esquís por la Carretera de Anayet ya que
la barrera está cerrada pero preferimos partir desde Espelunciecha con un porteo
de un par de minutos pues en cotas bajas o coges nieve pisada o porteas, aunque
haya que dar un poco más de vuelta.
También
podríamos haber subido por el Puerto de Canal Roya con una vuelta mayor todavía
pero el Collado Garmé de paso entre Anayet y Espelunciecha nos espera allá arriba. Así que foqueamos
para arriba en dirección sudoeste, orientados por los Gendarmes de los
Farallones y por la silla que se eleva hasta el collado. Se trata de una pista por la que ha transitado una máquina
sin aplanadora que ha dejado la pista labrada y alguna huella de esquí de
traveseros madrugadores.
A
media ladera ya es continua la nieve polvo pegajosa sobre la vieja con
acumulaciones puntuales ya que ayer hizo viento en condiciones y
consecuentemente la ha repartido al gusto.
En el Collado Garmé con Campo Troya al fondo.
En
poco más de media hora alcanzamos el Collado Garmé situado a 2030 metros de
altitud al que solamente el sol acude a la cita: no hay viento y las nieblas se
han quedado mayoritariamente en la vertiente francesa rellenando su valles
correspondientes y asomándose tímidamente al sur.
Faldeando por la Sur de los gendarmes de los Farallones.
Entre
bajar una pobre esquiada para entrar por la parte baja a la Glera de Anayet o
seguir con el foqueo decidimos finalmente seguir la huella que faldea los
Gendarmes de los Farallones en suave ascenso hasta alcanzar enseguida un hombro
pasado el corredor de los mismos y tras un corto llaneo iniciar una larga
travesía prácticamente horizontal que recorre la Ladera Sur de los Farallones,
pasa muy por encima de la Cabaña de la Glera y atravesando la base del Tubo Pipos
alcanza el Collado de la Glera a 2070 metros de altitud.
Faldeando por encima de la Cabaña de la Glera.
La
travesía es cómoda a pesar de los zuecos que se me hacen en las pieles
fundamentalmente en la subida y que en el Collado Garmé he tratado de quitar
con una rasqueta aunque la solución haya sido solo temporal.
Entrando al Barranco Culibillas.
Son
las once y cuarto cuando nos echamos para abajo al encuentro del Barranco
Culibillas. No serán más de 30 metros suaves que ni nos permiten deslizar con
esta nieve tan pegajosa.
La Pala de Cierre de los Ibones de Anayet.
Continuamos
con el ascenso del barranco en dirección oeste para alcanzar enseguida la pala
del cierre del Rellano Lacustre de Anayet en la que hay establecida una huella
muy bien hecha para nuestro gusto.
Punta de la Garganta, Infiernos y Argualas.
Con
ella alcanzamos la parte alta de la pala junto a la que salta el barranco y en
unas piedras nos paramos a echar un bocado y a hacer una fotografía
espectacular de la Punta de la Garganta.
Diente de Anayet sobre el ibón del mismo nombre.
Son
las doce cuando alcanzamos el enorme
Rellano de Anayet como comprobaremos enseguida. Nos recibe Espelunciecha
vestida espectacularmente de blanco, el Diente de Anayet arrogante como siempre
y el Vértice de Anayet, también blanco y
distante. Hoy puede ser un buen día para el Vértice.
La Arista de Canal Roya y el Midi.
También
acude a la cita el Midí “tordillo” y una Arista de Canal Roya blanca de
merengue como jamás la hemos visto pues ha debido nevar del sudoeste.
Solamente
el Ibón Grande de Anayet tiene un pequeño ojo como comprobaremos tras iniciar
la travesía del rellano lacustre en dirección oeste pues vamos hacia el Collado
de Anayet.
Corredor Nordeste y Vértice de Anayet.
Siempre
había soñado con subir al vértice de Anayet o Punta del Garmo alcanzando este
collado tras salvar la erguida llegada al mismo. Hoy el collado está defendido
por una espectacular cornisa, no hay huellas bajo el mismo y habría que
alcanzar un hombro con erguida trayectoria ya casi a media arista norte.
La
huella que nos ha gustado no va al Collado de Anayet sino que marcha
plácidamente y en suave ascenso hasta entrar en el Corredor Nordeste del
Vértice de Anayet y hacia allí nos vamos, dejando que se imponga la razón; ya
que también sabemos que en la arista norte del pico, muy venteada por lo
general, suelen abundar mas las piedras que la nieve por lo que mal para
subirla pero imposible bajarla.
Sique
el sol por todo lo alto, el viento en ausencia que solamente sacara alguna
racha de ventisca en la arista a la que nos dirigimos y mis zuecos que me
acompañarán imperdibles hasta la entrada del corredor momento de alivio.
En
el corredor que tendrá alrededor de 200 metros esta surcado por unas amplísimas
zetas que resultan comodísimas de seguir, Juan sube de frente con sus raquetas
y nosotros relajadamente por la huella.
Charlamos
con la pareja que la ha hecho agradeciéndoselo. No conocen la zona y les
indicamos, tiene pinta de ser buenos esquiadores y nos dicen que en la arista
sopla como para quitar las ganas de subirla.
Luego
de las amplias lazadas unas pocas cortas sobre el tramo erguido de la pared nos
depositan en la arista que sube suavemente desde la Punta de la Sarreta y que
ha arrancado del Pico Royo.
Casquete Somital Sudeste del Vértice de Anayet.
Estamos
alrededor de los 2500 metros de altitud, la arista está nevada, la nieve está
sin transformar y aparecen las piedras.
Ellos han dejado aquí los esquís y nosotros también lo hacemos. Será el acierto
del día ya que con esta nieve y las piedras que se traslucen a nuestro paso
hubiera sido un desastre para los esquís cuando menos.
Tramo de arista subida y la Partacua detrás.
Una
amplia arista de nieve sin transformar y suavemente erguida nos conduce a un
pequeño estrangulamiento en el que afloran rocas grandes y prosigue poniéndose
un poco de pié en el resalte de salida adornado por una preciosa cornisa.
En la Cima del Vértice de Anayet.
Es
la una y cuarto cuando alcanzamos la Cima del Vértice de Anayet situada a 2555
metros de altitud. El viento se ha debido marchar con los que nos han precedido.
Hacemos
alguna foto, un par de panorámicas pues tenemos un horizonte de 360 grados con
Sesques y Midi al norte, Pallas, Balaitus, Espelunciecha, Infiernos, Argualas,
Algo de Ordesa, Ferreras, Tendeñera, Sabocos, Telera, Retona, Aspe,
Bisaurín, Petrechema y nubes del oeste
que nos devuelven al norte en el que nos aguarda el Diente de Anayet con
bastante nieve todavía.
Un
cuarto de hora después nos vamos para abajo. Juan lo hará detrás ya que quería
hacer el descenso por la norte pero enseguida hubiera tenido que poner
crampones pues hay mucho verglás y se da la vuelta.
El Diente y Espelunciecha enmarcan el corredor que vamos a descender.
En
cinco minutos alcanzamos los esquís y tras una breve transición iniciamos el
descenso del corredor nordeste con una larga diagonal que nos saca de la arista
y nos lleva a la pared este del pico. Se trata de una nieve extraña que aguanta
regular el canteo y que nos obsequia con
frecuentes clavadas resultando tremenda y cansadísima para las piernas pues
esquiamos prácticamente sentados en las colas.
Nieve profunda en el Corredor Nordeste del Vértice de Anayet.
Teníamos
la ilusión de que fuera polvo que amortiguara giros disfrutones pero está
“rara.” A pesar de ello bajamos e incluso en algunas zonas encademos giros
limpios que compensan.
Luego
prácticamente deslizando nos llegamos a unas rocas y nos sentamos a comer al
sol del mediodía son las dos de la tarde.
La Oeste de Espelunciecha.
Media
hora después y tras machacona insistencia de mi chica, ponemos pieles de nuevo
y nos vamos a Espelunciecha yo n o tengo claro con esta nieve el descenso del
corredor oeste que arranca de la misma cima y queremos pues nunca lo hemos
hecho.
Atravesamos
el rellano lacustre tangencialmente por el sur del ibón grande y ya en
suavísimo ascenso nos vamos al encuentro de la huella que ha ido directamente
al pico.
Espelunciecha desde cerca de su arista sur.
Hay
que ascender con una enorme zeta un tramo de pared que nos depositará enseguida
en la Arista Sur de Espelunciecha; desde allí hay que seguir arista adelante
hasta alcanzar unos pequeños resaltes que no tienen demasiada nieve y que son
la excepción de una inmaculada cara oeste.
Cima de Espelunciecha.
Volverán
de nuevo los zuecos que en los resaltes con poca nieve serán de campeonato e
incluso más que molestos pues dificultan el equilibrio pero en cuarenta minutos
nos plantamos en la Cima de Espelunciecha a 2396 metros de altitud.
Algunas
fotos, repetidas de las de siempre, una última transición pues son las tres y
cuarto, abreviamos y para abajo.
La nieve está más transformada en la parte intermedia de la Oeste de Espelunciecha.
A
mí no me gustan los tramos muy erguidos, este lo está aunque no demasiado pero
tiene piedras y las que no vemos; así que, escaletearemos un poco hasta el
estrangulamiento y desde allí nos iremos para abajo para describir una amplia diagonal que nos conducirá a la
parte norte de la pared y desde allí,
proseguiremos el descenso cómodamente como conocemos.
Esquiando el resalte de Cierre de Anayet.
Descenderemos
girando primero y deslizando después
para alcanzar la pala de cierre del rellano lacustre y el Barranco Culibillas
con nieve muy pesada.
Cruzado
el barranco desbloqueamos esquís y ascendemos con nieve muy blanda la suave
ladera que nos deposita en el Collado de la Glera de Anayet. La única ventaja
que tiene esta nieve es que al hundirse el esquí lo retiene y no se patina al
caminar.
Renunciamos
a esquiar con esta nieve y continuamos con el faldeo horizontal que hemos hecho
a la mañana; casi se va mejor por fuera de la huella que por la misma.
Azul primavera en el Ibonciecho de los Farallones.
El
faldeo no se hace largo, nos lleva al hombro desde el que fotografiamos el
precioso y recoleto Ibonciecho de los Frallones vestido de azul primavera y
allí volvemos a bloquear esquís para bajar al Collado Garmé y sin parar hasta
el aparcamiento con una nieve tan mala en libre como sobre zonas pisadas de la
estación.
Son
las cuatro y cuarto pasadas cuando recogemos bártulos con ganas. Han sido 1025
metros de desnivel acumulado con una nieve que nos ha permitido pocas alegrías
pero otro día más.